Antes de enfrentarme a los chicos deseaba escuchar a mi mamá, cuando hablo con ella hay momentos donde me da cierta calma y es lo que necesito antes de enfrentar esto.

− ¡Hola mami!

− No es que no ame tus llamadas hija, pero, durante este tiempo solo hemos hablado cuando le marque a Dylan porque tu celular no funcionaba... ¿todo se encuentra bien?

− Perfectamente, solo que he estado ocupada con unas cosas, perdón por no reportarme estas últimas semanas... sé que te preocupas mucho por mí y no pensé en ti.

− ¡Hey! No te me achicopales mi niña, estoy bien gracias a Dios. Lo importante es que tu estés bien, algo me estas ocultando, pero no me lo quieres decir.

− Y sigues, ¡no oculto nada ama! ¿Por qué dices eso?

− Porque yo te parí, así que te conozco y tu hija mía solo me marcas cuando estas asustada o preocupada, e incluso simplemente triste... ¿Quién es?

− Achis, ¿Quién de que o qué?

− El que te tiene tan preocupada, ¡por fin conociste a alguien! – me comenta un tanto emocionada, tanto así que escucho a mis perritos en el fondo por su grito.

− Te lo contare todo luego, esos en el fondo son mis bendiciones...

− Así que si hay alguien, no te libraras de mi tan fácil señorita. Y si son mis nietos los abandonados.

− Pero si tu no me dejaste traerlos, en fin, me tengo que ir ama porque estamos a punto de salir. Te dejo descansar supongo que ya van a ser las once ¿no?

− Si, pero no podía dormir. Tenía una sensación muy extraña supongo que fue porque me ibas a llamar, pero ¿a dónde vas a esta hora?

− Con los chicos vamos a salir a un pueblito y nos levantamos temprano para llegar temprano. Pero me ya me estoy tardando en salir, hablamos luego ama.

− Por supuesto cariño, conduzcan con cuidado. Hablamos pronto.

− Tequiero – le digo antes de colgar, ya que si la escuchaba me echaría a llorar encualquier momento. Ahora viene lo difícil convencer a mis amigos de que esta es una buena idea aunque se que no lo es.

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