Durante la cena Draco estaba más que ausente. Sus amigos le estaban hablando, pero él no escuchaba.

- ¡Draco!- Le gritó Pansy

- ¡Qué?- Dijo él algo molesto e hiriendo a Pansy- Perdón Pans, no tengo muchas ganas de hablar.

- Draco-Empezó a decir ella- Estamos preocupados por ti, ¿te ocurre algo?

El rubio no sabía cómo contestar. Estaba claro lo que le pasaba, se había dado cuenta de que estaba enamorado y que había estado todos estos años negándolo y diciendo que se trataba de odio y envidia.

- Parece que no eres el único que está mal- Le digo Crabbe.

- ¿A qué te refieres?

Crabbe señaló con la cabeza a la mesa Gryffindor, donde un Harry afligido apartaba con un tenedor la comida de su plato y no llegaba a comer. Draco se le quedó mirando y en un momento que Harry levantó la cabeza, los ojos plateados se encontraron con los ojos verdes. Harry sintió un nudo en la garganta y su corazón latir muy deprisa. Tuvo que apartar la vista, estaba tan nervioso que sentía como si en algún momento tuviera que desmayarse.

- Harry ¿estas bien?- Le preguntó una Hermione preocupada.

- S-sí, estoy bien... Tengo que irme

- ¿A dónde?- Le preguntó Ron- Aún no han sacado el postre.

Hermione le hizo a Ron una mirada dándole a entender que Harry no estaba bien.

- No te preocupes, te guardaré algo para luego- Le dijo el pelirrojo forzando una sonrisa.

- Gracias chicos- Se levantó y se marchó provocando las miradas de ciertos Slytherins.

Por cierto, cierta persona me ha pedido un lemon drarry... A parte que no he escrito nunca algo así, no me apetece (ni en esta historia ni en otra) porque a mi me gusta el drarry romantico.