Capitulo 26
Después de mi decisión tan repentina de anoche, Carson estuvo hasta las tres de la mañana procurando que durmiera contándome todo tipo de cosas.
Era el siguiente día y yo estaba comiendo un cereal en mi cama viendo un programa en la televisión mientras Carson aún seguía durmiendo a mi lado abrazando mi cadera. Cuando terminé mi cereal me dispuse a observar a Carson detenidamente.
Sus cejas estaban relajadas, se veía tan tranquilo, sus labios formaban un pequeño puchero cuando dormía mientras respiraba tranquilamente.
Sonrío al ver que duerme tal cual como un bebé y acaricio su cabello mientras miraba como dormía.
De repente unos toques demasiado fuertes en la puerta hicieron que me sobresalte en mi lugar y Carson a mi lado se sentara en mi cama rápidamente.
—¡Fue Derek!— grita Carson al momento de abrir sus ojos y mirando hacia todos los lados la habitación. —¿Qué pasó?— cuestiona segundos después con su conciencia despierta mientras frotaba sus ojos.
—No lo sé— respondo antes de levantarme de la cama y dirigirme a la puerta.
En cuanto puse mi mano en el pomo de la puerta, escuché unos rasguños en la puerta que me dejaron quieta por unos segundos.
Al instante supe quien era el origen de esos rasguños. Sonrío y abro la puerta rápidamente para recibir una patada en mi pierna por parte de Eros.
Después de esa patada fueron un par de ladridos. Yo me arrodillé en el suelo para acariciar al canino de cabellos dorados.
—¡Hey amigo!, ¿Cómo es que llegaste?— río mientras el solo me lamía la cara.
—La Doctora Guzmán nos llamó en la mañana, solo tenía un par de parásitos, no me sorprende que tenga eso después de todo lo que traga— Oliver entra en la habitación recargando su espalda en el marco de la puerta.
Eros va corriendo hacia mi cama y se lanza justo en Carson provocando que el caiga de espaldas en la cama mientras comenzaba a jugar con Eros mientras reía.
Me levanto del suelo antes de pararme junto a Oliver.
—Eres la reina del drama, Sam, te dije que no pasaría nada— el rubio golpea mi hombro sonriendo.
—Lo dice el que lloró junto conmigo en la sala de estar anoche— lo miro levantando una ceja.
—¿Qué? Pero no estábamos llorando por...— estaba apunto de defenderse cuando se interrumpió asimismo en cuanto Sara se hizo presente en la habitación.
—¿Entonces por qué estaban llorando?— mi mejor amiga rodea mis hombros con su brazo al entrar a la habitación.
—Por Eros, Dios mío como amo a Eros, ven aquí amigo— Oliver disimula horriblemente antes de lanzarse a mi cama donde estaban Carson y Eros.
Oliver se sienta encima de Carson haciendo que Eros se recueste hacia el otro lado de la cama mientras el rubio estaba básicamente en una posición bastante extraña.
¿Esa era su forma de disimular? ¿En serio?
—¿Deberíamos preocuparnos?— Sara me pregunta susurrando.
—Lo siento Sam, pero tu novio me ama más a mi— Oliver se recuesta encima de Carson mientras el me miraba suplicando por ayuda.
—¡Ya llegó por quien...! ¿Por qué Oliver está apunto de procrear con Carson?— la voz de Jean nos sobresalta tanto a mi como a Sara.
—¿Cómo pudiste entrar?— le pregunto mirándolo.
—Me robé la llave y saqué una copia— saca una llave en un llavero y lo hace girar con su dedo.
—¿Deberíamos denunciarte?— Sara lo mira abrazándolo por la cintura.
—Tal vez, pero no me han respondido por qué esos dos actúan como el luna de miel— Jean señala a Oliver y a Carson los cuales, debido a la falta de atención por parte nuestra, de pronto ahora están abrazados en mi cama.
Luna de miel.
¡Boda!
Diles.
Calla.
Oh por favor, se los tienes que decir ya.
Bueno, está bien.
Me acerco a mi cama y golpeó la espalda de Oliver.
—A un lado, Brad Pitt— Oliver se desliza en mi cama hasta caer en un golpe seco al suelo.
—Violencia doméstica— reclama Oliver antes de acomodarse en el piso.
Río antes de sentarme en mi cama al lado de Carson.
Le lanzo una mirada a Carson dándole a entender que estaba apunto de decir que iría a la boda de papá.
Al parecer el lo notó ya que se colocó sus anteojos y me tomó de la mano para acariciarla. Yo lo miro y el me lanza una sonrisa dándome ánimos para decirlo.
—Iré a la boda de papá— digo sin rodeos ganando toda la atención de todos en la habitación, incluso de Eros.
Todos me miraban en silencio hasta que Jean habló.
—¿Se va a casar Richard?— me mira sentándose en la orilla de mi cama.
Yo asiento con la cabeza y el me da unas palmadas en mi pierna.
—Sam, ¿Estás segura que lo harás?— Sara apoya se sienta en un pequeño sofá de la habitación mientras me miraba.
—Bueno...No será el encuentro que imaginaba pero si el que he estado esperando, supongo que no puedo dejar pasar la oportunidad.
—¿E irás sola?— cuestiona Oliver mirándome desde el suelo.
Bueno, eso es algo que no había pensado.
—No lo sé, tal vez vaya sola— en el instante de pronunciar esas palabras, ese pensamiento es reemplazado por otro.
No conozco a nadie allá, solo a la tía Mary y su familia y a papá si es que lo llegó a ver.
¿Al menos mi papá llegará a verme a los ojos en la boda?
—¿Sam?— la mano de Carson toca mi espalda haciendo que me sobresalte. —¿Estás bien?
El me mira con las cejas fruncidas mientras comenzaba a acariciar mi espalda.
—Lo siento, ¿Saben qué?, Podríamos ir todos nosotros, no quiero estar sola en aquella boda en dónde solo conozco a cuatro personas— me excuso mirando a todas las personas en mi habitación.
—Espera, ¿Iremos a Silverdale?— los ojos de Jean se iluminaron al escuchar mis palabras.
—Un momento, ¿Esto no le molestará a Richard?— Oliver se levanta del suelo y me mira.
—¿Que importa? Yo me apunto, quiero visitar a mis padres y a Charlie— Sara da pequeños saltos en el piso.
Sonrío al recordar al pequeño hermano de Sara, hace mucho no lo veo, a todos en general.
—Yo voy también— Jean rodea los hombros de Sara con su brazo mientras sonreía.
Sara, Jean y yo miramos a Oliver en busca de una respuesta afirmativa de la propuesta y el solo niega con la cabeza sonriendo.
—Esta bien, hace falta ir a nuestro antiguo hogar— el rubio acepta ganándose una sonrisa por parte de mía y un abrazo por parte de Sara.
Jean, Oliver y Sara comenzaron a hablar sobre el cuan emocionados estaban sobre volver a Silverdale después de tanto tiempo.
Yo miro a Carson y le lanzo una sonrisa.
—¿Qué opinas? ¿Quieres ir a una boda?— le pregunto y el me mira fijamente antes de fruncir sus cejas.
—¿Yo?, No lo sé, princesa, no quiero ser un entrometido yendo a la boda de tu padre— responde mientras seguía acariciando mi espalda mientras se acomodaba sus anteojos.
—Carson, quiero que vayas, tú me hiciste cambiar de opinión de alguna manera, además quiero pensar que es una buena oportunidad para que conozcas a mi papá— tomo su mano y lo miro con la esperanza de que acepte ir.
El me mira por unos segundos antes de mirar hacia otro lado con las mejillas comenzando a tornarse de rojo.
—Bien, tu ganas— suspira y me sonríe. Yo le devuelvo la sonrisa y tomo mi teléfono de la mesita de al lado.
—Iré a avisarle a mi tía Mary— beso los labios de Carson antes de salir de la habitación.
El hecho de saber que no iré sola a la boda me tranquiliza mucho más, y tal vez el que Carson haya aceptado me hacía sentir más segura sobre mi decisión.
Camino al rededor del apartamento mientras marcaba el número de la tía Mary. Después de dos veces que se reprodujo el timbre, ella contestó.
—¿Hola?— la voz de la tía Mary suena a través de línea.
—Hola, tía Mary, ¿Qué tal están todos allá?— pregunto apoyando mi espalda en la pared de la cocina.
—Hola querida, Yanay está con unas amigas suyas y tu tío Danny quiere verte después de contarle todo lo que hicimos ¿y que tal están allá?— responde después de mi pregunta.
—Bien, están todos bien...tía Mary, tengo una pregunta. ¿En qué fecha era la boda de papá?— rasco mi cabeza, nerviosa mientras esperaba su respuesta.
—Es este sábado ¿Por qué?
Dudo unos segundos hasta que respiré ondo y formulé las palabras que diría.
—B-bueno...planeaba ir a la boda.
¿En serio acabas de tartamudear, Sam?
Déjame en paz, estoy nerviosa.
No recibía respuesta de la tía Mary, todo fue silencio a través de la línea por muchos segundos provocando que mis nervios aumentarán más.
—¡Por Dios, pero que maravilla!— la mujer grita en su teléfono haciendo que aleje el mío de mi oreja para no quedarme sorda. —, cariño ¿Irás sola?— cuestiona después de algunos segundos de gritos y risitas.
—No, realmente planeaba que me acompañaran los chicos, mueren por volver a ver a sus familias y Carson también iría con nosotros.
—¡Se tienen que quedar con nosotros, prepararemos unas habitaciones para ustedes!— la tía Mary propone entusiasmada.
Sonrío negando la cabeza mientras me daba un golpe de ternura.
—Esta bien, espero que a él no le moleste que lleve a tantas personas— digo sin mencionar a papá, pero se que ambas sabíamos que me refería a el.
—Oh claro que no, seguramente se alegrará de verlos a todos y será una experiencia el que conozca a Carson.
Sonrío ante tal escenario, estoy segura que se pondrá muy nervioso.
—Pero bueno cariño, tengo que ir al supermercado con tu tío Danny, pero te llamaré en la noche para ver su día y fecha de llegada, te amo, adiós— se despide antes de colgar la llamada.
Dejo mi teléfono al lado y suspiro hechando mi cabeza hacia atrás.
¿En verdad estoy haciendo lo correcto?
—¿Todo está en orden?— Una voz hace que me sobresalte y mire hacia la puerta de la cocina.
Jean entra junto con Eros a la cocina mientras el can iba directamente hacia sus platos con comida y agua.
—Todo bien, ¿Emocionado por ver de nuevo a tus padres y hermanas?— sonreí al ver cómo se encendió un brillo en su mirada en cuanto terminé mi pregunta.
—Hace mucho no los veo— menciona sonriendo mirando a la nada.
De pronto, una ola de culpabilidad cruzo por mi mente.
—Lamento que por mí se hayan tenido que ir de su hogar— miro hacia el piso evitando su mirada.
Jean me golpea mi espalda suavemente y varias veces.
—Hey, lo hicimos por qué te queremos, no tienes por qué sentirte mal.
Lo miro y le sonrió con nostalgia.
El castaño claro me besó la frente antes de golpear mi cráneo. Me quejó y el solamente se ríe.
Estuvimos unos segundos en silencio hasta que yo lo mire recordando algo.
—¿Emocionado por ver a Yanay?— golpeó su hombro con el mío empujándolo levemente.
Veo que las mejillas de Jean se pintan de rosado y lo miro incrédula.
—No se de qué hablas.
—Espera, espera ¿Estoy viendo a Jean sonrojarse?— le cuestiono realmente sorprendida al verlo así.
El desvía la mirada mordiéndose un labio.
—Puede que...me haya dado cuenta de algunas cosas el tiempo en el que se quedó en Seattle— dice mientras me mira con las mejillas aún más rojas.
—¿De que cosas?— le pregunto aún más curiosa que hace unos minutos.
—Joder, que la amo— confiesa tan de repente cubriéndose su rostro con ambas manos.
Me quedo perpleja a su lado mirando cómo su respiración se aceleraba y evitaba mi mirada a toda costa.
¿Qué el qué?
Que la ama.
Ah bueno, menos mal escuché bien.
—Tu...
—Sam, no planeaba que pasara esto, te lo juro, pero...carajo, la he amado desde que la molestaba en secundaria— explica golpeando su frente en repetidas ocasiones.
Yo tomo sus manos evitando que se golpeé más y lo obligó a mirarme.
—Jean, te estabas tardando en darte cuenta— golpeó su espalda como el lo hizo anteriormente. Ante mis palabras me mira confundido.
—¿Eh?
—Hace años lo sabemos— pongo los ojos en blanco mientras el me miraba aún confundido. Yo resoplo y me siento en la barra de la cocina. —. Tanto Sara como yo solíamos suponer que te gustaba Yanay debido a tus múltiples misiones de espía contra ella. Supongo que nuestra teoría acaba de ser confirmada.
El suspira apoyando su cabeza en mi hombro.
—¿Y qué se supone que deba de hacer? A ella le gusta el amigo de Carson.
—Jean, ya habíamos tenido esta conversación.
—Lo sé pero...siempre sobre pienso las cosas cuando se trata de ella.
—Mira, hagamos esto— le tomo de la barbilla haciendo que alce su cabeza y me mire. —. Iremos a la boda y conforme a lo que pase le dirás o no lo que sientes, ¿Okay?
—Sam, soy muy estúpido como para comprender que pasa a mi alrededor, no podría asimilar si pasa algo con ella— me mira como si su comentario fuera lo más obvio del mundo.
—Te darás cuenta, eso te lo aseguro— le doy unas palmadas a su espalda y salgo de la cocina antes de encontrarme con Carson en el pasillo de la sala de estar hacia la habitación.
En cuanto el me mira, sonríe y se acerca a mí para posar sus manos en mi cintura y acercarme a él de un pequeño jalón.
—¿Todo bien?— el toma un mechón rebelde de mi cabello y lo pasa hacia atrás de mi oreja.
—La tía Mary está entusiasmada por qué llegue el sábado— sonrío recordando los gritos y risitas de la mujer.
—¿Y estás nerviosa?— me cuestiona acariciando mi cabello mientras me miraba.
—¿Yo? Para nada— respondí dedicándole una sonrisa.
Mentí, estaba muriendo de los nervios, de solo pensar en ver de nuevo a papá me daba mucho miedo.
—Haré como que te creo solo por que tengo que ir al trabajo ¿Bien?— besa mi frente y yo le sonrió.
—Está bien.
Carson sonríe posando sus manos en mi cadera y acercando su rostro al mío haciendo que queden a escasos centímetros.
Nuestras respiraciones se mezclaban al estar tan cerca uno del otro, nuestras narices rozaron levemente antes de que Carson uniera sus labios a los míos.
Una mano de Carson se desliza de mi cadera hacia mi espalda empujándola levemente provocando que nuestros pechos queden pegados.
Cada caricia que recibía por parte de él se sentía como si dejara un rastro de pétalos de rosa como si fuera todo un camino.
Algo cursi ¿No?
Algo pero es lo que siento, deja de juzgarme, voz interior.
Carson besa múltiples veces mis labios antes de mirarme mientras acariciaba mi espalda.
—Solo para recordarlo en el trabajo— el me besa una vez más para alejarse de mi ligeramente. —. Nos vemos más tarde, linda.
Después de que se fue del apartamento, me quedé mirando a la puerta mientras apoyaba mi espalda en la pared.
Sientes mariposas ¿Cierto?
Muchas.
Oh Dios, estás jodida.
Mucho.
Pero ¿Sabes algo, voz interior? No me importa.
♡
Después de unas horas Sara y yo fuimos al centro comercial un par de vestidos para la boda y ahí estuvimos unas horas. Después de encontrar los vestidos, fuimos a comer a el área de comida en dónde estaba moderadamente lleno.
—Odio la gente, lo juro— Sara llega a la mesa que apartamos con una mueca de molestia y dejando una bandeja con comida en la mesa.
—Te encanta ir a fiestas ¿pero odias a la gente?— río tomando la botella de agua que estaba en la bandeja.
—En las fiestas no hay adultos usando a sus mocosos para meterse a la fila— gruñe malhumorada comenzando a devorar la hamburguesa que se compró.
Pongo los ojos en blanco con una sonrisa empezando a comer.
—Por cierto, ¿Cuándo nos iremos a Silverdale?— pregunta la pelirroja con la boca llena mientras se cubría la el rostro con una servilleta.
—Bueno, hoy es jueves y la boda es el sábado así que tendríamos que estar allá...mañana— se hela mi sangre en cuanto terminó mi oración.
No puede ser. Mañana es muy pronto.
Sara en frente de mi, se atraganta con la comida y rápidamente toma se su agua mientras yo me quedo congelada en mi lugar.
—¿¡Mañana!?— me mira atónita mientras se levantaba de su silla. —No puede ser, todavía no tenemos nada empacado. Oh Dios, debí avisarle a Oliver.
Sara saca su teléfono mientras yo aún estaba asimilando las cosas.
Mañana regresaré a mi antiguo hogar en dónde juré que no volvería.
Se forma un nudo en mi estómago quitando todo apetito que tenía hasta hace cinco minutos y es reemplazado por unas ganas de vomitar gigantes.
—¿Sam?— Sara me regresa a la realidad haciendo que sacuda mi cabeza para mirarla. —. Comeremos en casa, no te angusties.
Mi amiga toma mi mano mientras embolsaba la comida en una bolsa de cartón que le habían dado.
Muchos minutos después estábamos ya en el apartamento recibiendo una bienvenida por parte de Eros.
—Carajo ¿Dónde dejaremos a Eros?— la pregunta viene a mi mente en cuanto acaricio y beso al can.
—De eso me encargué yo, la abuela se lo quedará estos días— sale Jean de la nada jalando una maleta.
—¿Cómo es que estás aquí y no empacando en tu casa?— se cuestiona Sara caminando hacia su habitación.
—Las últimas cosas que necesitaba estaban aquí, no me culpes— responde dejando la maleta de lado y comenzar a jugar con Eros.
A la mente me vino Carson y el hecho de que no le he avisado que...
—¡Ya compré los boletos de avión, nos vamos esta noche!— Oliver pasa rápidamente por la sala con las manos llenos de utensilios de baño y vuelve a su habitación.
—¿Qué mierda dijiste?— Jean grita desde el sofá con la esperanza de que Oliver lo escuchara pero nunca hubo respuesta.
—Vuelvo rápido — aviso antes de salir del apartamento y cruzar el pasillo y llegar al ascensor para bajar unos cuantos pisos hasta llegar al apartamento ciento ochenta y dos. El apartamento de Carson. A esta hora ya habría vuelto del trabajo.
Al pararme en frente de su puerta, doy un par de toques a la madera para luego esperar.
Unos segundos después, la puerta se abre dejando ver a un Carson muy despeinado con los ojos entrecerrados.
—¿Qué pasa, linda?— frunce el seño al verme y cuestiona con una voz ronca.
—¿Estabas dormido?— le pregunto con una sonrisa naciendo en mis labios al verlo así.
—Llegué un poco cansado del trabajo y decidí tomar una siesta antes de ir a tu apartamento, lo siento— se disculpa apoyando su cabeza en la puerta, casi dormido.
—No pidas perdón, más bien yo tendré que disculparme con lo que te diré— ladeó mi cabeza hacia un lado preparando cómo decirle que nos íbamos esta noche.
—Me estás preocupando Sam ¿Qué pasa?— frunce el seño aún más mientras sentía si mirada fija en mi.
Suspiro y lo miro.
—Oliver compró los boletos de avión para hoy en la noche— le digo y puedo como ver su expresión de preocupación se convierte en una de sorpresa.
—Mierda ¿Está noche?
Asiento con la cabeza mientras mordía mi labio.
—No tienes que ir si no quieres, lo sabes— le digo al ver su reacción y su expresión.
El me toma de la mano y me jala rápidamente hacia adentro de su apartamento cerrando la puerta.
—Claro que quiero ir ¿Ya tienes empacado todo?— Carson toma entre sus manos mi cintura y besa mis labios suavemente.
—Aún no— respondo mirando sus ojos con lagañas causando que acerque mis manos a sus ojos y se las quite provocando una risa de su parte.
El besa mi frente antes de acercar su rostro a mi oreja.
Podía sentir su respiración, cosa que me causaba un escalofrío en mi espalda.
—Quien termine antes de empacar gana— me susurró antes de soltarme e irse corriendo a su habitación.
Desgraciado.
Suelto una risita antes de salir corriendo del apartamento de Carson para irme al mío.
♡
Después de cuarenta minutos, ya había terminado de empacar, lamentablemente Carson ganó ya que tenía gran ventaja el hecho de que estuviéramos en su apartamento.
Ahora estábamos los cuatro en nuestro apartamento, Jean estaba recostado en el piso con su maleta encima de el. Sara estaba en la cocina preparando café para todos —Menos para mí, claramente— , mientras que yo estaba comenzando a caer en un sueño profundo gracias a qué Carson estaba acariciando mi brazo, cosa que me relajaba siempre que lo hacía.
—Ya está el café— abro ligeramente los ojos para ver a Sara y a Oliver entrar a la sala de estar con varias tazas de café.
—¿Cuánto falta para que sea la hora de nuestro vuelo?— Jean se cuestiona tomando la taza después de agradecerle a Oliver.
—No mucho, en una hora tenemos que estar en el aeropuerto— responde el rubio mientras le daba una taza a Carson y se sentaba en el suelo. —Diablos, olvidé que ya habíamos dejado a Eros con tu abuela— maldice después de buscar al perro y no tener éxito en su búsqueda.
—Lamento hacerte el favor de dejar a salvó a tu perro mientras tú te vas, hermano— Jean le da un sorbo a su café negando con la cabeza.
Después de muchos minutos de estar hablando mientras todos tomaban su café, llegó la hora de irnos.
Todos salieron del apartamento menos yo, ya que me tocaba cerrar la puerta con la llave.
Miro en apartamento mientras sostenía fuertemente la maleta suspirando.
Iba a ir a casa.
Vería a papá de nuevo.
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