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Capitulo 12

Los rayos de sol traspasan la ventana yendo directamente hacia mis ojos provocando que tome entre mis manos la sábana y la coloque encima de mi cara.

Cuando estaba apunto de encontrar de nuevo mi sueño, sonó la maldita alarma.

Bufando me levanto de la cama y de mala gana apagó la alarma.

Suelto un suspiro y resignada me dirijo al baño para ducharme e ir corriendo al trabajo.

Ya que la grandiosa de Sam, puso la alarma 20 minutos después de lo necesario.

Cuando entro al baño me desvisto y entro a la ducha, mis músculos se relajan al recibir el agua tibia en mi espalda.

Después de unos segundos mi mente revive los hechos de ayer.

Pero inmediatamente se cruza un nombre en mis pensamientos.

Chris.

Realmente tengo miedo en qué se vuelva a repetir la historia.

«—¡Chris ya basta!— Suplico callendo al suelo al momento de ser golpeada con la pared.

—Se que estuviste con alguien, yo sabía que eras una perra sin gracia— Escupe el rubio con una botella de cerveza en una mano y con otra mano posada en mi cabello.

—No paso nada Chris lo juro, era solo un compañero de la escuela— Trato de explicar sintiendo fría mi mejilla debido a la sangre que empezaba a salir poco a poco.

—¡Ya cállate mentirosa!— Chris Lanza un último golpe en mi ojo provocando que caiga al suelo totalmente mientras pongo mi mano en la zona recientemente golpeada

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal ante ese pequeño recuerdo.

Después de que me aleje lo más posible de Chris, jure por lo más preciado de mi vida que jamás iba a caer tan bajo como lo pude caer esos 4 años, y estoy más que dispuesta a seguir en pie con eso.

Sacudo mi cabeza apartando esos pensamientos, realmente no quiero pensar en eso.

Cuando terminó de ducharme, me arreglo lo suficiente como para ir al trabajo decente.

Y no quede nada mal teniendo en cuenta que solo me tomé diez minutos para hacerlo.

Salgo de la habitación una vez lista para encontrarme a Oliver en el pasillo.

Estaba despeinado portando solo unos pantalones holgados.

Estaba bostezando en cuanto me vio, y cuando me identifico solo sonrió.

—Así que te estabas comiendo a Carson anoche eh.

Su comentario me toma desprevenida causando que me ahogue con mi propia saliva.

—No nos estaba...Nosotros no— Trato de formular una oración en medio de mis balbuceos.

—Eso me da a entender que en efecto, paso algo— Menciona casualmente para darme la espalda e irse a la cocina.

Suspiro resignada y cruzo el departamento para salir al corredor no sin antes despedirme de Sara y Oliver.

Cuando salgo del lugar, camino un par de segundos antes de encontrarme con Jean en el corredor.

—¿Qué estás haciendo aquí tan temprano?— Cuestiono curiosa ya que no suele llegar nunca a esta hora de la mañana.

-Oliver cocina mejor que Sara, así que es mejor llegar temprano para poder comer de su comida y no de la de Sara- Responde mientras sigue su camino. -. Que te vaya bien en el trabajo oruga- Menciona pasando al lado de mi después de darme un beso en la frente.

Pongo los ojos en blanco ante su raro apodo y sigo con mi camino hacia la salida.

Al estar en frente del ascensor miro un cartel que decía "Fuera de servicio".

Bufo y camino hacia las escaleras.

Me detengo un momento para mirar el reloj y miro que eran casi las nueve.

¡Dios! ¡Llego súper tarde!

Apresurada bajo las escaleras con pasos más veloces de lo que suelo bajar comúnmente.

Estoy tan centrada en bajar rápidamente que no noto cuando alguien está pasando a mi lado.

Por accidente golpeó su hombro con el mío provocando que ambos nos hagamos a un lado.

—Lo siento no fue mi...

Estaba por disculparme pero en cuando ví esos ojos marrón a través de esos cristales mi garganta ya no emitió sonido alguno.

—Buenos días— Saluda Carson después de unos segundos de estar desorientado.

—Buenos días— Devuelvo el saludo asintiendo con la cabeza formando una curva en mis labios.

El castaño tomó sus anteojos y los acomodo en su rostro.

—Veo que ya te vas a trabajar— Menciona recargando su brazo en el poste de la escalera.

—Si, voy súper tarde y no me ayuda mucho el que no sirva el ascensor— Respondo bajando poco a poco las escaleras.

Maldito sea el segundo en el que aposté el auto con Sara.

—Bueno, puedo llevarte si así lo quieres— propone alzando sus hombros y sonreía.

Lo pensé por algunos segundos, si me iba en el metro llegaría unos quince minutos más tarde, y no podía darme el lujo de llegar tarde.

—Esta bien— Acepto bajando las escaleras a un ritmo acelerado con el castaño atrás de mi.

Bajamos las escaleras en silencio absoluto, y no mentiré que fue algo incómodo, pero estaba centrada en bajar las escaleras sin caer lo que fue un reto.

Cuando llegamos al lobby la primera imagen que recibo es a un Carlos despeinado con un montón de papel de regalo y una caja de cartón.

—Buenos días, Carlos— Mi saludo hace que el hombre de mediana edad se sobresalté y me mire.

—Ah señorita Connor, hola— Saluda secamente y vuelve a lo suyo.

Miro a Carson en busca de una respuesta y el solo apunta a su tío formando una leve mueca.

—¿Está todo en orden?—Pregunto acercándome al mostrador.

—No puedo envolver una maldita caja como un maldito regalo por qué el maldito papel no quiere cooperar— Expresa Carlos dejando la caja a un lado enfadado.

Me sorprende el que haya dicho una misma maldición varias veces y en la misma oración.

Aunque bueno, siendo Carlos me sorprende cualquier maldición que salga de su boca.

Lo miro con poca pena y coloco mis manos en las suyas.

—Puedo ayudarte, deja las cosas en el apartamento y yo lo haré por ti, y para cuando tengas que irte ya estará listo— Le propongo causando que un brillo aparezca en los ojos de Carlos.

—¿Haría eso señorita?— Pregunta como un niño tímido.

Yo asiento con la cabeza hasta que vuelvo a la realidad.

Miro el reloj y me alarmo, carajo! Faltan 5 minutos.

—Me tengo que ir adiós— Me despido rápidamente para salir del edificio apresurada.

Escucho atrás de mi el como Carson le dice a Carlos un "Yo la llevaré" para salir del edificio junto conmigo.

Corriendo, Carson me lleva a su auto para abrir la puerta del copiloto y rápidamente ir al otro lado del auto.

Me extraña el hecho de que abra la puerta del lado al que yo estoy por abordar.

Nunca había hecho nadie eso conmigo aparte de Jean...y solo era para poner su mochila en el suelo.

Extrañada, subo al auto y lo examinó.

Estaba ordenado en si, la colonia que emanaba el sitio era agradable y no abrumador como el exceso de perfume en el auto de Jean.

En el retrovisor estaba colgado un pequeño llavero de Spiderman.

-Con que fan de DC eh— Tomo entre mis manos el llavero y lo examinó.

Carson mira el llavero y luego a mi mientras encendía el auto.

—Fue un regalo de mi madre, no creas que es mejor, solo Spiderman es superior— Menciona el castaño arrancando el auto y saliendo del estacionamiento.

—Supongo que ahora te tendré que llamar Spiderman en lugar de Batman.

El me mira con incredulidad pero con una sonrisa en su rostro.

Yo le devuelvo la sonrisa y recargo mi espalda en el asiento de copiloto.

Y así con indicaciones mías, llegamos en menos de diez minutos.

Se que no llegue lo más temprano, pero llegue lo suficientemente a tiempo como para evitar un sermón.

Miro a Carson al lado de mi y observo el como se estaciona en frente de la casa de la señora Wilson y mira hacia la casa de dos pisos que es bastante grande a mi parecer.

—¿Cuánto es que te pagan?— Me mira sorprendido al ver tremenda casa.

—Mas de lo que podría haber ganado en dos años en mi antiguo trabajo— Bromeó apartando el cinturón de seguridad y colocando mi mano en la puerta del auto y miro de nuevo al castaño. —, Supongo que nos vemos después spiderman.

—No lo vas a dejar atrás, ¿Cierto?— Cuestiona meneando suavemente su cabeza mientras sus manos se encuentran en el volante.

Niego con la cabeza lista para salir del auto pero Carson de manera rápida sale del auto y cruza a mi lado para abrirme la puerta.

Me resulta extraño tanta caballerosidad teniendo en cuenta que estas actitudes jamás en mi vida estuvieron presentes.

Pero...me gusta.

Y más viniendo de el

Basta Sam interna, que dices.

Recuerda que somos una misma babosa.

Dejo atrás a mi voz interna y salgo del auto para quedar de frente con Carson.

—Supongo que nos veremos más tarde— Me despido caminado hacia la casa lentamente.

—Lo mismo digo, en serio le salvaste el día al tío Carlos— El castaño camina junto a mi hasta llegar casi a la entrada del hogar.

—No es nada, el me ha ayudado más que yo a el— Menciono mientras acomodo un mechón suelto de mi cabello hacia atrás de mi oreja.

—Es un buen hombre realmente.

Carson se queda mirando a un punto fijo con una sonrisa en los labios.

Observo su rostro con detenimiento por unos segundos hasta que el reacciona sacudiendo su cabeza.

—Bueno, nos veremos esta noche entonces— El se despide y me tiende la mano para estrecharla.

—Espero que no sea muy formal por qué en ese caso me veré obligada a no ir— Afirmo tomando su mano para estrecharla de vuelta.

—Oh no seas modesta— Después de de ir eso toma mi mano firmemente y me jala levemente hacia el. —, Se que te verías bien con cualquier cosa.

Me quedo mirándolo analizando lo que acaba de decir y mi pulso se empieza acelerar.

—¡Sam!— Una voz chillona se hace presente.

Me obligó a mirar hacia atrás para encontrar a una Anna animada saliendo de la casa junto con la señora Wilson y Jimmy en sus brazos.

—Llegas tarde Sam, llegó tarde para una junta— Reclama la señora Wilson para tender al bebé en mi dirección.

—Lo siento, fue mi culpa— Carson se disculpa provocando que yo lo mire con culpabilidad.

—Si bueno, voy tarde así que me voy ya, adiós mis amores— La señora rubia les da un beso a ambos niños y a Jimmy lo deja en brazos de Carson provocando que soltara mi mano.

Después de que la señora Wilson se despidiera de todos, se va y los cuatro nos quedamos en silencio.

—Quiero jugar a la guerra Sam— Pide Anna mientras jala de mi suéter negro.

—Anna, ya nos dijo tu mamá que no más juegos de guerras— Mi pequeño sermón hace que la pequeña haga presente su puchero típico.

Una queja de parte de Carson llama mi atención, al verlo me causa gracia la imagen que recibí.

Jimmy estaba mordiendo la oreja del castaño mientras intenta quitarle los anteojos de su rostro.

Tomo al bebé entre mis brazos haciendo que Carson solté un suspiro de alivio.

Jimmy se calma en cuanto lo cargo y me mira con sus ojos extremadamente abiertos y una sonrisa grande.

—¿Eres el novio de Sam?— Pregunta Anna inocentemente llamando la atención de Carson.

Mis mejillas empiezan a calentarse ante la pregunta tan repentina de la pequeña.

—¿Qué? No yo no...no somos, somos no— El castaño balbucea antes de que Anna lo interrumpa.

—¿Quieres jugar a las guerras?— Cuestiona la niña tomando de la mano a Carson y arrastrarlo camino a su casa.

—Anna..— Estaba apunto de reclamar antes de que Carson fuera el que me interrumpió.

—Esta bien, hoy descanso del trabajo así que no veo el porque no— Carson me sonríe y se deja arrastrar por la niña hacia adentro del hogar.

Miro estupefacta a Carson y luego miro a Jimmy que está mirándome con una sonrisa.

Miro al bebé con una sonrisa.

O eso estaba pasando hasta que se escuchó algo dentro de el.

O más bien algo que salió de el.

—Dios Jimmy, ¿no podías esperar a que entrara a tu casa?— Me quejo con el pequeño provocando una risa de su parte y con eso entre a la casa.

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