🥀 Capitulo 4.
-¿Todo bien? Escuché que hablabas con Nunew en tu oficina -pronunció con un tono de voz que no delataba si estaba celoso o preocupado.
El alfa no respondió enseguida, se tomó su tiempo en el armario mientras elegía el conjunto de ropa que usaría para ese día.
-Creí haber escuchado que no regresarías hasta tarde no quiso que sonara a reclamo, pero en realidad, lo era-, ¿Es esta tu forma de decir que no confías en mí? Puedes ser directo, Saint. Sabes que no me gusta dar rodeos innecesarios.
Desviando la mirada a su regazo se encogió de hombros.
-Nunew es muy hermoso, y quizá tu instinto, cuando empieces a percibir tu esencia en él, te haga ansiar protegerlo... Y quien sabe, hasta desearlo como omega-argumentó sintiéndose patético por desconfiar de su pareja.
Los celos nunca antes estuvieron presentes en su relación. Sabían comportarse. Se daban siempre el lugar que merecían y la química natural entre ellos, era lo suficientemente buena para suprimir cualquier indicio de inseguridad.
Sin embargo, la situación que ahora enfrentaban era diferente a cualquier otra pasada.
-Fue tu idea traerlo aquí-le recordó deteniéndose frente a su esposo. Al ver que no reaccionó, dejó el traje que había seleccionado sobre la cama, para poder tomarlo por el mentón, y de esa forma obligarlo a encararlo-. Tú eres mi omega, eres con quien deseo formar una familia. Eso no cambiará.
-Pero no me elegiste-replicó con gesto sombrío-, y el bebé que está por llegar, ni siquiera será mío...
Las comisuras de los labios de Zee cayeron.
-¿Por qué estás diciendo esto tan repentinamente? -Aquella conversación no les llevaría a ningún lado-. Sabes que te amo, que si te hubiera conocido en otras circunstancias, el resultado habría sido el mismo. Te habría elegido a ti por encima de cualquiera -dijo intentando extinguir sus dudas.
Y de paso, las que también crecían en él.
Saint alzó ambas manos y tomó la del alfa, acarició su dorso y la acercó a sus labios para depositar un beso.
--¿Puedes.... <<-prometer que no me dejarás?>>deseo preguntar, mas se contuvo. No quería seguir actuando así, tan ansioso como un omega desamparado sin más alternativa que implorar, por ello cambió sus palabras—... quedarte conmigo un poco más?
No necesitó más para arrastrar consigo a Saint, de vuelta a las sábanas.
[...]
A media noche el encanto de aquella casa seguía presente. Con los pies dentro de la alberca, Nunew disfrutaba de la sensación fresca mientras tarareaba una canción.
Pensaba en todo y a la vez, en nada. Fue así hasta que el frío se fue colando en su piel y terminó abrazándose a sí mismo en busca de calor, entonces una imagen se formó en su cabeza. ¿Qué habría pasado si su matrimonio concertado hubiese sido con Pruk? Seguro al igual que Saint, habría terminado enamorándose de él.
Chawarin no conocía el amor que se profesa a una pareja, solo entendía el fraternal. Nunca tuvo oportunidad de hacerlo, o quizá, desde el principio nadie le llamó la atención.
Los alfas que le presentaba su padre, eran todos unos engreídos que le veían como un bonito accesorio para lucir ante la sociedad, ninguno se había tomado la molestia de ir más allá de las apariencias, y él tampoco se mostró con ánimos de hacerlo con alguno de ellos, mucho menos cuando la mayoría de veces los alfas expulsaban sus feromonas como para dejarle claro que ellos tenían el control, que no podía hacer más que dejarse impregnar por su olor.
Al menos en eso fue diferente Zee al conocerlo, aunque igual no lo hizo porque tenía pareja. Pero sabía aquello no los detenía, tenía conocimiento de alfas que marcaban un omega tras otro sin consideración, o que salían con varios omegas por diversión.
Suspiró y decidió que era mejor regresar a su habitación.
En aquel lugar no había personal como creyó. Zee y Saint se encargaban de la mayoría de deberes, aunque al ser una casa tan grande, no podían abarcar ni dar el mantenimiento necesario, por ello una vez a la semana una empresa especializada en ese tipo de servicios aparecía por allí para limpiar.
Por ese mismo motivo, la casa casi siempre permanecía sumida en el silencio, solo de vez en cuando la música lo desplazaba, pero no alcanzaba todos los rincones. Tal vez le debería resultar deprimente, pero muy por el contrario, le tranquilizaba.
-¿Tampoco puedes dormir? -cuestionó Saint apoyado en una columna cerca de la salida del área de la alberca.
Nunew alcanzó a distinguir su figura gracias a luz de los reflectores del jardín. Y también lo identificó gracias a su aroma a girasoles.
-En realidad me levanté tarde -explicó apenado, llevaba tres días ahí y el no tener nada productivo por hacer le afectaba.
Asintió con lentitud, como meditando sus palabras.
-Por cierto, ¿cuántos semestres te faltaron para terminar tu carrera?-dijo haciendo un cambio abrupto de tema.
Nunew no recordaba haberle mencionado que tuvo que salirse de la universidad, pero dedujo que lo investigó muy bien.
-Dos, y el año de servicio -contestó despertando cierta amargura en su interior -, aunque no vale la pena mencionar lo que me faltó, por la forma en que lo abandoné, será difícil que me hagan válidas las materias que cursé.
No le gustaba recordar aquello, le daba impotencia pensar que su familia no tuvo la consideración de permitirle concluir la carrera.
-¿Y estudiabas algo que en verdad te gustaba? -su voz interrumpió el estupor adverso.
-Sí-respondió mirándolo fijamente.
No entendía por qué Saint tenía tanta curiosidad por su antigua vida escolar.
---Entonces puedo ayudar a que te validen esas materias que ya cursaste, una vez que pases la cuarentena y te recuperes del todo, me encargaré de que retomes tus estudios, y si me lo permites, me gustaría financiar una beca para ti. Sé que tu matrícula era costosa.
No estaba en posición de negarse, después de pasar un año a su pésima suerte, con pocos recursos, y aparentemente, con las manos vacías sin nada que ofrecer, sabía mejor que nadie que rehusarse a recibir ayuda en su situación era pecar de estúpido. Solo deseaba saber el motivo tras tanta bondad.
-¿Por qué lo harías? Me pagan lo justo y...
-No, Nunew-le cortó- Ni todo el dinero del mundo podría compensar lo que estás haciendo por nosotros. Además, pude ser como tú. Tuve la fortuna de que el alfa con el que me unió mi familia fuese bueno, además del indicado -explicó con calma, como si llevara tiempo dándole vueltas al asunto, y por fin tuviese la oportunidad de zanjarlo.
Al terminar de escucharlo pensó que Saint era un omega increíble.
Era fuerte, nunca le había visto inclinar la cabeza ante Zee, era inteligente, manejaba sus propios negocios y era considerado. Era perfecto, lo que siempre deseó ser. La imagen que proyectaba era la que estuvo anhelado reflejar en algún momento.
Lo más valiente que había hecho en el transcurso de su existencia era huir de casa, y no era precisamente algo digno de mencionar, muchos jurarían que había sellado su propia sentencia.
-Anda, mañana platicamos con calma, tus ojos lucen abultados-pronunció dedicándole una sonrisa que le resultó reconfortante.
Aquella sensación, tenía tiempo que no le hacía compañía.
-Saint, ¿puedo hacer algo más por ustedes? Estar quieto sin hacer nada... No estoy acostumbrado.
El omega mayor hizo una mueca con los labios, pensaba seriamente en su propuesta.
-Mañana tengo que ir al banco e ir a las bodegas, si no te importa, puedes acompañarme. Será un poco agitado porque andaremos de un lado a otro-comentó comenzando a andar en dirección a los dormitorios, con Chawarin a un lado.
-¡Sí, por mí estará perfecto! -replicó entusiasmado.
Ante su reacción. Saint rió y pasó un brazo por sus hombros. No sabía por qué, pero el menor le despertaba cierto instinto de protección. Y por parte de Nunew, en el mayor encontraba cierto consuelo que el dinero y su familia, nunca le habían podido ofrecer.
Cada vez que le veía, sentía que podía lograr cualquier cosa que se propusiera, Saint era la encarnación de aquel sueño.
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