Tres
Cuando el auto me arrolló, sentí que todo daba vueltas, de no ser por aquel chico de cabello negro, probablemente me hubiera quedado allí tirada.
- Antes de que te vayas, quisiera saber tu nombre - me miró titubeante.
- Me llamo Itachi.
- Yo soy __________, De nuevo muchas gracias por no dejarme tirada.
Me dedicó una pequeña sonrisa y se fue, desapareciendo en la oscuridad de la noche. En mi memoria, su rostro y sus ojos permanecieron grabados hasta que su silueta se desvaneció.
Jamás había visto a alguien así, con facciones tan finas, con una voz que sonaba como una melodía. Era prácticamente de otro mundo.
Pero era tarde, y eso me sacó de mis pensamientos, llegaría tarde a casa y Sakura me regañaría como todas las noches.
Caminé lo mas rápido que pude hasta la casa, intentando quitar las manchas que tenia mi ropa.
- ¡Llegué!
- Estoy en la cocina - Sakura era la cocinera en nuestro hogar, pues nunca se me ha dado la cocina. - llegas tarde.
- Ya lo sé, pero siempre tiene que pasarme algo - me quite la chaqueta negra y la dejé en el sillón - hoy un auto me arrolló.
- ¿Estás bien? - dejó los utensilios de cocina y se acercó a mí - Déjame revistarte, puedes tener alguna fractura.
- No tengo nada, de hecho creo que solo fue un pequeño golpe.
- No me obligues a hacerlo a la fuerza - accedí ante su amable petición - solo déjame traer mi botiquín, y así limpio esa herida.
Se alejó y toque mi frente, donde en efecto había una pequeña herida que sangraba .
Observe a mi mejor amiga desde hace dos años, además de parecer mi madre y regañarme por todo, se preocupaba por mi, y lo mas importante, me apoya en cada momento. Por lo general le gusta cuidar de los demás, su puesto como jefa de enfermeras en la clínica de la ciudad es su vida entera. La peli-rosa siempre es muy amable con los demás, hasta que toma aprecio hacia la gente, es entonces cuando los golpes y gritos salen de ella, es, en cierta forma, su forma de expresar su cariño.
Ambas nos sentamos, me curó y platicamos durante la cena hasta que por fin nos fuimos a dormir.
Y me quedé dormida, con su nombre en el pensamiento.
Itachi.
**********
Itachi, sentado en la rama de un árbol, solamente podía pensar en una sola cosa, ¿Que demonios había hecho?.
Si la Quinta jefe se enteraba de lo que había hecho, probablemente lo desterraría, y tendría que vagar por el cosmos, solo.
Inmediatamente borró ese pensamiento de su mente, pues nadie había sido testigo de aquel encuentro con la humana, por lo tanto, nadie podría delatarlo.
Siguió su camino por la ciudad, y se encontró con un chico peli-negro con cabellos en forma de piña. Ese sería su próximo objetivo. Lo siguió hasta lo que parecía a su casa, pero lo único que hizo aquel humano fue tirarse a ver el cielo, era bastante aburrido, podría ser por que era de noche, entonces decidió volver más tarde, cuando el sol cubriera a la tierra, así el humano realizaría sus actividades de siempre.
Mientras viajaba hacia el mundo de los ángeles, Itachi no dejaba de pensar en aquella humana, su voz resonaba una y otra vez en su cabeza, al igual que su nombre, aquel nombre era hermoso ante Itachi, y por lo visto no podía sacarlo de su memoria.
- ¿Dónde rayos te habías metido? - Sasuke estaba parado en la entrada del portal - Hace un rato la Quinta convocó a una reunión, al parecer tiene algo urgente que decirnos.
- ¿Sabes de que se trata?
- Si lo supiera, créeme que te lo diría, pero no tengo ni idea de lo que va a decirnos.
Caminaron juntos, hombro a hombro. Y con ello un silencio reinaba en los hermanos.
- ¿Satisfecho con tu última visita a tierra?
- No - Itachi dudó en confiar en su hermano - No hubo nada divertido, solo que conocí a una chica.
- Define conocer
- Bueno, tuvo un accidente y le ayude.
- ¿Acaso eres su ángel guardián? - Sasuke se detuvo, esperando una respuesta, y cuando no la obtuvo suspiró - Ya casi no te reconozco, lo que estás haciendo es muy peligroso, de verdad deberías alejarte de los humanos - lo miró de frente - Antes no creía en la profecía, y ahora...
- No me digas que crees en eso.
- Ya no se en que creer - cansado, Sasuke dio la media vuelta y siguió su camino - Sólo, no hagas algo estúpido.
Y se alejó rumbo a la reunión, dejando a Itachi sólo, acompañado de sus pensamientos.
¿Acaso había hecho mal en ayudar a esa humana?
¿Debió dejarla allí tirada?
No, definitivamente no, pues si bien no era su Ángel Guardián, él pertenecía a la Honorable Casa Protectora de los Uchiha.
Su deber era proteger.
Aquella casa que atormentaba la existencia de Itachi, era la encargada del bienestar de todo el mundo celestial. Ellos se aseguraban de la seguridad del lugar, y en tratar de combatir a los seres espectrales llamados demonios.
Aquellos seres llevaban una eternidad peleando, y todo por la humanidad, pues ese era el gran premio.
Itachi después de pensar, también se dirigió a la reunión, deseando que fuera rápida para volver cuanto antes a tierra.
Entró al lugar, cerrando la puerta tras de sí, pues era el único que faltaba.
- Bien, ahora que están todos iniciaremos la reunión. Kakashi tiene información importante que todos deben conocer.
- Gracias Quinta - el enmascarado tomó la palabra - Hace no mucho tiempo en el que mi casa, la Honorable Casa Guerrera Hatake detectó movimiento por parte de los demonios en tierra, aún no tenemos claro que es lo que piensan hacer, pero - el peli-blanco se detuvo, pensando bien lo que diría a continuación - es posible que nos vayan a declarar la guerra formalmente.
La sala se llenó de murmullos, pues si bien ángeles y demonios siempre estaban peleando, si se llegase a declarar la guerra sería muy malo, en especial para los humanos.
- Además creemos que están buscando algo en tierra - los murmullos cesaron poco a poco - tampoco sabemos bien que es, pero esperamos obtener información sobre ello, es por eso que he decidido pedir apoyo a la Honorable Casa Protectora de los Uchiha, generando así una cuadrilla de espionaje, que será infiltrada en el mundo humano y conseguirá información sobre el ataque, dentro de un rato, se darán a conocer los encargados de esta tarea. Sin más que decir, doy por terminada la reunión.
Entonces, una gran oportunidad se abría ante los ojos de Itachi, sin saber que en el futuro, todo cambiaría por siempre.
***********
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro