El alfa despertó viendo la cama vacía a su lado, en su rostro se dibujó una sonrisa al recordar lo sucedido la noche anterior. Su lobo se encontraba eufórico al saber que su omega ya lo había perdonado. Se levantó, poniéndose unos pantalones para a buscar al pelirosa.
Este se encontraba en la cocina, caminando de un lado para otro, velando una sartén y echando algo de sopa en un plato hondo al mismo tiempo. Se acercó en silencio y lo abrazó por la espalda, dispuesto a dejar un beso sobre la marca, pero de un movimiento brusco el omega se apartó, observándolo con el ceño fruncido.

—¿Qué sucede? —preguntó confundido.

—No me toques —dijo de forma seca y siguió con lo que estaba haciendo.

—Pero...ayer tú...

—Mira, eso solo fue porque el doctor dijo que ibas a morir, así que no te hagas ilusiones —dijo sin mirarlo.

—Si según tú me odias entonces ¿por qué lo hiciste? Me hubieras dejado morir y listo —murmuró comenzando a sentirse herido por las duras palabras que estaba recibiendo.

—Si mueres sería muy fácil, aún tienes que cargar con la culpa de la muerte de mi cachorro —se volteó a mirarlo, observando al alfa con la mandíbula tensa y los puños apretados.

—¿Tanto me odias?

—Por supuesto —le miró despectivamente.

—Bien —se dio la vuelta y fue hacia su habitación, de la cual salió unos diez minutos después con el cabello mojado y otra ropa.

—¿A dónde vas?

—¡A dónde me de la gana! —exclamó enojado y salió del apartamento dando un fuerte portazo.

[...]

—¿Beomgyu pero qué te sucede? —preguntó Yeonjun mirando que su amigo había llegado asustado a su casa.

—Papá no sabe que he salido...necesito decirte algo, tengo miedo —lo abrazó con fuerza, apoyando su tembloroso cuerpo contra el de su amigo.

—¿Qué quieres decirme? —preguntó mientras se dirigían a escondidas hacia su cuarto, evitando que su papá los viera.

—El otro día escuché a papá hablar sobre mi hyung, le dijo a uno de sus guardias que lo vigilara y que aprovechara cuando el estuviera distraído y lo atropellara —sus pequeñas manitos temblaban por el miedo que sentía—, iba a decirle a mamá pero me descubrió y amenazó con golpearme mucho si le decía a alguien...no quiero que papá me golpee —sollozó llevando ambas manos a su rostro.

—Debemos decirle a mi hyung —Beomgyu lo miró negando asustado.

—No, si papá se entera va a golpearme.

—Pero Kookie es el alfa de tu hyung, él debe saberlo. Iban a tener un cachorrito y lo perdieron por eso. Escuché a papá hablar con alguien por teléfono sobre el accidente —Beomgyu lo pensó por unos minutos y después asintió—. Kookie protegerá a tu hyung.

—Quieren que se case con un señor rico, él es amable, pero creo que no quiere a mi hyung.

El pequeño pelinegro olfateó de pronto, sintiendo un aroma achocolatado hacerse más fuerte en la casa.

—Kookie hyung está aquí, vamos a decirle —tomó su mano y salieron corriendo escaleras abajo, pero se detuvieron de golpe al escuchar unos sollozos.

—Jimin me odia papá —se asomaron viendo al omega abrazar a su hijo mientras esté lloraba con la cara escondida en su cuello.

—Creo que no es buen momento —susurró Beomgyu.

—Nunca había visto a Kookie hyung llorar —comentó sintiéndose muy triste.

—Vamos, volvamos a tu habitación —dijo en voz baja y el otro asintió.

(Tres semanas después)

Estaba en mi habitación, aunque esta estaba a oscuras lo sabía pues podía distinguir algunas de mis cosas debido a la luz de la luna que se colaba por las ventanas. Hacia frío esa noche, demasiado, mi piel se erizaba y mis labios temblaban.

—¡Papá! —escuché una voz infantil provenir de algún lugar de la habitación. Miré a todos lados buscando el lugar de dónde provenía esa voz, pero solo me encontraba yo—. Papá —otra vez se volvió a escuchar, pero esta vez sentí que venía del armario.

Me acerqué cauteloso y con cuidado lo abrí, pero estaba completamente vacío, ni siquiera estaba mi ropa.

—Papá —al escucharla tras de mí mi piel se erizó, su voz ahora había sonado distorsionada y se acompañaba de un fuerte llanto que hacía eco por toda la habitación. Me di la vuelta lentamente, encontrando a una pequeña de no más de tres años, llevaba un lindo vestido blanco, tenía el cabello negro y ojos grandes del mismo color, nariz de botón y labios pomposos.

—¿Quién eres? —pregunté confundido ¿Cómo fue qué llegó esta niña a mi cuarto?

—¿En verdad no me reconoces papi? Soy yo —habló con voz dulce

En ese momento sentí mis ojos picar y mi sangre helarse, esto no podía ser posible, no podía ser ella, esto solo era una trampa de mi mente, porque ella había muerto sin siquiera nacer.

—¿Papi, por qué no me protegiste? —preguntó mientras lágrimas salían de sus ojitos oscuros.

En mi garganta se había formado un nudo, apenas y podía respirar, la temperatura descendía cada vez más, haciéndome temblar completo.

—Yo...yo lo lamento —unas lágrimas se escaparon de mis ojos. Estaba consciente de que nada era real, pero aún así sentía que debía pedir perdón.

—¿Por que? ¿Acaso no me querías papi?

—Yo... —¡Sí, te amo más que a nada! Eso era lo que quería responder pero el nido en mi garganta me lo impidió.

—¡¿POR QUÉ?! —comenzó a gritar una y otra vez mientras sus lágrimas se volvían rojas, el sonido del llanto incrementándose y haciendo doler mis oídos.

—¡DETENTE! —grité tapando mis oídos.

De pronto todo a mi alrededor se volvió negro, ya no sé ni qué pensar, definitivamente me estoy volviendo loco.

—¿Papá, por qué? —se volvió a escuchar el llanto y la niña apareció otra vez frente a mí.

—¡Ya detente, por favor! —imploré destrozado, cayendo arrodillado y tapando mi cara con mis manos.

De pronto se comenzó a escuchar el sonido de algo goteando, quité mis manos de mi rostro y miré al suelo, un gran charco de sangre estaba frente a mí. Miré al frente y la vi, su vestido blanco comenzaba a tornarse rojo, y la sangre se acumulaba alrededor de su pequeño cuerpo, miré luego mis manos, y me asusté al verlas llenas de sangre.

—Me mataste ¿por qué lo hiciste papá?

—N-no lo hice, fue solo un a-accidente, no fue mi culpa —dije con voz temblorosa y tartamudeando.

—¡No, tu me mataste, tú lo hiciste!

Chilló de pronto y mis oídos comenzaron a sangrar, mientras, se acercaba a mí a pasos lentos, la sangre comenzaba a salir de su boca y nariz y estaba tornándose negra...

—¡Jungkook!

—¡Basta! —me senté de golpe en mi cama, mi pecho subía y bajaba rápidamente, mientras intentaba obtener algo de aire en mis pulmones, sentía mis mejillas mojadas por las lágrimas y mi pecho dolía.

—¿Te encuentras bien? —preguntó un asustado Jimin a mi lado

—Fue mi culpa, yo la maté —de mi boca solo salían susurros, de seguro casi inaudibles.

—¿A quién mataste? ¿De qué hablas?

—¡Suéltame, alejate de mí! —me safé bruscamente del agarre que tenía en mi brazo.

—¿Jeongguk qué te sucede? —preguntó en voz baja acercándose a mí—. Solo fue una pesadilla, solo fue un pesadilla —repitió en voz baja mientras se acercaba aún más y me abrazaba a su pecho, yo estando aún sentado en la cama. Comenzó a acariciar mis cabellos con suavidad mientras me repetía que todo estaba bien, y solo en ese momento pude obtener un poco de paz en mi atormentada mente.

Aún no lo he perdonado, y tal vez no debería estar consolándolo, pero es que se veía tan vulnerable en estos momentos que no lo pude evitar. Nunca lo había visto así, se aferraba a mi cuerpo como un pequeño asustado mientras sollzaba en voz baja. Me había asustado demasiado cuando desperté por sus gritos, parecía que alguien lo estuviera torturando.

Me senté a su lado y él se acomodó con la cabeza en mis piernas, mientras yo seguía repartiendo caricias en su cabello. Comencé a soltar feromonas para que se calmara, y no pasó mucho tiempo para que se quedara dormido nuevamente.
Miré su rostro, se veía claramente el rastro de lágrimas secas en sus mejillas, no me puedo ni imaginar lo que soñó para haberse puesto así.

Al otro día me dolía todo el cuerpo por haber dormido en esa posición toda la noche. Jungkook despertó un rato después pero cuando le quise preguntar qué había soñado solo se había envuelto en las mantas, ignorándome.

Estuvo así hasta la tarde, donde salió del cuarto arreglado y me dijo que el señor Baekhyun quería verme.

Así que fuimos hacia su casa, cuando llegamos me sorprendí mucho por ver a Beomgyu y a Hyungsik allí. Corrí a abrazar a mi hermano y saludé formalmente al alfa, que si bien conocía un poco, no me caía demasiado bien. Jungkook también se veía molesto, con el ceño fruncido y no paraba de mirar mal a Hyungsik, supongo que se imaginaba quien es.

—¿Qué haces aquí?

—Resulta ser que tu hermanito y su amigo son muy inteligentes para su edad, Beomgyu le pidió a tu padre salir conmigo y me trajo aquí.

—¿Beomgyu? —pregunté mirándolo confundido.

—Me dijo que ya tienes un alfa, y por esa marca veo que es cierto —dijo mirando mi cuello e instintivamente llevé una mano al lugar, tapándola de su vista—, además de que aquel chico no para de lanzarme cuchillos con la mirada —rió algo incómodo.

—Es cierto —dije evitando explicar cómo están las cosas entre nosotros ahora.

—Bien, supongo que el matrimonio se cancela. Me lo hubieras dicho desde mucho antes, no iba a obligarte a que te casaras conmigo, no soy así.

—Gracias por entender —sonreí levemente.

—Bueno entonces me voy, supongo que luego llevarán a Beomgyu a casa —asentí y él se marchó, no sin antes despedirse de los demás.

—Hyung, tengo que decirte algo —mi hermano se acercó cabizbajo.

—¿Qué quieres decirme pequeño?

—Papá tiene la culpa de que perdieras a tu bebé —dijo en voz baja y yo solo me quedé de piedra, sintiendo mis nervios dispararse y mi omega gruñendo en mi interior.

—¿Qué? —murmuré sintiendo como la sangre escapaba de mi cara.

—Lo escuché ordenarle a un guardia atropellarte, me descubrió y me amenazó con golpearme si le decía a alguien...¡perdón hyung! —sollozó—. ¡Si lo hubiera dicho antes...!

En ese momento perdí toda la fuerza de mi cuerpo, caí al piso sollozando mientras pasaba una mano por mi vientre. Ese dolor que me había costado tanto esconder de los demás estaba saliendo con cada lágrima que derramaba en esos instante. Sentí los bracitos de Beomgyu rodearme mientras lloraba pidiendo perdón.

—Perdón, perdón hyung, si te hubiera dicho que papá... —tapé su boca, no queriendo que nadie más escuchara.

—Jungkook no puede saber... —mi teléfono sonó, lo saqué de mi bolsillo y miré el número, pero no se me hacía conocido—. ¿Hola? —contesté.

—¡Jimin! Yoongi me acaba de decir, no tenía ni idea —escuchaba a Taehyung balbucear y decir cosas que en esos momentos me costaba comprender debido a todo el shock—. Me dijo que Jungkook estaba muriendo porque...

Qué quieres? —solté cortante.

—Perdón por aclararlo hasta ahora, pero imaginé que no estaban pasando por un buen momento. Jungkook te ama, eso era lo que me estaba diciendo cuando llegaste, que tú y el cachorro eran su vida. Jungkook te ama más que a nada, solo me estaba rechazando pero lo malinterpretaste por sus palabras —abrí los ojos sorprendido, entonces el simpre me amó y yo solo le he estado haciendo daño. Si tan solo hubiera escuchado lo que tenía que decirme...

—Gracias por decirme Taehyung, de verdad —murmuré algo escéptico aún y colgué.

Miré a Beomgyu, y pasé mis manos por sus mejillas para secar sus lágrimas. Ahora debía centrarme en lo importante, Jungkook es capaz de hacer una locura si llega a enterarSe sobre el "accidente".

—Beomgyu escucha, Jungkook no puede saber nada de esto ¿ok? —él me miró con las cejas alzadas al escucharme.

—¡Lo siento hyung! Yeonjun fue a decírselo hace un rato —bajó la mirada.

—Quédate aquí, yo vendré luego —asintió y corrí hacia la sala buscando a mi alfa—. ¡¿Dónde está Jungkook?!

—Salió hace un minuto —respondió Baekhyun.

—¿Le dijiste? —le pregunté a Yeonjun y el asintió levemente bajo la mirada confundida de su padre.

«Por favor que no haga una locura». Rogué internamente mientras salía corriendo de allí.

El próximo es el último capítulo, les tengo una sorpresita que van a odiar, prepárense para sufrir muajajaja.

bye 🥰👋

Nota actual: Pregunta para las personas que me siguen ¿Es qué no llega la notificación de los anuncios o simplemente los ignoran? Hice una pregunta sobre un fic y nadie responde así que quería saber.