Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

49 [Confrontación al sonido]

Konoha, sala de emergencias

Un silencio pesado envolvía la habitación cuando Hinata comenzó a despertar. Sus párpados temblaron antes de abrirse lentamente, su mirada desenfocada recorriendo el techo blanco del hospital. Sintió el leve aroma a desinfectante y un dolor sordo en la cabeza, como si su mente aún intentara procesar la realidad.

Antes de que pudiera moverse o siquiera entender dónde estaba, una voz firme interrumpió sus pensamientos.

—Así que finalmente has despertado... —dijo Tsunade, con los brazos cruzados y el ceño fruncido—. Has estado inconsciente por dieciséis horas.

Hinata parpadeó un par de veces, su mente aún aturdida. La información de la Hokage le llegó de golpe. ¿Dieciséis horas…? Lentamente, giró la cabeza, y en ese instante, un recuerdo la asaltó con la fuerza de un vendaval.

La última imagen que vio antes de perder el conocimiento se proyectó en su mente con claridad. Sasuke estaba de pie frente a ella, sosteniendo un kunai en su mano. Sus ojos rojos del Sharingan la observaban con intensidad, reflejando algo más que simple frialdad… había frustración, rabia, algo que no lograba entender. Luego, repentinamente, él soltó el arma. Su mandíbula se tensó, sus puños se cerraron con fuerza, y sin decir una palabra más, giró sobre sus talones y huyó.

Su corazón se aceleró.

—¡¿Eh?! ¡¿Qué pasó con Sasuke?! —exclamó, incorporándose de golpe mientras buscaba con la mirada a su alrededor, como si esperara verlo en cualquier momento.

Tsunade no respondió de inmediato. En cambio, la observó con una mirada profunda, preocupada. Hinata sintió un escalofrío recorrer su espalda. Esa expresión no presagiaba nada bueno.

—¿Qué fue lo que ocurrió...? —preguntó, con una mezcla de temor y angustia.

Tsunade suspiró antes de hablar.

______________________________________

En algún lugar del bosque…

El bosque se mantenía en un inquietante silencio. Solo el sonido del viento meciendo las hojas y el murmullo de un arroyo cercano interrumpían la quietud de la noche. Un grupo de ninjas de Konoha avanzaba por un sendero oculto entre los árboles. Sus rostros reflejaban el agotamiento de una misión ardua, pero sus cuerpos aún se mantenían alertas.

—Vaya, nunca pensé que esta misión nos tomaría tanto trabajo... —comentó Iwashi, estirando los brazos con un gruñido de cansancio.

—Tienes razón, fue agotador… —respondió Raido, masajeando su cuello adolorido.

—Silencio… —murmuró Genma, deteniéndose de golpe. Su mirada se afiló mientras fijaba su atención en la espesura del bosque—. Creí escuchar algo. Raido, ven conmigo a investigar.

Shizune, que caminaba un poco detrás, frunció el ceño.

—¿Qué ocurre?

—Quédense aquí con Iwashi —ordenó Genma, su tono serio.

Ambos jounin se internaron entre los árboles, dejando atrás a sus compañeros.

---

A pocos metros de distancia…

Los cuatro del Sonido estaban ocultos entre la maleza. Sus cuerpos aún mostraban signos de la batalla reciente. La respiración de cada uno era pesada, y sus músculos estaban tensos, listos para reaccionar en cualquier momento.

—Mierda… estamos en problemas —murmuró Sakon, con el ceño fruncido.

—¿Cuántos? —preguntó Tayuya, cerrando los puños.

—Dos —respondió Kidomaru, su mandíbula apretada—. Se están acercando.

Antes de que pudieran idear un plan, un par de shurikens atravesó la oscuridad del bosque, obligándolos a esquivar con rapidez.

—¡Eso estuvo cerca! —gruñó Tayuya, llevando la mano a su flauta.

Las sombras de los árboles se movieron, revelando a los dos jounin de Konoha.

—Miren lo que tenemos aquí... —dijo Genma, con una sonrisa ladina mientras giraba un kunai en sus dedos.

Raido se posicionó a su lado, su mirada seria.

—Son los del otro día… los que pusieron la barrera durante la invasión.

Kidomaru escupió al suelo.

—¿Así que van de regreso a la villa? —preguntó con sarcasmo.

Genma entrecerró los ojos y apuntó su kunai al barril que transportaban.

—¿Qué hay dentro de eso?

Sakon sonrió de lado.

—Dos jounin… parece un buen desafío.

Los cuatro del Sonido se miraron brevemente antes de activar sus sellos malditos. Sus cuerpos comenzaron a cambiar, oscureciéndose con marcas que se extendían como llamas vivas. En un abrir y cerrar de ojos, la batalla comenzó.

---

Unos minutos después...

Shizune y Iwashi avanzaban entre los árboles, la sensación de inquietud creciendo con cada paso. De repente, un claro en el bosque se abrió ante ellos, y la escena los dejó sin aliento.

El suelo estaba destruido, árboles arrancados de raíz y rocas partidas en pedazos. En medio de ese caos, Genma y Raido yacían en el suelo, inconscientes y gravemente heridos.

—¡¿Qué demonios…?! —exclamó Iwashi, corriendo hacia ellos.

Shizune se apresuró a arrodillarse junto a Genma, colocando una mano sobre su pecho para verificar su pulso.

—(Esto es malo…) —pensó mientras realizaba sellos manuales rápidamente.

Su chakra fluyó en un resplandor verde mientras usaba su ninjutsu médico para estabilizar sus heridas.

—Debemos seguirlos, están huyendo —dijo Iwashi con firmeza.

—¡No! —lo detuvo Shizune, su voz más autoritaria de lo habitual.

—Pero… —intentó replicar, solo para ser interrumpido por una voz débil.

—Iwashi… espera… —murmuró Genma, abriendo los ojos con dificultad—. Sus técnicas no eran normales… si los sigues podrías morir…

Shizune cerró los ojos un instante, intentando calmarse. Esto se estaba saliendo de control.

______________________________________

Con Naruto.

El grupo avanzaba rápidamente por el bosque, sus pisadas amortiguadas por la maleza y la humedad del suelo. La tensión se palpaba en el aire. Kiba, con Akamaru a su lado, se detuvo de golpe, olfateando con intensidad.

—Siento el olor de cinco ninjas… —informó con voz firme—. Sasuke está entre ellos. Han tenido una pelea reciente con otros dos, y se están alejando.

Naruto frunció el ceño al escuchar eso.

—¿Y bien? ¿Cuál es el plan?

Shikamaru cruzó los brazos, cerrando los ojos un instante para procesar la información.

—Hay gente ayudando a Sasuke… —murmuró—. (Esto no me gusta...)

—¡Entonces apresurémonos y sigámoslo! —exclamó Naruto, ansioso.

Kiba gruñó, fulminándolo con la mirada.

—¡Cállate de una vez, Naruto! Shikamaru es el que está a cargo de las órdenes.

El aludido suspiró, pero no replicó. En lugar de eso, fijó su mirada en Kiba.

—Si puedes oler sangre, eso significa que hubo un combate. Los que pelearon deben tener información... Debemos acercarnos con cautela.

Neji intervino, su tono impasible pero firme.

—Si hacemos eso, Sasuke tomará más ventaja.

—¿Entonces qué deberíamos hacer? —preguntó Naruto, con impaciencia en la voz.

Shikamaru permaneció en silencio unos segundos más, analizando las opciones. Finalmente, exhaló con resignación.

—Lo mejor será seguir a Sasuke.

Naruto asintió con determinación.

—¡Entendido! ¡Eso es lo mejor que podemos hacer!

Shikamaru elevó una ceja.

—Si el enemigo ha tenido una batalla reciente, es lógico que estén en alerta. Lo que significa que habrán colocado trampas en su camino.

El grupo asimiló sus palabras, sintiendo la presión en sus espaldas.

—Anden atentos —continuó el estratega—. Usen su olfato y sus ojos más que nunca. Si ven algo extraño, por más pequeño que sea, no lo pasen por alto. Analícenlo antes de dar el siguiente paso.

Naruto apretó los puños con entusiasmo.

—¡Entiendo! ¡Si encuentro a alguien, lo derrotaré con mi nuevo jutsu!

Kiba apretó los dientes.

Naruto aprende jutsus nuevos cada cierto tiempo... Y yo que pensé que había avanzado...

De repente, Akamaru gruñó, y Kiba levantó la cabeza bruscamente.

—El olor del enemigo está cerca.

—¡Todos, deténganse! —ordenó Shikamaru en un susurro urgente.

El grupo se paralizó de inmediato.

Frente a ellos, un árbol mostraba un papel pegado a su tronco, ondeando apenas con la brisa. Shikamaru lo señaló con el dedo.

—Miren eso…

Neji afinó la vista y, con un movimiento ágil de manos, activó su Byakugan.

—Un sello explosivo... —murmuró—. Veo cinco más formando una barrera.

Shikamaru suspiró.

—Si cruzamos la barrera, los sellos explotarán.

Kiba chasqueó la lengua.

—Vaya, supongo que tendremos que flanquearla.

Después de un rato avanzando con cautela, esquivando múltiples trampas, Naruto dejó escapar un suspiro de alivio.

—Vaya… Casi caigo en la última... —murmuró, limpiándose el sudor de la frente.

Shikamaru inspeccionó el área, analizando las trampas con ojo crítico.

—Para haber sido hechas en tan poco tiempo, están muy bien elaboradas... Eso debe significar…

—Que están descansando... —interrumpió Neji, con expresión seria—. O... es una trampa para hacernos creer eso.

Sin perder tiempo, el Hyūga realizó un sello con sus manos y su mirada se agudizó.

—¡Byakugan!

Sus venas se marcaron alrededor de los ojos mientras observaba la distancia con precisión quirúrgica. Sus pupilas se movieron de un lado a otro hasta que, finalmente, se detuvieron en un punto fijo.

—Los veo.

Naruto dio un paso adelante con emoción.

—¡Bien! ¡Vamos por Sasuke!

Pero Kiba le cortó el paso, con una sonrisa confiada.

—Lo siento, Naruto, pero seré yo quien muestre su nueva técnica esta vez.

Choji también se adelantó con un puño en alto.

—Y yo.

Shikamaru suspiró con paciencia.

—No se impacienten. Déjenme desarrollar una estrategia primero.

______________________________________

Con los Cuatro del Sonido

El grupo avanzaba con rapidez por el bosque, saltando entre las ramas mientras la brisa nocturna refrescaba su piel sudorosa. Sakon apretó los dientes, frustrado por el retraso.

—¡Maldición! Hemos perdido demasiado tiempo y nos están siguiendo.

—No se puede hacer nada —gruñó Tayuya, con la respiración agitada—. Usamos demasiada energía cuando activamos el sello maldito en su segundo nivel.

Jirōbō resopló, llevándose una mano al abdomen.

—Lo que más me preocupa es que no podamos recuperar nuestros cuerpos después del desgaste...

Kidōmaru, aún con restos de telaraña en sus dedos, chasqueó la lengua.

—No había otra opción. Eran dos jōnin. Si no hubiéramos peleado con el sello de nivel dos, habríamos sido derrotados.

Se produjo un tenso silencio mientras continuaban su camino. Sin embargo, eso solo había Sido el inicio para ellos.

______________________________________

Seguimiento y Estrategia de Konoha

No muy lejos de allí, el equipo de Konoha se movía entre las sombras con cautela. Kiba finalmente hablo.

—El rastro es cada vez más fuerte.

Shikamaru hizo una señal con la mano.

—No pierdas tiempo lanzando la bomba de humo, Kiba. Nos dividiremos en dos equipos. Lee se mantendrá oculto como antes. A menos que la situación lo requiera, no intervendrá.

El cejudo asintió en silencio.

Momentos después, Shikamaru se ocultó tras la maleza, observando el campamento improvisado de los Cuatro del Sonido. Su mente procesaba cada detalle cuando, de pronto, frunció el ceño.

—Bien... Parece que no se han percatado de nuestra presencia... Eh... ¿Dónde está Sasuke?

Neji, con su Byakugan activado, escrutó el área antes de responder:

—Parece... que Sasuke está dentro del barril.

Shikamaru lo miró, sorprendido.

—¿Eh? ¡¿Está muerto?!

El Hyūga negó con la cabeza.

—No lo creo. Hay una barrera que bloquea mi visión. No puedo ver con claridad, pero dudo que lo hayan asesinado. Lo necesitan para algo más.

Shikamaru cruzó los brazos y asintió lentamente.

—Sí, tienes razón...

En ese momento, un silbido cortó el aire. Un kunai giraba a toda velocidad, con múltiples sellos explosivos atados a su mango. Se clavó en el suelo junto a Shikamaru, detonando con una fuerte explosión.

El equipo de Konoha reaccionó instintivamente, saltando para evitar el impacto, pero la onda expansiva los lanzó por los aires. Cayeron desordenadamente en el claro, justo frente a sus enemigos.

Tayuya rió burlona mientras observaba a los shinobi de Konoha incorporarse entre el polvo.

—Vaya, buscábamos algo para cenar... Creíamos que atraparíamos conejos, y resultó que encontramos cucarachas.

Shikamaru levantó las manos en un gesto pacífico.

—¡Esperen! No venimos a luchar. Hemos venido a negociar.

Kidōmaru arqueó una ceja, antes de reír

—¿Negociar? Entonces... ¿quiénes son estos?

De inmediato, tiró de un hilo de telaraña invisible. Kiba y Naruto fueron jalados del suelo y estrellados contra la tierra sin poder reaccionar. Sin perder tiempo, el Inuzuka lanzó una bomba de humo.

Pero Kidōmaru solo sonrió con confianza.

—Patético... —rió—. Por más bombas de humo que usen, no podrán escapar de mí. Estos hilos son más delgados que una cuerda, pero más fuertes y difíciles de detectar.

Shikamaru chasqueó la lengua, analizando la situación.

Así que esa trampa era triple… Dos cuerdas visibles y un hilo difícil de detectar. Trampa triple... Bien pensado. Ni siquiera tenía idea de que esa técnica existiera...

Kidōmaru se relamió los labios.

—Vamos a matarlos…

Pero entonces, su cuerpo se paralizó.

—¿Eh...? ¡No me puedo mover!

Los Cuatro del Sonido se miraron entre sí, confundidos. Fue entonces cuando notaron la sombra de Shikamaru extendiéndose sobre la suya, atrapándolos con el Jutsu de Paralización de Sombras.

Naruto sonrió ampliamente.

—¡Bien hecho, Kiba! ¡Shikamaru, tu jutsu de sombra funcionó!

El Nara mantuvo una expresión tranquila mientras observaba la situación.

—Bien, deberían conocer este tipo de jutsu... Gracias por caer directamente en la trampa.

Sakon frunció el ceño y mostró una sonrisa desafiante.

—Bien, si es así... te devolveré la trampa.

De repente, la segunda cabeza en su hombro desapareció y, sin previo aviso, tres shurikens volaron directo a Shikamaru.

El estratega apenas tuvo tiempo de reaccionar, cubriéndose con los brazos, pero uno de los proyectiles se incrustó en su antebrazo.

—¡Tsk...! — gruño, sintiendo un agudo dolor recorrer su brazo.

En ese instante, su jutsu fue cancelado y los ninjas del Sonido quedaron libres.

(¡¿De dónde vino ese ataque?!)

Jirōbō golpeó el suelo con ambas manos.

—¡Doton: Kekkai Doroudōmu!

El suelo bajo el equipo de Konoha comenzó a temblar y, en cuestión de segundos, enormes rocas se elevaron y se cerraron sobre ellos, formando un domo impenetrable.

Shikamaru maldijo por lo bajo, viendo cómo las paredes de piedra los rodeaban por completo.

—¡Maldición…!

Jirōbō sonrió con arrogancia.

—Yo me ocuparé de ellos. Quiero recuperar un poco de chakra.

Kidōmaru se encogió de hombros.

—Está bien. Ven cuando termines de comer.

Sakon le dirigió una última mirada al domo.

—No te tardes.

Sin más, los ninjas del Sonido tomaron el barril con Sasuke y continuaron su camino.

En el interior del domi...

Naruto golpeó la pared de roca con frustración.

—¡Oye! ¡Déjanos salir, maldito!

Kiba gruñó y tomó posición de ataque.

—Naruto, quítate de ahí. ¡Voy a derribar esto!

El Inuzuka giró sobre sí mismo con gran velocidad, transformándose en un torbellino de destrucción. Impactó con fuerza la pared rocosa, dejando una gran abolladura... pero en cuestión de segundos, esta se regeneró como si nada hubiera ocurrido.

—¿Eh...? —Kiba retrocedió, atónito.

Neji permaneció en silencio, observando el muro.

—Esta pared no es ordinaria...

Activó su Byakugan y analizó la estructura. Fue entonces cuando notó algo aún peor.

—Esto se está poniendo peor… Este sujeto está absorbiendo nuestro chakra.

Shikamaru apretó los dientes, su mente trabajando a toda velocidad.

(Ha sido un error ir tras el enemigo sin conocer sus habilidades… Sin embargo, aún tenemos opciones. Podría intentar engañarlo, pero nos costará tiempo y, cuanto más tiempo pasemos aquí, más chakra perderemos. Nuestra mejor carta es...)

Presionó el botón del radio en su cuello.

Afuera del domo, Jirōbō sonreía con satisfacción.

Qué bien... Ya he absorbido algo de chakra... A este paso me recupérare muy rápido.

Pero su pensamiento fue interrumpido por una feroz ráfaga de viento.

—¡HURACÁN DE LA HOJA!

En un abrir y cerrar de ojos, Lee apareció con una patada giratoria directa al rostro del enemigo, enviándolo varios metros hacia atrás.

El domo de piedra se desmoronó de inmediato, tan pronto el ninja del sonido de alejo de su técnica.

Shikamaru sonrió con alivio.

—¡Bien hecho, Lee!

Naruto rió con entusiasmo.

—¡Ya me había olvidado de ti, cejas de azotador!

Lee adoptó su postura de combate.

—¡No subestimen a Konoha! ¡Les mostraré el poder de la juventud!

El equipo de Konoha avanzaba con prisa, cada uno impulsándose entre los árboles con determinación. El aire era tenso, la presión de la misión recaía sobre sus hombros. Entonces, Kiba gruñó y, con Akamaru a su lado, se lanzó al frente. 

—¡A por él! 

—¡Es mío! —exclamó Naruto, con el mismo ímpetu. 

Pero antes de que pudieran avanzar, una voz firme los detuvo. 

—¡Alto! —Neji aterrizó frente a ellos, su Byakugan activi—. No podemos luchar contra él. Incluso si todos lo atacamos juntos, no podremos derrotarlo rápidamente.  Los otros están huyendo muy rápido, no estamos muy lejos de la frontera.

Naruto apretó los dientes con frustración. 

—mierda, eso significa que...

—Si Sasuke cruza la frontera, no podremos seguirlo, es territorio desconocido y estaremos a mercer del enemigo. Todo esto habrá sido en vano. 

El equipo se quedó en silencio. La realidad de la situación golpeó con fuerza...

Jirobo rio para si mismo mientras analizaba la situación.

—Es cierto... Bien, solo necesito ganar tiempo, no pude recuperar mi chakra debido a que escaparon de mi domo... Pero. No necesito ganar para cumplir las órdenes de Orochimaru-sama— El ninja del sonido sonrió mientras llevaba una mano a su bata, tomando una píldora de soldado, la cual llevo a su boca.

Lee cerró los puños, su expresión reflejaba una confianza inquebrantable. 

—¡YO CREO QUE SI LUCHAMOS CON EL PODER DE NUESTRA JUVENTUD UNIDOS, LO VENCEREMOS!

Jirōbō solo soltó una carcajada. 

—Bah, ustedes no son más que insectos para mí. Ni siquiera llegan a ser un aperitivo. 

Sin perder tiempo, realizó sellos manuales con rapidez. 

Shikamaru, al verlo, sintió un escalofrío. 

—¡Todos, cuidado! ¡Tenemos problemas! 

Jirōbō se impulsó hacia el suelo y, con una velocidad sorprendente, cavó bajo tierra en cuestión de segundos. Antes de que el equipo pudiera reaccionar, el ninja del Sonido emergió levantando un enorme pedazo del terreno. 

—¡No puede ser! —murmuró Naruto, asombrado por la fuerza descomunal de su oponente. 

Sin dudarlo, Jirōbō lanzó la gigantesca roca... Pero la trayectoria era demasiado específica.

—Shikamaru cuidado!— Exclamó Neji intentando salvarlo.

—Mierda, esta pensando en atacar a shikamaru!? Debo actuar rápido!— Pensó Lee preparándose... Pero, no podía frenar la roca... Su mejor opción era quitar a Shikamaru del camino, pero tampoco era sencillo.

—¡Mierda! —gritó Shikamaru mientras intentaba quitarse, pero por el tamaño y velocidad, no tenía tiempo.

Pero antes de que el proyectil impactara, una gran figura bloqueó su trayectoria. 

—¡Baika no Jutsu! 

Chōji Akimichi, con su cuerpo expandido en una gigantesca esfera, giró con furia y destruyó la roca en una explosión de escombros. 

—¿Uh? —Jirōbō frunció el ceño con sorpresa. 

Aprovechando el momento, Chōji giró con más velocidad, arremetiendo contra su oponente. Jirōbō, aunque sorprendido, reaccionó a tiempo, deteniendo la embestida con sus manos y frenando el impacto con un gran esfuerzo. 

—Tsk… ¡Quítate gordo idiota!— Exclamó.

Con un movimiento brusco, Jirōbō utilizó su increíble fuerza para levantar a Chōji y, con una potente patada, lo lanzó al aire. 

—¡Chōji! —exclamó Shikamaru, moviéndose de inmediato para amortiguar la caída de su amigo. Ambos cayeron al suelo pesadamente, pero el estratega se aseguró de minimizar el impacto. 

Neji y los demás se prepararon para atacar, pero Shikamaru levantó la mano con urgencia. 

—¡Deténganse! 

Todos se quedaron quietos. 

—No podemos quedarnos aquí, este tipo solo está intentando ganar tiempo, no podemos seguir asi —declaró Shikamaru con seriedad—. Si lo hacemos, perderemos la oportunidad de recuperar a Sasuke. . 

Jirōbō sonrió con burla. 

—Mejor preocupense por ustedes mismos, voy a hacerlos polvo— Declaró 

El ninja del Sonido dirigió una mirada confiada a Shikamaru.

—Tú eres el líder del equipo, ¿verdad? No entiendo cómo estos idiotas pueden seguir las órdenes de alguien tan ridículo. Debe ser frustrante tener un líder tan débil, ¿no es así, subordinados? Pero no importa... Me enfócare en destruirte a ti primero, táctica básica ninja, destruir la cabeza.

El silencio se hizo presente. 

Chōji, aún en el suelo, apretó los puños con fuerza. Su rostro reflejaba una ira contenida… pero más que eso, reflejaba determinación. Se puso de pie lentamente y miró fijamente al ninja del sonido

—... 

Naruto estaba a punto de responder con furia, pero Chōji lo interrumpió. 

—Él es mío. 

Todos giraron la cabeza para mirarlo con sorpresa. 

Shikamaru entrecerró los ojos. 

—Chōji… 

El Akimichi no apartó la mirada de Jirōbō mientras metía la mano en su bolsa de herramientas y sacaba un pequeño saco
de tela. 

—Shikamaru —dijo, con voz firme—, dale estas píldoras de soldado a los demás. Serán útiles, alcanzarán más rápido a esos sujetos, ya tomaron demasiada ventaja.

Shikamaru se tensó. 

—Chōji, ¿de verdad crees que puedes…? 

—¿Tú qué crees? —le cortó Chōji con una sonrisa confiada—. Aún tengo mi arma secreta, además no podemos quedarnos más de uno aquí. Y mucho menos poner en peligro a la cabeza del equipo. Yo me encargo.

Shikamaru apretó los dientes. 

—Pero… 

—¡Shikamaru! —insistió Chōji, con más convicción—. Tienen que irse, ahora.

Lee observó la escena con admiración.

Chōji está demostrando su valor... Sin duda, una gran muestra de juventud...

Naruto miró a su compañero con incertidumbre.

Chōji quiere hacernos ganar tiempo... Pero… ¿podrá vencerlo?—

Chōji sonrió mientras en su mano sostenía una caja de cristal, con 3 pildoras de color en su interior, las estaba girando en su mano.

—Hemos venido a recuperar a Sasuke. Si lo perdemos, todo habrá sido inútil. 

Naruto apretó los puños.

Tiene razón… Si fallamos ahora, todo habrá sido en vano… Incluso el esfuerzo de Hinata... 

Respiró hondo y se giró hacia él. 

—Chōji... ¿Estás seguro de que puedes derrotarlo? 

El Akimichi asintió sin dudar. 

Shikamaru suspiró, pero no discutió más. 

—Todos, coman de esto. —Extendió el saco de píldoras—. Es un regalo de Chōji.

—A poco creen que voy a dejarlos hacer lo que quieran!?— Exclamó Jirobo mientras empezaba a correr en dirección a ellos.

Chōji se apresuró a tanquearlo, enfrentandolo directamente en un duelo de fuerza bruta, el suelo se agreito mientras ambos usaban toda la fuerza de sus cuerpos.

Shikamaru miró a su amigo con seriedad mientras los demás empezaban a alejarse...

—Cuando acabes… reúnete con nosotros. 

Chōji sonrió en medio de su encuentro mientras usaba más fuerza.

—Está bien!

Lee le levantó el pulgar con entusiasmo. 

—¡Demuéstrale a ese tipo el poder de tu juventud! 

Con un movimiento rápido, los demás desaparecieron entre los árboles, dejando a Chōji solo con su oponente. 

Jirōbō los observó alejarse mientras fruncia el seño.

—Qué conmovedor… Pero si crees que puedes detenerme, estás muy equivocado. Voy a matarte y luego a ellos! Y si no lo hago yo, mis compañeros van a destruirlos!

En eso, ambos saltaron a un lado, respirando pesado. 

Chōji no mostró miedo, aún sosteniendo su estuche y lo abrió, tomando una de las píldoras.

Jirōbō frunció el ceño.

(¿Píldoras tricolor…? No son píldoras de soldado… ¿qué demonios son?)

Chōji se llevó la primera a la boca sin titubear. 

—Primero… la azul. 

La batalla estaba a punto de comenzar.

______________________________________

Al mismo tiempo... En otra parte del país del bosque, no muy alejado de Konoha.

El viento soplaba suavemente entre los árboles, meciendo las hojas con un vaivén tranquilo. Los rayos del sol se filtraban a través del follaje, dibujando sombras sobre la hierba mientras la brisa refrescaba el ambiente.

Entre la maleza, y la hierba del suelo, una figura permanecía inmóvil, tumbada en el suelo. Sus ojos perla reflejaban el vasto cielo azul, su expresión era tranquila, pero su mente estaba sumida en el torbellino de pensamientos que la inquietaban.

—¿Cómo pudo pasar todo esto...? —murmuró Hinata en voz baja, sin desviar la mirada del cielo.

Estaba algo adolorida mientras intentaba recomponerse.

Al voltear la mirada a un lado de ella, pudo observa la rama rota junto a ella, le recordaba el motivo de su caída. No había sido grave, pero aquel instante de descuido era un reflejo de sus pensamientos... Se había perdido a si misma por un instante.

Ella suspiró, cerrando los ojos un instante antes de incorporarse.

—... Los encontraré... Este es el camino correcto... Debo llegar a tiempo.

Su voz sonó firme, determinada. No importaba lo que ocurriera, ella no se quedaría atrás.

______________________________________

Unas horas antes

Hinata se encontraba en su habitación del hospital,  a un lado estaba la Quinta Hokage, ella apenas había despertado... Ahora estaba observando a la legendaria sannin con incredulidad. La información que acababa de recibir era difícil de procesar....

Sasuke se había ido de la aldea, y Naruto junto a otros genin se habían ido en una misión peligrosa para traerlo de vuelta...

—...

No pronunció palabra, simplemente miró al frente con una expresión vacía, tan solo se miro a su misma...

Había un brillo de decepción en su mirada, mientras paseaba su mano izquierda por su mano derecha, la cual estaba cubierta de vendajes.

Estaba decepcionada de si misma, Sasuke había escapado y ella no había podido detenerlo, incluso se auto-saboteo en el proceso.

Tsunade suspiró al ver la reacción de la joven Hyūga.

—Ya te he dicho lo que tenías que saber. Ahora descansa Hinata, tu brazo ya recibió muchos daños en muy poco tiempo, y tu cabeza sufrió un golpe fuerte sin protección, aunque ya la sane, puedes estar sencible.

Hinata no respondió. Su mirada seguía perdida en la nada, procesando cada detalle. La sannin la observó unos segundos antes de darse la vuelta para retirarse de la habitación.

Cuando estuvo a punto de salir, la voz de Hinata rompió el silencio.

—Tsunade-sensei... ¿Sabe dónde está Kakashi-sensei?

Tsunade se detuvo, pero no se giró.

—Está en una misión ahora... El vendrá tan rápido como sea posible.

Sin agregar nada más, la Hokage salió de la habitación.

Hinata se quedó quieta.

—Kakashi-sensei no está… entonces... ¿qué puedo hacer?...

______________________________________

En la Oficina del Hokage

Tsunade se dejó caer en su silla, mirando con desdén la montaña de papeles frente a ella.

—Esto es muy tedioso... Aún no recibo ninguna señal de los mensajeros humanos... Kakashi y los grupos de rastreo ya deberían haber recibido el mensaje, ya ha pasado más de un día...

Apoyó el codo sobre la mesa y masajeó su sien, además el colmo es que el papeleo parecía haberse multiplicado... Asuntos de rescate, y misiones de todos los rangos encima del escritorio...

—Juraría que ahora es el triple que el de esta mañana... O es mi mente jugando conmigo?— Analizó ella antes de tomar aire.

Con resignación, tomó la primera hoja y comenzó a leer. Sin embargo, un leve golpe en la puerta la sacó de sus pensamientos.

—Adelante.

La puerta se abrió, revelando a una kunoichi de cabello rosa.

—Tsunade-sama — saludó Sakura, con un leve nerviosismo en su voz.

La sannin alzó una ceja.

—¿Qué se te ofrece? Ahora mismo hay asuntos de extrema importancia en juego, tengo poco tiempo, eres Sakura Haruno, verdad?

Sakura asintió con la cabeza.

—Es solo que tengo una solicitud...

—¿Una solicitud? —preguntó Tsunade, con curiosidad.

La joven tomó aire y continuó.

—Verá, mi equipo... Kurenai-sensei, Shino, e incluso Kiba... Todos ellos están en una misión. Y tras varias experiencias, me he dado cuenta de que en las misiones y—

—Ve al grano —la interrumpió Tsunade con impaciencia—. No tengo tiempo para historias, y no quiero ser grosera, pero este es un mal momento.

Sakura tragó saliva y decidió ser directa.

—Quiero ser su estudiante, quiero aprender medicina ninja.

Tsunade la miró con sorpresa.

—Me he dado cuenta de que no he logrado nada... —continuó Sakura—. Siento que solo soy un estorbo para mi equipo, y se de la gran falta que hacen los ninja médico.

Las palabras de la kunoichi hicieron que Tsunade se recargara en su asiento con los brazos cruzados. Reflexionó por un momento antes de responder.

—Entiendo tu postura. Te sientes inútil y crees que si te entreno serás de más utilidad al obtener habilidades nuevas. Pero dime... si obtuvieras mis habilidades, ¿crees que eso te haría más eficiente?

Sakura frunció el ceño.

—No entiendo a qué se refiere... Yo creo que...

Tsunade apoyó los codos en el escritorio.

—La respuesta que espero es un si.

Sakura no pudo evitar retroceder ante aquella declaración.

Tsunade tomo aire antes de continuar.

—Tener una habilidad no significa nada si no sabes aprovecharla al máximo o si no la complementas con lo que ya eres capaz de hacer. Es como tener el kunai más filoso del mundo, pero no saber cómo lanzarlo o usarlo en combate. Pero más importante, no debes dudar de que puedes, si quieres ser mi alumna, debes estar segura de porque lo haces.

Sakura bajó la mirada.

—En otras circunstancias, habría aceptado entrenarte, faltan más personas interesadas en la medicina. Pero noto que no estás segura de tu decisión, Sakura, estás dudando de tu utilidad, tanto de como si debes tomar alguna accion— Declaró la rubia —Si acepto ahora, no obtendrías lo que realmente buscas. Si vas a ser mi alumna, no lo hagas para encajar, un ninja es más que eso.

Sakura levantó la cabeza, sorprendida.

—Mi respuesta no es un no, solo date el tiempo para estar segura si es lo que quieres, la medicina no es para todo el mundo, tendrás otras vidas en tus manos y sostendrás una gran responsabilidad, no te lo tomes a la ligera.— Concluyó la sannin —Ademas, ya tengo una alumna, no tengo prisa por entrenar a alguien más, pero la puerta no está cerrada.

—¿Eh?! ¿Quién es?

Tsunade sonrió con calma.

—Hinata.

Los ojos de Sakura se abrieron de par en par.

—¿Hinata...?

—Cualquiera pensaría que la elegí por su Byakugan o su control de chakra. Pero que quede claro... yo no entreno a personas con talento. Entreno a quienes comprenden cómo funcionan las cosas. Sé que si le enseño mis técnicas, no se convertirá en una copia de mí, sino que las usará junto con lo que ya posee. Tu ni ningún otro alumno puede ser menos que eso

Sakura comprendió el mensaje. Había estado buscando una forma de hacerse más fuerte, pero no había considerado la importancia de consolidar sus propias habilidades antes de intentar adoptar las de alguien más.

—Ya veo... Lo entiendo, voy a meditarlo.

—Pero no pierdas la motivación —continuó Tsunade—. Te entrenaré cuando sepas que estás lista entonces, ven a buscarme.

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Sakura.

—Entiendo. Gracias, Tsunade-sama

Se inclinó con respeto antes de retirarse.

______________________________________

Minutos despues, en el hospital

Sakura caminó por los pasillos del hospital, deteniéndose en la recepción.

—Disculpe, señorita. ¿Dónde está la habitación de una chica llamada Hinata?

La recepcionista levantó la vista de sus documentos.

—¿Sin apellido o clan?

—Sarutobi...

—¿Te refieres a la chica del Byakugan?

—Sí, ella.

Tras recibir el número de la habitación, Sakura avanzó rápidamente y abrió la puerta con intención de hablar con la Hyūga... pero la habitación estaba vacía.

—¿Qué...?

Su mirada recorrió la estancia, pero no había rastros de Hinata, solo la ventana abierta y sus cosas no estaban...

—¿¡A dónde se fue!?

______________________________________

En el bosque

Se podía ver como la chica saltaba de rama en rama, moviéndose a máxima velocidad. El viento golpeaba su rostro, pero no se detenía.

—Tengo que alcanzarlos... ¡No puedo quedarme atrás!—

Pero en su prisa, no se percató de que una de las ramas estaba demasiado débil. En el instante en que la pisó, esta se quebró, haciéndola caer.

Rodó por el suelo, apenas tuvo tiempo de cubrirse, para no sufrir daño.

Ella quedó tendida boca arriba, con la respiración agitada. Sus ojos miraron el cielo azul, perdiéndose en sus pensamientos...

Hinata suspiro para si misma... Aún estaba mareada por su golpe en la cabeza

—Quiero estar ahí... Quiero ayudar a Sasuke... Después de todo lo que ha pasado, lo que más deseo es proteger a aquellos que amo... Aún si me cuesta la vida...

Con esto en mente, volvió a levantarse con determinación, concentrándose para estabilizar su mirada...

—La técnica de olfato que me enseñó Kakashi-sensei no es tan potente, pero puedo hacerlo... Siento el rastro de olor que dejaron.

Sin más, retomo su rumbo

No importaba el peligro. No importaba lo difícil que fuera.

Iba a seguir adelante.

Fin capitulo 49

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro