El omega de hombros anchos observaba como el alfa pelinegro le explicaba desesperado la situación en la que se encontraba y el revoltijo de sentimientos que tenía.

—¡No sé qué hacer! —exclamó tapando su rostro con ambas manos—. Siento que voy a terminar haciéndole daño a los dos.

—Yo lo veo claro Jungkook, Jimin es tu destinado, no tienes nada que pensar —se encogió de hombros.

—¿Pero...qué sucederá con Tae? No quiero hacerle daño —dijo quitando las manos de su cara.

—¿Entonces prefieres lastimar a Jimin?

—Mierda, claro que no.

—Jungkook, lo que yo veo es que quieres tenerlos a los dos...pero eso es imposible.

—¡No me estás ayudando en nada hyung! —dijo enojado el alfa, mirando con mala cara al omega

—Deja a Taehyung y corteja a Jimin, ese es mi consejo, ahora vete niño malagradecido, mi alfa llegará en unos minutos y no te quiero aquí —se puso de pie y comenzó a darle varios empujones al menor dirigiéndole a la puerta.

—No entiendo para que vine aquí, eres un mal hyung —dijo cruzándose de brazos.

—Puedes venir a hablar conmigo cualquier otro día, estoy estresado y mi alfa viene a quitarme el estrés —habló bajando y subiendo las cejas sugerentemente—, deberías hacer lo mismo con Jiminie.

—Iugh, eres un asqueroso, no me interesa saber tus movidas con Namjoon.

—Ya vete de una vez..y..recuerda lo que te dije.

Varias horas después

Ya la luna comenzaba a hacerse presente, y poco a poco el firmamento se llenaba de estrellas, había caído la noche y él no paraba de dar vueltas alrededor del apartamento, no había visto al omega desde la mañana y comenzaba a preocuparse, su alfa se encontraba inquieto, estaba asustado de que le hubiera sucedido algo malo.

¿Qué tal si había tenido un accidente? ¿O un alfa lo había engatusado y se lo había llevado a quién sabe dónde para hacerle quién sabe qué? El hecho de pensarlo le causaba escalofríos.

«No, Jimin ya es adulto, sabe cuidarse»

Movió la cabeza desechando esos pensamientos. Miró nuevamente su celular, en el registro de llamadas aparecían alrededor de 30 llamadas al omega, la cual ninguna se dignó a contestar. Primeramente se había enojado pensando que lo ignoraba, pero luego comenzó a preocuparse.

No era normal que el mayor desapareciera todo el día, estuvo buscándolo durante la tarde cerca de la casa, al no hallarlo volvió al apartamento, y comenzó a llamar a todos los conocidos del pelirrosa para preguntar por él, incluso llamó al idiota de Taemin, quien tampoco tenía idea del paradero de Jimin.

Para esos momentos comenzaba a desesperarse, tomó su celular decidido a marcar el número de la policía cuando la puerta se abrió y el aroma a vainilla y galletas se hizo presente en el apartamento.

El omega entró por la puerta cabizbajo, sin darse cuenta que al alfa frente a él estaba a punto de darle un colapso por su ausencia.

—¡¿Dónde mierda estabas?! ¡¿Para qué tienes un jodido teléfono si no contestas las jodidas llamadas?! —el pelirrosa miró asustado al alfa, quién se encontraba súper enojado, soltando feromonas que se impregnaron en toda la habitación.

»¡¿Tienes la mínima idea de lo preocupado qué estaba?! ¡Pensé que te había sucedido algo! Maldita sea, no te costaba nada mandarme un mensaje diciendo un simple "estoy bien", estuve a punto de llamar a la poli...

—¡¿Puedes dejar de gritarme?! —el grito del omega lo hizo callar, este lo miraba con el ceño fruncido, se veía molesto—. Me encontré con mi padrastro.

El semblante del alfa se ensombreció. En sus ojos se veía un ligero brillo rojo y su lobo estaba furioso, dando vueltas en círculos.

—¡¿Dónde lo viste?! —gruñó molesto, apretando fuerte sus puños—. ¡¿Te hizo daño?! ¡Responde Jimin!

"Juro que voy a matarlo si se atrevió a tocarle un solo pelo a nuestro omega"

Y Jungkook nunca estuvo tan de acuerdo con su lobo como hasta ese momento.
El mayor estaba consciente de que el pelinegro solo estaba preocupado, pero le molestaba el tono de voz que estaba usando para hablarle.

—No más del que me has hecho tú —dijo serio, con todo el objetivo de lastimar al menor.

—Perdón, no volveré a preocuparme por ti —gruñó enojado, casi inaudible, dando media vuelta y adentrándose en la cocina.

Sin pensarlo mucho corrió a su habitación y se hizo bolita enredando su cuerpo entre las sábanas, pero sentía que le faltaba algo para estar a gusto, así que a paso rápido fue hacia la habitación del alfa y tomó su almohada, para luego volver con la misma rapidez hacia su cama, volviendo a enrollarse entre las sábanas pero esta vez con la almohada entre sus brazos.

Enterró su naricita en la almohada, inhalando el delicioso aroma achocolatado del alfa, ahora su omega se encontraba a gusto y se sentía seguro. Había estado muy voluble desde el susto que pasó en la mañana cuando se encontró con ese hombre.

Unos pasos hacia su habitación y el sonido de la puerta abriéndose llamaron su atención, levantó la cabeza, mirando al alfa con un puchero, quién se quedó mirándolo embobado, olvidando lo que iba a decirle.

«¡Demonios! ¿Por qué tiene que ser tan adorable?»

Un carraspeo por parte del mayor lo hizo regresar de sus pensamientos. Este se encontraba sentado en la cama, en medio del embrollo de sábanas con su almohada en las manos.

—¿Te molesta qué me preocupe por ti pero robas mi almohada para obtener mi aroma de ella? —preguntó con una sonrisa sarcástica plasmada en su cara.

—No me molesta que te preocupes por mí —habló mirándolo con el ceño fruncido.

—¿Entonces qué te molesta, omega?

—Me molesta que me hagas daño y luego vengas a fingir que de verdad te preocupo —abrazó fuerte la almohada entre sus brazos.

El alfa suspiró acercándose a la cama, tomó asiento al lado del omega, quién comenzó a ponerse nervioso debido a su cercanía.

—Tal vez pienses que no, pero en verdad me importas Jimin, me preocupé tanto que incluso llamé a Taemin para preguntarle si sabía algo de ti —tomó su mano, acariciándola con suavidad.

—¿En serio alfa? —preguntó con una sonrisa emocionado para luego rápido tapar su boca.

Sabía que Jungkook era alguien orgulloso, y el hecho de saber que había dejado de lado ese orgullo para hablar con el alfa con que tenía algún tipo de rivalidad había hecho enternecer a su omega, quien no había dudado un segundo en expresarle a su alfa lo emocionado que lo ponía aquello.

—De verdad omega —Jungkook creyó que sería mejor dejar hablar a su alfa por un momento.

Lo que no pudo imaginar fue que el alfa en un rápido movimiento atrapara al omega entre sus brazos y comenzara a frotar con su nariz la mejilla del omega, marcándolo con su olor y sonriendo al escucharlo ronronear de gusto.

—Me gusta escucharte llamarme alfa —susurró en su oído, el más bajo tembló ante aquello y una corriente recorrió toda su columna vertebral, erizando su cuerpo. Miró al pelinegro a lo ojos fijamente, que le sonreía mostrando sus lindos dientecitos frontales, pareciendo un lindo conejito.

—Antes te molestaba que te dijera así.

—Antes era un imbécil —afirmó seguro, y en un rápido movimiento unió sus belfos con los del mayor—. ¿Me contarás lo que sucedió?

El pelirrosa solo asintió levemente y abrazó al menor por la cintura para comenzar a relatarle lo sucedido.

Esa mañana

—Vaya, vaya, pero mira a quien tenemos aquí —esa voz grave hizo que mi cuerpo se tensara, un frío recorrió toda mi espalda, y mi piel se erizó—. No esperaba verte por aquí, pequeño Jiminie. Beomgyu ve al auto —dijo de forma seria viéndome fijamente pero mi hermano negó y se abrazó más a mí.

—No papá, quiero estar más tiempo con Jiminie hyung —dijo haciendo puchero, con sus ojitos cristalizados.

—Yo ya me voy —murmuré poniéndome de pie y ayudando a Beomgyu a acomodarse la ropa.

—¿Por qué hyung? —preguntó triste.

—M-mi alfa m-me espera —mentí de forma nerviosa y vi su rostro oscurecerse, de seguro seguía con esa idea de casarme con su socio, ese alfa tonto con horrible olor a tabaco y café amargo, mi omega lo detestaba.

—No te irás sin darle un abrazo a tu padrastro, ¿cierto? —dijo abriendo los brazos. Yo miré a Beomgyu, quien nos observaba con una sonrisa.  Él al ser tan pequeño no tenía ni idea de todo lo que me había hecho su padre.

—No —mascullé y el se acercó y me abrazó, acercándose a mi oído.

—Tienes mucha suerte de que mi hijo esté aquí, sino te llevaba a la fuerza —dijo con un tono amenazante que me heló la piel—, pero te prometo que te encontraré Jiminie, y desearás no haber escapado nunca de casa, sabes lo cruel que puedo llegar a ser cuando me lo propongo.

Me soltó, riendo al ver mi rostro, de seguro estaba pálido, además de que sentía todo mi cuerpo temblando, no lo pensé mucho y le di un beso en la frente a Beomgyu antes de salir casi corriendo de allí, aproximadamente cinco minutos después paré de correr, apoyé mis manos en las rodillas respirando con dificultad, y tratando con todas mis fuerzas de retener las lágrimas. Pasé las manos por mi cara en un intento de quitar el sudor producto de la carrera.

Estuve así hasta que logré calmarme, apagué mi celular y me dediqué a vagar por las calles el resto del día, si iba ahora le tendría que dar explicaciones a Jungkook y ahora solo quiero estar solo, como siempre lo he estado desde hace años.

Holaaa (◠‿◕)

Aquí tienen un nuevo capítulo, se que muchas lo deseaban después de haber dejado el anterior en la parte más emocionante jajaja.

Me encanta leer sus comentarios, y me divertí mucho al ver los comentarios de todas preocupadas por Jiminie, pero no se asusten, no le sucederá nada (por ahora)

Voten y comenten si les gustó el cap.

Adiós 👋