Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

38 [Traumatismo]

En la puerta de la habitación, Naruto miró fijamente al hombre de cabello oscuro frente a él. Sus pensamientos eran un caos.

—¿Sasuke? ¡No, no es él! ¿Quién es? Tiene el Sharingan, como Sasuke... —murmuró para sí mismo, intentando procesar lo que veía.

Hinata, apenas vio al desconocido, se incorporó lentamente y comenzó a acercarse. Su mirada no se despegaba del recién llegado; le daba mala espina.

—... Se parece a Sasuke... —pensó en silencio, con un mal presentimiento.

Una figura más alta y con una sonrisa peculiar habló con una mezcla de burla y sorpresa.

—No lo puedo creer, ¿este enano es el Kyūbi? —cuestionó Kisame, mirando a Naruto con desdén.

Naruto retrocedió un paso instintivamente.

—¿Cómo sabe sobre el zorro...? —pensó el rubio en estado de alarma. Si antes tenía un mal presentimiento, ahora sentía pánico.

Hinata apretó los puños, su instinto protector empezaba a invadirla. Ya había tenido suficiente: había escuchado muchas veces cómo llamaban a Naruto "zorro" o hablaban del Kyūbi.

En este punto, Hinata necesitaba respuestas... pero no era el momento ni el lugar; ella lo sabía. Ahora su deber era otro.

—Esto no se ve bien... —pensó mientras se acercaba a la puerta. Sus movimientos eran lentos, pero determinados. No obstante, fue detenida en seco.

La voz del hombre de ojos rojos resonó con frialdad, llenando la habitación.

—Naruto, queremos que nos acompañes. Solo tú.

______________________________________

A unas calles de distancia, Sasuke recorría las sombras con pasos firmes. Su mente era un torbellino.

—¡Maldición! —pensó mientras activaba su Sharingan—. En mi búsqueda por Naruto me equivoqué... ¡Debe estar cerca! Pero no puedo dejar escapar a Itachi... Hoy será mi venganza.

Los recuerdos lo asaltaron sin piedad: el clan masacrado, los gritos de horror, y su hermano mayor, Itachi, parado entre los cuerpos, con una calma perturbadora y cínica.

—Será su fin... —murmuró entre dientes, acelerando el paso.

______________________________________

En la habitación, Itachi dio un paso atrás mientras señalaba el pasillo con la mano, ignorando la tensión palpable en el aire.

—Sal de la habitación —ordenó con voz fría.

Naruto sintió un escalofrío recorriendo todo el cuerpo.

—Este tipo no es normal... —pensó mientras su mirada saltaba entre los dos extraños.

Hinata, decidida a no quedarse sin hacer nada, dio un paso hacia adelante con una mezcla de preocupación y valentía, pero fue detenida por la voz de Itachi.

—No te metas, niña. —La voz de Itachi era helada, una amenaza en sí misma—. Solo queremos a él. Si te interpones, tendremos que acabar contigo. No me tardaré nada.

—¿Eh? —susurró, sorprendida.

Naruto se giró rápidamente hacia ella. Sus ojos reflejaban una mezcla de preocupación, miedo y determinación.

—Hinata, quédate ahí. No quiero que te pase nada. Estaré bien.

—Pero... —intentó cuestionar ella, con la voz cargada de dudas.

Naruto la interrumpió con un tono más firme.

—Está bien, Hinata. Confía en mí.

Estas palabras dejaron a la chica en shock. Podía sentirlo: Naruto mentía. No estaba seguro de lo que decía, pero estaba muy preocupado.

A regañadientes, Hinata se quedó inmóvil mientras Naruto salía de la habitación, enfrentando a los extraños.

Kisame, con una sonrisa sádica, rompió el silencio al tronarse los dedos.

—Creo que deberíamos cortarle una pierna por si intenta escapar.

—¡No! —exclamó Hinata instintivamente, su voz temblando.

—¿¡Eh!? —Naruto dio un paso atrás, atónito.

Kisame agarró la empuñadura de su espada lentamente.

—Bien, empecemos —dijo con una calma inquietante.

Pero antes de que pudiera dar otro paso, una voz conocida resonó en el pasillo, interrumpiendo a todos.

—¡Itachi!

—Cuánto tiempo, Sasuke... —dijo Itachi, girando apenas la cabeza hacia la fuente del sonido.

Kisame levantó la mirada, desconcertado.

—¿Eh? ¿Y ese mocoso?

En el fondo del pasillo se podía ver al mencionado, con una expresión fría y decidida. Sus ojos brillaban con el Sharingan activado.

—Itachi Uchiha... —dijo con un tono amenazante. No tenía la intención de ocultar sus intenciones.

—¿Sasuke? —murmuró Hinata. Tanto ella como Naruto podían percibir la tensión en el aire. Sasuke se sentía muy distinto: emanaba un aura amenazadora y cargada de ira, pero no iba dirigida a ellos. Era para el Uchiha mayor.

Kisame entrecerró los ojos, observando a Sasuke con curiosidad.

—Vaya, vaya. Hoy es un día especial. Es la tercera vez que veo uno de esos ojos locos.

Sasuke avanzó un paso, sin despegar la mirada de Itachi.

—Yo... voy a matarte.

Naruto retrocedió ligeramente, asimilando lo que acababa de escuchar.

—¿Itachi Uchiha...? ¿Del mismo clan que Sasuke? —pensó con asombro.

Hinata permaneció en silencio, sus pensamientos cada vez más desordenados. Más allá del conflicto entre hermanos, también estaba lo de Naruto. Todo era confuso y repentino.

—Mencionaron al Kyūbi... Quieren llevarse a Naruto —reflexionó, cada vez más preocupada.

También recordaba las palabras de Kaori durante la invasión de la aldea de la arena...

En este punto, Hinata creía tener una posible conclusión. Demasiados cabos sueltos que podía unir, pero no era el momento para pensar en ello. Estaban en medio de algo peligroso, y Sasuke estaba encarando a su hermano.

De repente, sus pensamientos fueron interrumpidos.

Kisame rompió el silencio con una pregunta cargada de curiosidad.

—Pareces familiar de Itachi... Dime, Itachi, ¿qué es él?

La respuesta de Itachi fue fría y directa como siempre.

—Es mi hermano menor.

—¡¿Hermano menor?! —gritaron mentalmente Naruto y Hinata al unísono.

Kisame soltó una carcajada baja.

—Escuché que todo el clan Uchiha había sido exterminado... Por ti.

Naruto recordó las palabras de Sasuke, que ahora cobraban un nuevo significado.

"Hay alguien a quien quiero matar. Ese hombre es... mi hermano. No puedo morir hasta haberlo matado."

—¿Entonces este es el hombre al que debe matar? —pensó Naruto con asombro.

Naruto solo podía pensar en la pelea con Haku. Fue la única vez en que Sasuke expresó sus sentimientos y sus motivaciones abiertamente, mencionando a Itachi, a quien ahora tenían enfrente.

Era amenazante, incluso cuando simplemente estaba en pie y se quedaba en silencio. Cuando devolvía la mirada con aquellos ojos, solo había un sentimiento para describirlo: inferioridad.

Itachi se giró completamente hacia Sasuke. Ambos se miraron, sus Sharingan brillando con intensidad. La mirada de Sasuke se volvió más feroz, mientras Itachi mantenía una fría y calculada.

Sasuke gruñó mientras apretaba los puños. Había corrido desde Konoha hasta allí, esforzándose al máximo.

—No dejaré que ese maldito se salga con la suya... —pensó Sasuke mientras el aire se volvía aún más pesado.

Los recuerdos se hacían cada vez más dolorosos: la masacre, el dolor, el odio. A su vez, imaginaba miles de escenarios posibles. Tenía miedo, pero también estaba excitado, al borde de su tolerancia.

Finalmente, frunció el ceño mientras hacía varios sellos manuales tan rápido como podía.

—¡Chidori! —gritó mentalmente, mientras su mano se envolvía en un aura de rayos que resonaron a su alrededor—. Siempre he querido decirte esto: ¡he vivido odiándote! ¡He vivido solo para matarte! ¡He vivido para esto!

Sasuke sostuvo su técnica con firmeza mientras la luz de la misma iluminaba su rostro lleno de ira.

—¿Chidori? —murmuró Itachi, sin siquiera pestañear ante el ataque que preparaba su hermano menor.

Kisame observó en silencio, con una ligera sonrisa de diversión.

Naruto miraba la escena con creciente angustia.

—¡Sasuke! —gritó Hinata, queriendo detenerlo, pero el Uchiha ya se había lanzado hacia su hermano.

Sasuke corrió a toda velocidad, destrozando la pared a su paso, enfocado en dar un golpe certero a Itachi.

Pero, en un abrir y cerrar de ojos, Itachi detuvo el ataque con una mano, agarrando firmemente la muñeca de Sasuke.

Con un movimiento simple, desvió el Chidori hacia la pared, dejándola agujereada. El sonido de los escombros cayendo resonó en la habitación.

—¡E-este bastardo! —pensó Sasuke en shock al ver lo fácil que había sido para su hermano evitar su ataque.

—¡Esto va mal! —pensó Naruto, preparándose para interferir mientras comenzaba a cubrirse con el chakra de Kurama. Por otro lado, Hinata no dudó en activar el Byakugan mientras adoptaba una postura de pelea.

Itachi, por su parte, aún sujetaba la muñeca de Sasuke, mirándolo directamente a los ojos.

—Fuera de mi camino, Sasuke —dijo con simpleza.

—¡Demonios! —exclamó Sasuke, forcejeando sin éxito.

Con un movimiento rápido, Itachi torció la muñeca de Sasuke, rompiéndola con un chasquido seco.

—¡Ahhh! —Sasuke gritó de dolor, cayendo de rodillas mientras sujetaba su brazo herido.

Naruto, incapaz de quedarse quieto, comenzó a realizar sellos manuales.

—¡Sasuke! —gritó mientras el chakra del Kyūbi comenzaba a emanar de su cuerpo, envolviéndolo en un aura rojiza. La presión era palpable, haciendo que Kisame levantara una ceja.

—Así que este es el chakra del Kyūbi... —murmuró Kisame, intrigado, para luego batir su espada al aire.

De repente, Naruto sintió cómo el chakra desaparecía de su cuerpo.

—¿Eh? ¿Qué está pasando? —gritó, mirando sus manos con incredulidad.

Hinata quedó en shock al notar cómo el chakra de Naruto había desaparecido. Se enfocó en el arma de Kisame.

—Esa cosa... tiene vida propia y chakra. ¡Ha devorado el chakra! —exclamó con una mezcla de asombro y alarma.

Kisame sonrió ampliamente mientras sostenía su espada.

—Esto es Samehada. Come chakra. Ahora que no tienes nada, creo que deberíamos quitarte un brazo o una pierna, solo por precaución.

En ese momento, Sasuke intentó ponerse de pie tan rápido como pudo para atacar a Itachi con un kunai.

Sin embargo, Itachi solo evadió, para después darle una patada al estómago.

Sasuke voló varios metros hasta chocar contra el muro, solo para luego recibir un rodillazo más en el pecho.

—Sin compasión —comentó Kisame mientras colocaba su espada frente a Naruto y Hinata, quienes sabían que no podían hacerle frente.

El Uchiha más joven escupió sangre, mientras sentía cómo todo el aire se le escapaba. Su cuerpo se había paralizado.

—¿Qué mierda... he estado haciendo hasta ahora? —pensó Sasuke al borde de la inconsciencia. Estaba fuera de combate en solo unos movimientos.

Finalmente, fue tomado por el cuello, donde Itachi simplemente lo estampó contra el muro.

—Qué patético resultaste.

Lo siguiente que pudo ver Sasuke fue cómo los ojos de Itachi cambiaban...

De un segundo a otro, Sasuke estaba en un lugar con el cielo rojo, y todo se veía oscuro.

Al mirar al frente, vio a sus padres arrodillados mientras Itachi se colocaba detrás de ellos con una espada.

—A partir de ahora, por las próximas 24 horas, vas a revivir este momento una y otra vez —declaró Itachi.

—¡No! ¡Basta! —exclamó Sasuke.

Tras 24 horas...

—¡AHHHH! —Sasuke gritó de dolor. En realidad, había pasado solo un segundo.

—¡YA BASTA! —exclamó Naruto corriendo en dirección a la escena.

Kisame rápidamente intentó detenerlo, pero Hinata se lanzó contra él.

—Jajaja, solo son unos mocosos —exclamó Kisame, esquivando algunos golpes de Hinata, para finalmente propinarle un rodillazo en la cara.

La Hyūga cayó al instante, golpeando contra un muro. Tenía la nariz reventada.

—¡Hinata! —exclamó Naruto, deteniéndose en seco.

—Ahora vamos a cortar una pierna —burló Kisame mientras empuñaba su espada.

—M-mierda... —pensó Sasuke, quien tenía ojeras, sudaba frío y veía borroso. En este punto no sabía si algo de lo que veía o escuchaba era real.

Itachi finalmente lanzó a Sasuke contra el suelo antes de agarrarlo por el cabello y levantarlo.

—Eres patético.

Itachi levantó la cabeza de Sasuke solo para mostrarle cómo Kisame arremetía contra Naruto, usando su espada para producirle una enorme cortadura en el pecho, dejándolo tendido en el suelo.

Sasuke solo observó con horror. Sus dos amigos estaban gravemente heridos en el suelo, completamente derrotados.

...

—¡AAAAGHHH!

—¡Sasuke! —exclamó Hinata antes de lanzar una palma de vacío, pero Kisame la bloqueó con su espada.

En la vida real, Sasuke seguía siendo apretado contra el muro por el brazo de Itachi. Aquella escena de sus amigos había sido tan solo un genjutsu. Este había destrozado a Sasuke por completo.

Kisame se movió rápidamente, lanzando una estocada con su espada directo a Naruto. Pero antes de que pudiera alcanzarlo, un enorme sapo apareció entre ambos, bloqueando el ataque con unos brazaletes metálicos.

Una voz ronca resonó en la habitación.

—Parece que no me conocen bien. Soy mejor atrapando chicas que ellas a mí. Aunque no lo parezca, es mi especialidad.

Jiraiya apareció con una sonrisa en la escena mientras pasaba.

Hinata lo miró con incredulidad, mientras una gota de sudor bajaba por su frente.

—Eso no se lo creyó ni él... pero qué bueno que llegó —pensó, aliviada pero aún tensa.

Jiraiya, ignorando la tensión en el ambiente, continuó con su extravagante presentación.

—¡Yo, el gran Jiraiya, nunca caeré en la trampa de ninguna mujer! Porque cuando eres un hombre como yo, ¡solo tienes que mostrar tu atractivo para tener mujeres a tus pies!

Naruto lo observaba con incredulidad, llevándose una mano al rostro.

—¡VIEJO COCHINO! ¡ESTE NO ES UN BUEN MOMENTO PARA ESO! —exclamó el rubio, señalándolo.

Hinata miró a Jiraiya con una mezcla de incomodidad y esperanza. Por un lado, lo que decía era estúpido y fuera de lugar; por otro, esperaba su ayuda.

El silencio de los Akatsuki fue sepulcral. Kisame rompió la tensión con una sonrisa burlona.

—Así que tú eres Jiraiya, uno de los tres legendarios Sannin. Nos dijeron que te gustaban las mujeres hermosas, pero no esperábamos que eso nos fuera a salvar.

Naruto intervino con sarcasmo.

—¿Seguro? Esa chica que llevas ahí... andabas detrás de ella, y ahora quieres parecer duro, ¿Ero-Sennin?

—¡Deja de llamarme así en público! —gruñó Jiraiya, con las cejas fruncidas.

—¡Cállate! Deberías preocuparte por esos tipos, ¡pervertido! ¡Sasuke está en problemas!

Hinata no pudo evitar suspirar ante la situación. Itachi, que hasta ahora había permanecido en silencio, pensó para sí mientras observaba a Jiraiya.

—¿Y este es uno de los tres legendarios Sannin? Ya conocí a dos: una serpiente pedófila y un sapo pervertido... ¿Qué sigue? —pensó sin cambiar su expresión.

El intercambio se detuvo abruptamente cuando Jiraiya recostó suavemente a la chica que llevaba consigo contra la pared.

—Ustedes solo quieren alejarme, ¿verdad? Por eso usaron el Sharingan para lanzar un genjutsu sobre ella. No es una forma muy masculina de hacer las cosas.

Hinata observaba, confundida.

Jiraiya finalmente dirigió su mirada a los Akatsuki.

—Así que en realidad van tras Naruto.

Naruto y Hinata se tensaron ante la afirmación. Ya lo sabían, pero ahora Jiraiya parecía estar completamente enterado.

Por otro lado, Naruto sintió cómo un peso caía sobre sus hombros.

—El Kyūbi... —susurró para sí mismo, tocándose el estómago.

Itachi solo analizó con cuidado.

—Ya veo, así que tú eres quien le dio toda esa información a Kakashi. Eso explica cómo es que estaba tan informado —Itachi miró a Naruto antes de continuar—. Secuestrar a Naruto. Esas fueron las órdenes de los altos mandos de nuestra organización: Akatsuki.

Jiraiya cruzó los brazos mientras los miraba con firmeza.

—No se llevarán a Naruto.

—¿Por qué no? —preguntó Itachi.

—Porque ahora mismo, los dos morirán en mis manos. —Dicho esto, hizo un sello manual.

En ese momento, las paredes se transformaron en muros de carne. Las paredes vivientes se cerraron alrededor de los Akatsuki, incluso atrapando la espada de Kisame.

—Muy mal por ustedes. Ahora están dentro del estómago del gran sapo del Monte Myōboku —anunció Jiraiya con autoridad.

Itachi solo le devolvió una mirada a Sasuke, quien estaba siendo abrazado por la pared de carne.

Tanto Naruto como Hinata estaban sorprendidos ante aquella técnica, mientras que los Akatsuki permanecieron callados.

El silencio pesaba en el lugar mientras Itachi se inclinaba ligeramente hacia su hermano menor. Con voz fría, le dijo una última cosa a modo de despedida:

—Eres débil, Sasuke. Te falta odio.

Sasuke, atrapado en el dolor físico y espiritual, resultado de la paliza que había recibido, apenas pudo escucharlo mientras Itachi lo soltaba.

Naruto, ajeno al significado de las palabras, frunció el ceño y volteó hacia Jiraiya.

—¿A qué te refieres, Ero-Sennin, con el estómago del gran sapo del Monte Myōboku? —preguntó con una mezcla de incredulidad y confusión.

Jiraiya ignoró la pregunta de Naruto. No era momento de charlas. Cruzó los brazos y observó a los Akatsuki frente a él.

—Ustedes, criminales, disfruten de ser comida de Iwagama —dijo con una sonrisa confiada.

Naruto no pudo contenerse más.

—¿¡Qué diablos ocurre aquí!? —gritó, mirando las paredes vivientes que se cerraban lentamente alrededor de ellos.

Jiraiya le respondió con calma.

—Naruto, Hinata, no se preocupen. Es mi técnica. —Se giró hacia los Akatsuki, quienes comenzaban a moverse. Su tono se volvió más serio—. Nadie escapa de aquí sin mi permiso. Este lugar es de mi dominio.

Itachi observó el lugar con detenimiento, evaluando la situación. Finalmente, giró hacia su compañero.

—Kisame, vámonos.

—¡Mierda! —gruñó Kisame al notar que el suelo parecía intentar devorar su espada. Tiró de ella con fuerza, logrando liberarla mientras seguía a Itachi hacia otro pasillo.

Naruto observó a Jiraiya, quien había cambiado de expresión y se veía sorprendido, empezando a correr hacia el pasillo.

—¿Pasó algo? —preguntó con inquietud antes de seguirlo.

Mientras tanto, Hinata corrió lo más rápido que pudo en dirección a Sasuke, quien permanecía inmóvil en el suelo.

—Sasuke... —susurró mientras contemplaba su expresión de dolor, el sudor frío y cómo incluso estaba hirviendo en fiebre.

Por otro lado, Naruto y Jiraiya llegaron al final del pasillo por donde se habían ido los Akatsuki, encontrando una escena extraña.

Había un gran agujero en la pared de carne, y sus bordes estaban cubiertos de llamas de color negro.

—¿Qué es ese fuego? Es negro... —preguntó alarmado mientras se acercaba a examinarlo.

Jiraiya se adelantó y le hizo una seña a Naruto para que se detuviera. Luego sacó un pergamino de su chaqueta.

—No te acerques —ordenó mientras comenzaba a dibujar símbolos en el papel—. Ese fuego es muy peligroso. Hay que sellarlo. Si pudo quemar el estómago del gran sapo con tanta facilidad, es seguro que un solo toque a una persona podría ser fatal.

—¿Eh? —Naruto lo miró, confundido.

Jiraiya realizó sellos manuales rápidos.

—¡Fūinjutsu! ¡Fūka Hōin! —exclamó. Una nube de chakra se extendió hacia las llamas negras, absorbiéndolas en el pergamino mientras este dibujaba un kanji brillante. Finalmente, Jiraiya lo cerró con cuidado y lo aseguró con un cordón.

Naruto lo observó con los ojos abiertos de par en par.

Jiraiya finalmente suspiró.

—¿Estamos todos bien? —preguntó, mirando a los tres jóvenes.

Naruto se acercó rápidamente a Sasuke.

—¡Sasuke! ¿Qué le ocurre? —preguntó con preocupación.

Hinata bajó la mirada mientras observaba a su compañero.

—Parece estar afectado psicológicamente y tiene una costilla rota... Está destrozado —contestó ella mientras desactivaba el Byakugan.

Tanto ella como Naruto fueron invadidos por un sentimiento de impotencia. Cualquiera de esos dos tipos podría haber barrido el suelo con los tres al mismo tiempo. Incluso en sus mejores condiciones, solo eran insectos a su lado.

No obstante, antes de que continuaran con sus pensamientos, un kunai voló desde la pared destruida, clavándose a un lado de ellos.

Ninguno pudo evitar mirar el kunai, el cual solo era una distracción. Al voltearse, ya había una figura moviéndose a gran velocidad frente a Jiraiya.

—¡ENTRADA DINÁMICA! —exclamó Gai lanzando una patada.

—¿¡Gai!? —exclamó Jiraiya, solo para que el cejudo cambiara su expresión a una de pena.

Ya era muy tarde para detenerse, por lo que Jiraiya terminó golpeado por la patada en la cara.

—Uy... —pensó Gai al ver que había golpeado al sannin.

Después de unos segundos, Jiraiya ya estaba de pie, mientras Gai reía nerviosamente frente a él.

—Lo siento mucho, mi error. Estaba usando mi banda ninja para ver el reflejo desde una posición segura, pero solo veía figuras siniestras, así que golpeé por accidente —se disculpó el jōnin mientras Jiraiya solo hizo un gesto de dolor. Tenía la cara roja por el golpe.

—Más te vale que no haya sido a propósito —lo regañó el peliblanco.

Finalmente, Jiraiya negó con la cabeza.

—Bueno, aun así tu aparición es oportuna. Sasuke necesita ir al hospital. Parece que tiene una costilla rota y, al parecer, el Sharingan lo ha herido mentalmente. Un genjutsu de alto rango.

Naruto miró a Jiraiya con preocupación, al igual que Hinata.

—Ero-Sennin, ¿se pondrá bien?

Jiraiya miró a los genin. No les iba a mentir.

—Ha recibido un gran daño psicológico. Podría quedar incapacitado un largo tiempo si no recupera la razón... Además, no sabemos qué haya visto en el genjutsu. Podría haber sido muy traumático.

Naruto apretó los puños.

—¡Maldición! ¿Qué le hizo ese tipo a Sasuke? ¡IRÉ TRAS ÉL Y...!

Hinata colocó suavemente una mano en el hombro de Naruto, calmándolo.

—Naruto... Sé cómo te sientes, pero no es razonable. Lo mejor será buscar una solución. Pelear no va a arreglar esto ahora —declaró ella, tratando de sonreír, aunque en el fondo estaba igual de enojada y triste por lo ocurrido.

Aun así, debía ser realista y mantener la compostura. Esos tipos eran de otra liga.

—Ella tiene razón. Además, a quien buscan es a ti. Si vas tras ellos solo lograrás dos cosas: darles lo que quieren y que te maten. Piensa antes de actuar. Ahora mismo eres muy débil para estar pensando en peleas con gente así —declaró Jiraiya.

Naruto finalmente agachó la cabeza mientras gruñía. Sabía que tenían razón, pero la frustración era horrible. También entendía que no era el único que se sentía igual.

Jiraiya se giró hacia el jōnin cejudo.

—Gai, Sasuke necesita ayuda médica. Llévalo de vuelta a Konoha, por favor.

Gai solo agachó la cabeza mientras contemplaba el estado de Sasuke.

—Kakashi recibió esa misma técnica y lleva tiempo en cama —respondió Gai con seriedad.

—¿Kakashi-sensei está en cama? —exclamó Hinata, sorprendida.

Incluso él había caído contra Itachi...

El Tsukuyomi era un genjutsu de alto nivel, capaz de causar terribles traumas emocionales y psicológicos, destruir el espíritu... Sin mencionar que el hecho de que la ilusión pudiera durar horas e incluso días, mientras en la realidad solo transcurrían segundos, llegaba a dañar el cerebro de la víctima debido al exceso de información en un solo momento, y no cualquier ninja médico es capaz de tratar el tejido cerebral...

Incluso si resistes las ilusiones y traumas de esta técnica, el cerebro puede verse afectado si no eres lo suficientemente fuerte. Dependiendo del nivel del ninja, algunos incluso sufren derrames cerebrales.

Gai asintió antes de suspirar.

—Cuando nuestros camaradas son heridos... realmente hace falta un equipo médico adecuado, ¿no lo creen?

Hinata bajó la mirada mientras meditaba en su mente:

—Tiene razón... ya lo sabía. Por eso fue que decidí ser ninja médico... pero no soy nada aún, no puedo hacer una diferencia real para los demás...

Jiraiya suspiró y cruzó los brazos.

—Por eso debemos buscar a esa persona.

Gai levantó la cabeza, intrigado.

—Esa persona... ¿puede ser...?

Jiraiya asintió.

—Es una de los tres legendarios Sannin, como yo. La mejor ninja médico conocida en la actualidad: la princesa Tsunade.

Gai sonrió al escuchar eso.

—Si ella estuviera de vuelta, sin duda podría curar a Kakashi y a Sasuke. Además, ahora mismo el país está en crisis por el atentado de Orochimaru. Decenas de hospitales están siendo inundados con supervivientes y heridos que fueron rescatados. Ella podría hacer una gran diferencia con sus habilidades. No exagero al decir que, con su ayuda, el país podría recuperarse en tan solo un par de años —concluyó el Sannin.

Al instante, Hinata quedó boquiabierta.

—¿Una sola persona puede hacer tanto? ¿Tan poderosa es su habilidad médica? —pensó, sorprendida.

Ahora la Hyūga estaba más emocionada que al inicio por conocer a aquella persona.

...

Momentos después, Gai llevaba a Sasuke en su espalda mientras Jiraiya, Naruto y Hinata caminaban a su lado.

—Jiraiya, por favor trae a la princesa Tsunade de regreso —pidió Gai con una sonrisa.

—No se preocupe, Cejotas-sensei, la traeremos. Pero, por favor, ¡cuide de Sasuke! —exclamó Naruto con determinación.

Gai sonrió ampliamente mientras veía los ojos de Naruto y Hinata, llenos de determinación. Eran los rivales de sus alumnos, pero sin duda habían crecido mucho desde la primera vez que los vio.

—Naruto, Hinata, tienen mucho valor, y eso me gusta. Son unos jóvenes excepcionales. Por eso tengo un regalo para ustedes —dijo, llevándose la mano al interior de su chaleco—. ¡Esta es la razón por la que Lee es tan fuerte!

Naruto y Hinata miraron con curiosidad.

—¿Qué es? —preguntó Naruto, emocionado.

—¡ESTO! —Gai sacó dos trajes verdes idénticos al suyo.

—Debí esperar algo así... —pensó Jiraiya, palmándose la cara.

—¡ES EL TRAJE DE UNA SOLA PIEZA! ¡FÁCIL DE PONER Y QUE SE ACOMODA PERFECTAMENTE A TU CUERPO! ¡Úsalo mientras entrenas y notarás la diferencia! ¡Lee lo usa todo el tiempo, por eso es tan fuerte!

Naruto miró el traje con emoción, con brillo en los ojos.

—¡Genial!

Hinata, por su parte, solo rió nerviosa.

—No debiste molestarte... Jeje... —(⁠•⁠ ⁠▽⁠ ⁠•⁠;⁠)

Naruto recibió el traje con una gran sonrisa, mientras que Jiraiya rodó los ojos.

Finalmente, Gai se despidió antes de retirarse con Sasuke en la espalda.

—No se pondrán eso, ¿verdad? —preguntó Jiraiya.

Hinata solo hizo un silbido mientras lo guardaba en la mochila.

—De ninguna manera —(⁠⌐⁠■⁠-⁠■⁠).

—¡Me quedará bien! —insistió Naruto, sonriendo.

Hinata lo miró por un momento, imaginándolo con el traje verde...

—ಠ⁠_⁠ಠ

—Hinata, ¿en serio no te lo probarás? ¡Creo que se te vería muy bien! —preguntó Naruto, riendo.

Ella volvió a reír incómoda antes de tomar su chaqueta y sacudirla un poco.

—Creo que prefiero usar esto —declaró, tratando de disuadirlo.

Jiraiya solo rió por la situación.

—Pero bien podría ir debajo de la chaqueta.

Al instante, Hinata volteó la cabeza para fulminarlo con la mirada. "¿DE QUÉ LADO ESTÁS?"

Al final, Naruto optó por guardarlo, mientras Hinata encontraba alguna excusa para no usarlo.

...

Más adelante en el camino, el grupo avanzaba en silencio. Finalmente, fue Hinata quien decidió romperlo.

—Oigan... hay algo que quiero saber —declaró la Hyūga, deteniéndose.

Naruto y Jiraiya también se detuvieron, mientras ella bajaba sus lentes para verlos fijamente.

Al instante, Jiraiya y Naruto entendieron que era importante.

—He estado algún tiempo pensando en esto... y, la verdad, desde los exámenes Chūnin quería hablarlo. Pero con lo que ha pasado hoy, creo que simplemente lo preguntaré —dijo, mientras Jiraiya mantenía la mirada fija en ella.

Hinata tomó aire, meditando lo que diría. Naruto sudaba, impaciente por lo que iba a preguntar.

—Quisiera saber... ¿qué relación tiene Naruto con el Kyūbi? —cuestionó, mirándolos fijamente.

Al instante, Naruto se tenso...

Por otro lado, Jiraiya solo miro al cielo con una mirada inexpresiva.

Todo este tiempo, eso habia Sido un secreto de estado...

Pero, teniendo en cuenta que Naruto estaba en un equipo, que habían habido momentos donde demostró el poder del Kyubi, sin mencionar la relación con estas personas...

Era inevitable que tarde o temprano alguno no vinculara a Naruto con el Kyubi, más cuando la gente habla mucho al respecto, y tanto Sasuke como Hinata poseen ojos especiales.

Jiraiya se aclaro la garganta antes de mirar a Naruto.

—Naruto, sabes que esto es un secreto de la aldea, y se muy bien que has preferido que sea un secreto. Pero, creo que ya va siendo hora de tener esa conversación — Declaró el sannin

Naruto solo suspiro resignado, era obvio que Jiraiya debía saber de su secreto, después de todo, fue en su entrenamiento que aprendió a usar algo de ese poder..

La idea de decirle la verdad a sus amigos, lo aterraba de muchas formas, pero... Si todo era como se veía, si habían criminales como esos detrás del Kyubi...

Era claro, debía hablar con ellos...

Hinata agachó la mirada antes de continuar.

—La verdad es que no se lo que pasa... Y no quiero preguntar nada que dañe nuestra amistad... Pero, me gustaría sabes la verdad... Por favor...

Naruto estaba a punto de contestar, pero Jiraiya simplemente lo tomo del hombro antes de que hablara.

—eh?—

Jiraiya le sonrió a ambos antes de hacer una seña.

—Creo que es el momento, pero, que les parece si les invito algo, créanme, algo de refresco será bueno para ustedes.

El sannin lo sabía, lo que ocurriera aquí, para bien o para mal, sería un antes y un después en la vida de lo genin

Fin del capítulo 38

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro