O15
Narrador omnisciente
La suave luz del sol atravesaba las cortinas e iluminaba la habitación del departamento, en el centro en una cama descansan dos cuerpos abrazados entre sí.
Uno de ellos, de cabellos rubios, comenzó a removerse separándose un poco para estirarse y con sus manitos ayudar a sus ojos a ver mejor la luz del día.
Observó a su alrededor desconcertado e intentando recordar hasta que todo volvió a su memoria, su corazón comenzando a llenarse de una sensación cálida.
Estaba muy feliz.
—¿Y esa sonrisa hermosa?
La voz ronca del rapero recién despertando murmuró cerca de su oído, al rato sintiendo una de sus manos apretar su cintura expuesta debido a que la remera que llevaba estaba alzada. Su corazón enloqueció latiendo rápidamente, tanto que tuvo miedo de que lo escuchara.
—No me quejo con la vista, es lindo despertarse con tu sonrisa. —volvió a murmurar logrando escalofríos en el pequeño cuerpo del menor, algo que Yoongi notó de inmediato sonriendo divertido.
Con su mano en la pequeña cintura la movió hacia aquellos deliciosos muslos, agarró uno y movió su pierna dejándola sobre él mismo deseando tenerlo mucho más cerca, su otra mano la dejó posar con confianza en el trasero del menor.
Y si Jimin sintió su erección mañanera no comentó nada, solo decidió acomodarse mejor envolviendo el cuello ajeno con sus brazos.
Ambos conectaron miradas creando un revoltijo en sus estómagos, extraño pero que se sentía correcto.
Pronto acortaron la distancia uniendo sus labios sin importarles su aliento mañanero, era algo normal del ser humano y amaban todo del contrario, ya era hora de tomar confianzas.
Yoongi se tomó su tiempo para recorrer y pintar con amor esos labios rellenitos, acomodó el cuerpo del menor sobre él mismo sin tomarle importancia a que sentiría su pene duro como una roca, posó sus manos suavemente en los glúteos apretándolos sobre los pantalones.
Firmes y grandes, perfectos para él.
Lentamente ascendió metiendo sus manos por debajo de la remera, acarició la piel de la espalda sintiéndolo formar una deliciosa curva y apretándose más contra su cuerpo, su pene sufriendo las consecuencias pero no se quejó. Siguiendo con su recorrido, dejó caer sus manos a los costados encontrando unos pequeños pezones erectos, los acarició por arriba consiguiendo que Jimin saltara levemente y separara sus labios.
—Agh, Gigi.
Ese apodo susurrado fue el detonante para que Yoongi volviera a su trabajo mordiendo los labios hinchaditos y rojos tragando así cada gemido que salían de allí, gracias a las caricias en los pezones.
Jimin suspiró sintiendo pequeñas cosquillas en su vientre, siguiendo el ritmo del beso movió un poco sus caderas, alivio llegó a él por lo cual continuó en lo suyo escuchando gemidos por parte del rapero, cosa que era satisfactorio a sus oídos. Se abrazó más fuerte al cuello de Yoongi quien aún tocaba sus pezones pellizcándolos, dejó entrar la lengua cálida del mayor, esto le sirvió de calmante parando todo movimiento.
—Sigue haciendo eso, mi amor. —pidió Yoongi casi llorando desesperado.
—¿Esto? —se movió sobre el cuerpo del mayor.
—Sí, sí, eso. —tomándolo de su trasero lo agarró e indicó un movimiento más rápido que inmediatamente fue seguido.
Yoongi cerró los ojos sintiendo un placer inexplicable, hace mucho no lo sentía y se alegraba de hacerlo con Jimin.
El modelo observó detenidamente esos párpados caídos, el ceño fruncido y la boca entreabierta dejando escapar gemidos y suspiros mientras las manos apretaban su trasero con fuerza, justo como lo había pensado en varias ocasiones. Con eso logró saber que lo estaba haciendo bien, siguió con sus movimientos y tomó las manos de Yoongi posándolas en el borde de su remera.
Él lo entendió levantándose para sentarse con el rubio aún en sus piernas, sin esperar un segundo la agarró sacándola por la cabeza y se detuvo un momento para admirar el cuerpo ajeno. Era simplemente perfecto, formaba unas lindas curvas, las clavículas sobresaliendo y unos pezones color café que lo invitaban a comérselos, su abdomen suave tenía cuadritos pero sin exagerar.
Perfecto. Jimin es perfecto.
—Eres tan hermoso, Jiminie. No sé cómo tendré control teniéndote cerca.
—¿Quién dijo que tuvieras control? —preguntó riendo con su mente nublada por el placer de la situación, no estaba pensando bien.
Pero Yoongi no quería tomarlo ahora mismo, como dijo antes él quería ir paso por paso.
Dejando de lado eso, envolvió la pequeña cintura y se acercó a esos lindos pezones que estaban provocándolo. Con su lengua lamió uno antes de meterlo en la boca succionando suavemente, el cuerpo entre sus brazos se removió gimiendo y en consecuencia su miembro saltó para saludar.
Tenía que aguantar, ¿pero cómo lo haría teniendo a esta tentación entre sus brazos?
—Yoongi, por f-favor. —gimió enterrando sus dedos entre los cabellos negros.
El mayor lo ignoró yendo al otro pezon metiéndolo de inmediato a su boca, posó una mano en la espalda que formaba una curva hacia atrás así cuidando que no se lastimara ni se alejara de él. Mordió suavemente la pequeña protuberancia, sus cabellos fueron estirados pero no le tomó importancia.
—Cielo, muévete para mí.
Jimin obedeció perdido en el placer con sus ojitos llenos de lágrimas, se frotó contra el cuerpo del mayor logrando encontrar alivio para ambas personas, Yoongi siguió en lo suyo escuchando a su pequeño gemir en su oído.
—Gi-Gigi, ya. —avisó desesperado el rubio moviéndose más rápido y brusco.
Se separó de Jimin y tomándolo de la espalda hizo presión indicándole que se dejara caer, acto que fue hecho sin reclamar. Así quedó aún en sus piernas pero con la espalda en la cama, acercó su mano a la rigidez que se marcaba en los pantalones de pijama del menor, este inconscientemente levantó sus caderas buscando su placer máximo.
Uno que por supuesto le daría.
Por encima de la tela lo acarició de arriba hacia abajo viéndolo deshacerse en la cama, una imagen que llevaría siempre en sus recuerdos. Teniendo suficiente bajó la tela encontrándolo sin ropa interior.
—Ohh, sí que eres travieso Jiminie. Mira que no ponerte ropa interior.
—Cállate y haz tu trabajo. —gruñó como un gatito malhumorado.
En respuesta agarró su pene con una mano y apretándolo con un poco de fuerza lo acarició a su antojo, parando cuando lo veía casi venirse, jugando con él.
—Po-Por favor. —lo escuchó suplicar arrancándole una sonrisa burlona.
—¿Qué pasa, mi amor? —preguntó en un tono preocupado, fingido. Aumentó el ritmo de su mano haciendo presión con la otra en su suave estómago para que dejara de moverse. —Sabes que todo lo que me pidas te lo daré.
—Por favor. —intentó hablar firme pero apenas abrió la boca gritó viendo la habitación casi en negro, no aguantaba más. —Quiero v-venirme, Gi-Gigi. —sollozó sintiendo su cuerpo caliente, lágrimas escaparon de sus ojos.
Sintiéndose satisfecho, Yoongi rió entre dientes. Ahora sí alejó su mano del estómago dejándolo moverse contra la que lo masturbaba, observó con atención aquel cuerpo encorvarse en un grito apretándolo entre sus piernas.
Jimin llegó a su punto máximo de placer viendo todo en colores, tiras de color blanco bañaron su torso y su vientre apretándose en una exquisita sensación, con sus manos hizo fuerza en los muslos del mayor teniendo miedo de pasar al otro mundo. Era demasiado.
Hasta que la última gota fue dejada.
La habitación pronto se llenó de jadeos y suaves gemidos, Yoongi miraba el pecho de Jimin moverse de arriba hacia abajo intentando recuperar el aliento, mientras acomodaba su ropa dejándolo en orden.
—Gigi, t-tú aún no te vi-vienes. —señaló el menor una vez el rapero lo limpió y devolvió a su torso abrazándolo con fuerza.
—No importa, bebé. Yo solo deseaba hacerte sentir bien, yo no importo en estos momento así que ahora déjame llenarte de mimos. —susurró en su oído dejando un besito allí.
Aunque igual le dolía estar tan duro, pero Jimin era más importante.
—Te amo, Jiminie. ¿Lo sabes?
—Lo sé, Gigi. Yo también te amo, mucho, muchito.
Volvieron a abrazarse con fuerza queriendo hundirse en el otro, sentían sus corazones a punto de explotar. Tan felices.
El ambiente se rompió por el sonido de un celular. Era el de Yoongi.
Entre gruñidos molestos se estiró hasta llegar a la mesita de noche, siempre cuidando de no lastimar al menor. Tomó su celular y contestó sin ver quién era.
—¿Quién mierda es?
—Más respeto, Yoongi. Sino renunciaré y te quedarás buscando a tu supuesto best mánager. —se escuchó la voz de Chanyeol.
—Bien, ¿qué quieres, mi vida? Te compro unas medialunas. —recibió una mirada rara de Jimin, él se acercó besando sus labios hinchaditos recibiendo una sonrisa. —Lindo.
—Gracias, al fin me tratas bien.
—Cállate, no era para ti. Estoy con Jimin.
—Mejor aún, vengan ya mismo a la empresa porque están pidiendo conferencia de prensa, hay un montón de periodistas fuera.
—Malditos. —ya comenzaba a sentir estrés.
—Entren por la puerta de atrás, junto a Baekhyun estaremos esperándolos ahí para entrar a la sala de prensa.
—Bien, nos vemos allá.
—Y por favor, contesta las preguntas como una persona normal.
—Sí, por supuesto.
—Gracias, Yoongi.
—Igual los mandaré a la mierda si hacen preguntas extrañas.
—¡¿Para qué te digo las cosas si-?!
—¡Adiós~! —cortó la llamada riendo.
Adoraba sacarlo de sus casillas, era tan divertido.
—¿Qué pasó? —preguntó Jimin aún confundido.
—Tendremos que hacer una conferencia de prensa y responder unas cuantas preguntas. —su corazón se contrajo cuando lo vio incómodo. —Escucha, yo siempre voy a querer tu comodidad y felicidad, ¿entiendes? Así que si quieres mandar todo esto a la mierda, lo haremos juntos.
—Está bien Gigi, puedo soportarlo si estás conmigo. —susurró dejando un besito en el cachete de Yoongi. —Solo te pido que no me dejes solito, por favor.
—No te dejaré solo en ningún momento, lo juro por mi Kumamon.
Y todos sabemos cuán importante es aquel Kumamon en su vida.
Nunca escribí un capítulo tan hot como este 🥵 hasta yo lo sentí kajzkajdkf debe de ser la motivación por mi playlist para sexo ah
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