Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Epílogo.

Érase una vez, cien años después...

2013.
 

 

— ¡Ho-hola! ¿Alguien puede oírme? — aquella voz que temblaba y estaba a punto de quebrarse y sucumbir al llanto llamó su atención. No estaba dormido, solo había fingido para no salir al jardín, así que se incorporó y vio a un niño llorando en medio del pasillo.

Las camas estaban vacías y la ventana estaba abierta.

— ¿Qué ha ocurrido? ¿Te has perdido? — le preguntó.

Miró hacia la habitación tras secarse las lágrimas, en la cama cerca de la ventana había otro niño.

— ¡Oh! — chilló con alegría y alivio — ¡Pensé que estaba solo!

El chico sonrió. Estaba un poco dolorido, pero se sentía mejor a diferencia del día anterior.

— Ven, pasa y dime qué te sucede — le invitó a entrar a la habitación. El niño no lo dudó, corrió hasta su cama — Mhm... ¿Cuántos años tienes?

— T-tengo siete años... ¡No, tengo ocho! Los cumplí en septiembre...

— Ah, eres de septiembre... Mejor dime en qué año has nacido, es más fácil así.

— ¿Uhm? Pues en dos mil seis.

— Yo también nací en dos mil seis — respondió el jovencito que seguía sentado en su cama —. Tenemos la misma edad, ¿cómo es posible que estés llorando? Los niños fuertes no lloran, ¿acaso no eres un niño fuerte?

— ¡Lo soy!

— ¿Entonces? ¿Qué haces llorando como un bebé?

— E-es que... me he perdido — sollozó, aunque trataba con todas sus fuerzas de dejar de hacerlo.

— Ah, ya veo — le inspeccionó de arriba abajo —. Veo que no eres un paciente, ¿a dónde ibas? Si tienes miedo, habla con un adulto.

— Es que... me daba pena — susurró —. Quería encontrar el camino por mi cuenta, pero me perdí... Y en esta planta no hay nadie, ni siquiera una enfermera.

— Ah, eso es porque aquí solamente hay fantasmas.

— ¡¿Eh?!

— ¡Sí, sí! Aquí hay fantasmas, es el sitio donde muere la gente con cáncer terminal... ¡Yo soy un fantasma también, bú!

— ¡Ah! ¡No me digas cosas tan aterradoras, por favor!

El niño se burló al verlo asustado.

— Tranquilo, te estoy tomando el pelo... Estás en el pabellón de pediatría — le explicó — y ahora es la hora del recreo, por eso no hay adultos, todos están en el jardín jugando. Mira por la ventana.

El chico se asomó para mirar. Al ver a muchos niños con las enfermeras, sintió un gran alivio.

— ¿Ves? — le preguntó y el niño asintió — ¿Puedes ver a esa señora que lleva una manta rosada?

— Sí.

— Bueno, ella está muerta en realidad. Es un fantasma y siempre ronda a los niños porque su hijo murió, así que ella se mató en este hospital y sigue buscando a su bebé.

— ¡¿Eh?! ¡¿Lo dices en serio?! ¡Qué miedo!

El niño soltó una carcajada, se rió tan alto y fuerte que le dolió un poco el estómago.

— ¡Bobo!

— ¡Me has vuelto a engañar!

— Eres muy engañable.

— ¿Engañable? — el niño pensó — ¿Esa palabra existe?

— No estoy seguro, pero si no, ahora ya existe porque yo la he dicho.

— Eres un tipo de lo más extraño...

— ¡Oye! Respétame, soy mayor que tú.

El niño frunció el ceño creyendo que era otras de sus mentiras.

— Pero si dijiste que teníamos la misma edad...

— Ah, es cierto. Pero yo nací en diciembre, así que tengo un año más que tú.

— ¡Pero si diciembre va mucho, mucho después de septiembre! ¿Intentas engañarme otra vez? ¡He comido más arroz que tú!

— ¿Pero qué dices? ¿He dicho que nací en dos mil seis? ¡Quería decir mil novecientos seis! Tengo cien años porque soy un fantasma, ¡bú!

— ¿Ah, sí? ¡Pero si te ves muy joven para tener cien años!

— ¡Tonto, los fantasmas no envejecen!

Hubo silencio de repente. El niño que estaba siendo engañado de nuevo, pensó por un momento en la posibilidad de la verdad de sus palabras.

— ¿De verdad... eres un fantasma?

— ¡Tonto, por supuesto que no! — se burló de nuevo — ¿Acaso has visto a un fantasma vendado alguna vez?

— ¡¿Y cómo iba a saberlo?! ¡No he visto fantasmas en mi vida!

— ¡Qué niño tan gracioso! — exclamó mientras seguía burlándose de él.

— Estoy harto, ¡iré a buscar a alguien con cerebro!

— ¡Oye, oye! Tranquilo, solo estaba jugando... — le dijo con calma — Es muy aburrido estar aquí. Siento si te ofendí, solo quiero un amigo...

El niño se detuvo y meditó sus palabras. Su expresión parecía sincera, así que volvió.

— ¿Quieres que me quede aquí hasta que los otros niños vuelvan?

— Si quieres, sí. Tengo muchas cosas interesantes, ¿te gustan los mangas? Tengo una colección.

El niño negó.

— ¿Qué es un manga?

— ¡Dios mío, tú sí que eres un fantasma de cien años! — suspiró viendo el rostro de enfado que puso su nuevo amigo — Vale, no tengo más remedio que educarte. ¡Pásame la mochila roja que está junto a la mesa, por favor!

El niño asintió y se acercó rápidamente hacia la mesa que estaba cerca de la puerta, sin embargo, había como cinco mochilas rojas.

— Uhm... ¿Cuál de todas es?

— El que dice mi nombre, evidentemente. Mi mamá lo ha bordado para mí.

— ¿Acaso eres un fantasma tonto? ¡No me has dicho cómo te llamas!

— Ah, cierto — sonrió apenado —. Mi nombre es Taehyung, ¿y el tuyo, fantasma engañable?

— Jeongguk.

— ¡Qué nombre más bonito y único! No lo he oído jamás — se rascó la cabeza —, aunque se me hace familiar... Mhm... ¡Espera! ¿Por qué no eres "Tae-algo"?

— ¿Qué?

— Mi papá me puso este nombre porque "Tae" es la sílaba de nuestra generación y porque "hyung" significa hermano mayor.

— ¿Tienes hermanos menores?

— ¡Bobo! Claro que sí, ¿por qué si no me llamarían Taehyung?

— ¡¿Y yo cómo iba a saberlo?! ¡Fantasma tonto! Siempre me dices cosas raras y esperas que las sepas.

— Sí que eres un fantasma engañable, Jeongguk... Obviamente me estoy quedando contigo.

Jeongguk suspiró y torció sus labios con enfado.

— Me llamo así porque mi abuelito se llamaba así, aunque en inglés se escriben diferente.

— ¿Sabes inglés, fantasma llorón?

— Sí, mi casa está en California, ¿sabes dónde está California?

— ¡Claro que sí, fantasma llorón!

— ¿Y dónde está?

Taehyung se quedó mudo. Realmente jamás había escuchado sobre ese sitio.

— ¿En Busan?

Jeongguk lo miró atónito, después se rió como nunca antes y Taehyung se sintió avergonzado.

— ¿En Busan? ¿En serio? — se acercó a él y le dio un golpe en el hombro — ¡Fantasma tonto! No sabes geografía, ¡California está en Estados Unidos!

— ¡Vale, sabelotodo! No me pegues, ¿no ves que estoy deprimido?

— ¿Deprimido? ¿Qué significa eso?

— ¡Vaya! ¿No sabes lo que es la depresión, fantasma llorón? Eres un inculto.

Jeongguk se subió sobre el colchón con la mochila roja y le miró con mala gana.

— Dime lo que es, no vayas de listo — murmuró — Ni siquiera sabías dónde está California...

— ¡Tonto! Claro que lo sé, pero te estaba poniendo a prueba. ¡Pero tú no sabes lo que es la depresión! ¿En serio vives en Estados Unidos sin saber lo que es?

— ¿Y eso qué tiene que ver?

— Escucha, la depresión es un estado del ánimo — explicaba levantando el dedo índice como si fuera un profesor —. Y se encuentra en Estados Unidos.

— ¿Qué? ¿Pero qué estás diciendo?

— ¡Claro que sí! Porque es un estado y Estados Unidos tiene Estados.

— ¡Eres un bobo! — le lanzó la mochila — ¡En Estados Unidos no hay ningún sitio que se llame Depresión!

— ¡Claro que sí! ¡Y también sé más Estados de Estados Unidos!

— A ver, dime una.

— Depresión y Unidos.

Jeongguk casi se cayó se la cama al oír semejante tontería.

— ¡Eres el fantasma más tonto que he conocido!

— ¡Pero si es verdad! ¿O por qué se llama Estados Unidos si no hay ningún Estado que se llame Unido? ¡Es pura lógica!

— En el Reino Unido no hay ningún sitio que se llame Unido. ¿Cuál es tu explicación para ese nombre?

— Ah, pues eso es porque en Reino Unido la gente es unida y se quieren mucho.

— ¿Estás diciendo que en Estados Unidos no nos queremos?

— ¡Claro que... sí! Mi papá dice que en Estados Unidos, las armas están permitidas y eso es muy, ¡muy peligroso!

Jeongguk quiso defender su país, pero ciertamente él tampoco comprendía aquello, así que se quedó mudo y Taehyung obtuvo la victoria.

— Pero bueno — Taehyung cambió de tema —, ¿quieres leer mis mangas sí o no?

— Sí.

— ¡Este es mi favorito! Se llama One Piece.

Jeongguk se acercó a la mochila del joven y vio otros mangas, sin embargo, todos eran de la misma historia.

— ¿Solo tienes One Piece?

— Sí, porque es genial. ¡Lee el primer volumen!

— De acuerdo — murmuró.

Se acomodó en la cama. Taehyung también comenzó a leer otro volumen y se quedaron en silencio, aunque alguna que otra vez, intercambiaban opiniones y Jeongguk le hacía preguntas sobre los personajes. Estuvieron así, por lo menos, una hora y media, hasta que Jeongguk concluyó su lectura mucho más rápido que Taehyung.

— ¿Qué? ¿Ya has terminado?

— Sí, ¿tienes otro?

— Es que... no tengo el volumen dos.

Jeongguk relajó la mirada y negó con la cabeza a modo de desaprobación, sin embargo, Taehyung le hizo un resumen de lo que pasaba porque ya lo había leído anteriormente en Internet, después Jeongguk continuó su lectura con el tercer volumen. Conversaron acerca de los personajes y Jeongguk dijo que le gustaba mucho Zoro, el espadachín, y Nami, la navegante. También alabó el arco del pasado de Nami.

Tiempo después, los adultos volvieron a la habitación y hubo mucho ruido. Los niños volvieron a sus camas, algunos continuaron jugando y Jeongguk de acercó a una enfermera para pedirle que la llevara con su abuelito, no obstante, cuando quiso despedirse de Taehyung antes de marcharse y vio que se puso triste, decidió no irse.

— Prometo llevarte yo con tu abuelito — le dijo el chico con una agradable sonrisa.

Jeongguk aceptó su promesa, aunque no tenía mucha fe de que pudiera ser verdad. Quizás era alguna otra patraña, sin embargo, se sentía feliz a su lado. A pesar de cada broma en la que caía como un cordero crédulo, Taehyung le transmitía una sensación cálida y familiar. Incluso cuando le vio, sintió que le conocía... Pero el déja vù le duró un solo segundo al no poder recordar si lo había visto alguna vez en otra parte.

Jeongguk y Taehyung siguieron jugando durante toda la mañana y también en la tarde. Había una mujer, madre de una niña que se había sometido a una cirugía recientemente, que había comprado muchos bocadillos y compartió con todos los niños de la habitación.

A Jeongguk el tiempo se le pasó considerablemente rápido, tanto que no se dio cuenta de que estaba por anochecer. Tan solo cuando miró hacia la ventana y vio el cielo oscuro, fue cuando imaginó que su padre le estaría buscando muy preocupado.

— Taehyung-ah... Tengo que irme ya, ¿me acompañas?

— Sí — sonrió —. Gracias por jugar hoy conmigo.

El niño sonrió.

— Gracias a ti por mostrarme One Piece, me ha gustado mucho.

Taehyung le devolvió el gesto y de un salto bajó de su cama.

— ¡Vamos, te acompañaré! ¿Dónde está tu abuelito?

— Es una habitación VIP.

— ¡Oh! Sé dónde quedan las habitaciones VIP, una vez me perdí y acabé en esa planta.

Jeongguk se detuvo al oír aquello. Taehyung lo esperó frente al elevador.

— Es broma, ¿cierto?

— No — negó con la cabeza tan seguro de sí mismo —. Me perdí, pero supe regresar. Tú tranquilo.

— Bien...

Ambos se metieron al elevador. Taehyung apretó el botón de la planta veintitrés. Aunque no conversaron durante el trayecto, el ambiente no se volvió incómodo pero Taehyung estaba un poco triste porque su nuevo amigo iba a marcharse.

— ¿Cómo se llama tu abuelito? ¿Qué le pasa?

— Ah... — Jeongguk se rascó la nariz antes de responder — Mi abuelito ya es viejo, aunque ha vivido bien... Mi papi me dijo que probablemente se vaya al cielo antes de mi cumpleaños, por eso he venido a verlo... Se llama Park Jimin.

— ¿Park Jimin? — Taehyung pensó durante un momento porque creía haber oído ese nombre antes, pero no podía recordar dónde — Siento mucho que se vaya pronto.

— Yo también... — susurró — Pero sé que estará bien en el cielo, con mi otro abuelito. Eran mejores amigos, seguramente lo echa mucho de menos... Por eso seré fuerte y no lloraré. Solo quiero lo mejor para él.

— No seas bobo, fantasma llorón — Taehyung le miró con una sonrisa pero Jungkook no comprendía lo que quería decirle —. Está bien llorar. Tu abuelito morirá y debes estar triste... Pero, ¿sabes? Las personas nunca mueren del todo si no son olvidadas. Dejar de existir es mucho peor que la muerte.

— ¿Tú crees?

— Sí, lo creo. Tengo un antepasado que murió hace muchísimo tiempo... Pero la gente sigue conociéndolo todos los días a través de sus pinturas y sus poemas. Cuando yo sea grande, seré como él.

— ¿Qué serás de mayor?

— Un artista.

Cuando las puertas del elevador se abrieron, Jeongguk la cruzó rápidamente pero se detuvo frente a su amigo para darle un abrazo.

— Mañana pasaré a verte de nuevo — le prometió —. Si sabes dibujar, quiero que me hagas un dibujo.

— Cuando mi brazo se recupere — prometió también —. Me lo lastimé tratando de volar.

Jeongguk se quedó en silencio durante unos segundos y se carcajeó justo después de que Taehyung se burlara de sí mismo.

— Eres un fantasma tonto — se despidió con la mano — ¡Hasta mañana, Kim Taehyung! ¡Gracias por traerme!

— Hasta mañana, Jeongguk.

Cuando Taehyung regresó a su habitación, cogió uno de sus cuadernos y trató de hacer un dibujo inspirado en Jeongguk. Le dolía la muñeca, muchísimo, pero el niño despertó algo en él que solamente había sentido después de leer los diarios de su antepasado cuyo nombre era el mismo que el suyo.

No lo entendía, pero estaba feliz de dibujar un retrato; después de todo, Taehyung era un niño bendecido con un gran talento.

Al día siguiente esperó a Jeongguk, durante todo el día, pero no vino. Aquello lo entristeció y se preguntó por qué no lo hizo; ¿quizás se olvidó? ¿Quizás fue castigado? No tenía la respuesta, aunque la realidad había sido que el abuelo de Jeongguk, Park Jimin, falleció esa misma noche, después de haber tenido una gran vida.

⊰✽⊱

2028.

Cuando la madre de Taehyung murió tras varios años luchando contra el cáncer de mama, la fundación en honor a Kim Taehyung fue heredada por su hijo.

La familia Kim no era la única propietaria de la fundación que se encargaba de preservar la memoria del artista; dentro de la organización también estaba la familia Park, dirigida por Jeon Miyeon.

Todo eso, Taehyung lo sabía. Sabía que aquella famosa cantautora lo comenzó todo y le cedió el 50% de la fundación a su familia, pero nunca había conocido a la familia Park, sin embargo, siempre quiso hacerlo, porque su gran sueño era ser un gran artista al igual que su antepasado.

Jeon Miyeon no podía asistir a su encuentro, pero avisó que mandaría a sus hijos en su nombre y Taehyung esperó por ellos durante todo el día en su casa, en una localidad tranquila y preciosa de Daegu, muy cerca del hotel familiar principal, pues con el pasar de los años, la casa de hospedaje se convirtió en una cadena hostelera a la cual le iba muy bien en el mercado debido al impacto del arte de Kim Taehyung.

Taehyung solicitó que los hijos de la cantante fueran a su casa porque quería seguir trabajando en su última obra. Prometió que los recibiría con hospitalidad y que haría ameno el contrato para que ese 50% fuera manejado por él y su familia pudiera seguir cuidando del patrimonio de su ancestro.

Como siempre quiso, Taehyung se convirtió en un artista; pero a diferencia de su familiar, él se concentró en la escultura y, justamente, ese día había estado trabajando en una porque estaba inspirado, o al menos eso creyó.

La piedra no tenía una forma clara, pero había tenido un sueño. Uno donde conocía a un hombre hermoso, pero por más que quisiera acordarse, no podía recordar au rostro y se estaba frustrando porque no tenía idea acerca de cómo plasmar sus rasgos en la piedra.

— Hola.

Taehyung se sorprendió de oír aquella voz. Lo cierto era que ni siquiera estaba concentrado en su obra, sino ensimismado en sus pensamientos de resignación y miseria, pero levantó la mirada porque creyó haber oído aquella voz antes y se encontró con un joven en el umbral de su puerta.

Era un joven hombre de cabello y mirada oscura. Delgado, pero con cierto volumen en su cuerpo; quizás debajo de su ropa se hallaba un torso y unos brazos tonificados. Pero aquello no era lo importante; lo que le impresionó, fue su mirada; su sonrisa y el color y el tacto de su piel a la vista.

Creyó haberse quedado seco y una sed le invadió. El corazón le latió con fuerza y calentó todo su cuerpo como si sufriera una febrícula a punto de convertirse en una intensa fiebre. Tanta fue su impresión, que las palabras murieron en su boca antes de poder pronunciarlas y se levantó de su silla inmediatamente.

Taehyung llevaba un overol azul oscuro y sostenía su martillo y su cincel en una de sus manos.

— ¿Es usted Kim Taehyung? — le preguntó el joven.

— Oh... Sí, sí... Soy yo — respondió — Perdona, ¿quién es usted?

— Soy Park Jeongguk, el hijo de Jeon Miyeon — le tendió la mano —, maestro.

Taehyung se estremeció al tomar su mano. La cálida iluminación le advirtió de que ya era por la tarde, pero ni siquiera se había dado cuenta.

— Bienvenido a mi taller, señor Park — le dijo con una sonrisa —. Lo siento, ha debido llegar hace mucho tiempo...

— No, no se preocupe. Nuestro vuelo se retrasó y mi hermano no se sintió bien de camino al hotel, así que solamente he venido yo hace un par de minutos. Su mayordomo me ha guiado hasta aquí.

— Oh, espero que no sea nada grave.

— No lo es, tranquilo — le soltó la mano, pero Taehyung deseó que nunca lo hubiera hecho —. Si no le importa, podemos hablar sobre el contrato que debe firmar.

— Sí, por supuesto.

Taehyung le siguió como quien sigue a su brujo responsable de su hechizo. Pero no fue el único que se sintió de aquella forma, Jeongguk también sintió que le conocía... Que su alma lo hacía.

Y aunque el motivo de la visita simplemente debería haber sido por temas de negocios, su estancia en la casa del artista se prolongó. Supieron conectar y las horas se consumieron en sus charlas. El tiempo se perdió, solo existían ellos dos. Era como si los rodeara un densa niebla que los apartaba de todo el mundo y solamente les hiciera saber que el universo era suyo.

— ¿Hasta cuándo te quedas en Corea? — le preguntó Taehyung, un poco desesperado por pasar más tiempo con él.

— Me voy en dos días.

— ¿Podría verte de nuevo?

— Sí, maestro.

Durante las cuarenta y ocho horas que pasaron juntos, Taehyung lo llevó a lugares preciosos e inimaginables. Jeongguk se divirtió mucho a su lado e incluso le presentó a su hermano, quien encantado quiso unirse a algunos de sus viajes. En secreto comenzó a dibujarlo para poder retenerlo en su memoria.

Taehyung lo acompañó hasta Incheon el último día y para sorpresa de Jeongguk, el joven se despidió de él con un abrazo.

— Espero volver a verte pronto — le hizo saber Taehyung.

— También yo, maestro — respondió. A Taehyung le gustaba que le llamase así, pero no comprendía por qué le llamaba de esa manera; Jeongguk le explicó que creía que a los grandes artistas se les llamaba de aquella forma.

Después embarcó rumbo a California compartiendo el deseo de Taehyung de volver a encontrarse en el futuro, pero no se lo hizo saber expresamente.

Sin embargo, cuando tomó su asiento en primera clase y quiso deshacerse de su abrigo tras buscar su teléfono móvil, notó que había un papel doblado en uno de sus bolsillos. Era una nota doblada en cuatro partes.

Jeongguk sonrió al leerla.

Querido Jeongguk;

Siento que te conozco, pero no de la manera que alguien conoce a un hombre durante dos días; sino durante toda una eternidad. Percibo que tú también te has sentido de esa forma conmigo durante estos dos atardeceres. No sé por qué siento que mi alma está tratando de recordarte.

Con cada segundo que he pasado a tu lado, siento que llego a la extraña conclusión de que te he conocido antes. Quizás hace una década o hace un siglo. No he sabido, hasta verte, que te echaba de menos.

Siento que te he amado antes. E otra vida. En otro lugar. En otro tiempo. En otra existencia.

Mi martillo y mi cincel también se han enamorado de ti, supongo que tallaré tus ojos en una roca mientras pueda recordar, aunque he tatuado a grafito tus labios en mi corazón de papel.

Si sientes lo mismo que yo... Si por alguna razón tu corazón ha latido como si hubiera aprendido a vivir de verdad tras conocerme, por favor, respóndeme y correspóndeme.

Estaré a la espera de tu respuesta, Jeongguk.

– Kim Taehyung.

Final y oficialmente, Érase una vez, un amante hechizado, ha concluido.

Muchísimas gracias por haber llegado hasta aquí. Gracias por no abandonar la lectura pese a todo y seguir apoyándome y haberme dado fuerzas para concluir. 💖

En este apartado quiero dar gracias individualmente a ciertas personas que me han ayudado a escribir y me han inspirado esta historia:

SamanthaHirszenberg tú has sido el comienzo de todo, por lo tanto, agradezco tu existencia y el arte de tus manos que han hecho posible mi deleite con tus letras. Sigue escribiendo, por favor; sigue haciendo arte. ❤️

Spring__Breeze mi oxígeno, mi amor y mi inspiración. Gracias por haberme animado a concluir esta historia y por haberme apoyado cuando creí que ya no valía la pena seguir aquí. Sin ti, esto se habría quedado en nada. No habría concluido jamás. Ahora estoy orgullosa de mí misma por continuar y esto te lo debo a ti.

houndixe te agradezco infinitamente todo el apoyo que me has brindado y también agradezco el tiempo que has invertido en leer y vivir esta historia. Has sido el motor que necesitaba para no desanimarme ni una sola vez.

Jyoss_Psique como ya te he dicho anteriormente, tus comentarios me llenan de dicha. Gracias por comprender a mis personajes y amarlos de la misma manera. Me ha gustado infinitamente leer tus reflexiones, espero que en futuras historias pueda encontrarte también.

http_k18 gracias por ser tan adorable y por dedicarle tiempo a esta historia. Te echo de menos, pero ojalá te alegre saber que esta historia ya ha concluido cuando vuelvas. Te estaré esperando. Te quiero mucho. 💖

Y por último, quizás este no sea el final. Tengo planes de continuar escribiendo sobre los personajes en futuras historias que, si todo sale bien y no me vuelven a acosar y denunciar injustamente, publicaré. ✨️ Si os interesa, no borréis esta historia de vuestra biblioteca.

¡Gracias por todo! Esto ha sido EUVUAH. Que la vida os sea amena, nos leeremos en otras historias si os apetece.

Con amor,
SantoDiavolo.

(*꒦ິ꒳꒦ີ)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro