4 [Iruka]
Días después de la masacre...
Se podía ver cómo una de las clases ninja estaba en lo que parecía un gran lago, que tenía varias cuerdas en medio atravesando de lado a lado...
—¡NO OTRA VEZ! ¡NARUTO!— exclamó uno de los maestros mientras correteaba al rubio.
—¡No me atrapan! ¡Jajaja!—
El joven ya estaba en su cuarto cambio de maestros... Había vuelto a cambiar; en tan solo 2 años de academia, ya había reprobado en 3 de las aulas con 3 pares de maestros, obligando al Hokage, a petición de los maestros, a volverlo a cambiar...
Todo con tal de que siguiera avanzando de grado...
El Hokage sabía que Naruto era muy problemático; de hecho, sus compañeros se quejaban de él, al igual que se reían de sus payasadas... Y ese era el objetivo del rubio, sentir atención.
¿Y ahora qué hizo?... Bueno, esta era una clase de equilibrio, donde los chicos aprenderían a manejar su centro de gravedad, ya fuera para saltar entre árboles, estar de pie en superficies pequeñas sin caerse, además de tener mayor versatilidad en movimiento y coordinación entre extremidades.
La clase de hoy consistía en cruzar los cables que pasaban sobre el río, caminando sobre ellos.
El profesor estaba dando una explicación de cómo hacerlo... Pero nuestro pequeño rubio, en una broma, había debilitado el cable, haciendo que en medio de la explicación este se rompiera y el maestro cayera al agua, mientras todos se reían de él...
No hizo falta preguntar quién fue; automáticamente, el maestro supo que había sido el Jinchuriki.
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**Más tarde, en la oficina del Hokage.**
"toc toc"
—Pase...— dijo Hiruzen.
En ese momento, entró un Chunin; este tenía una banda ninja que cubría su cabeza como un gorro, uniforme ninja y un cigarrillo...
Hiruzen al instante pudo notar dos cosas que le decían lo que venía a pedir...
Lo primero era un rostro de enojo con los ojos como platos, junto a un aura oscura y una gran vena remarcada en la frente...
Lo segundo es que literalmente traía a Naruto colgado de su mano; el niño tenía varios chichones en la cabeza y una cara nerviosa al ver al anciano.
—¡Hokage-sama!— exclamó el Chunin.
—Sí... Ya sé...— contestó el antes de suspirar.
—Jeje...— Naruto rió nervioso mientras que Hiruzen le dedicó una mirada de "¿Usted no aprende, verdad?".
—Puedes retirarte, Ashiki... Yo me encargo— declaró el Hokage, mientras solo podía pensar... —Mierda... Reprobará otra aula... Esta vez ni siquiera terminó el semestre...—
Naruto rió un poco antes de correr por la oficina, tomando una silla y colocándola frente al escritorio, donde se sentó.
—¡Viejo! ¿Podemos ir a comer ramen? Supongo que cambiaré de maestro pronto, ¿no sería bueno brindar?— bromeó Naruto con su sonrisa, a lo que Hiruzen suspiró.
—Ay dios... No sé qué voy a hacer contigo...— pensó él, para luego mirar al Jinchuriki.
El Hokage lo miró detenidamente.
—Es muy hiperactivo... Hace todo esto porque está solo... Pareciera que no está aprendiendo nada de las clases... Pero... Sí lo hace, lo he visto ir al bosque a cazar alimento, entrenando por su cuenta o incluso leyendo en su casa uno que otro pergamino... Incluso en sus bromas demuestra habilidades como camuflarse, cardio y agilidad... Hace lo que puede para ser un mocoso... En verdad ha progresado, pero él mismo se auto-sabotea en la academia y los profesores no es que le tengan mucho cariño o paciencia... Ni siquiera tiene amigos...— pensó el Hokage con mucha resignación.
Sabía que Naruto tenía un sueño, y aunque nadie lo notara, se estaba esforzando... Pero, la soledad y necesidad de sentir atención, además del hecho de que sus entrenamientos personales no fueran "profesionales" y desconocer sus propios defectos y virtudes, aún lo hacían estar por debajo de sus compañeros.
Como Jinchuriki del Kyubi, sus reservas de chakra eran enormes para su edad... Aún así, ejecutar algunos ninjutsu de bajo rango le era muy difícil debido a su bajo control de chakra...
Habilidad que los maestros no tenían forma de enseñarle, estando tan desconcentrado en clase, y que al mismo tiempo no podía entrenar por su cuenta al no ser consciente de la raíz del problema.
Su mayor fortaleza era su resistencia, definitivamente... Siendo de alta durabilidad para correr, saltar, trepar, nadar, etc... Además de su creatividad para usar los recursos a la mano...
Desgraciadamente, Hiruzen sabía que un estudiante de este tipo no era para cualquier maestro.
Y definitivamente, asignarle a alguien especializado o a sí mismo para que lo entrenara... Sería poco práctico, además de no ser adecuado.
Naruto debía aprender a encajar con los demás; no era solo cuestión de que se hiciera fuerte. En el mundo ninja, el trabajo en equipo y la capacidad de encajar con otros es importante...
Sin mencionar que solo era un niño, bastante problemático pero inocente al fin y al cabo, ponerle tanta carga probablemente solo lo abrumaría, y más con su tipo de personalidad intensa.
