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Capitulo 5

Me desperté al día siguiente a las siete de la mañana en cuanto sonó mi alarma recibiendo los rayos del sol a través de la ventana.

Me mantengo algunos minutos mirando al techo pensando la razón de mi existir en lo que mi vista se vuelve estable y mi cerebro igual.

A los tres minutos me levanto de la cama y voy a la ducha después de poner lista mi ropa.

Cuando estoy en la ducha el agua tibia invade toda mi espalda haciendo que me relaje instantáneamente.

Pienso en todo lo que pasó anoche mientras mi cuerpo de empapa y se relajan mis músculos.

Este día estará pesado si se trata del trabajo, solo soy niñera, pero me dijo la Señora Wilson que tendré que cuidar a los niños por otras tres horas, lo cual serían mas de doce horas claramente me pagarán más y por eso no puse una excusa.

Salgo de la ducha para después salir del baño a cambiarme.

Una vez lista, salgo de la habitación recibiendo los ronquidos excesivamente fuertes de Oliver.

Gracias a Dios Sara tiene el sueño pesado, hubieran terminado hace años.

Veo a Eros dormido en su cama no tan pequeña, lo cual no dura mucho porque en cuanto escucha mi pisada se levanta animado.

Eros es muy energético para estar recién despierto.

Acaricio al canino y voy a la cocina por su comida y le sirvo el agua en su tazón.

-Buenos días.

Escucho la voz de Oliver atrás de mi.

No se en que momento se dejaron de oír sus lamentos.

-Buenos días, feliz aniversario- Le recuerdo dejando la comida y agua de Eros en el suelo, ya que hoy cumplen siete años de relación con Sara.

-Este año si lo recordé, ¡ja!- Se burla recibiendo por mi parte que volteé los ojos.

-¿Y qué harán este año?- Le pregunto tomando mi teléfono para responder el mensaje de buenos días por Carlos.

-Planeo darle un anillo- Menciona como si nada sentado en el sofá.

-Eso es gen...¿Qué dijiste?- Cuestiono dejando de centrar mi atención teléfono.

-No un anillo como lo piensas, hace unas semanas pasamos por una joyería y le llamo la atención ese anillo- Levanta las manos en señal de paz.

Expulso todo el aire que tenía retenido aliviada.

-Que lindo gesto- Respondo antes de que mi timbre de alarma suene.

Después de despedirme de Oliver y pedirle que se despida de Sara por mi, salgo del departamento para cruzar el pasillo y llegar al ascensor.

Presiono el botón básico y espero unos segundos antes de que se abra y adentrarme hacia el.

Las puertas están apunto de cerrarse pero una mano se coloca en medio haciendo que se abran nuevamente.

Oh no.

Es Aaron.

Mi vecino extremadamente irritante.

Siempre que me lo encuentro busca una oportunidad ya sea para besarme o para sobrepasarse de cualquier manera.

-Hola nena.

Ugh, su apodo barato me dan ganas de llorar, pero mas su aliento.

-Aaron, tan temprano y ya molestando.

-Esta será una buena historia para nuestros hijos- Intenta acercarse como de costumbre a lo que yo como siempre, empujo su pecho con mis manos moderadamente brusco.

Las puertas del ascensor se abren y yo salgo como el viento de ahí como siempre.

-¿Otra vez el joven Aaron?- Pregunta Carlos cuando recargo mi cabeza en el mostrador.

Yo solo asiento con la cabeza y le hago un puchero.

El me acaricia la cabeza y me da dos palmadas en la espalda.

-No falta mucho para que lo echen de aquí por no pagar la renta- Me da ánimos que siendo sincera funciona, ya que estoy cansada de Aaron.

Minutos después de estar hablando sobre cosas no relevantes con Carlos, vi el reloj y caigo en cuenta de que llegaré tarde con la Señora Wilson.

Rápidamente me despido de Carlos y voy corriendo hacia la estación de metro.

Maldigo el día en el que aposte con Sara para no usar el auto por dos semanas.

Llego en cuestión de cinco minutos a la estación y tomo el metro adecuado para llegar a la casa de la señora Wilson.

Varios minutos después ya estaba tocando la puerta de la casa.

Al abrirse la puerta me recibe la sonrisa de la señora Wilson.

Ella es la mujer mas alegre que he conocido.

La primera vez que la vi fue algo extraño.

Y por extraño digo que me encontré a sus hijos llenos de lodo a una calle.

Siendo sincera creí que eran pequeños vagabundos cuando me los iba a llevar y la señora Wilson me persiguió por casi dos calles.

Y actualmente llevo seis meses cuidando a sus hijos.

-Hola cariño, que bueno que llegas, me tengo que ir vuelvo a las diez- Rápidamente me saluda y a la vez se despide dejando el lugar.

Me quedo analizando con que rapidez pasaron las cosas.

-¡Hola Sam!- Llega gritando la pequeña Anna saltando hacia mis brazos a lo que yo la cargo sin dificultad.

-Hola chicle, ¿Lista para jugar hoy?- Le pregunto con su apodo típico.

Se preguntarán, ¿por qué chicle?, fácil, todos los días que le compro chicle, todas las veces se le pega en el cabello.

Por eso ya no le compro chicle.

Ella asiente con la cabeza animada.

-Sí, Jimmy también esta listo- Anna baja de mis brazos y con pesar trae a su hermanito de casi un año mientras el bebé esta terriblemente dormido.

Veo a Jimmy y analizo su ropa fácilmente.

Y es sencillo.

Porque no tiene ropa, solo un pañal.

Cargo al bebé y llevo de la mano a Anna a la habitación de los padres donde esta la ropa de Jimmy.

Un par de horas después estábamos en el parque, mientras Anna estaba jugando en los juegos en mi campo de visión, yo estaba cuidando a Jimmy, que por cierto no es mucho trabajo ya que esta dormido.

-Hola nena.

Otra vez no.

¿Cómo diablos hace para encontrarme?.

Cierro los ojos con frustración ante su irritante voz.

Lo miro con mirada cansada e irritada.

-Aaron, ¿es qué acaso eren detective o simplemente un acosador?- Cuestiono con voz molesta.

-Amo cuando te pones difícil- El se sienta en la banca en la que estoy sentada acercándose mas de lo que me gustaría.

Sin importarme el cuan maleducada me vería, tomo todas las cosas de los niños y voy hacia Anna recostada en la arena para tomarla de la mano e irnos del parque rápido.

-¿A dónde vamos Sam?- Me pregunta la pequeña mientras corra a pasos apresurados por sus pequeños pies.

-A un lugar poquito lejos del parque chicle, ¿Quieres ir por un helado?.

-¡Sí!- Anna salta mientras camina ahora gustosa.

Minutos después de estar caminando la pequeña y yo junto Jimmy dormido en el carrito que empujaba, llegamos a la heladería, y después fuimos a su casa ya que estaba oscureciendo.

Algunas horas después ya era hora de irme, ya había llegado la señora Wilson junto con su marido, los niños ya estaban dormidos y ya me habían pagado.

Así que ya no tengo nada que hacer aquí.

Una vez que me despido de los Wilson, salgo de su casa y me dispongo a caminar hacia casa ya que no había mas servicio de metro.

Ya llevaba unos 10 minutos caminando cuando se repente empiezo a sentir una mirada atrás de mi.

Decido pasar por alto eso pero en cuanto mas avanzo en mi camino, mas empiezo a sentir esa mirada cerca.

Me armo de valor y miro hacia atrás, pero cuando volteo no hay nadie, sigo caminando y de nuevo empiezo a sentir la mirada.

Mis alarmas se activan y mi pánico empieza a aumentar.

Decido a acelerar el paso poco a poco hasta terminar corriendo sintiendo los pasos detrás de mi.

Llego hasta un lugar con varias personas y me tranquilizo, pero no lo suficiente, sigo sintiendo esa mirada abrumadora.

De repente, alguien me empuja hacia una pared que estaba ahí.

-¿Cuántas veces tienes que huir de mi para que entiendas que debemos de estar juntos Samy? - Aaron llega de repente y me acorrala con sus brazos haciendo que me golpee ligeramente fuerte con la pared.

-Aaron esto ya no es divertido, ya déjame ir - Le pido intentando librarme mientras mi mente se llena de recuerdos y el pánico empieza a agrandarse.

Todo pasa muy rápido de un segundo a otro.

En un segundo estoy siendo acorralada por Aaron y en otro el brazo de el mismo de encuentra rojo lo que hace que el se haga hacía atrás dejándome libre el paso.

Unas manos cálidas pasan suavemente por mis hombros y sus brazos me rodean los mismos.

Espera...

Miro hacía la persona que lo hizo y lo primero que veo son esos ojos.

Carson.

-¿Hay algún problema?- Pregunta Carson de una manera tan fría que hasta a mí me sorprende.

Miro a Aaron que solo suelta una risita descarada y se da la vuelta.

-Ya me iba, adiós nena- Enfatiza la ultima palabra y con eso se va de el lugar.

Me quedo viendo como su silueta se va disolviendo en hasta estar lo suficientemente lejos.

-¿Estás bien?- Pregunta Carson en cuanto Aaron de deja de ver.

Los recuerdos de cuantas veces pase por eso con Chris empiezan a aparecer y las lagrimas en mis ojos comienzan a salir.

Miro a Carson y lo único que puedo es apoyar mi cabeza en su pecho mientras lloro.

Me siento tan apenada y siento que en cualquier momento me alejará y se irá.

Pero no.

Lo que hizo fue acariciarme la cabeza y la espalda con su cabeza arriba de la mía.

Esto nunca lo había sentido.

Me siento...

Segura.











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