Magnus estaba preparándose mentalmente para levantarse de su cómoda cama, sintiendo como el deber de la escuela lo llamaba.

El colgó la llamada, al diablo, quería seguir durmiendo.

Y a eso se proponía hasta que, de sopetón, una Tessa salvaje entró en su recámara, en la cual, ambos habían dormido, ella ya iba con el informe de su escuela, que consistía en un saco color morado oscuro casi negro con el escudo de la escuela, una falda caqui que tapaba solo levemente el muslo muy muy por arriba a la rodilla, claro que, las medias iban por a mitad de la espinilla, zapato negro forzoso.

—Sabes, desearía que el uniforme de los chicos fuera tan sensual como el suyo.— dijo Magnus refregándose el dorso de la mano en los ojos.

—Lo sé Magnus, lo dices casi diario, supéralo.— dijo Tessa.—¡yo desearía que la falda fuera más larga!

—¿Por qué? Tienes buenas piernas.— dijo recibiendo un golpe de parte de Tessa.

—Levántate, ya.— dijo Tessa, sacando de su armario el uniforme, que era exactamente igual, salvo que, sin la falda y las medias largas, estas se cambiaban por un pantalón largo caqui y medias azul marino y zapatos negros.

Muy formal para Magnus.

—Al menos puedes ser tú con tu pelo.— dijo ella, acercando se al pelinegro revolviendo el pelo de Magnus, despeinándolo todavía más.

—Si, bueno, vete, me bañare en seguida.— dijo Magnus sentándose en la cama, quedando de rodillas para después volver a caer de cara en su almohada parando el trasero.

Tessa se acercó y le pego con una almohada en su trasero.

—¡Ya levántate!— exigió ella, Magnus debido al grito que pegó Tessa, el quedo sentado y listo para levantase.

—Si, de acuerdo, voy a bañarme... Te invito a salir.— dijo Magnus, tomando una toalla de uno de sus armarios.

Tessa salió y agregó:—Voy a estar en el cuarto de visitas, si vas a masturbarte, correrte rápido.

—Eso no se puede controlar.— dijo Magnus encogiéndose de hombros.

—Trata, ya sabes, piensa en que Alexander lo está haciendo, no lo sé.— dijo ella cerrando la puerta.

—¡Eso hare!— dijo Magnus para joder a Tessa, haciendo que ella gritara:

—¡Qué no lo decía de verdad!— dijo haciendo reír a Magnus.

—¡Pero yo si!— exclamó Magnus caminando hacia el baño y deshaciéndose de su pijama... La verdad, es que, el masturbarse no era mala idea.

Se metió a la ducha, prendió el agua caliente ya  que el clima se notaba frío, él solía masturbarse en las mañanas cuando despertaba con una erección o cuando simplemente se sentía caliente.

Y esa mañana estaba caliente.

Se metió en el chorro del agua y empezó a masajear su miembro de arriba a abajo, se sentía muy bien, pensó en esos ojos azules, ese lizo pelo que caía sobre sus bellos ojos azules, esos labios levemente carnosos, esos pocos centímetros de diferencia de altura, esos sonrojos tan que por tan poco pintaban sus mejillas...

Y se detuvo.

Él solía tocarse pensado en Will, pero, se sorprendió tocándose pensando en Alexander, Magnus ya sabía que los chicos de pelo negro y ojos azules eran su debilidad, solo imagino las suaves manos de Alexander alrededor de su miembro, unos cuantos movimientos más... Y se corrió.

Magnus sin prestarle mucha atención a eso, se baño y salió. Se puso su uniforme a toda prisa, peino su pelo en una pequeña cola de caballo con varios mechones de pelo cayéndole de una manera sexy en la cara y salió de su habitación, Tessa estaba en frente de la puerta, a punto de tocar la puerta.

—No tardaste tanto como acostumbras.— dijo Tessa, sonriendo de una manera adorable.

—Si... Bueno, creo que Eliza ya nos hizo el desayuno, bajemos.— dijo Magnus algo serio, lo que sorprendió a Tessa.

—Hey... ¿Todo bien?— pregunto Tessa tocando el hombro de Magnus.

—Si... Eso solo que... estoy perdiendo el toque, me vine muy rápido.— dijo Magnus haciendo que Tessa le pegara en el hombro.

—¡Me asustaste!— dijo Tessa, bajando las escaleras al lado de Magnus.—¿pero de verdad todo está bien?

Magnus sintió su corazón crecer.

—¿Estas diciendo que mi futura vida sexual no te importa?

—Exacto.— dijo Tessa riendo —¿De verdad esta TODO bien?

—Si, nada solo eso.— dijo Magnus riendo al lado de Tessa, listos para desayunar la rica comida de Eliza.

•••

Alec estaba ya desayunando con sus hermanos y sus padres, estos iban muy formales, su padre con traje y su madre en una falda tubo negra y una camisa blanca ceñida al cuerpo con un no tan pronunciado escote.

Alec, Jace y Max iba con su uniforme, pantalones negros, casi deportivos, una camisa polo negra con adornos rojos en el cuello y en el lado del pecho izquierdo estaba el escudo del Instituto y zapatos deportivos negros.

El uniforme de Isabelle era idéntico, salvo por la falda short que traía, que era corta y unos zapatos deportivos rojos, que también eran permitidos.

—Alexander, esta noche tenemos una cena.— dijo Maryse

—Oh no...— dijo Alec temiendo por su vida.

—Nada de "Oh no", por qué tienes que llevar tu mejor cara, por qué será tu primera cena de negocios.— dijo Robert, acercando la leche condensada a sus panqueques y vertiéndolo sobre ellos.

—Pero en serio, ya fue a una fiesta anoche, ¿no es mucho que pedirle a un ermitaño como el?— pregunto Max.

—¡Auch!— exclamó Jace chocando los cinco con Max, haciendo que Isabelle riera por lo bajo tomando de su café.

—Me lastiman.— dijo Alec poniendo la mano en su corazón, mirándolos con una mueca de dolor.—ahora solo por orgullo iré.

—¡Vaya, si con solo daño un poco tu ego para que fueras a fiestas y eso, la hubiésemos hecho desde hace mucho!—dijo riendo Maryse.

—Todos en esta casa me lastiman.— dijo Alec acabando su café, y levantando su plato de panqueques y dirigiéndose a la cocina donde depositó su plato en el lavaplatos.—Jace, Izzy, Max ¿ya acabaron?

Jace ya se había levantado y depositando los demás platos donde debían ir.

—Si, ya vámonos.— dijo Jace guiñándole el ojo a Alec.

Alec trató de esconder su sonrojo al recibir ese coqueto gesto de Jace, y se preparó para otro día en el Instituto.

—Bueno, vámonos.— exclamó Isabelle tomando su mochila despidiéndose de sus padres al igual que Max.—¡Alec, muévete!

Alec se movió junto con Jace.

—Adiós mamá, adiós papá.— Dijo Alec.

—Adiós, Maryse, Robert.— se despidió Jace sonriendo y tomando su mochila y el café de Robert.

—¡Hey!— exclamó él.

—¡Muévelo Alec, tenemos que irnos!— exclamó Jace, literalmente empujando a Alec a través de la puerta.

Isabelle y Max los vieron con recelo bajar las escaleras en dirección al carro de Alec. Que es uno muy caro, he de remarcar, un BMW negro.

—¿Listo para tu primer día en el infierno?— pregunto Jace a Max, haciendo que Alec le pegara un codazo.—¡Estúpida, mi brazo, idiota!

Max rió al igual que Isabelle.

—Me vale ano tu brazo, no asustes a Max con tus cosas raras idiota.— dijo Alec, haciendo reír a Max.

—¿Q-qué sería lo más raro que encontrar...?— pregunto Max, antes de ser interrumpido por Jace.

—Lesbianas con uñas largas, aún no conozco a ninguna.— Dijo Jace. (Sin intención de ofender a nadie)

—¡Jace!— le riñeron Alec e Izzy.

—No le hagas caso a Jace, te irá bien, lo aseguro.— apoyo Izzy, que iba en la parte trasera del carro con Max. (Su escritora no sabe cómo es un BMW por dentro, solo inventa)

—Eso espero.— dijo Max, recostándose en Isabelle.