Y personalmente... Él ya estaba muy viejo para estar actuando de niñera; fuera de quien fuera hijo, Hiruzen le iba a dar más prioridad a la aldea. Educar a Naruto sería una labor 24/7. Al menos ese era el pensamiento del Hokage en ese punto... Además, no solo lidiaba con la aldea, también su propia familia.
Hiruzen finalmente volvió en sí mismo para ver cómo Naruto lo miraba de forma acusadora con una sonrisa.
—¿Si vamos por ramen?—
Hiruzen tomó algo de aire antes de soltarlo con algo de humo de su cigarrillo; luego tomó un billete y se lo dio.
—Ve, Naruto, cómprate un ramen; ahora estoy muy ocupado. Quédate con el cambio— declaró el viejo —Mañana, hablaremos sobre tu cambio de aula—
Naruto solo hizo un puchero antes de tomar el billete... Quería ir con él.
—Gracias...—
—Por cierto, Naruto...—
—¿Eh?—
—Este será tu último cambio de aula. En serio, sé más prudente con tus compañeros y maestros; es tu última oportunidad de ser ninja— declaró el anciano.
Naruto solo suspiró antes de retirarse.
—Tal vez haya sido duro decirle eso... Y más porque... En realidad, este último maestro... No tiene de otra que soportarlo... No quería pedirle que fuera su maestro de academia, por sus sentimientos y dolor causados por el Kyubi... Pero, no hay de otra...— pensó el Hokage.
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Más tarde.
—¡¿Qué?!— exclamó Iruka. —Pero... Hokage-sama... Él...—
—Lo siento, Iruka, no quería tener que pedirte a ti que fueras el nuevo maestro de Naruto; sé que es difícil para ti... Pero, de los 10 maestros Chunin de esta generación, de las 5 aulas, tú eres quien podría entenderlo mejor— contestó Hiruzen.
—¿Entenderlo mejor?— preguntó el Chunin, confundido.
—Sí... Sabes a lo que hablo. Naruto es huérfano... Pero a diferencia tuya, él no conoció el amor de un padre o una madre; además, es odiado por la aldea por el incidente del Kyubi, siendo que es solo un niño y no lo entiende— explicó el Hokage, a lo que Iruka bajó la mirada.
—...—
—Iruka, quiero que lo cuides y le prestes atención... Es un niño muy hiperactivo, hace estupideces, no busca dañar a otros... Busca hacer que la gente sepa que existe y lo vean... Él actúa como un payaso, fingiendo que no le importa, pero está sufriendo mucho. Tú más que nadie deberías entenderlo... Sé que sería algo duro para ti, por eso no te fue asignado primero, pero eres su última opción y la mejor; tendrás que estar con él hasta que termine la academia ninja— explicó Hiruzen, a lo cual Iruka finalmente suspiró.
—Está bien... Cuente conmigo—
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Al día siguiente...
Se podía ver cómo Naruto caminaba por el pasillo junto a Iruka; el niño andaba en silencio pero se notaba inquieto, mientras que el Chunin lo guiaba...
Finalmente llegaron a un aula; Iruka abrió la puerta... Allí se podían apreciar más estudiantes, quienes estaban hablando entre sí, apenas notando la presencia de los recién llegados.
—Bien...— Iruka tosió para aclararse la garganta, haciendo que todos voltearan a verlo, ante lo cual Naruto no pudo evitar sonreír.
Mizuki los miró un momento, suspirando mentalmente.
—Así que era verdad...— pensó él, mientras Iruka empezaba a hablar.
—Buenos días a todos. A partir de hoy, tendrán un nuevo compañero de aula— El Chunin señalo a Naruto con su mano —Este de aquí es Naruto Uzumaki, espero que todos se lleven muy bien, nos acompañará hasta la graduación—
Al instante, se pudo ver cómo muchos empezaron a murmurar cosas.
—¿Ese no fue el payaso que reprobó con los demás profesores?—
—Tiene cara de imbécil...—
—Mi papá dijo que no me acercara...—
—¿Será tan malo como dicen?—
El rubio podía notar a todos, mientras apretaba el puño...
Solo había unos cuantos que no decían nada...
—E-es Naruto...— Pensó Hinata, quien estaba sentada al fondo en uno de los escritorios. Ella podía ver cómo el chico los estaba escaneando a todos con la mirada.
Ella, en un ataque de timidez, terminó cubriéndose la cara mientras se agachaba... A lo que Naruto apenas pudo rozarla con la mirada.
—...— Sasuke, por su parte, estaba en completo silencio, ajeno a todo...
Había otro chico por ahí, con peinado de piña, que estaba durmiendo, y otro gordito que estaba comiendo... Ninguno prestaba atención real.
Una chica de cabello rosado simplemente lo miraba con curiosidad, aunque Naruto no pudo evitar pensar en aquellos ojos verdes que tenía, eran inocentes...
Un chico de anteojos negros, pero Naruto pasó de él, ni siquiera lo notó.
Otro que tenía un perrito blanco en la cabeza, pero también estaba durmiendo...
De resto, solo escuchaba cosas...
Iruka estaba a punto de pedir silencio, pero...
—¡OIGAN TODOS! ¡QUE LES QUEDE CLARO! ¡MI NOMBRE ES NARUTO UZUMAKI! ¡Y SERÉ EL PRÓXIMO HOKAGE! ¡YA LO VERÁN!— Exclamó con determinación, señalándose a sí mismo.
Al instante, el aula fue invadida por un ataque de risa.
—¡Jajaja! ¡Qué pendejadas dices!— Exclamó el chico del perro, quien se había despertado solo para empezar a reírse.
Nadie se había quedado indiferente. Sasuke lo miró con intriga, el chico peinado de piña pareció molesto por el ruido que no lo dejaba dormir, y por su parte, Iruka suspiró.
Hinata miró en todas direcciones confundida, mientras todos se burlaban, sin entender el porqué...
—Naruto... Tus metas siguen en pie...— Fue todo lo que pensó ella con alegría, al ver cómo el rubio ignoraba las burlas, e incluso que algunos le empezaron a tirar borradores, a lo que Iruka los regañó... Aún así, Naruto simplemente caminó entre las burlas mientras tomaba asiento.
Y una vez más, muchos simplemente se apartaron dejando que él se sentara en uno de los escritorios, junto al chico peinado de piña quien dormía.
Naruto se recostó en su asiento, ignorando las risas y comentarios. Ya acomodado, lanzó una mirada de desafío a la clase, decidido a demostrarles a todos que estaba dispuesto a cumplir sus sueños.
Sasuke, por otro lado, lo miró con intriga, dándose cuenta de que era el niño ruidoso de las otras clases, aquel que tenía la fama de problemático.
A él poco le importaba... Sin embargo, podía escuchar a los demás hablar...
—Así que al final lo enviaron aquí... Ese perdedor no durará mucho en la academia—
—Shh, aún así no se metan con él, mi papi dice que si lo ves, aléjate...—
—Es un malcriado—
—Es porque no tiene padres, el imbécil no tiene quien lo regañe—
—No suena nada mal... Sin padres podría hacer lo que yo quisiera—
Sasuke terminó frunciendo el ceño. Era molesto oírlos hablar... Aunque por otro lado, no pudo evitar mirar de reojo al mencionado.
Naruto, por su parte, estaba ignorante a los comentarios, mientras en su mente solo podía maquinar...
—Bien... Me ganaré el respeto de todos estos, entonces, seré el mejor de la clase... ¡Y más si esta será mi aula final el resto de la academia!— Pensó el Jinchūriki con una sonrisa confiada.
Iruka, por su parte, tosió para llamar la atención de todos.
—Bien, alumnos, la clase de hoy será práctica de disparo de kunais y shurikens—
—¡Perfecto! ¡Momento de mostrar de qué estoy hecho!— Pensó Naruto.
...
La prueba se llevó a cabo, donde pasaban de uno en uno para practicar tiro a blanco disparándoles a 10 blancos.
Naruto había visto con atención cómo sus demás compañeros lanzaban...
Los 7 primeros no habían sido cosa del otro mundo...
—Bien, siguen...— Dijo Mizuki antes de leer la lista.
8. Haruno Sakura
—¿Eh?— Naruto se fijó en la chica, notando que era la chica de cabello rosado, quien pasó al frente con sus armas...
Para sorpresa del rubio, ella demostró una excelente puntería, dando muy cerca del centro en casi todos sus disparos...
Ella era la mejor alumna femenina de la clase...
—¿Viste eso, Sasuke!?— Pensó Sakura mirando en dirección al Uchiha, quien... Estaba justo detrás de Naruto, a quien simplemente ignoró...
—No solo es linda, ¡también es buena! Y mira esos ojos que me hace!— Pensó Naruto al ver aquella mirada que le "dedicaba", no pudiendo evitar sonrojarse—¿Eh?—
En eso se fijó en la que le seguía...
—9. Hyūga Hinata— Leyó Mizuki.
—Esa es...— Pensó el rubio reconociéndola.
—Naruto me está mirando...— Pensó Hinata con timidez y muy roja al sentir la presión de la mirada.
—¡Inicia!— Ordenó Mizuki al ver cómo ella se había quedado paralizada.
Ella, en un arranque de determinación, disparó sus proyectiles... Pero ninguno se acercó al centro, todos dieron cerca, pero uno de ellos ni siquiera dio en la diana y pasó a un lado, dándole al muro.
—¡JAJAJAJA! ¡BUENA ESA CIEGA!—
—¡Como siempre, patética! ¡Jajaja!—
—¡Hoy estás todavía más ciega!—
Ella no pudo evitar agachar la mirada con vergüenza mientras le caían burlas... La verdad es que podía hacerlo mejor, pero el miedo y la timidez la habían hecho fallar...
—¡Oigan, idiotas! ¡Déjenla!— Exclamó Naruto molesto, llamando la atención de los demás, quienes ahora se burlaron de él...
—¡Suficiente!— Exclamó Iruka frenando la situación. —Les pido a todos que se comporten—
Finalmente, todos hicieron caso...
Hinata, de forma tímida, agachó la cabeza y se retiró, agradeciendo mentalmente al rubio, estaba muy apenada.
—...— Naruto solo suspiró al verla irse... Ella ni siquiera lo había mirado... Tal vez ya se había olvidado de él... Era un poco rarita, pero claramente una buena persona.
Así, la clase siguió con normalidad... Hasta que...
—25. Uchiha Sasuke—
Al instante, Naruto escuchó una manada de chicas, por no decir que la gran mayoría de las féminas de la clase, gritando de emoción.
—¡Ahora, qué les picó!? ¿Qué tiene ese tipo!?— Pensó Naruto observando al pelinegro quien pasaba al frente.
—¡Tú puedes, Sasuke!—
—¡Sasuke-kun!—
—¡Es un amor!—
Naruto frunció el ceño...
—¡Diablos! ¡Incluso se roba a mi chica!— Pensó Naruto al ver cómo incluso Sakura estaba gritando al verlo.
Pero... Por el lado de los chicos, los comentarios eran diferentes...
—Ahí va ese tipo... Oye, que es el último de su clan...—
—Sí... Al parecer toda su familia murió hace unos días...—
—Se lo merece por engreído...—
—Parece que no eran para tanto...—
Naruto se quedó en silencio al oír eso...
Pero, finalmente sus pensamientos fueron interrumpidos cuando... Una gran cantidad de gritos femeninos se escucharon. Al ver de nuevo, pudo ver cómo los 10 disparos dieron justo en el centro, mientras el chico se llevaba las manos al bolsillo.
—Bah, nada que yo no pueda hacer— Comentó Naruto mientras veía cómo el chico se regresaba y las chicas lo seguían alabando...
—26. Naruto Uzumaki— Leyó Mizuki.
El rubio sonrió mientras se colocaba al frente para hacer sus lanzamientos... Estos apenas dieron en la diana, muy lejos del centro... El peor hasta ahora.
—¡Jaja, y así quieres ser Hokage!?—
—¡Mi Sasuke de seguro sí será Hokage!—
—¡Patético!—
—¿Y todavía te comparas con Sasuke?—
Naruto apretó la mandíbula mientras escuchaba más burlas, y con el nombre Sasuke.
Él de inmediato caminó hasta el mencionado.
—¡Oye tú! ¡Sabes qué! ¡Te voy a superar! ¡Y todos ustedes lo verán!— Exclamó el rubio mientras solo recibía más burlas.
Sasuke solo lo miro indiferente antes de contestar...
—Que perdedor...—
Las burlas no se hicieron esperar, mientras una vena se salto en la frente del rubio.
—Ay dios... Esto será agotador...— Pensó Iruka...
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Más tarde...
Hinata estaba de regreso en su hogar. El complejo Hyuga era como una mansión con un estilo refinado y algo antiguo.
Ella era acompañada por su guardaespaldas, quien la dejó en la entrada.
Tras dejar sus zapatos en la entrada, ella caminó por los pasillos con calma...
Ella era bastante silenciosa; naturalmente, no hacía ningún sonido al caminar, tenía pena de molestar a su padre o abuelo, o a su hermana de apenas 2 años...
Pero hoy había algo que llamó su atención...
La sala de reuniones de la casa tenía las puertas cerradas. Ella pasó a un lado cuando escuchó una voz.
—Así que en verdad solo quedó un Uchiha... Ja, se lo merecen, clan de estúpidos...— Había dicho una voz masculina, algo anciana.
—Sí, por lo visto solo quedó un mocoso... El hijo del líder del clan—
—¿Qué más da? Al fin y al cabo, solo es eso, un mocoso. Esto sin duda es el destino dándoles una lección por su arrogancia y creer que son mejores que nosotros—
Hinata apenas escuchó esto, entendiendo de lo que hablaban. Había oído cosas en la academia, pero no prestó demasiada atención. Aún así, era incómodo que hablaran así de un huérfano...
Ella, aún así, solo siguió su camino. No tenía nada que hacer ahí para quedarse escuchando.
...
Y así... Las cosas continuaron durante los próximos 4 años, donde Naruto continuó con sus bromas. Entrenaba por su cuenta en casa o en el bosque, mientras vivía retando a Sasuke, quien simplemente lo llamaba perdedor o era sarcástico con él. Mientras tanto, Hinata se limitaba a observar.
Ella no sabía cómo acercarse a él. Sentía mucha pena y timidez; de hecho, era muy solitaria, pensando que Naruto no se acercaba por algo malo en ella.
Por otro lado, él se sentía confundido respecto a ella. La veía distante, sin hablar con nadie, ni siquiera le dirigía la mirada (que él se diera cuenta) y tampoco quería molestarla. En medio de todo, de sus bromas y su carácter, la respetaba aunque mantenía su distancia. No quería que se burlaran de ella; solamente la defendía cuando veía que empezaban a molestarla por sus ojos, donde ella le agradecía con la mirada.
En resumen, ambos querían hablar, pero no se sentían como si el otro fuera a responder, o recordara lo de aquel día...
Así, finalmente llegamos al año final de la academia, el año de graduación.
...
...
Iruka tenía una gran vena hinchada mientras Naruto estaba atado con una soga en el piso.
—¡Naruto! ¡Esto es el colmo!— Exclamó el Chunin. —¡Pintar las caras de los Hokages!—
Naruto solo hizo un gesto mirando en otra dirección.
—¡Mañana será el examen para graduarse de la academia ninja! ¡Tus notas apenas están en lo pasable y reprobaste con todos los demás instructores! ¡Esta es tu última oportunidad!— Señaló Iruka frente a toda la clase. —¡No es momento de que lo estropees todo, idiota!—
—Lo que usted diga...—
Ante aquella respuesta, una vena más se hinchó en la cabeza del Chunin, quien ahora señaló a toda la clase.
—¡Examen de Henge no Jutsu! ¡Todos en fila! ¡Deben transformarse en mí!— Regañó el Chunin, y toda la clase le dio una mirada fulminante a Naruto, quien sudó frío.
No era la primera vez que les hacía a todos salir castigados...
Después de un rato, todos estaban en fila...
Sakura pasó haciendo el jutsu, a lo que Iruka asintió.
—Muy bien, excelente— Declaró el Chunin a lo que fue la siguiente persona, Sasuke, quien lo hizo sin problemas.
—Qué fastidio... Todo por ti, Naruto— Comentó Shikamaru.
—Sí... Siempre tenemos que salir mal por tu culpa— Declaró Ino.
—No me importa...— Contestó él con las manos en los bolsillos.
—Siguiente— Dijo Iruka, y Naruto pasó al frente con una sonrisa.
—Esfuérzate, Naruto... Sé que puedes...— Pensó Hinata mirándolo desde la fila...
Naruto hizo los sellos mientras un aura de chakra lo cubría...
—Henge no Jutsu!—
Al instante, se cubrió con una nube de humo. Lo que se vio fue una jovencita rubia con dos coletas, de cuerpo descubierto, dejando ver curvas definidas, pechos redondos apenas cubiertos por las nubes de humo del jutsu... Dejando casi nada a la imaginación.
—¡AAAGHH!— Iruka salió disparado hacia atrás por un chorro de sangre que brotó de su nariz.
Por otro lado, varios de los alumnos se taparon la cara, mirando en otra dirección.
—¡Imbécil!— Pensó Sakura con una gran vena en la cabeza.
—Problemático...— Pensó Shikamaru.
—Perdedor...— Pensó Sasuke, incómodo.
—...— Hinata solo se encogió con la cara completamente roja mirando al piso. Mientras tanto, algunos pensamientos intrusivos le llegaban a la mente; ella se palmoteaba el rostro con pena.
Finalmente, Naruto se destransformó y empezó a reír a carcajadas.
—¡Jajaja! ¡Han caído en mi Jutsu sexy!—
Iruka agrandó su cabeza con muchas venas remarcadas.
—¡TARADO! ¡NO INVENTES COSAS COMO ESAS!—
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Después de la academia...
Se podía ver a Naruto en un andamio colgante, este junto a las cabezas de los Hokages.
El Jinchuriki, con un trapo y una cubeta de agua, estaba restregando las manchas de pintura que había hecho antes, mientras Iruka lo observaba desde arriba.
—De aquí no te vas hasta que hayas quitado hasta la última mancha de pintura— Declaró el Chunin.
—Como si me importara, nadie me espera en casa— Contestó él antes de seguir raspando de mala gana.
Iruka solo lo miró por un momento, no pudiendo evitar sentir culpa...
—Naruto...—
—¿Ahora qué?— Preguntó el rubio mirándolo con indiferencia.
—Bueno... Es que estaba pensando, si limpias esto rápido, podríamos ir a comer ramen cuando termines— Dijo el maestro, pasando su dedo con algo de pena junto a su rostro, y esperando la respuesta del rubio.
La cara del niño se transformó rápidamente en una de emoción.
—¡Limpiaré esto en un instante!—
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Ya estaba anocheciendo.
En un pequeño puesto, el favorito de Naruto, se pudo ver cómo el rubio sorbía fideos de su plato con alegría, junto a Iruka, quien comía tranquilamente.
—Oye, Naruto...
—¿Eh?
—¿Por qué le hiciste eso al monumento? ¿Acaso no sabes quiénes son los que están tallados ahí?— Cuestionó Iruka, a lo que Naruto solo suspiró.
—Todo el mundo sabe quiénes son, ellos son los shinobis más grandes de nuestra aldea... Los Hokages, fueron los más fuertes de sus épocas y líderes de la aldea...— Pensó un momento en la cuarta cabeza —El mejor de todos es el cuarto... Salvó a la aldea del Kyūbi, es al que más admiro—
—Entonces, ¿por qué hiciste eso?
Naruto rió emocionado mientras le apuntaba con sus palillos del ramen.
—¡Porque yo seré mejor que cualquiera de ellos, los superaré a todos! ¡Yo, Naruto Uzumaki, seré el próximo Hokage! ¡Toda la aldea tendrá que reconocerme!— Exclamó con entusiasmo.
Iruka sólo lo miró sin decir nada, mientras se limitaba a comer sus fideos.
Finalmente, Naruto rió tímidamente mientras juntaba sus manos.
—Oye, Iruka-sensei... ¿Puedo pedirte un favor?
—¿Qué? ¿Quieres otro tazón?— Preguntó curioso el mayor.
—No, solo quería saber si me podrías dejar probar tu banda ninja, solo un momento— Dijo rogando, a lo que Iruka solo rió antes de colocar su mano sobre el protector metálico.
—¿Esto? No, jaja, es un emblema que representa tu transformación a shinobi, es un símbolo tradicional muy antiguo. Si quieres portar uno, obténlo mañana en el examen de graduación— Contestó Iruka con una sonrisa.
—¡AAH! ¡TACAÑO!
—¿Por eso te habías quitado las gafas?
—¿Eh... QUIERO OTRO TAZÓN!
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Finalmente, al día siguiente...
Era el examen de graduación, donde primero se hizo un examen escrito, seguido de uno de manejo de armas, concentración, y Taijutsu...
Ahora solo quedaba una cosa... El examen de ninjutsu básico.
—Bien, ahora que he pasado sus notas de los demás exámenes... Como prueba de ninjutsu, vamos a hacer el Bunshin no jutsu. Llamaré a todos uno por uno, para que vayan a la siguiente habitación, donde Mizuki y yo evaluaremos— Declaró Iruka.
—¡Bunshin no jutsu! ¡Es mi peor técnica!— Pensó Naruto agarrándose la cara y sudando frío. —¡El examen escrito me fue horrible! ¡Quedé por debajo de la nota mínima! El Taijutsu y manejo de armas pasé con nota promedio, apenas y compensa lo del examen. ¡Si mi nota aquí es baja, repruebo!—
Así, todos fueron pasando en orden de lista... Naruto podía ver cómo muchos de sus compañeros salían con la banda en sus cabezas con una sonrisa... Mientras él apretaba la mandíbula.
Finalmente...
Fue su turno, donde él se puso frente al escritorio, podía ver algunas bandanas allí, donde él respiró pesado e hizo los sellos.
—¡Lo conseguiré! ¡Vamos, Naruto!— Exclamó mentalmente haciendo uso de su chakra...
Finalmente, una nube de humo apareció, donde se vio un clon... Pero, estaba tirado en el piso, pálido, con los ojos en blanco y la lengua afuera.
—....— Naruto lo miró con miedo, estaba sudando frío, era horrible...
Iruka solo pudo sentir una gota de sudor bajando por la frente.
—¡Reprobado!— Naruto sintió cómo todo se le derrumbaba... Pero una voz interrumpió.
—Iruka, ha logrado un clon y ya ha reprobado con sus otros maestros... Podríamos pasarlo— Dijo Mizuki amablemente, a lo que una mirada de esperanza se dibujó en Naruto...
Pero Iruka movió su mano negando.
—Ni hablar... El resto crearon 2 clones, Naruto solo hizo uno y fue horrible, no puedo aprobarlo— Declaró él. —Aun así... Debería hablar con el Hokage, tal vez sea mejor que repita este último año, o un curso intensivo para rehacer el examen después... Es el Jinchūriki, pero no puede aprobar con este nivel... Es peligroso para él—
...
Naruto ahora retractado, simplemente se limitó a sentarse en el columpio, observando cómo todos los demás estaban siendo felicitados por sus familias o retirándose con la bandana...
—Naruto... Lo siento...— Pensó Hinata con tristeza observándolo desde lejos, ella se estaba retirando junto a su guardaespaldas.
Mientras, mucha gente estaba hablando al respecto...
—Así que reprobó... Se lo merece— Declaró una señora.
—Es lo mejor, no debería ser shinobi nunca...
—Al parecer, el único que reprobó...
—Él es...
—Shh, no se permite hablar de eso—
...
Entre las personas que estaban allí, estaba el Hokage, quien solo suspiró.
—Iruka... Vamos a hablar un momento— Declaró el viejo.
—Sí, señor...
Naruto solo se acomodó en su sitio, ahora colocándose sus lentes y disponiéndose a irse, pero una figura lo interrumpió.
—Hola, Naruto, ¿quieres charlar un poco?— Preguntó Mizuki, a lo que el rubio lo miró con intriga...
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Más tarde... A altas horas de la noche.
—¡¿CÓMO QUE HA ROBADO EL PERGAMINO PROHIBIDO?!— Exclamó uno de los Chunin.
Una gran cantidad de Chunin se habían reunido en la torre Hokage, donde el Sandaime los había convocado, siendo Mizuki quien los había llamado...
—Así es, Naruto se ha robado el pergamino, han pasado ya varias horas, ¡tienen que buscarlo rápido!— Declaró el Hokage. —¡Diablos... Ese mocoso me dejó inconsciente con su técnica por horas... No pensé que tuviera un jutsu de ese calibre...—
Todos los Chunin, incluyendo a Iruka, se marcharon mientras el Hokage aspiró de su pipa.
—A mí no me engañan... Esto fue la trampa de alguien más— Pensó el Sandaime. —Alguien de bajo rango, ya que el rumor se difundió antes de que yo despertara... Y solo vinieron ninjas de rango Chunin, por lo que el autor de esto no debe ser la gran cosa... Veré dónde está Naruto e iré tras el culpable...—
El Sandaime analizó antes de caminar de vuelta a la torre...
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En otro lugar...
Se podía ver un gran bosque, donde Naruto estaba con el pergamino, respirando pesado, cubierto de sudor y mugre.
—Te encontré, jejeje...— Hablo Iruka posándose frente al rubio, se notaba molesto y una gran vena en la frente... Pero su mirada se posó rápidamente en la ropa de Naruto... Estaba sucio.
—Jaja... Me has encontrado... Lo siento, Iruka-sensei, solo he aprendido una técnica—
—¿Qué estabas haciendo aquí? Pareces agotado— Comentó Iruka, más preocupado que enojado.
—¡Ja! Nada importante, ¡aprendí una técnica increíble! ¿Te la muestro? Entonces me dejarás graduarme, ¿verdad!?— Exclamó Naruto emocionado, a lo que Iruka unió cabos.
—¿Acaso... estabas entrenando!? ¿Tanto para quedar así!?— Pensó el Chunin... Además, si era una técnica del pergamino... No era cualquier cosa.
Todos los jutsus de aquel pergamino estaban prohibidos por el Segundo Hokage, eran técnicas de alto nivel... Pero lo más raro era que Naruto no parecía asustado de que lo hubiera encontrado, más bien parecía emocionado... Algo andaba mal.
—Naruto... ¿De dónde sacaste ese pergamino?— Preguntó el Chunin.
—¡Oh! ¡Esto es lo que me dijo Mizuki-sensei! El examen secreto de graduación, ¡me habló de dónde conseguirlo! ¡Y me habló de este lugar! ¡Conseguirlo no fue difícil con mi jutsu sexy!—
Iruka tuvo una gran gota de sudor en su frente, seguido de preguntas en su mente...
—¿¡Mizuki!?— Pensó Iruka nervioso, empezando a notar lo que ocurría.
Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos por varios kunai que volaron en dirección a ellos, a lo que Iruka rápidamente tiró a Naruto a un lado, bloqueó algunos usando sus brazos como escudo, quedando herido en el proceso.
El grupo de dolor para ver cómo Mizuki se posaba sobre un gran árbol.
—Buen trabajo, Iruka, encontraste al idiota— Bromeó el peliblanco.
—¡Ya veo! ¡Así que esto es lo que estaba pasando!— Exclamó Iruka, quien estaba sangrando.
—¡Esperen! ¿¡Qué está pasando!?— Exclamó Naruto confundido.
—¡Naruto, rápido entrégame el pergamino!— Ordenó Mizuki, a lo que Iruka rápidamente se quito algunos de los Kunai.
—¡Naruto! Pase lo que pase, ¡no le entregues el pergamino! Es peligroso, contiene jutsus prohibidos creados por el segundo Hokage. ¡No existe un examen secreto! Mizuki te engañó para usarte —exclamó Iruka, a lo que Naruto se tensó, colocando el pergamino en su espalda y mirando a Mizuki con desconfianza.
—Vamos, Naruto, no tiene caso que te resistas... Te diré la verdad, ya no tiene caso seguir ocultándote las cosas. ¿Sabes por qué la gente te odia? —empezó el peliblanco con arrogancia.
—¡Cállate, Mizuki! —exclamó Iruka asustado.
—¿De qué estás hablando? —preguntó Naruto, sin entender aún y desconfiado.
—Hace 12 años, el Kyūbi atacó la aldea... Y como sabes, el cuarto Hokage lo derrotó y lo selló —explicó Mizuki, a lo que Naruto se sintió confundido.
—¡Mizuki! —Iruka intentó ir contra él, pero el dolor y la sangre lo hicieron caer de rodillas.
—Desde aquel incidente, se crearon varias normas... Pero hay una muy importante, que todo el mundo sabe, menos tú: está prohibido decírtelo —añadió Mizuki con una sonrisa cruel.
—¿Qué norma? ¿Por qué no puedo saberla? —Naruto estaba sudando frío, la situación era demasiado tensa.
—Jejejeje... —Mizuki rió con malicia.
—¿Qué clase de norma es esa? ¿Qué está pasando? ¡Iruka-sensei! —el Jinchūriki miró a su maestro intentando buscar una respuesta de él, pero se veía asustado.
—La norma dice que nadie tiene permiso de decirte que en realidad tú eres el Kyūbi —declaró Mizuki con frialdad, a lo que Naruto abrió los ojos impactado.
—¿Qué cosa? —preguntó Naruto, horrorizado.
—¡Basta! —exclamó Iruka, intentando colocarse en pie.
—¡Lo que escuchaste, Naruto! —declaró Mizuki con una sonrisa—. ¡Tú eres el zorro de las nueve colas! ¡Aquel que destruyó la aldea y asesinó a los padres de Iruka! ¡Por eso él te odia! ¡Por eso todos te odian y rechazan! ¡Eres el demonio que tu héroe, el cuarto Hokage, selló! ¡Jajaja, todos te han mentido!
—¡Suficiente! ¡Eres un enfermo, Mizuki! —exclamó Iruka, poniéndose de pie mientras veía a Naruto paralizado.
—¡Yo! ¡Yo! ¡Mierda! ¡mierda! ¡mierda! —exclamó Naruto en su mente mientras lágrimas empezaban a salir de sus ojos y un aura de chakra lo rodeaba.
—¡Nadie nunca te aceptará! ¡Tu sueño de ser Hokage es una tontería! ¡Un demonio jamás lo sería! —declaró el peliblanco mientras hacía girar un enorme shuriken y lo arrojaba directo al niño.
Naruto solo vio con impotencia mientras Iruka usaba todas sus fuerzas para moverse.
Un fuerte estruendo sonó...
Naruto abrió sus ojos asustado, solo para ver cómo había caído al suelo, mientras que Iruka se había colocado en medio, quedando de rodillas sobre él. Ahora tenía un arma clavada profundamente en la espalda y soltó sangre por la boca.
—¿P-por qué? —fue lo único que pudo preguntar Naruto, aún con lágrimas en los ojos.
Mizuki solo observó confundido.
—Porque... Somos iguales, Naruto... Yo... También perdí a mis padres, nadie se acercó a ayudarme o a preocuparse por mí... Tuve que cuidarme solo. Yo... Actuaba como un idiota, era el payaso de la clase... Quería llamar la atención... Tampoco era buen estudiante... Estaba triste... Ser payaso era mejor que ser nada —explicó Iruka mientras lágrimas empezaban a salir de sus ojos y caían sobre Naruto, quien estaba impactado.
Iruka guardó silencio aún llorando para ver a Naruto a los ojos.
—Naruto, tú debiste haber sufrido mucho hasta ahora. Lo siento mucho... Si tan solo yo hubiera hecho mejor mi trabajo, tal vez no habrías pasado por tanto —declaró, a lo que Naruto apretó los puños y miró de reojo a Mizuki, que tenía una mirada de desagrado.
Naruto tomó todo su valor y, sin decir nada, empezó a huir hacia el bosque...
—¡Naruto! —exclamó Iruka al verlo irse.
Mizuki bajó de un salto, mientras reía.
—Vaya que eres tonto... Debiste ver sus ojos llenos de odio, los ojos de la bestia... De seguro pretende usar el pergamino para cobrar venganza contra la aldea —dijo el peliblanco.
—¡Naruto no es así! —exclamó Iruka, sacándose el arma de la espalda.
—Me da igual, lo mataré y obtendré el pergamino. Luego me encargaré de ti —dicho esto, el traidor se retiró rápidamente mientras Iruka gruñó.
—No lo permitiré...
Tras una pequeña persecución, Mizuki intentó engañar a Naruto tomando la forma de Iruka. Pero este último ya se había adelantado, tomando la forma de Naruto para engañarlo y acertar un golpe que lanzó a Mizuki lejos, donde ambos se destransformaron.
—Así que te transformaste en el monstruo que mató a tus padres, con tal de protegerlo... —burló Mizuki.
—No permitiré que un maldito idiota como tú ponga sus manos sobre Naruto o el pergamino...
—El maldito idiota eres tú. No entiendes que Naruto es como yo —declaró Mizuki.
—¿Como tú?...
Naruto se encontraba detrás de un árbol, en completo silencio, sosteniendo el pergamino.
—¡Quiere el pergamino para su propio beneficio y lo usará para destruir todo a su paso! ¡Así es como son las bestias! —
—Tienes razón... —declaró Iruka.
—¿Eh? —Naruto sintió un fuerte vacío en su interior, una fuerte tristeza... Se sentía como un monstruo.
—Así son las bestias... Pero así no es Naruto. Naruto es único, trabaja duro y pone su corazón en las cosas... Claro, comete errores y hace bromas, pero eso es porque sufre y eso solo lo hace más fuerte. Él no se parece en nada a las bestias, y no es para nada como el Kyūbi. Él es Naruto Uzumaki, de Konoha —declaró el Chunin con una sonrisa.
Naruto al oír esto, no pudo evitar sentir un gran sentimiento invadir todo su cuerpo. Se sentía aceptado, fuerte, decidido, y sus ojos estaban llenos de lágrimas.
Mizuki solo gruñó mientras tomaba el shuriken gigante que le quedaba.
—Pensaba perdonarte, pero me arrepentí —declaró preparándose para lanzarlo...
Sin embargo, sus movimientos fueron interrumpidos cuando el rubio lo tacleó, dándole un fuerte golpe que lo lanzó hacia atrás, cayendo al suelo mientras el shuriken pasó derecho, cortando algunas ramas.
—¡Naruto! —pensó Iruka, viendo cómo el niño derrapaba en el piso para colocarse en pie.
—¡Nada mal para ser un mocoso mediocre! —exclamó Mizuki, colocándose en pie.
Naruto sostuvo el pergamino a un lado mientras fulminaba al traidor con la mirada.
—Si te atreves a poner una mano encima de mi sensei... Te mato —declaró Naruto con determinación.
—¡Palabras muy grandes para un enano! ¡Yo podría destruirte de un solo movimiento!
Naruto hizo un sello manual mientras lo miraba con frialdad.
—Dame tu mejor golpe, idiota, y te lo devolveré multiplicado por mil...
—¡Déjame ver lo que puedes hacer, Kyūbi! —exclamó Mizuki, listo para atacar.
Iruka abrió los ojos sorprendido mientras Naruto concentraba su chakra.
—¡Kage Bunshin no Jutsu! —
Al instante, los tres fueron rodeados por un gigantesco ejército de clones. Estaban en todos lados... Ambos Chunin estaban en shock.
—Naruto... Esto es increíble... Has hecho un jutsu extremadamente avanzado, son clones sólidos, no ilusiones... —pensó Iruka antes de sonreír.
—¿Q-qué? —Mizuki miró a todos lados, asustado mientras los clones se burlaban de él.
—¿Es que tienes miedo? ¡Ven y acábannos! —burlaron.
—¿Qué es esto? —Mizuki cayó al suelo asustado mientras los clones se acercaban a él.
—¡Jaja, ven a enfrentarte a mí! —
Finalmente, Mizuki gritó de horror, mientras se podía escuchar cómo era golpeado decenas de veces...
Tras algunos minutos... Se podía ver al Chunin extremadamente golpeado, con la cara moreteada y sin dientes, mientras Naruto estaba a su lado riendo nervioso.
—Jeje... Creo que me pasé un poco...
Iruka solo sonrió antes de contestar.
—Naruto... Ven aquí un momento, hay algo que quiero darte...
Tras algunos segundos, Naruto abrió sus ojos, solo viendo cómo Iruka ya no tenía su banda ninja y sonriendo.
—Listo... Felicidades por tu graduación, Naruto —declaró con una sonrisa.
Ahora, Naruto era quien la tenía puesta... Oficialmente era un genin.
—Para celebrarlo... Iremos a comer ramen —dijo Iruka con su sonrisa.
—¡Iruka-sensei! —exclamó Naruto, lanzándose a abrazarlo mientras éste reía...
Todo esto había sido visto por el Sandaime, quien solo suspiró. El pergamino estaba a salvo.
Sabía que no era necesario mandar Jounin de alto rango. Después de todo, la amenaza solo era un Chunin bajo que sería incapaz de sacarle provecho real al pergamino. Lo suficientemente estúpido para difundir el rumor sin alertar altos rangos y pretender usar a un niño como señuelo. Sin duda...
Pero, lo más importante... El Jinchūriki del Kyūbi finalmente sería un ninja. Ahora era momento de elegir a su equipo...
Fin del Capítulo 4
Arco de apertura
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