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5. Érase una vez, un dolor mayor que el amor.

Érase una vez, el dolor más terrible del mundo. Un dolor que vivían sobre las manos de Taehyung que recordaban el piano. El cuerpo y la mente de Taehyung recordaban el pasado.
 

 

Desde que había recuperado su memoria, la eternidad se le hizo eterna. Sus recuerdos sangraban a través de las heridas de los perdigones de bala.

Todo en él había cambiado tras descubrir su cruento destino, y aunque le costó creer que aquella casa era su tumba, terminó aceptando el final de su camino; terminó cediendo a la idea de que había perdido a su amor dos veces y que durante la primera vez, perdió la vida también.

Taehyung tocaba el piano como un condenado. La melodía era todo lo opuesto a lo que él era, aunque Taehyung ya ni siquiera sabía quién era; si era el hombre enamorado que solía ser o si era aquella alma en pena colmada de rencor, cuya apariencia era monstruosamente tétrica y lúgubre.

Vestía la misma ropa con la que había muerto. Se había dado cuenta de que cada vez que creía cambiar su aspecto, simplemente era una simple ilusión; pues la camisa de lino holgada que traía, estaba agujereada y empapada de sangre fresca, ya que su herida nunca conseguía cerrar. El aspecto de su piel era la de un cadáver; tan pálido y sin ninguna pizca de vida. Su mirada se veía hundida, desesperanzada e iracunda.

Y mientras tocaba el piano, los recuerdos no dejaban de golpearlo como si fueran balas o cuchillos atravesándole la espalda; veía su propia muerte, una y otra vez, una y otra vez... Pero también veía a Jungseok en su memoria, recordaba todos los momentos que había pasado con él; veía su rostro, sus ojos y sus labios; recordaba cómo se sentía cuando lo besaba, cuando hacían el amor y su corazón volvía a llorar lágrimas de sangre, llevando al límite el dolor de su música.

Taehyung se hallaba tan confuso desde que el paso del tiempo comenzaba a dejar su huella en él. Se sentía como una sarigüella herida en medio de la carretera, sobre la que las ruedas de los coches y carruajes pasaban una y otra vez sin preocuparse de matarlo tantas veces como fuera posible. Pues pensaba en Jungseok y también pensaba en Jungkook, no podía creer que se había enamorado de ambos de la misma manera, aunque mientras tocaba las últimas teclas, se dio cuenta de que no sabía a quién amaba de verdad.

Fue entonces cuando, por el rabillo del ojo, Taehyung vio una silueta asomarse por la puerta.

Detuvo la canción abruptamente y se levantó del banquillo. La silueta se escondió rápidamente, no fue capaz de identificarla, pero su corazón llamó el primer nombre que se le cruzó por la cabeza:

¿Jungseok?

Corrió detrás de la silueta y junto a la escalinata, tras atravesar las puertas de la Sala de Ensayo, tomó el brazo de aquella persona que había visto, pero su decepción fue enorme cuando vio que no se trataba de Jungseok.

¿Quién eres tú? — preguntó a la muchacha.

La joven no pudo mirarlo a los ojos, se sintió cohibida, pues la mirada con la que Taehyung la veía, no era la que solía recordar y su aspecto era tan aterrador.

Taehyung se dio cuenta de que la conocía, de que su rostro le era familiar. Tenía una leve familiaridad con Jungseok y también con Jungkook, pero no podía descifrar quién era; vestía un camisón y tenía una cruel marca de hematomas que rodeaban su cuello.

Lamento... haberte interrumpido... — murmuró apenada, con las lágrimas al borde de sus ojos.

¿Cuántos años tienes? — le preguntó — No pareces tener más de quince años. Dime, ¿cómo has entrado aquí? Este no es lugar para una niña como tú.

La niña sonrió con las lágrimas deslizándose sobre sus pálidas mejillas, Taehyung la reconoció entonces. La soltó y se apartó de ella un poco.

Señora Jeon...

Youngyi — corrigió — Cho Youngyi.

Taehyung la miró desde arriba hacia abajo y no podía entender cómo es que lucía como una niña de quince años.

¿Qué hace aquí? ¿Por qué...? ¿Por qué luce así?

Estoy atrapada... como tú.

Taehyung volvió a observarla cuidadosamente.

¿Ha... muerto aquí?

Youngyi se pasó la mano por el cuello antes de responder, después asintió.

Me mató él, como a ti.

Taehyung no supo qué responder, una suave y fría brisa recorrió y subió la escalera hasta perderse en el aire. Los labios de Youngyi temblaron en un instante, y después cayó de rodillas ante los pies de Taehyung, llorando.

¡Lo siento mucho, lo siento mucho! Es mi culpa que estés muerto, yo... Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento... Si pudiera hacer algo para revertirlo; para remediar mi error... Créeme que lo haría... Sé que no merezco tu perdón, pero... Perdón, perdón, ¡perdón, perdón!

Taehyung la miró con lástima, la muchacha se había aferrado a su pierna; había sujetado con fuerza la tela sucia de su pantalón mientras sollozaba con amargura.

Taehyung quería perdonarla; o al menos, antes lo habría hecho. En el pasado, quizás, la habría consolado porque antes era ese tipo de persona. No obstante, la muerte lo había cambiado.

— ¿Por qué me pide perdón si no fue usted quien apretó el gatillo?

Pero... Fue mi culpa que aquel gatillo fuese apretado.

Ese es el problema de las decisiones, de nada sirve arrepentirse tras tomar una.

Youngyi apretó los ojos y asintió dándole la razón.

— Quiero saber... ¿Por qué lo ha hecho?

Quería proteger a Jungseok...

¿De quién? ¿De mí?

Youngyi negó con la cabeza.

De su padre... En el fondo siempre supe que tú no le estabas haciendo daño, pero en un sitio como éste, en el que no se puede ser feliz, él jamás podría serlo. Tenía miedo de que tu influencia lo pusiera en evidencia y que él... que fuera él quien...

— ¿Que fuera él quien acabase en mi lugar?

Youngyi asintió, aún sin poder mirarlo a los ojos.

Si hubiera sabido que os marchábais, no...

Una semana antes de que fuera asesinado, Jungseok me dijo: "cuando hayamos, mi señor, convenceré a mi madre para que venga con nosotros. Sé que ella también sufre en este lugar, al lado de mi padre, quiero que sea feliz por una vez. Sé que nunca le di felicidad, quisiera hacer algo por ella alguna vez... sin importar cuánto me odie" y yo le dije que usted no lo odiaba, que quería lo mejor para él... Me alegra no haberme equivocado, sin embargo, a cambio de eso; de su deseo por salvar a su hijo del enemigo equivocado, lo condenó a una vida llena de infelicidad.

— Lo sé, todo ha sido mi culpa...

— No, Youngyi, no está oyéndome — le dijo apartando su pierna de sus manos —. Usted no ha tenido la culpa de que fuera una víctima más de su marido y de ser una madre que quería salvar a su hijo, no puedo perdonarle por eso, porque no hay nada qué perdonar... Sin embargo, Youngyi... Sí, es vuestra culpa que haya muerto porque aquello se pudo haber evitado. Se quedó callada cuando su marido comenzó a investigarnos, de haberle advertido con anterioridad a Jungseok, nos habríamos ido con tiempo y en este momento, él y yo habríamos vivido... Pero debido a su orgullo, Youngyi, el amor por el que di la vida, se ha suicidado; vivió medio siglo esperando por alguien que no iba a volver porque no sabía que había muerto.

— Lo siento...

— No veo la luz, Youngyi... No veo la luz, no puedo descansar en paz porque no tengo paz, sino rencor... Rencor contra usted, contra su marido y rencor contra toda la descendencia de Jungseok y a todos los ancestros de su asqueroso esposo. Le tengo rencor al mundo entero, salvo a mi Jungseok... Lo siento yo, Youngyi, pero no puedo perdonarle. Usted no me mató, pero sí mató a su hijo y eso es algo que recordaré para siempre y espero que usted también lo recuerde porque quiero que sufra tanto como él.

Cuando Taehyung le dio la espalda, Youngyi se secó las lágrimas y le preguntó lo siguiente:

¿Odias a Jungkook también?

Taehyung no supo qué responder, simplemente la miró por encima del hombro y le dijo: — Váyase, Youngyi. No quiero volver a verla.

Pero Jungkook...

¡¡Váyase, déjeme en paz!! — le gritó. Su ira produjo que su energía negativa azotara las puertas y las ventanas. Youngyi cerró los ojos tras ver su aspecto más aterrador y después desapareció, tal y como Taehyung le pidió.

Ya en la absoluta soledad, el odio de Taehyung se convirtió en una agonizante tristeza de nuevo y su pecho comenzó a sangrar. Recordar a Jungkook era aún más doloroso que estar muerto.

Taehyung no ha cruzado la luz como Jungkook cree, el rencor y la ira debido a au injusta muerte no le dejan descansar en paz.

Pero... Un personaje que ya conocemos ha vuelto a la escena, ¿qué opináis? Acerca de Youngyi, ¿qué pensáis? ¿Creéis que se arrepiente genuinamente de sus actos? ¿Creéis que merece una segunda oportunidad? Si fuerais Taehyung, ¿la habríais perdonado?

Nos leeremos en el siguiente capítulo... :)

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