Estaba profundamente dormida cuando alguien interrumpió mi sueño brutalmente. 

—¡Buenos Días, ya es hora de despertar!—Sara entra gritando fuertemente golpeando la puerta con la pared frenéticamente provocando que me sobresalte.

 —¿Cuál es tu problema con despertar a las personas así?— Pregunto murmurando entre mis almohadas. 

—Sabes que te encanta— Me lanza una almohada que quedo en el piso en medio de la noche. 

Yo medianamente enfadada le lanzo de regreso la almohada lo esquiva con facilidad. 

Tampoco ayuda el hecho de que la lancé de manera débil. 

 Sara violentamente se recuesta en mi cama enseguida de mi. 

—Ahora me vas a explicar que paso anoche— Reclama la pelirroja estando cara a cara conmigo. 

Yo ruedo mis ojos con una media sonrisa. 

En los próximos tres minutos me dedique a contarle todo excepto la parte de Aaron ya que anteriormente han tenido descontentos. 

Y sumando que Sara es muy explosiva, no conviene. 

Así que me limité a contarle todo lo que tenía que ver con Carson. 

Cuando termine de contarle todo, Sara se encontraba ya sentada en mi cama mirándome de una forma que no puedo descifrar. 

—Entonces...¿No se besaron?— Pregunta alzando y bajando las cejas consecutivamente. 

La única respuesta que recibe de mi parte es un golpe con la almohada que estaba usando. 

—Buenos días señoritas— La voz de Oliver se hace presente en la habitación. 

El rubio se dirige caminando hacia su novia para darle un dulce beso en los labios y luego lanzarme la almohada que Sara tenia en el regazo. 

Supongo que ese fue su saludo. 

 —¿Qué están haciendo?— Pregunta el recostando su espalda en el regazo de Sara a lo que ella le pasa su mano por la cabeza de Oliver.

—Sam me estaba contando lo que paso anoche con Carson.

—Wow, eso se escucharía tan diferente si no supiera el contexto.

Yo amenazo con la mirada al Oliver a lo que el borra su sonrisa y mira al techo e la habitación. 

—¿A qué hora iremos a al lugar que abrirá tu primo cariño?— Pregunta Sara a su novio mientras sigue haciéndole mimos al mismo. 

—En cuanto llegue Jean, llegará en unos minutos— Saca su teléfono para teclear algo.—Le dije que trajera algunas cosas, ¿ustedes ya tienen las suyas listas?— Pregunta para guardar su teléfono en su bolsillo. 

 —Desde anoche— Respondemos Sara y yo al unísono provocando una pequeña risa de los tres. 

Después de eso, eche a ambos de la habitación ya que quería arreglarme un poco antes de irnos. 

Oliver me dijo que habría piscina así que decido ponerme mi traje de baño de una sola pieza abajo de unos shorts y una delgada camiseta. 

Salgo de la habitación y lo primero que veo es a Jean de pies arriba en el sofá mientras observa su teléfono. 

Mi vista panorámica es bastante normal. 

Jean ahogándose después de tragar saliva al revés. 

Sara en la cocina preparando si dosis de café diaria. 

Carson sentado en el sofá viendo divertido a Jean ahogándose.

Oliver peleando con Eros a mordida...

Regreso mi vista de nuevo a Carson extrañada. 

¿Cómo llegó aquí en cuestión de minutos?

Sus ojos miel se cruzan con los míos a través de sus cristales y recibo una sonrisa de boca cerrada suya a lo que yo se la devuelvo mirándolo. 

 —Hasta que por fin sales de la cueva— Jean rompe con la conexión de miradas para dirigirse a mi cuando por fin se terminó de ahogar. 

—No tarde ni cinco minutos, impaciente— Respondo yendo hacia la sala de estar y sentándome en el sofá individual que esta al frente de Carson y al lado de Jean. 

—Esta belleza no puede estar esperando.

Yo le río divertida ante su respuesta. 

—Ni que fueran tan bello—Menciona Sara desde la cocina.

 —Hablaba de Carson— Responde Jean a lo que el Carson responde haciendo hacía atrás su cabello largo inexistente. 

—Que puedo decir, es un don que tengo desde niño— Cruza las piernas mientras menea su cabeza. 

—¿Ser egocéntrico?— Pregunto para mi misma a lo que descubro que Carson tiene mejor oído del que me hubiera gustado.

—No, bello—Responde con una mirada asesina. 

—Oh Don Armando, yo a usted lo amo— Menciona Oliver con voz de telenovela mientras se intenta quitar a Eros de encima. 

—Y yo a usted la amo Betty— El castaño se acomoda sus anteojos para parecer mayor como respuesta causando las rosas de todos.

—Me siento como venado con tremendos cuernos— Menciona Sara llegando a la sala de estar sentándose al lado de Carson. 

—No es mi culpa que tu novio me prefiera— Defiende Carson mirando a Sara. 

Ella en broma le golpea los anteojos haciendo que se le hagan a un lado de la cabeza. 

Carson se acomoda los lentes y le hace una mueca fastidiada a Sara en broma. 

—Bueno, ¿Nos vamos?— Pregunta Jean poniéndose de pie y tomando su mochila moderadamente grande. 

Todos acordamos y nos ponemos de pie para salir del departamento no sin antes darle de comer y beber a Eros. 

Los cinco salimos del departamento uno a la vez cruzando el pasillo. 

En el pasillo Sara y Oliver iban tomados de la mano hablando sobre unas cosas mientras Jean estaba caminando con los ojos en su teléfono. 

Miro al lado mío y veo a Carson caminando mientras mira a las puertas que se atraviesan.

—Así que batman esta analizando su entorno— Digo captando la atención del castaño recibiendo una sonrisa suya. 

—Ya no lo dejarás de decir, ¿cierto?— Pregunta acomodando los lentes que se le bajaron débilmente por su nariz.

—Solo hasta que me aburra o se me olvide— Respondo pasando mano por las paredes. 

—Algún día lo olvidarás. 

—En mi funeral será ese día, y no estaré para decirlo— Repito las palabras que dijo anoche causando una pequeña carcajada de su parte. 

—Sabes que eso no es...

Detiene su oración al igual que sus pies haciendo que se detenga. 

Lo miro y después a la dirección a la que esta viendo. 

Aaron. 

Al parecer la décima charla que tuvo Carlos con el gerente no fue suficiente. 

Y realmente no me sorprende, pero me molesta.

Yo solo desvió la mirada hacia el suelo, la pared, el techo, en dónde sea menos en los ojos de Aaron.

De la nada, siento una mano cálida alrededor de la mía.

Miro a la mano y después mi mirada se dirige a la mirada tan acogedora de Carson junto con una pequeña sonrisa.

Por alguna razón extraña, en su mirada hay algo diferente, si bien no lo conozco desde hace mucho tiempo, me da una seguridad inexplicable. 

Aprieto su mano con la mía y le dedico una sonrisa agradecida. 

Miro arriba y choco con la mirada de Aaron. 

El me mira y luego mira a Carson, su mirada rápidamente baja hasta nuestras manos incomodando tanto a Carson como a mi causando que nos soltemos.

Aaron solo me mira y lanza una sonrisa descaradamente cínica. 

El se acerca a mi a lo que yo mantengo mi postura firme. 

Eso Sam, muestra quien manda, y de paso le das la paliza de su vida. 

—Parece que tenemos que continuar con nuestra charla de anoche nena— Se acerca a mi diciendo esas palabras mientras yo sigo firme. 

Intento formar alguna oración coherente sin insultos. 

—Vete al diablo Aaron. 

Bien, no salió como esperaba, pero estoy satisfecha. 

Su cara sonriente se transforma en una confundida y sorprendida. 

—¿Disculpa?. 

—Claro ahora eres tonto, estuve por meses soportando tus constantes acosos y estoy harta de eso— Escupo con enojo haciendo que Aaron se encorve. 

—No se de que estas hablando— Menciona de manera cínica cruzando sus brazos. 

Cierro tanto mis puños a mis costados que estoy segura que mis uñas se marcarán en unos minutos. 

—Escucha nena, a veces debes dejarlo flui...

No puede terminar la frase ya que de alguna manera, mi puño acabo en su cara. 

Por el impacto Aaron acaba pegado a la pared mientras que con una mano suya se cubre el golpe. 

Miro mi mano roja sorprendida.

Giro mi cuerpo a ciento ochenta grados y miro a Sara, Oliver, Jean y Carson mirándome. 

 —Yo...— Intento dar alguna explicación pero me interrumpen. 

—Vamos lejos de aquí antes de que se levante— Jean me toma de la mano rápidamente para jalarme a través del pasillo. 

Miro hacia atrás y miro  a Oliver, Sara y Carson siguiendo el paso acelerado. 

Y así es como en cuestión de segundos bajamos un par de escaleras y salimos del edificio.

Los cinco en cuanto salimos nos detenemos para reunir el oxigeno que perdimos en medio de el recorrido apresurado. 

Un minuto después estábamos todos estables en cuestión de respiración. 

—Dios Sam, eso fue tan increíble— Menciona Sara como si fuera una madre orgullosa.

—Concuerdo totalmente, en serio te luciste— Se une Jean rodeando mis hombros con su brazo. 

Luego de unos segundos de felicitaciones por mis tres amigos, miro a Carson que esta observándome con una sonrisa. 

—Que buen puño tienes, debo de recordar que no debo de molestarte— Menciona poniendo sus anteojos en la posición correcta. 

—Gracias, me dedicaré a golpear chicos en la calle— Acaricio mi puño adolorido perro afortunadamente no roto. 

—Bien, ¿Qué estamos esperando?, vamos a nuestro anhelado día de campo— Dice Oliver cargando las cosas y caminando hacia su auto. 

Bien, Aaron no será un impedimento para echar a perder mi día. 

Por que apenas esta comenzando.