Narrador omnisciente

El pequeño grupo de amigos caminaba charlando de cualquier tema mientras Yoongi vivía en su nube, indeciso de si hacer lo que estaba pensando o no.

Era ahora o nunca.

-Jimin. -llamó su atención. -¿Me acompañas a un lugar? Quiero mostrarte algo.

El modelo asintió confiado, ambos sin avisar a sus amigos se separaron del grupo, Jimin solo caminaba hacia donde sea que lo llevaba Yoongi.

Unos cuantos minutos pasaron y llegaron a un pequeño parque, solitario debido a que ya era de noche, pocas personas caminaban y la luz de los faroles le daba un toque especial al momento.

Jimin casi grita cuando sintió los fríos dedos del mayor, estos eran largos y flacos pero aún así le daba seguridad.

La mano cálida de Jimin y la fría de Yoongi se complementaban perfectamente, sin miedo y arriesgándose entrelazaron sus dedos, jugando con ellos sin decir nada. El silencio era cómodo mientras caminaban bajo la luz de la luna.

Finalmente decidieron sentarse en un banco, aún con el silencio entre ambos pero sin soltar sus manos obteniendo así un lindo calor.

-¿Sabes? Me divertí mucho hoy. -comentó Jimin. -A pesar de que iba a salir solo con mis amigos, decidí invitarlos a ustedes y la verdad fue un lindo día que recordaré siempre.

-Yo también me divertí, especialmente cuando Hoseok se desmayó en la montaña rusa. -rió seguido por el menor.

En un nuevo silencio, Jimin se distrajo jugando con los dedos del mayor, acariciándolos.

-Jimin.

Levantó la mirada hacia el rapero, quien tomando valentía, alzó su mano libre acercándola a la mejilla de Jimin. La acarició encontrando una piel suave y fría por las temperaturas bajas, con curiosidad la apretó entre sus dedos riendo por la tierna imagen.

Yoongi sin querer dar un paso atrás cortó la distancia lentamente, buscando alguna señal para detenerse, al no ver ninguna juntó sus labios con los esponjosos del menor, este sorprendido no se alejó ni aunque lo obligaran.

Cerrando sus ojos se dejaron llevar por las sensaciones del momento, el mayor fue quien comenzó un movimiento suave sin querer asustar al contrario y deseando dejarle un momento especial, Jimin correspondió dejándose guiar y acercó su mano a la parte posterior de la cabeza de Yoongi, allí enredó sus dedos suavemente al cabello negro.

Según Yoongi los labios del menor eran extremadamente suaves, tenían un sabor dulce y al ser gruesos fácilmente podía jugar con ellos a su antojo. Mordió y succionó sin fuerza alguna escuchando la respiración agitada de Jimin, sonrió separándolos y juntando sus frentes mientras lo abrazaba entre sus brazos. Sabía que estaba avergonzado.

Definitivamente fue un momento especial bajo las luces suaves de los faroles, el clima frío y el comienzo de una bonita relación.