
Capítulo 21🦋: Una historia contada por Gabe.
— Es que... Decidimos cambiar nuestras fragancias. ¿Qué te parecen? Equis ha ido unos segundos al baño.—Se inventó Darell una excusa al instante.
— Qué tontería.— Se quejó Equis aún cubriéndome la boca con sus manos.
— ¡Vas a terminar ahogándome!— Lo regañé liberándome.— ¿Eso quieres?
— En ocasiones.— Respondió dando un resoplo y rodando los ojos.
— Esa no me la creo... ¿Por qué usarían perfume de mujer?— Titubeó Bratzman dando un golpe en el suelo con su bastón.— ¿Tienes una chica escondida en el armario otra vez, Darell?
— ¡Por supuesto que no!— Le respondió él como si hubiera sido atrapado por la trifásica.
— ¿Cuál es el motivo de esconderla? No tengo nada contra eso... Siempre que sea una chica del público.— Comenzó el gordinflón a acercarse al closet.
— Demonios.— Musité.
— Vamos idiotas... Algo se les tiene que ocurrir...— Añadió Equis mientras agitaba su pierna nervioso.
De repente se escuchó un ruido, como si algo pesado hubiese impactado contra el suelo.
— ¿¡Michael!?— Exclamó Joshua.
Equis levantó suavemente el rostro y decidió observar a través de la ventana con cuidado, Michael se encontraba en el suelo... Al parecer desmayado.
— ¡Eso!— Musitó él observándome con una sonrisa.
— ¿Acaba de fingir un desmayo?— Pregunté con el ceño fruncido y los labios entreabiertos.
Equis asintió con la cabeza.
— ¿¡Qué sucede!?— Bratzman se acercó al cuerpo de Michael en el suelo.— ¡Llamen rápido a una ambulancia!
Inmediatamente Darell comenzó a marcar el número, y unos minutos después Michael decidió abrir los ojos y fingir una recuperación repentina, se encontraba tendido en el sofá.
— ¿¡Qué ha sido eso!?— Preguntó Bratzman en tono molesto.
— Últimamente estoy padeciendo descensos...— Respondió Michael fingiendo demencia.
— ¡Imagina si algo así te sucede en medio de un concierto! — Le gritó.— ¡Más vale que visites un doctor y te recuperes, eso podría afectar muchísimo nuestro progreso! — El gordo hizo una pausa para dar un resoplo y se dirigió hacia la puerta dando fuertes golpes en el suelo con su bastón.— Es inútil, siempre que vengo a supervisar todo termino molesto, tengo un pésimo dolor de garganta.
Bratzman dio un portazo y se dirigió hablando entre dientes hacia su auto, Equis y yo nos adentramos rápidamente dentro del camerino a través de la ventana.
— Eso estuvo cerca.— Suspiró Joshua.— Dejando eso a un lado... ¡Casi me matas del susto!— Regañó a Michael dándole un coscorrón en el cráneo.
— ¡Ey!— Lo reprendió.— Debía encontrar la manera de salvarnos, no se me ocurrió algo mejor.
— En mi opinión fue muy gracioso...— Añadió Darell entre risas lanzándose al sofá.
— Por cierto Equis.— Interrumpió Jackson las risas de Darell algo serio.— Actuaste muy rápido... ¿No? Agarraste la mano de Megan y ambos se lanzaron por la ventana. ¿De dónde sacaste ese instinto sobreprotector?— Liberó una ligera carcajada.
— No es nada, simplemente aseguré nuestra carrera, es todo.— Respondió Equis mientras buscaba la caja de cigarrillos en su bolsillo.
— Por supuesto, obviamente no protegías a Megan... Claro que no.— Añadió Michael sarcásticamente ubicándose al lado de Darell en el sofá.
— Son todos una bola de palurdos.— Se quejó él nervioso mientras se sentaba como siempre en el espejo de luces.
Los chicos intentaron reprimir sus ataques de risa, pero les fue imposible.
En ese momento escuchamos unos golpes en el armario y la cómoda debajo del espejo.
— ¡Arlen y Leslie!— Exclamé abriendo los ojos como platos.
Jackson liberó inmediatamente a Arlen, mientras que Joshua abría el closet para sacar a Leslie.
— ¿¡Por qué se ponen a charlar y me olvidan aquí dentro!?— Nos regañó Leslie mientras se sacudía el polvo de los jeans.
— Ignorando eso, lo que más deseo ahora mismo es darte una cachetada.— Interrumpió Arlen sus regaños.— ¿Cómo pudiste empujarme cuando pensaba esconderme allí dentro?
Los chicos comenzaron a reír nuevamente, mientras tanto Arlen correteaba detrás de Leslie por toda la habitación.
En ese momento decidí observar a Equis, que se encontraba aún callado fumando su cigarrillo; una ligera sonrisa se encontraba dibujada en su rostro.
Sé que estás comenzando a disfrutar esto...
Al día siguiente en la tarde.
Los suministros comenzaron a escasear, así que tras salir de la Universidad me dirigí al supermercado sin preocupaciones, Leslie no se encontraba en casa, me había enviado un mensaje informándome sobre una salida misteriosa.
Espero y no haya caído anoche en las redes de Darell.
Mientras me adentraba en el lugar la mirada verde de Gabe se cruzó con la mía, hacía algún tiempo que no nos topábamos ni siquiera dentro del edificio.
— Buenas tardes.— Le saludé.
— ¿Qué tal? Hace mucho no nos vemos.— Me respondió sonriente.
— Todo marcha de maravilla.
— ¿Cómo va tu relación con Equis?
Algo molesta suspiré.
¿Pero qué le pasa a este chico?
— Gabe... Mejor olvidémonos de eso. ¿Podrías ayudarme a elegir una marca de...?
— El problema, Megan, es que siempre evitas hablar sobre eso.— Me interrumpió, justo como la otra vez.
— Supongo que si evado el tema es porque en verdad no me gusta. ¿No?— Alcé ambas cejas y presioné los labios.
— No lo entiendes es que... Se siente horrible verte al borde de la destrucción y no poder hacer nada para ayudarte.
— ¿Destrucción?— Fruncí el ceño.
— Ese chico es violento, Megan.
Mis ojos se abrieron como platos.
— Eso no es cierto, Equis se caracteriza por ser tan sereno que incluso parece estar dopado.— Lo contradije cruzándome de brazos.
— Golpeó a mi hermano hace un año, porque estaba enamorado de su novia. Es esa la única vez que ese chico se ha hecho notar en el edificio.
Permanecí callada unos segundos, no podía creer lo que estaba escuchando.
¿Equis? ¿Golpeando a un chico? ¿Y por estar enamorado de alguien?
— No... No lo haría.— Le aseguré con los labios temblorosos.
— ¿Entonces por qué te encuentras algo nerviosa? — Me desafió.— No tienes idea de las cosas que ese chico es capaz de hacer, estás en peligro y no eres capaz de notarlo.
— ¡Él no es así!— Exclamé dando un golpetazo en el mostrador.
— ¿Qué sabes de él? ¿Eh?— Preguntó acercando su rostro al mío.
— Me ha contado todo.
— ¿Todo? ¿Absolutamente todo? ¿Entonces por qué no te comentó la golpiza que le dio a mi hermano? Probablemente las cosas que te contó sean puras mentiras o historias distorsionadas donde él es la víctima.
En mudez bajé la cabeza y presioné los labios. Diablos... ¿Por qué estaba dudando?
— Dime si has pensado en algo... ¿Por qué nadie lo quiere cerca?— Preguntó tomando mi rostro entre sus manos.
— Porque...— Intenté hablarle, pero mi voz no lograba salir, juro que hubiese sido capaz de llorar en aquel momento.
— ¿Lo ves? Todas las personas no pueden estar equivocadas, Megan.
— Estoy segura de que si le dan una oportunidad van a...
— ¿A qué?— Me interrumpió molesto.— Él no está dispuesto a relacionarse con nadie. ¿O me equivoco?
— No... Pero él no... No es una mala persona y además... Confía en mí.
— ¿Si tanto confía porqué te ocultó el asunto de mi hermano y su novia? Piénsalo un poco; lo mejor es dejar este asunto aquí, te dejaré pensarlo.
— Sí, lo mejor es que me vaya a los estantes, no te molestes en ayudarme con las marcas de salsa de tomate, ya me las arreglaré.— Concluí lanzándole una mirada de disgusto.
En el apartamento.
Me encontraba recostada en la cama, había decidido descansar un poco antes de irme al trabajo luego de darme una ducha caliente en la tina para relajarme.
Es inútil, no lograré pegar ojo mientras continúe pensando en todo ese asunto...
— ¡Oye!— Me regañó Leslie luego de adentrarse en la habitación.— ¿¡Cómo se te ocurre dejar la puerta abierta!? Imagina si alguien entra.
— Debí olvidar cerrarla... No he preparado la cena, la verdad no tengo mucho apetito, si quieres puedes prepararte algo rápido o salir a alguna cafetería cercana.— Le dije mientras abrazaba la almohada.
— ¿Qué sucede?— Preguntó acurrucándose a mi lado luego de dejar su bolso sobre la lavadora.
— Eso me gustaría preguntarte. ¿A dónde rayos fuiste? Nunca antes habías venido a esta ciudad, ¿por qué saldrías sin mí? — La interrogué algo enojada, me sentía bastante enfadada con Leslie.
— Solo fui a una cita. ¿Vale?
— ¿Una cita con quién?— Pregunté arqueando una ceja luego de sentarme de golpe en el colchón.
— Conocí un chico por Whatsapp y acordamos vernos hoy...
— ¿Por qué estás haciendo esas cosas, Leslie? Primero metes la pata hasta el fondo con Simon, ahora esto. ¿Qué está sucediendo?
— ¡Nate no responde mis mensajes, Megan!— Gritó poniéndose de pie frente a mí.— Se acabó, duele... Duele demasiado, pero así es.
— ¿¡Y esta es la forma de acabar con ese sufrimiento!? ¡Estás pensando como una idiota preadolescente de secundaria! ¿Por qué te involucraste con alguien si justamente mañana regresas a nuestra ciudad?
De repente, lágrimas comenzaron a resbalar de sus pómulos.
— No tengo idea de cómo lidiar con todo esto...— Expresó intentando secarse las lágrimas con los dedos.— ¿Qué haré mañana cuando lo vea?
— Leslie...— Suspiré.— Debes relajarte un poco.
— ¿No puedo quedarme un poco más aquí?
— ¡Por supuesto que no!— Me negué rotundamente.
— ¿¡Qué clase de amiga eres tú!?
— ¡No lo entiendes, no se trata de no querer que te quedes conmigo! ¡Se trata de que eso no solucionará tu situación, solo la empeorará!
— ¡Entonces me mudaré, viviré en un apartamento como tú!— Gritó acercándose al closet, para luego comenzar a recoger su ropa.
— ¿No piensas irte a estas horas? ¿Oh sí? Tonta...— Le di un coscorrón en el cráneo.
— Es cierto... Mi pasaje es para mañana temprano.— Se sentó en el suelo.— ¿Crees que no sé que quedándome aquí solo alargaré mucho más mi acedia? Por supuesto que sí lo sé, pero si me mudo completamente para acá, tal como tú lo hiciste, las cosas se arreglarán.
— No lo sé...
— Está decidido, Megan, mañana iré a casa y en cuanto logre preparar a mis padres y deje todo en orden, incluyendo mi rompimiento con Nate, me ayudarás a encontrar un lugar para vivir. ¿Está bien?— Frunció el ceño.
Me ví obligada a aceptar su decisión. ¿Qué rayos podía hacer yo? Sus irresponsables e inmaduras decisiones siempre la caracterizaron.
— ¿Me contarás qué sucede contigo?— Preguntó sentándose nuevamente a mi lado.
— Se trata de Equis... Verás...
En la noche.
Me encontraba cerrando la tienda algo extrañada por la ausencia de Equis, quien no se había aparecido para comprar su caja nocturna.
— Megan... Megan...— Sentí una voz masculina y sofocada detrás de mí.
— ¿¡Equis!?— Exclamé tras notar su estado, se encontraba en pleno ataque de asma.— ¿Qué sucede?— Corrí hasta él.
— No pude... No pude llegar antes...
— ¿Pero qué pasa?— Le ayudé a sentarse de a poco en el muro.
Equis extrajo un inhalador desde su bolsillo y lo colocó en su boca un par de veces.
— ¿Estás bien? ¿Por qué corrías hasta aquí?— Le pregunté confundida, no tenía ni la menor idea de qué estaba sucediendo.
Unos minutos después, cuando se encontraba recuperado comenzó a hablarme.
— Esta noche no tuvimos concierto.— Dijo repentinamente.— Hubo en pequeño incendio en el lugar, y se encuentra en reparación, dentro de algunos días estará listo.
— Eso es horrible.— Le respondí asombrada llevándome ambas manos a la boca.
— Tranquila, por suerte aún no había nadie dentro, así que todos estamos bien. Regresé a casa sintiéndome mal debido al humo que salió por las ventanas.
— ¿Entonces a qué has venido?
— Me encontré a Gabe en las escaleras y...
— ¿Él te hizo algo?
— ¿Le creíste, verdad?
Abrí los ojos como platos... ¿Cómo rayos iba a decirle que estaba dudando de él?
Flashback. (P.O.V de Equis)
Tras inhalar un par de veces mi medicamento, comencé a subir las escaleras para llegar a mi apartamento. Un pequeño incendio se había presentado en el lugar de los conciertos y por ende todos habíamos regresado a casa.
En las escaleras que comunicaban el segundo y el tercer piso, me encontré a ese odioso sujeto, me observaba fijamente tras detenerse en corto.
— ¿Por qué me ignoras?— Me preguntó luego de que caminara por su lado como si nada.
— ¿Acaso tengo algo que hablar contigo?
— Solo quería informarte sobre algo, le conté a...
— No me interesa.— Le respondí con indiferencia para luego continuar subiendo.
— Megan.— Pronunció lentamente, me detuve en corto.— ¿Lo ves? Te detuviste en cuanto la mencioné... ¿Sientes algo especial por ella?
— ¿Qué quieres?— Pregunté volteándome imponente y furioso.
— Solo quería asegurarme de que no vas a golpear a nadie por ella... Aunque probablemente termine alejándose de ti. ¿Sabes?
— ¿Por qué? ¿Qué hiciste?— Me acerqué a él y lo agarré por el cuello de su pullover/polera.
Él rió arrogantemente.
— ¿Lo ves? Rápidamente sacas tu lado violento... Pobrecilla Megan, espero y haya creído en mis palabras.
— ¿Tú...?
— Sí, le conté sobre la paliza que le diste a mi hermano porque estabas enamorado de su novia.— Me interrumpió entre risas.— La pobre no tenía idea, la verdad es que te hace un santo...
— Ella no creyó en ti.— Le respondí seguro para luego soltarlo.
— ¿Ah no? Para tu información... Ella se quedó pensando. Quizás me creyó, quizás no... Pero por lo menos dudó, mira el lado positivo, te dio el beneficio de la duda.
Sin responderle alguna cosa comencé a bajar rápidamente las escaleras, en mi mente solo tenía un deseo: Llegar antes que se marchara de la tienda, debía explicarle todo...
Fin del Flashback.
— Yo... Por supuesto que no le creí.— Le respondí mirándole a los ojos.
— ¿Dudaste?
Guardé silencio unos segundos.
— Tu silencio es la respuesta.
— Yo... Lo siento...
— No te preocupes, sabía que esto pasaría.— Me interrumpió cabizbajo.— Te lo he dicho muchas veces, Megan. Te pedí que no te acercaras porque podría desilusionarte, aún así prometiste quedarte a pesar de cualquier cosa, prometiste confiar en mí... Y dudaste.
— Lo siento.— Me disculpé con la voz temblorosa agarrando su rostro entre mis manos.
— No pasa nada. Era de esperarse que algo así sucediera...
— ¿Por qué Gabe se inventó esa historia?
— Es que no lo entiendes... Él no te mintió completamente, de hecho, a los ojos de él solamente te está alertando, contándote la verdad. Todas las personas que lo presenciaron tienen la misma versión de esa historia, pero nadie quiso escucharme, nadie sabe lo que verdaderamente sucedió.
— Entonces... ¿Es verdad? ¿Golpeaste a ese chico?
— Lo golpeé pero... No lo hice porque estaba enamorado de su novia, te había mencionado antes que nunca me había enamorado... ¿Me dejarás contarte?
— Pues...— Hice una pausa.— Por supuesto, cuéntame.
— El hermano de Gabe comenzó a visitarlo junto a su novia, una tarde me encontraba sentado en las escaleras y mi polera se rompió tras enredarse en la barandilla. La chica vio todo, y cosió la rotura de la tela. No mencioné una palabra, pero ella no paró de charlar conmigo. Parecía ser una persona amable, incluso me hizo dudar de los conceptos que cargaba conmigo sobre los humanos... Una mañana su novio conversaba en la puerta del apartamento de Gabe con un amigo suyo, planeaba recibir dinero de su parte si lo dejaba acostarse con ella...
— ¿Él aceptó que su amigo se acostara con su novia luego de pagarle? Qué situación tan asquerosa.— Arqueé.
— Exacto; luego de que su amigo se fuera, intenté hacerlo entrar en razón, pero me dio un puñetazo en la mejilla. Bestialmente salté encima suyo, lo golpeé tan fuerte que comenzó a pedir auxilio, todos en el edificio salieron de sus apartamentos y la imagen que vieron fue a mí golpeando a un chico de la nada. Gabe logró separarnos, y luego su hermano comenzó a gritar que estaba loco, que lo había golpeado porque estaba enamorado de su novia. La chica llegó en ese momento y escupió en mi cara, todos comenzaron a cuchichear y me marginaron aún más, intenté explicarles, pero obviamente nadie creyó en mis palabras. Ella probablemente haya sido violada por el amigo de su novio...
— No... No puedo creer que enserio hayas tenido que soportar algo así, y aún así todos sean capaces de odiarte. Solo eres un incomprendido a quien nadie le ha dado una oportunidad...
— ¿En verdad vas a creerme? Todos están contra mí, todos cuentan la historia como Gabe la contó... ¿Enserio puedes confiar en lo que yo decida contarte? ¿Vas a arriesgarte a creer en un...?
— ¿Un qué? ¿Un chico súper lindo que ha depositado toda su confianza en mí a pesar de todas las cosas horribles que ha pasado? Lo haré, no me importa si todos te odian o si nadie te cree... Yo sí.— Aseguré acariciando su rostro, para luego lanzarme sobre él y abrazarlo.
De repente, lo sentí llorar bajo mi torso.
— No puedo creer que...— Fue interrumpido por su llanto.— En verdad confíes en mí.
¿Está llorando? ¿Enserio lo está haciendo? ¿El frívolo e indiferente Equis, está llorando entre mis brazos?
— Lo hago porque te quiero... No estás solo, mamarracho. Mira a tu alrededor, quizás no lo comprendas aún y no estés listo para confiar, pero tienes a los chicos, tienes a Tedd, a Mercedes...— Dije entre risas.
— Pero por encima de todo eso, te tengo a ti.— Me interrumpió.— Pero... ¡Fíjate bien, no volveré a decírtelo! — Exclamó con el ceño fruncido.
— No es necesario, lo sé aunque no me lo repitas... Tenlo por seguro, siempre tendrás a tu lado a tu mariposa insoportable.
Luego de unos minutos, Equis logró secar sus lágrimas y recuperarse de a poco, así que nos levantamos y decidimos emprender camino hacia el edificio.
Creyendo que tomaría mi mano, la extendí, pero luego al verlo caminar frente a mí decidí bajarla y resignarme a que nunca nacería de él hacer algo así... Más aún que no teníamos definida nuestra relación.
— Vamos.— Agarró mi mano de repente luego de verme bajar la cabeza.— Quiero ir de la mano contigo.
Sonriente asentí con la cabeza, la felicidad no cabía dentro de mi pecho.
Juro que estaré por siempre.
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