Capitulo 10
Cuando termine de darme mi ducha, decidí que este día lo tomaría para mí misma.
Salgo del baño con mi pijama que solo consistía en unos pantalones deportivos holgados y una camisa grande que le robe hace años a Jean y miro mi cama con deseo.
Me acuesto en el colchón más perfecto que mi vida y respiro tranquilamente mientras miro al techo.
Y tan pronto como me relajo, escucho unos toques al otro lado de la puerta.
Adiós a mi día para mí sola.
Fastidiada, me levanto de la cama con pesadez y abro la puerta para ver a un Oliver muy animado.
—¿Qué?— Pregunto secamente mientras lo miro con malhumor.
Oliver cambia su expresión alegre a una falsamente ofendida.
—¿Así es como tratas a alguien que te trajo de comer?— Alza su mano con una bolsa de plástico mientras pone su típico puchero.
Miro la bolsa y luego a el consecutivamente para tomarla con mis ojos entrecerrados.
Oliver agita su mano haciendo que se mueva la bolsa y yo lentamente estiro mi brazo para tomar el objeto cuando llega Sara a la habitación.
—Genial trajiste las cosas, no me tardo— Menciona la Pelirroja apresurada haciendo que se fuera más pronto del lugar que cuando llegó.
Miro a Oliver en busca de respuestas recibiendo de su parte una cara extraña junto con sus hombros alzados.
Tanto el rubio como yo salimos de la habitación y seguimos a Sara hasta la cocina en dónde se encuentra sacando todos los productos que están en la bolsa.
Después de sacar todo de la bolsa, Sara mira a Oliver cómo si verdaderamente lo quisiera matar.
—¿No trajiste las cosas?— Pregunta cerrando su puño haciendo que la bolsa que tiene se doble en la mesa.
—Olvide la lista y tuve que improvisar— Responde Oliver rápidamente alejándose poco a poco de la cocina.
Yo sin decir nada, sigilosamente me voy de la cocina sin que me noten.
Afortunadamente no lo hicieron, así que crucé el pasillo para entrar a mi habitación.
A lo no muy lejos se escuchó el timbre del departamento, miro hacia atrás en busca de una señal de que Oliver o Sara irían a abrir, pero estaban ocupados discutiendo aún por la lista.
Suspiro con pesadez y giro mis pies para cambiar el rumbo de mi camino e ir a la puerta.
Abro la puerta con un ligero enojo el cual se desvanece ya que mis ojos se cruzan con esos ojos color miel que realmente me gusta observar a través de ese cristal.
Carson estaba junto a Jean afuera del departamento con un par de bolsas llenas de cosas.
—¿Esa camisa es mía?— Pregunta Jean abriendo su boca indignado con las cejas juntas.
—Ya era hora de que te dieras cuenta Sherlock, ¿Qué hacen aquí?— Cuestiono moviendo mi cuerpo a un lado para que entren los dos chicos castaños.
—Trajimos unas cosas que pidió Sara— Carson contesta alzando su mano mientras entraban.
En cuanto el término la oración la pelirroja se hizo presente en el lugar.
—Genial gracias chicos— Sara tomo todas las bolsas y se fue de nuevo a la cocina en dónde Oliver ahora estaba por alguna razón tirado en el piso.
—Bieen...voy a fingir que Oliver no está muerto en la cocina y que Sara no planea hacer ningún estofado con el o algo por el estilo— Dice Jean para después sentarse en el sofá individual.
Yo río ante su comentario para después sentarme en el sofá doble en dónde estaba Carson, así que en cuanto me siento, siento su pierna rozando con la mía.
Miro al castaño y noto que tiene su cámara entre sus piernas.
—Así que llevas a todos lados eso— Hablo llamando su atención para luego hacer que mire abajo en dónde está su cámara.
—Claro, es mi compañera desde los dieciséis años— La sostiene entre sus manos sonriendo mientras la mira.
—¿Puedo...— Cuestiono apuntando a la cámara en señal que quería ver sus fotos.
—No tiene una memoria en este momento así que no se vería ninguna foto, pero puedes observarla— Responde tendiendo el objeto a lo que yo la tomo rozando levemente mis dedos con los suyos.
Miro la cámara y algunos recuerdos de mi abuelo y su colección me hacen soltar una sonrisa llena de nostalgia.
—Es buena cámara aunque sea algo vieja— Comenta el castaño y yo lo miro para asentir con la cabeza con una sonrisa.
Miro a mi alrededor y observo como Jean está siendo absorbido por su teléfono con el nuevo juego que descargo hace unos días, también miro como Sara y Oliver ya están bien debido a que se fueron a la habitación de Sara aparentemente de forma discreta.
—¿Quieres salir de aquí?— Giro mi cabeza ya que Carson hablo llamando mi atención.
—¿Ahora?¿Con está ropa que tengo?— Pregunto incrédula.
—¿Te parece que yo tengo ropa decente?— Responde con otra pregunta riendo.
Observo su ropa, está con unos pantalones deportivos y una camisa que al parecer es interior, realmente está igual que yo o igual de desaliñado.
No lo pienso ni dos segundos antes de ponerme de pie e ir de camino a la puerta.
—Vamos entonces Batman.
El sonríe y se pone igualmente de pie.
Cruzamos la puerta para salir del departamento y al momento de estar en el pasillo reacciono.
—No sé si me debo de ofender por el hecho de que Jean no haya notado nada incluyendo cuando nos fuimos— Menciono deteniendo el paso mirando a la puerta ofendida.
—Tengo poco tiempo conociendo a Jean pero algo que se es que cuando está en su teléfono nadie lo saca de su mundo— Responde el castaño sacando una memoria de camara de su bolsillo y poniéndola en su cámara colgada en su cuello.
Recuerdo todas las veces en las que ha pasado eso y termino por aceptar el hecho ocurrido ya que es cierto.
Caminamos por el pasillo hasta llegar al ascensor en silencio.
O eso parece hasta que Carson empieza a tararear una canción malditamente conocida para mí memoria.
Whatever happened to predictability?
The milkman, the paperboy, the evening tv?
En mis adentros se empieza a reproducir la canción principal de la sería que me encanta ver desde niña hasta la fecha.
—How did I get delivered here? Somebody tell me please— Murmuro inconscientemente presionando el botón del ascensor para bajar de piso.
Tan pronto como termino de murmurar la letra de la canción siento una mirada marrón en mi rostro.
—¿Viste Full house?— Pregunta sorprendido en cuanto recargo mi espalda en la pared del lugar.
—Lo veía desde pequeña, específicamente por el tío Jesse— Menciono recordando cuando salía de la escuela y cuando llegaba a casa reproducía los capítulos una y otra vez.
—¿En serio? Yo la solía ver por D.J.— Responde con una sonrisa mientras se quita los anteojos para limpiarlos con su camiseta.
Me detengo a mirar sus ojos sin el cristal de por medio, apresar de ya haber visto esos ojos sin anteojos, es realmente adictivo el como el color miel se puede convertir a diferentes tonos dependiendo de la luz en la que se reflejen.
Vuelvo a la realidad en cuanto se vuelve a colocar sus anteojos justo a mismo tiempo en el que se abrieron las puertas del ascensor.
Ambos salimos al mismo tiempo para después llegar al lobby y encontrarnos con Carlos.
—Buenos día...¿Por qué están vestidos así?— Carlos abre los ojos a tal punto de que creía que se le saldrían de sus órbitas.
Miro hacia abajo observando mi ropa y después a la ropa de Carson.
Oh Dios, que vergüenza, Carlos debe de estar pensando muchas cosas.
Obviamente, contigo con una camisa gigante y su sobrino con una camisa interior...No lo culpo.
—Ah no no Carlos no es lo que estás pensando sino lo contrario— Logro decir en medio de algunos balbuceos mientras sentía que mis mejillas aumentaban de temperatura.
Y puedo decir lo mismo de Carson, solo que el no pudo decir nada, solo balbuceaba con las mejillas levemente rosas.
Carlos suelta una carcajada ante nuestra reacción y pone los ojos en blanco.
—Váyanse antes de que piense que si hicieron algo— Menciona Carlos luego de ponerse de darnos la espalda y acomodar algunos papeles.
—Oh Dios que vergüenza— Gripe Carson con sus manos en su cara dónde sus anteojos quedaron afuera de sus manos.
Yo río ante su reacción y tomo un extremo de su camisa para jalar de el hacía la salida del edificio.
Los rayos de sol nos reciben con intensidad, a lo que me obligó a cerrar los ojos con una fuerza leve.
Miro al lado y observo como Carson tiene los ojos naturalmente abiertos.
—¿Cómo es que no te estás quedando ciego?— cuestiono con curiosidad.
El me mira y se quita los anteojos para enseñarlos.
—Polarizado.
Mi boca forma una grande “O" después de comprenderlo.
No logro articular alguna palabra cuando rápidamente toma mi mano y corre entre toda la gente esquivando postes y personas.
Mis piernas se mueven más rápido de lo normal ya que debí ir más rápido debido a que las piernas de Carson son notoriamente más largas.
Ambos corremos a contracorriente de la gente tomados de la mano mientras yo intento esquivar a toda la gente que pasa con mis inútiles reflejos.
Y así duramos corriendo unos 3 minutos hasta llegar a un parque donde había de todo.
Desde niños jugando con perros hasta un señor desmayado en una banca con una botella de alcohol.
¿Que les digo? Seattle, damas y caballeros.
Me detengo a observar los árboles y el como la luz del sol traspasan algunos agujeros gracias a las formas de las hojas.
Mis ojos viajan hasta mi mano que aún sigue tomada a la de el castaño, subo mi mirada a su cara y mis ojos verdosos se cruzan con sus ojos miel.
Carson me sonríe antes de soltar mi mano y tomar su cámara entre sus manos.
—No te muevas, te ves perfecta con esa luz— Menciona antes de hacerse hacia atrás y subirse los anteojos a la cabeza para poner el ojo en la cámara.
Mis mejillas sienten lo mismo que hace rato mientras mi corazón empieza a acelerar su ritmo.
—Pero yo no soy fotogénica— Menciono tratando de sacar de mi mente sus palabras.
—No hace falta ser fotogénica cuando se posee una belleza natural— Defiende enfocando el lente de su cámara.
Yo me cruzo de brazos poniendo una mueca y justo en ese mismo momento se escucha el como toma la fotografía.
—De eso estoy hablando— Dice poniéndose de nuevo los anteojos y mirando la pequeña pantalla de la cámara.
Me acerco a el con la intención de ver la fotografía a lo que Carson hace a un lado la cámara dificultando mi intento de mirar.
Después de algunos segundos de estarlo siguiendo con el intento de verla mientras el está con la cámara pegada a su pecho al mismo tiempo que se aleja, me rindo.
—Si veo esa foto en alguna página ya sabré a quien matar— Lo acuso con mi dedo índice apuntando hacia su cara.
Carson en señal de paz, alza sus manos no sin antes colgar su cámara en su cuello.
♡
Después de un par de horas de estar en el parque, nos encontramos a un señor muy adorable que vendía helado, y yo como buena amante del helado, me acerque y le compré uno, a los pocos segundos Carson regreso con uno para el.
Ahora estábamos en una banca ambos mientras Carson está a tranquilo comiendo su helado y yo estaba como un perro tratando de que no se derramará el helado por el calor.
El ríe ante mi acción y como ha hecho la última hora, toma una fotografía del momento, yo al darme cuenta me detengo y miro como sostiene su cámara con una mano mientras que con la otra tiene su helado pegado a su lengua.
No me molestó en evitar mi gracia y suelto carcajadas causando que el castaño también lo haga.
Este día lo planeaba pasar sola, pero me di cuenta que fue mejor en compañía de Carson, y en verdad lo estoy disfrutando.
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