Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

47. Tras la tormenta

Sentí una desesperada ansia por respirar. Abrí los ojos. El sonido de los bichos cantar y los pájaros cotillear me hizo parpadear varias veces. ¿En dónde estaba? Vi tierra seca sobre mí y no sentí frio en lo particular.  ¿Qué había pasado? Giré mi cabeza hacia un lado. Liam yacía ahí con los ojos cerrados, aparentemente dormido.

Solté una sonrisa al saber lo ilógico de sus palabras. ¿Qué no dormía? Recordé la noche pasada. Mi sonrisa desapareció de mi rostro. Tragué saliva nerviosa y sentí un nudo en mi garganta impidiéndome volver a llorar.

Liam lo había hecho; el pelirrojo me había mordido a su gusto.

Pasé mi mano por mi cuello. Aquellos agujeros yacían casi cicatrizados como si no hubiese pasado nada. Parpadeé varias veces volvieron mi vista al frente. La seca cueva me hacía sentir insegura. ¿Realmente que había pasado? No recordaba precisamente que era lo que había sucedido después de que me había mordido de aquella manera tan desesperada, pero rememoraba como la noche se había hecho más negra que de costumbre y que había tenido un mal sueño. Un sueño que ahora, ya despierta, me hacía doblarme de dolor al saber que Liam aún estaba sufriendo por quien ya se la habían comido los gusanos de la tierra.

Lamentablemente, Liam aún la amaba y, aunque fuese una locura de mí parte, yo le amaba a él.

¿Qué debía de hacer? Por un lado estaba esa opción de quedarme con él y satisfacer sus necesidades pero por el otro estaba solo irme. Alejarme tan lejos como pudiese. Al fin y al cabo yo le recordaba a ella, ¿o no? Mi semblante se hizo más oscuro al evocar sus últimas palabras. ¡Él me había confundido con ella!

Un fuego interno comenzó a arder. ¿Realmente él me había confundido con ella? Sin saber por qué sentí irremediablemente una ira, una cólera… un enojo increíble. No podía siquiera describir bien el porqué pero esta vez más que sentirme humillada, me notaba inferior.

Evangeline había hecho todo lo que una mujer correcta hubiese hecho: había soportado golpes, humillaciones, violaciones y un embarazo no deseado. Yo, por otro lado, simplemente había deseado escapar de todo. Había matado a alguien por gusto, por venganza. ¿Para qué? ¡Para nada! Volker era un vampiro y como tal, podía regenerarse a gusto. ¿Mi hijo? Él no podría regenerarse nunca.

Me senté casi de inmediato, tomándome de la sien con cierto dolor de cabeza. Ya sabía que esto iba a golpearme pronto, pero… ¿por Evangeline? Creo que eso era lo que más me molestaba. No quería relacionarme con esa mujer para nada. Con una Evangeline tan perfecta, yo no tenía ni una sola pizca de oportunidad. Liam nunca voltearía a verme porque yo nunca podría llegarle a los talones a quien innecesariamente me había dado la vida.      

Respiré con fuerza al momento en que volteaba a ver a aquel hombre que parecía en paz. No pude evitar morderme los labios y elegirme por el segundo camino. Me iría de aquí ahora mismo. Yo no tenía lugar junta a él.

Con un dolor en mi pecho, me paré cuanto antes del suelo. Me sentí débil, aturdida. Me apoyé de la tierra y respiré con cierta fuerza. ¿Era anemia? Fijé mi mirada entre los árboles y las hierbas que brillaban por el sol. Todo se veía borroso, imperfecto.

Respiré con cierta fuerza pero sin querer voltear atrás, comencé a caminar. Me alejé de él aunque mi corazón llorase su nombre y mis pies flamearan mi estúpida decisión.

.

No podía caminar muy bien, pero aunque había caído varias veces ya, aún seguía andando como si de un zombie me tratase. ¿Mi dirección final? Bloody Town. ¿Por qué? Ni yo lo sabía. Solo quería llegar y tirarme encima de mi madre. Sabía que podría ocasionar otra catástrofe como la anterior pero no sabía ya qué hacer. Estaba perdida. Me sentía tan extraña y totalmente destruida. Tan nada y vacía. Sólo quería dormir y regresar a la normalidad. No pensarle más. 

Me limpié las lágrimas de mi rostro a pesar de que mi aspecto en general estaba ya más sucio que lo que traía puesto encima. Mi cabello estaba tan alborotado y enmarañado que parecía un nido de pájaros recién formado, mi piel estaba enlodada y cortes en mis rodillas evidenciaban mis tropiezos. Esto era tan lamentable.

¿Dónde estaba esa Caroline Northon por la que todos peleaban? Esa mujer de una belleza infinita y de tacto impecable. Sonreí al ver los troncos quemados, ese signo de que estaba por llegar. La vida humana era tan lamentable. Suspiré cansada al saltar por entre el camino. Qué más daba, ya todo estaba perdido. No volvería atrás, no lloraría por él de nuevo. Cómo mi madre lo había dicho, lo olvidaría. Olvidaría todos los abusos y golpes. Todas esas violaciones que había tenido que pasar. Incluso los sueños que no me dejarían dormir los próximos días. Me aseguraría de que la verdad quedase enterrada cuando muriera. No volvería a pensar en eso. El nombre de Liam moriría esta noche, después de que llorase lo que tuviese que llorar.

Caminé lentamente a pesar de ser observada por las niñas del pueblo. Algunas quedaban mudas al verme, otras lloraban por sus madres. No me importó en lo más mínimo, Yo simplemente seguí con la cabeza escondida entre mis hombros. Marisol flameó mi nombre en el aire al verme. Yo no me paré a verla ni disimulé un paso más lento. No quería hablar con nadie que no fuese mi madre.

Continué mi camino hasta aquellos peldaños de piedra que reconocía como si hubiese sido ayer cuando había bajado de ahí con mis maletas. Subí escalón por escalón hasta dar con aquella puerta de madera que ya estaba reparada y con todos secos golpes, escuché aquellas pisadas que se acercaban. El silencio fue más que incómodo cuando mi madre abrió la puerta y me miró en aquel estado lamentable.

—¡Oh… por Dios!

Levanté mis ojos grises a ella y sin importarme si ensuciaba su kimono, simplemente me arrojé sobre ella con toda la fuerza que pude. Mi madre se tambaleó un poco por la sorpresa pero en cuanto entendió que lloraba en su pecho, me abrazó con aquel amor que necesitaba ahora.

No sé cuánto tiempo estuvimos así. Segundos, minutos, horas. No lo sé. Me desmayé. Cuando abrí los ojos ya estaba en mi cama, bañada y perfumada. Sola. Mi corazón volvió a palpitar al ver aquel ventanal gigante que mostraba un cielo gris y a punto de volver a llorar. Tragué saliva al recordar lo que había pasado en la noche y que en realidad, ya no había marcha atrás. Lo que estaba hecho, hecho estaba. Liam había ganado de todas formas y era seguro que no querría verme jamás.  

Parpadeé tratando de sonreír. Eso era. Liam no me quería y eso tenía que aceptar. Solo había hecho lo que tenía que haber hecho desde un comienzo: darle mi sangre sin chistear. Él se recuperaría, eso era lo único por lo que me alegraba. Tal vez Liam podría superar ese capítulo pero por ahora, yo solo quería olvidarme de eso. Lo olvidaría aunque mi corazón se sintiese explotado.  

Una lágrima recorrió mi mejilla al pensar lo duro que sería. ¡Qué tonta era! ¿Por qué tuve que haberme enamorado de un ser tan egoísta como él? Respiré más lento al ver las primeras gotas de lluvia caer en la ventana. ¿Él se recuperaría de esto, verdad?

—¿Caroline?

Me limpié el rostro antes de que mi madre entrara. Charlotte tenía una hermosa sonrisa en su rostro, parecía realmente feliz de que hubiese vuelto.

—Me tenías preocupada.

—Lo siento.

—Cariño… ¿quieres hablar?

—No —solté casi en susurro—. Quiero olvidar, madre.

Mi madre me miró con lástima antes de acercarse y acariciarme el cabello.

—Claro hija, lo olvidaremos.

Solté una sonrisa de agradecimiento antes de escuchar un rayo que me hizo erizar. Mi madre sonrió como nunca, realmente feliz de tenerme a su lado de nuevo.

—Siempre le has temido a la lluvia.

—Solo a la tormenta.

—¿Recuerdas cuando eras pequeña? Usualmente te escapabas para ir a mi dormitorio.

Reí débilmente al sentirlo tan lejano. ¿Por qué había crecido tanto?

—Eran buenos tiempos.

Mi madre no dijo nada como respuesta entendiendo a que me refería. Justo en ese momento, yo estaba rompiéndome en miles de pedazos. Una parte de mi aún estaba en el bosque, otra estaba enojada y otra muy grande yacía muy lastimada. ¿Por qué no podía simplemente unirme de nuevo? Volver a renacer y odiarlo como antes.

—¿Tienes hambre? —Sentí que hablaba con Karen. Pobre Karen. ¿Qué haría cuando se enterase de todo esto?—. ¿Quieres un poco de comer?

—Estoy bien.

—Debes comer algo.

Sonreí a pesar de que por dentro lloraba.

—Está bien, lo que desees darme, está bien.

Mi madre no dijo más. Se paró lentamente y sin despedirse, salió del cuarto a prisa. En silencio, de nuevo quedé sola. Respiré con fuerza antes de tratar de reprimirme. Debía de comportarme normal, ser normal.

Respiré con fuerza a pesar de que quería llorar. Por alguna razón ser confundida por Evangeline me había dolido más que ser ultrajada, humillada, violado y destrozada por Volker. Que Liam estuviese aún enamorado de ella era más difícil de soportar de lo que imaginaba.

.

Volví a despertarme a media noche por obra de esa pesadilla. Un sueño que me recordaba todo lo que yo ya sabía: Evangeline, Liam y Volker.  

Me limpié las lágrimas. Esta era la tercera noche consecutiva que volvía a llorar por él. Me tapé el rostro como si quisiese ocultar mi esperanza. Esto era una locura. ¿Por qué seguía atormentada? Ya había descubierto lo que necesitaba, había entregado esa maldita carta y él me había dicho todo. ¿Por qué esto no podía dejarme atrás? ¡Todo lo que pensaba y hacía no tenía congruencia! Por un lado ya no quería ser parte de esto, deseaba vivir lo que me quedaba de vida junto a mi madre pero por el otro lado, todos los días esperaba a que llegase Bryant por la puerta para llevarme de regreso a esa casa. Esto era tan estúpido.

Me sentía tan extraña… tan fuera de lo normal. La calma y el orden me parecía algo trivial. Ajeno, diferente, incompleto e irritante. ¿Qué me había hecho? Ya no era normal. No me sentía normal.   

Me eché de nuevo en la cama y lloré como lo había hecho hacía ya dos días atrás. Solo era cuestión de tiempo para que me quedase dormida y despertase en seis horas más. Mi madre me traería el desayuno, platicaríamos un rato y yo iría a verla bailar, hacer las compras e incluso entender como era que atendía a sus clientes. Era ya cuestión de perder el tiempo para despejarme. Si dejaba de hacer algo, me pondría a llorar seguramente.

Los minutos volvieron a andar y yo quedé dormida como supuse que iba a pasar. Cuando desperté, mi madre ya estaba en la cocina terminando el desayuno. Me vestí como pude, sabiendo que la monotonía debía cambiar. Si seguía así me volvería loca. Debía hacer algo diferente. Bajaría a comer ahora. Tal vez esta era la razón por la que siempre soñaba lo mismo.

Salí de la habitación sin hacer un solo sonido y bajé las escaleras con cuidado, sin embargo, había olvidado el rechinido del segundo escalón al subir. Un sonido estrepitoso espantó a mi madre quien no esperó a saber quién era.

—¿Caroline? —Soltó mi nombre en pánico—. ¿Estás bien?

—Si madre, estoy bien. —Añadí al entrar a la cocina.

—Oh Carol, no vuelvas a hacer eso. —Hizo una sonrisa—. ¡Me diste un susto de muerte!

—Lo siento, no quería…

—Está bien —dijo casi de inmediato—. ¿Quieres que desayunemos juntas hoy?

—No quería estar encerrada ahí —bajé la cabeza al recordar el sueño—. Estar ahí no me hace mucho bien.

—Está bien querida —soltó al entenderme—. Desayunemos entonces.

Solté una débil sonrisa al caminar a la mesa. Mi madre sirvió los platos pero en cuanto pude ver el desayuno, mi sonrisa dejó de mostrarse en mi rostro.

¿Por qué tenía que haber sido caldo?

—¿Esta algo mal, hija?

—No, es solo que Bryant, él… —Tomé aire—. Él preparaba esto todos los días.

Mi madre no supo qué hacer. Se congeló. No se lo esperaba. Respiré con fuerza intentando sonreír.

—Podemos comer otra cosa…

—No —solté casi de inmediato—. No odio el caldo, madre.

Tomé la cuchara que frente a mí se mostraba poderosa. Mi madre fue la primera que comenzó a comer incómoda. Respiré con fuerza cuando hundí el cubierto en la sopa y cuando probé el primer bocado, mi mascara simplemente se desató. Se calló.

El sabor del caldo no era el mismo. No era igual.

Caí en la realidad y aquello me hizo dejar de comer. Mi madre se enteró de esto casi de inmediato y, llamándome por mi nombre, me hizo voltear a verla. Mis lágrimas se soltaron por mis mejillas sin control.

—¿Por qué lloras Caroline?

Su voz me dio pies para hundirme en el lodo, deshacerme en el aire. Volver a escapar pero me sentía tan débil que no pude ni despejarme del asiento. ¿Por qué me sentía tan atada cuando me hablaba mi madre de aquella manera?

—¿Qué por qué… por qué estoy llorando? —Traté de taparme la cara avergonzada de esto mientras me limpiaba cada lágrima que salían de mis ojos con fuerza—. Lo siento madre, lo siento mucho. Yo no…

—Caroline, tenemos que hablar de esto.

Me negué mientras lloraba.

—No quiero hablar de él.

—Caroline, ¿estás enamorada?

Hice una mueca en mi cara.

—Eso no importa ahora.

—Importa Caroline, importa y mucho.

—¿Por qué, mamá? Él es el vampiro que uso a toda la familia. ¡No debería de amarlo! Esto está mal.

Mi madre guardó silencio, mientras me sonreía.

—Él estaba esperando a alguien que le entendiese, Caroline.

—¿Cómo lo sabes?

—Yo no he sido muy honesta contigo...

—¿A qué te refieres?

—Yo...no te conté toda la verdad.

________________________________

Hola a todos. Primero que nada: FELIZ AÑO NUEVO. Espero que se la hayan pasado muy bien este fin de año y que este pequeño capitulo les haya quitado las ansias aunque sea un poquito. Estuve algo apretada en tiempos pero al menos cumpló la palabra. El siguiente capitulo será mucho mucho mucho MUCHO más largo y emocionante pero bueno, estamos empezando a entrar a la cuenta regresiva. Quedan algunos capitulos más pero les dejaré la sorpresa de cuantos más. Muchas gracias por todo el apoyo que me han brindado y espero que este nuevo año podamos empezar una novela nueva aparte de las que ya tengo. Un beso enorme y muchas gracias por leerme y seguir comentando en una de las novelas que más ansia me ha traído el año pasado. Los amo con todo mi corazón y bueno.... los veo en una o dos semanas. Vacaciones las amo :3 

-Nancy A. Cantú

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro