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40 [La técnica, primera fase]

Los dos genin se miraron el uno al otro; habían oído la voz de Jiraiya provenir desde dentro de un establecimiento.

Sin más, decidieron entrar, abriendo la cortina de la entrada.

Nada más entrar al lugar, Naruto y Hinata se encontraron con Jiraiya. El peliblanco estaba disfrutando de una jarra de sake mientras dos chicas lo acompañaban. Estaba sentado en un sofá de lujo, con una mesa al frente donde reposaba el monedero de Naruto completamente vacío.

—Eh... Hola, chicos... ¿Eh? ¿Se divirtieron en el festival? —preguntó Jiraiya mientras bebía sake.

Naruto cambió su expresión a una de sorpresa. Miró el monedero, luego a Jiraiya, después nuevamente al monedero, y finalmente a Hinata. Ella se veía igual de desconcertada. Finalmente, volvió a mirar el monedero.

—¡ME QUIERO VOLVER CHANGO! ¡MI DINERO! —exclamó Naruto, llevándose las manos a la cabeza, mientras Hinata se palmaba la cara con una mezcla de frustración y resignación.

—No lo puedo creer... —pensó ella, suspirando.

—¡Viejo pervertido! ¿Qué hay de las tres prohibiciones ninja? ¡Las estás rompiendo todas! —gritó Naruto, indignado, mientras se colocaba frente a Jiraiya.

—¡O-oye! ¡Espera! —exclamó el sannin mientras Naruto lo agarraba de la chaqueta y lo sacudía.

Hinata solo guardó silencio, con los ojos entrecerrados y un pensamiento cargado de frustración. Solo pudo susurrar para sí misma:

—Debí suponerlo... Pervertido...

Naruto, incapaz de contenerse, continuó reclamando por su dinero. Sin embargo, en su arrebato, uno de los calamares que llevaba en la mano salió disparado, manchando la chaqueta de un hombre cercano.

—¡Hey, mocoso! ¡Mira lo que has hecho! ¡Debes pagar por esto! —gritó el hombre, furioso.

Al instante, los tres se giraron alarmados.

—¿Eh? —exclamaron al unísono.

—¡Has manchado la chaqueta de Akoki! —continuó otro hombre—. Es una prenda carísima, ¡vale un millón de ryō!

—¡¿Qué?! ¡¿Un millón?! —protestó Naruto, incrédulo.

—Eso apenas cuesta 200 —susurró Hinata al verlo—. Es de la más baja calidad...

Akoki, sorprendido, giró hacia ella.

—¿Cómo lo supo? ¿Es por la estética? —pensó, antes de apretar los dientes.

—¡Cállate, mocosa! —gritó el acompañante de Akoki—. ¿Cómo te atreves a hablar así? No te metas con nosotros si aprecias tu vida. ¡Akoki es un legendario ninja de oscuridad de Iwagakure! ¡Deberían temerle!

Jiraiya se levantó con una sonrisa burlona.

—¿Legendario, dices?

—¡Les mostraré lo que es el dolor! —gritó Akoki, embistiendo hacia ellos.

—Chicos, observen con atención —les indicó Jiraiya.

Naruto y Hinata lo miraron con curiosidad.

—¿Eh?

En la palma de la mano de Jiraiya apareció una pequeña esfera de chakra que giraba con intensidad.

Jiraiya impactó la esfera en el estómago de Akoki. El agresor giró violentamente y salió volando, llevándose a su compañero por delante. Ambos se estrellaron contra un puesto de globos de agua, destruyéndolo por completo. Mientras los globos caían sobre ellos, dejándolos empapados, la billetera del hombre quedó suspendida en el aire, donde Jiraiya la atrapó con una mano.

—¡Genial! —exclamó Naruto, emocionado.

Hinata observaba, impresionada.

—Esa técnica se parece un poco al Kaiten... Chakra girando, pero el chakra se concentra en la mano y permanece estable por más tiempo. Es increíble... —pensó ella, analizando la situación.

Jiraiya atrapó un globo de agua que apenas estaba cayendo, luego sonrió antes de acercarse al puesto destruido.

—Esto me lo llevo como premio por mi victoria —dijo, mirando la billetera. Luego sacó algo de dinero y se lo alcanzó al dueño del puesto—. Perdón por los destrozos, tome esto; es por los globos de agua también.

El vendedor asintió nerviosamente.

—N-no hay problema...

—Bien, chicos, es hora de entrenar —anunció Jiraiya.

—¡Sí! —respondió Naruto con entusiasmo.

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Más tarde, en un lugar apartado, Jiraiya les entregó un globo de agua a cada uno.

—Bien, vieron la técnica hace un momento. Díganme, ¿qué observaron?

Naruto pensó por un momento.

—Mmm... De alguna manera, esos tipos salieron volando mientras giraban en el aire.

—Sí, es cierto —añadió Hinata—. Hizo una concentración de chakra en su mano... Giraba muy rápido.

Jiraiya asintió.

—Correcto. Desde un punto de vista normal, podría decirse así: giraban. —En ese momento, Jiraiya hizo que el globo en su mano comenzara a moverse hasta que explotó repentinamente.

—¿Eh? —murmuró Hinata, sorprendida.

—Con el entrenamiento de trepar árboles aprendieron a mantener su chakra enfocado. Con el de caminar sobre el agua, aprendieron a liberar una cantidad constante. Incluso con la membrana de chakra aprendieron a darle una forma estable. Ahora deben liberar chakra de forma constante y mantenerlo girando dentro del globo.

Naruto asintió, entusiasmado.

—¡Un flujo continuo de chakra!

—Exacto. Para entender esta técnica, deben ser capaces de ver sus elementos y predecir su flujo. Primero, usen el principio de trepar árboles para concentrar chakra en sus manos. Luego, el de caminar sobre agua para liberar un flujo constante. Después podrán aplicar el principio de la membrana en etapas más avanzadas.

—Entiendo —dijo Hinata con firmeza.

Naruto sonrió ampliamente.

—¡Lo tengo! Mientras sostengo el globo, haré el entrenamiento del agua giratoria.

—Ya notarán el truco —dijo Jiraiya. Señalando al horizonte, añadió—: Entrenaremos hasta el anochecer.

...

Momentos después.

Naruto fruncía el ceño mientras miraba el globo en su mano, el cual se mecía de un lado al otro.

—Mmm… Apenas está girando el agua en su interior, pero no explota...

—Estoy igual —admitió Hinata, quien hacía girar el suyo de la misma forma—. No creo que el globo reviente si solo lo hacemos girar en una dirección...

La Hyūga cerró los ojos mientras colocaba su mano alejada del cuerpo, aún sosteniendo el globo.

Ella tomó aire mientras empezaba a inyectar chakra.

—Si es como lo veo... Esta técnica sigue un principio similar al Kaiten... Rotación... —pensó.

Naruto levantó una ceja, fijándose en cómo el globo de Hinata empezaba a tambalearse.

Hinata visualizó mentalmente su chakra mientras el agua giraba. Seguía pensando:

—Aún no soy capaz de realizar el Kaiten... Sin embargo, entiendo cómo funciona. Concentras el chakra desde la parte más baja de tus pies... Giras, y empiezas a liberarlo de arriba hacia abajo, formando un torbellino... Luego usas tu cuerpo para darle forma esférica...

En el interior del globo, el agua comenzó a girar violentamente.

Naruto observó impresionado cómo el globo se deformaba bruscamente hacia los lados, pero luego empezaba a estirarse hacia arriba...

Hinata comenzó a cubrirse por un aura de chakra mientras su cabello ondeaba, al igual que su ropa.

De un momento al otro, el globo era mucho más grande.

Finalmente, Hinata se detuvo para mirar el globo con incredulidad.

—No explotó... —declaró ella, riendo nerviosa mientras su aura desaparecía.

Naruto, por su lado, observó con una gran gota de sudor en la frente.

—¡Oye! ¡¿Cómo vas a hacer una escena tan épica y que no pase nada?! —exclamó.

—Jeje... Perdón, pensé que sí lo lograría... Me emocioné y todo cuando usé mi aura —contestó ella, paseando su mano por la nuca.

—¡Bien! ¡Mi turno! —exclamó Naruto, intentándolo...

Nuevamente, lo único que sucedió fue que el globo giraba de un lado al otro como si nada.

Desde la sombra de un árbol, Jiraiya observó interesado, mientras analizaba en su mente:

—Veo que tienen enfoques muy diferentes... Naruto, por un lado, es más bruto en controlar su chakra, pero se enfoca en girar con brusquedad para intentar reventarlo a la fuerza. —

... Luego fijó su atención en Hinata, quien hacía que el globo se estirara hacia arriba con el torbellino en su interior.

—Por otro lado, ella es más ordenada y precisa. Está intentando formar la esfera desde el inicio mientras hace un intento de tornado unilateral. Sin embargo, no es tan sencillo... Se requiere que el chakra gire de manera más caótica, no de forma unilateral —meditó el sannin, observando con interés.
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Al día siguiente.

Ya casi era mediodía, y Jiraiya se encontraba recostado contra un árbol, descansando mientras los genin continuaban con su entrenamiento.

—¡Maldición! ¿Por qué no explota? —exclamó Naruto, frustrado, mientras apretaba el globo en sus manos.

Hinata, por su parte, se dejó caer al suelo, al tiempo que soltaba su globo, que rebotó un par de veces antes de detenerse.

—¿Eh? ¿Oye, estás bien? —preguntó Naruto, acercándose a su compañera con preocupación.

Hinata solo asintió mientras tomaba aire profundamente.

—S-sí, no te preocupes... Es solo que estoy algo cansada —respondió ella, intentando recuperar el aliento.

Naruto, aún preocupado, le tocó la frente suavemente, como si intentara asegurarse de que no estuviera enferma.

En ese momento, escucharon pasos detrás de ellos.

—No te preocupes por ella, Naruto. Está bien. Simplemente no tiene tanta resistencia física como tú para entrenar todo el día. Será mejor que descanse una hora antes de continuar —declaró Jiraiya, acercándose con su habitual aire despreocupado.

Finalmente, extendió el pulgar con una sonrisa.

—Lo están haciendo bien, pero les daré un consejo: lo primero es... "si siempre intentas lo mismo y da el mismo resultado, debes hacer algo diferente".

Los genin se miraron entre sí al oír aquello. Aunque sonaba obvio, podía ser fácil pasar por alto un detalle tan importante.

—En fin, antes de continuar, vengan —les indicó el sannin con un gesto.

Ambos genin se miraron una vez más antes de colocarse de pie frente al peliblanco.

Jiraiya sonrió mientras paseaba su mano por la cabellera de cada uno con calma.

—Mmm... —murmuró finalmente el sannin, antes de preguntar—. Díganme, ¿en qué dirección han estado rotando el chakra cada uno?

—Eh... Yo hacia la izquierda —respondió Naruto, algo dudoso.

—Derecha... —contestó Hinata, más segura.

Jiraiya asintió antes de mostrar una sonrisa enigmática.

—Bien ahí... Pero no olviden algo fundamental: Si quieren progresar, de vez en cuando deben aprender a romper sus propias reglas. Ahora, ¡a intentarlo otra vez!

Naruto y Hinata asintieron con determinación...

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En Konoha...

El hospital estaba en calma... No tanto porque no hubiera pacientes, de hecho, la mayoría de las habitaciones estaban llenas debido a las misiones de rescate y los heridos de la invasión. Más bien, la calma reinaba ya que no había cupo para nadie más, por lo tanto, se había dejado de transportar a la gente a este lugar.

Sin mencionar a los ninjas médicos que directamente fueron a curar a los heridos en el exterior, o a los heridos que fueron remitidos a otras instalaciones provisionales.

Con algunos pocos ninjas yendo y viniendo por los pasillos, reportando bajas o nuevos pacientes a casos... Sakura caminaba despacio, con un pequeño ramo de flores en las manos.

Ya había pasado un día desde que Sasuke fue ingresado al hospital. Corrían muchos rumores al respecto, y ella no sabía qué podía hacer, pero no podía evitar venir a visitarlo. Algo en ella simplemente no se lo permitía.

Cuando entró al cuarto de Sasuke, la luz del sol iluminaba su rostro a través de una cortina. Él seguía igual, inconsciente y tranquilo. Era como si estuviera dormido, pero Sakura sabía que lo que fuera que le había pasado era mucho más profundo que eso...

Se acercó a la mesita junto a la cama y dejó las flores en la mesita del lado, luego se sentó en la silla junto a la cama y lo miró, tratando de encontrar algo en su expresión que le diera esperanza.

—Sasuke... —murmuró—. Espero que despiertes... No puedes quedarte así para siempre.

Ella suspiró con tristeza al saber que esas palabras no iban a solucionar nada.

En eso, el sonido de la puerta abriéndose la hizo voltear.

Era Ino, quien simplemente sonrió, sosteniendo un ramo de flores más grande. La rubia finalmente saludó.

—Vaya, Sakura, tú también estás aquí —dijo ella con cierto tono competitivo.

—¿Qué haces aquí, Ino? —preguntó Sakura, aunque ya sabía la respuesta.

—Lo mismo que tú, obviamente. Sasuke necesita a alguien que le dé ánimos, y pensé que unas flores bonitas ayudarían —se acercó y dejó su ramo al lado de las de Sakura, asegurándose de que sobresalieran un poco más.

Sakura observó la escena, pero no le dio importancia.

—Siempre tan dramática...

Ino sonrió satisfecha antes de mirar a Sasuke. Por un momento, ambas quedaron en silencio, cada una perdida en sus propios pensamientos.

—¿Crees que estará bien? —preguntó Ino, esta vez con un tono más preocupado.

Sakura miró a Sasuke y luego a Ino. A pesar de su rivalidad, podía ver que ambas compartían la misma preocupación.

—Claro que sí. Es Sasuke, es muy fuerte... Solo hay que esperar.

Ino finalmente sonrió mientras asentía con la cabeza.

—Jaja... Claro, él es el más fuerte de nosotros. Despertará, no hace falta que una frentona lo diga para que yo sepa eso.

Sakura solo sintió una gran gota de sudor bajar por su frente.

—Creo que este no es un buen momento para esos comentarios.

Ino asintió lentamente, cruzándose de brazos.

—Supongo que tienes razón. Pero hay algo que no me deja tranquila...

—¿Qué cosa? —preguntó Sakura mientras levantaba una ceja.

Ino se quedó en silencio un momento, meditando sus palabras.

—Bueno... Hinata está en tu equipo, ¿no? ¿Dónde está? ¿No le ha traído flores?

—¿Eh?

Ino levantó un dedo.

—Vamos, no te hagas la inocente... Sabes a lo que me refiero. Ella es muy cercana a Sasuke... ¿Cuál crees que sea su relación?

Sakura parpadeó, sorprendida por el comentario... De hecho, esto se sentía muy fuera de lugar.

—¿Hinata? No lo sé. Es muy reservada... Pero, por favor, ¿podríamos no hablar de esto aquí?

—¿Eh?

Ino se vio sorprendida por la reacción de Sakura... Se notaba incómoda.

—Ino... Sasuke está mal, estamos en un hospital, no es momento de pensar en eso, pero respeto a él.

—Tienes razón, lo siento —admitió Ino, inclinándose un poco hacia Sakura—. Solo espero que Sasuke se mejore.

Ino hizo una pausa antes de señalarla.

—Pero no te relajes demasiado. Las chicas calladas siempre tienen sus secretos.

Sakura soltó un suspiro, entre molesta y divertida.

—Deja de hacerte ideas raras.

Ino sonrió, pero no añadió nada más. Ambas miraron a Sasuke en silencio, hasta que Sakura se levantó de la silla y caminó hacia la puerta.

—Creo que ya es suficiente por hoy —declaró mientras se marchaba—. Si algo cambia, avísame.

—Claro, lo haré —respondió Ino, aunque su sonrisa seguía mostrando ese aire competitivo que nunca perdía.

...

Sakura caminaba en silencio por el pasillo vacío, sus pasos resonando levemente. A pesar de haber dejado las flores, el peso emocional de la situación seguía presente en su mente.

—No sé si sirve de algo venir todos los días, pero al menos me siento cerca de él... —pensó, dejando escapar un suspiro.

Unos pasos delante de ella llamaron su atención.

—¡Sakura! —la voz entusiasta de Rock Lee resonó en el pasillo.

Lee venía hacia ella con una pequeña planta en una maceta decorada con una cinta sencilla. Al estar frente a Sakura, se detuvo e hizo una reverencia.

—¿Lee? ¿Qué haces aquí? —preguntó Sakura, sorprendida.

Lee levantó la maceta con ambas manos, como si fuera un tesoro.

—Vine a dejarle esto a Sasuke, como símbolo de respeto. Aunque no hablamos mucho, sé lo que significa para su equipo y sus rivales. Quiero que se recupere pronto.

Sakura sonrió, conmovida.

—Eso es... muy amable de tu parte, Lee.

Lee asintió con una sonrisa cálida.

—Incluso los más fuertes necesitan apoyo a veces.

Sakura suspiró, mirando al suelo.

—Es cierto... Pero no deja de ser difícil verlo así y no poder hacer nada...

Lee la observó con empatía.

—Sakura, no subestimes el poder de los pequeños gestos. A veces, esas acciones aparentemente insignificantes pueden significar mucho más de lo que imaginamos.

Ella lo miró, sus ojos suavizándose.

—Gracias, Lee.

Lee sonrió con determinación.

—Sasuke se recuperará. Estoy seguro. Pero mientras tanto, tú también debes mantenerte fuerte.

Sakura dejó escapar una pequeña risa.

—Gracias, Lee. Tienes razón.

—Siempre estaré aquí para apoyarte —afirmó Lee, con una sonrisa radiante—. Si alguna vez necesitas hablar o entrenar, no dudes en llamarme.

Sakura asintió, más tranquila.

—Gracias, Lee.

Lee levantó la maceta con orgullo.

—Cuídate, Sakura. Nos veremos luego.

Sakura lo observó alejarse, con una sonrisa más relajada en el rostro.

—Oye, Lee —lo llamó en voz baja.

Él se detuvo y la miró curioso.

—¿Sí?

—¿Te gustaría ir a comer algo cuando termines aquí? —preguntó ella con una ligera sonrisa—. No hemos celebrado la victoria que me dedicaste en los exámenes Chunin.

Los ojos de Lee brillaron, y su sonrisa se ensanchó.

—¡Claro!

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Más tarde... Se podía ver cómo estaba anocheciendo. Naruto y Hinata se encontraban en un bosque cercano a la posada, donde Jiraiya se había ido a dormir.

Naruto hacía girar su globo con todas sus fuerzas, pero este no se reventaba.

Por otro lado, Hinata deformaba el suyo de muchas maneras, pero el resultado era el mismo.

—¿Me estoy equivocando de enfoque? —declaró Hinata en voz alta, rompiendo el silencio.

Naruto la miró con curiosidad.

—¿A qué te refieres?

Hinata inclinó la cabeza a un lado, pensativa.

—Todo el día he estado intentando reventar el globo rotando el chakra, basándome en una técnica Hyūga... aquella que usaba Neji como defensa: el Kaiten.

Naruto recordó la técnica y asintió.

—Oye, de hecho, no lo había pensado, pero sí se parecen.

Hinata negó suavemente con la cabeza.

—Pensé lo mismo... Pero acabo de darme cuenta de algo. Esto no es un escudo, es un arma. El Kaiten consiste en liberar el chakra de abajo hacia arriba, girándolo en un solo sentido, lo que genera un efecto rotativo y una barrera que desvía todo. Se basa en repeler, más que en dañar.

Naruto chasqueó los dedos de repente.

—"Si siempre intentas lo mismo y da el mismo resultado, debes hacer algo diferente."

Hinata asintió mientras cerraba los ojos, recordando la demostración de Jiraiya.

En teoría, si hiciera un Kaiten en miniatura, no perforaría troncos como mostró Jiraiya. En vez de eso, generaría una fuerza repulsiva. Claro que la técnica de Jiraiya podía mandar a volar al oponente, como demostró con aquel sujeto de Iwa. Pero eso era más un efecto de la descompresión de la forma esférica del chakra, no por su dirección.

El Kaiten tenía forma de domo porque el chakra era liberado con la persona como centro, expulsándose desde todos los tenketsu en paralelo y girando rápidamente. Eso generaba el efecto de repulsión. Pero, en teoría, hacer eso a pequeña escala desde un solo punto generaría un tornado miniatura, no una esfera.

Hinata tomó aire mientras llegaba a una conclusión.

—Para que sea un arma, y no un escudo o repelente, el chakra no puede girar simplemente en una dirección. El globo siempre soportará ese tipo de presión.

—¿Eh? ¿A qué te refieres? —preguntó Naruto, levantando una ceja.

Hinata tomó su globo con una sonrisa.

—Vamos, Naruto. Los globos no son tan duros, de hecho, son frágiles... Pero su estructura los hace resistentes a fuerzas perfectamente distribuidas.

Finalmente, comenzó a hacer girar el globo bruscamente entre sus manos, con giros irregulares: arriba, abajo, derecha, izquierda...

—Pero, cuando la distribución de la fuerza es irregular...

Para sorpresa de Naruto, el globo se reventó en las manos de Hinata.

—¡Oh...! —murmuró Naruto, impresionado.

Hinata rió un poco al notar que se había mojado la ropa.

—Oh... Ok, no pensé bien en eso —bromeó antes de reír de nuevo—. Mi punto es que el globo de Jiraiya-sensei se movía en diferentes direcciones, no giraba solo hacia un lado.

Naruto asintió rápidamente.

—¡Tienes razón! Ahora que lo pienso, justo antes de que su globo explotara, se deformaba y se llenaba de abolladuras, y finalmente reventaba... ¡Es porque el agua giraba en todas las direcciones posibles!

La chica tomó otro globo de una canasta que Jiraiya había dejado, "por si acaso".

Hinata cerró los ojos y concentró su chakra en su mano. Visualizó nuevamente el Kaiten... pero no uno solo. Imaginó muchos superpuestos, girando en diferentes direcciones.

Sin más, el globo terminó por explotar.

—¡Ahora lo entiendo! —exclamó emocionada.

Naruto rió, contagiado por el entusiasmo.

—¡Yo también! Hasta ahora solo hacíamos que el agua girara en una sola dirección, pero al ser un movimiento uniforme, no tenía la fuerza suficiente. —Sin más, el Jinchūriki tomó su globo y comenzó a enfocar su chakra.

Visualizó giros caóticos en su interior... pero el globo no se reventó.

Ambos guardaron silencio. Uno muy incómodo.

Hinata había logrado reventarlo gracias a su excelente control de chakra, pero Naruto no era tan hábil.

—Eh... ¡Otra vez! —exclamó Naruto, decidido a intentarlo nuevamente.

Así, pasaron varios intentos... Decenas, hasta que se podía ver cómo Hinata se había sentado en el suelo, donde finalmente se quedó dormida.

—¡Caramba!... No puedo girarlo en tantas direcciones a la vez... Por eso no funciona... —murmuró Naruto.

Finalmente, se dejó caer sentado al suelo mientras miraba el globo.

—Mmm...

El Jinchūriki miró sus dos manos, y una sonrisa comenzó a dibujarse en su rostro.

—¡Lo tengo!

—¿Eh? —Hinata despertó algo confundida al escuchar a su compañero gritar—. ¿Qué pasó?

Naruto sonrió mientras la miraba.

—Sé lo que tengo que hacer... Manejar el chakra con una sola mano es complicado, pero tengo dos manos. —Colocó el globo en su mano izquierda y usó la derecha para añadir chakra.

Hinata abrió los ojos, sorprendida, mientras Naruto inyectaba chakra desde diferentes zonas del globo usando su otra mano.

Sostenía el globo con la mano izquierda mientras usaba la derecha para ejercer presión con el chakra.

De repente, el globo estalló.

—¡Sí! —gritó Naruto emocionado.

—¡Es genial! —respondió Hinata—. Admito que no pensé en algo así, es una solución muy creativa.

Naruto rió, orgulloso. Su mayor virtud era precisamente encontrar soluciones poco comunes y creativas a los problemas.

—¡Ero-sennin no esperaría que lo hiciera así!

Aunque este era solo el primer paso... Apenas había entendido la parte más básica.

Esta técnica, en palabras de Jiraiya, no requería sellos manuales, solo el manejo del chakra. Era de rango A y fue creada por el Cuarto Hokage. A él le tomó tres años perfeccionarla, sin tener las bases que ellos ya poseían.

Jiraiya lo había explicado previamente: esta técnica tiene tres fases. Esta fue solo la primera.

______________________________________

Al día siguiente.

Jiraiya estaba profundamente dormido. Naruto se acercó, intentando despertarlo con insistencia.

—¡Ero-sennin, despierte! —exclamó Naruto con mucho entusiasmo.

Jiraiya apenas abrió un ojo, soltando un largo bostezo.

—No... cinco minutos más... —murmuró, girándose en la cama y agarrando una almohada para taparse la cara.

—Jiraiya-sensei... Por favor... —intervino Hinata con su voz suave, intentando que el sannin reaccionara.

—Está bien, está bien... pero tráiganme un poco de agua, por favor... —dijo Jiraiya, acomodándose entre las sábanas.

Naruto y Hinata intercambiaron una mirada cómplice; habían pensado lo mismo.

Un momento después, un poco de agua fría cayó directamente sobre el rostro de Jiraiya, sacándolo bruscamente del sueño.

—¿¡Eh!? ¡Oigan! —exclamó sorprendido, sacudiéndose mientras usaba las mangas de su pijama para secarse.

—Jejeje... Lo conseguimos —dijo Naruto con una sonrisa triunfante, mientras mostraba el globo roto entre sus manos.

Jiraiya se frotó los ojos, aún somnoliento.

—¿Pueden mostrármelo? No lo vi, estaba prácticamente dormido. Y vaya forma de despertar a la gente, mocosos...

—¡Bien! —dijo Naruto con una gran sonrisa mientras miraba a su compañera, quien también se preparó.

Finalmente, ambos tomaron un globo cada uno. Por un lado, Hinata sostenía el globo con una sola mano, su mano dominante, la derecha. Por otro lado, Naruto lo hacía con la mano izquierda, la no dominante, mientras usaba su mano derecha como apoyo.

En un momento, ambos se concentraron en generar un remolino dentro de sus respectivos globos, siguiendo el procedimiento que habían descubierto la noche anterior. En cuestión de segundos, los globos estallaron, soltando el agua al suelo con un pequeño chasquido.

—¿Qué le parece? ¡A que somos geniales, ¿no?! —preguntó Naruto, eufórico.

Sin embargo, Jiraiya ya estaba a punto de quedarse dormido nuevamente, lo que llamó la atención de los genin. Naruto no pudo contener su irritación.

—¡¡ERO-SENNIN!! —gritó, sacudiéndolo con fuerza.

—¡Ah! ¡Vas a caer, oka...a! —gritó Jiraiya mientras Naruto lo zarandeaba aún más fuerte.

—¡No cambie el tema!

Un rato después, Jiraiya finalmente se incorporó, disculpándose.

—Perdón, perdón... Es que estoy muy cansado por recolectar información anoche.

Naruto frunció el ceño, claramente escéptico.

—Eso sospeché desde el principio... Señor "información" —contestó el Jinchūriki, a lo que Jiraiya solo gruñó.

Hinata reflexionó mientras se llevaba la mano al mentón.

—¿Será información sobre Tsunade... o sobre sus "investigaciones" habituales? —se preguntó mentalmente.

Jiraiya observó a los jóvenes con cierto interés renovado, ya totalmente despierto.

—Es muy interesante la forma en que lo hicieron —comentó, aunque añadió con un aire más crítico—. Aunque Naruto todavía no puede lograrlo con una sola mano, es ingenioso. Pero, ¿cómo encontraron la solución tan rápido?

Naruto sonrió ampliamente, sintiéndose orgulloso.

—Pues los dos pusimos una parte de cada uno, aunque ella solo necesitó la suya. Hinata dedujo que el globo no reventaría si el agua solo se movía en una dirección, y yo encontré la forma de hacer que el agua se moviera en todas las direcciones, aun si no podía usar una sola mano —dijo, riendo con satisfacción.

Jiraiya asintió para sí mismo, impresionado.

—Impresionante... Esa niña demuestra un dominio y eficiencia energética muy avanzados. Además, su intelecto no está nada mal; sin duda está calificada para ser médica. Y Naruto demuestra una creatividad única en el uso del chakra y los recursos a la mano. Es del tipo de persona que pasa por cualquier obstáculo de la forma que sea.

Con una sonrisa, Jiraiya declaró:

—Bien, entonces la primera etapa ha terminado.

—¡SÍÍÍ! —gritó Naruto, levantando un puño al aire.

Hinata solo sonrió, tranquila y orgullosa por el progreso logrado.

______________________________________

Un poco más tarde, Jiraiya y sus estudiantes estaban en el bosque nuevamente.

—Empezaremos con el segundo paso —declaró el sannin.

—¿En qué consiste? —preguntó Hinata, curiosa.

Jiraiya les entregó a cada uno una pelota de plástico.

—¿Eh? ¿Una pelota plástica? —Naruto la miró con confusión.

—Ahora deben romper esto —explicó Jiraiya.

Hinata examinó la pelota con atención, arrugando ligeramente el ceño, mientras usaba su mano para palparla, notando lo flexible que era, además de su resistencia.

—Esta cosa debe ser mucho más dura que el globo, ¿verdad?

Jiraiya asintió.

—Es al menos 100 veces más resistente, y no solo eso. Estas pelotas no tienen agua en su interior, lo que significa que no podrán sentir tan fácil el flujo del chakra. Esto hará mucho más difícil aumentar o disminuir su intensidad de forma precisa.

Jiraiya sonrió mientras tomaba una pelota en su mano y la levantaba.

—El objetivo es simple...

Para demostrarlo, Jiraiya se concentró en la pelota. En un instante, la pelota se deformó bruscamente y finalmente estalló.

Naruto, emocionado, intentó replicarlo con su método. Sin embargo, la pelota apenas se deformó por un instante antes de recuperar su forma intacta.

—¡¿Qué...?! —exclamó Naruto, frustrado.

—Bien, practiquen. Yo iré a recolectar información —dijo Jiraiya, alejándose con una sonrisa despreocupada.

Naruto apretó los dientes, dispuesto a protestar, pero al mirar a Hinata, decidió quedarse en silencio. Saber que ella estaba con él lo motivó a buscar la respuesta por ellos mismos.

—Bien, intentémoslo juntos —dijo Naruto, tomando su posición.

—¡Sí! Hagámoslo —respondió Hinata, asintiendo con la cabeza, decidida a encontrar la forma de superar esta nueva etapa.

Fin capítulo 40.

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