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37 [Visita...]

Momentos después, en otro lugar...

Asuma y Kurenai se colocaron frente a dos figuras que llevaban capas negras con nubes rojas. La tensión en el aire era palpable.

—Asuma, Kurenai... cuánto tiempo sin verlos —saludó Itachi con una calma gélida.

—¿Son de esta villa? —preguntó Asuma, intentando mantener la compostura—  Nos conocen, así que...

Itachi levantó ligeramente su sombrero, dejando ver su sharingan, lo que impactó de inmediato a los dos jounin.

—¡Tú! ¡Tú eres...! —balbuceó Asuma, sin poder disimular la sorpresa.

Entonces, el Uchiha retiró su sombrero por completo, revelando su rostro y su cabellera la cual se mecio con el viento.

—No hay duda... Itachi Uchiha —murmuró Asuma, sus ojos reflejando un reflejo de temor y preocupación—. Es un hombre muy peligroso... No esperaba esto

El segundo sujeto sonrió y, con un gesto teatral, se quitó también el sombrero.

—Así que ya conocen a Itachi —dijo con tono burlón—. Entonces me tendré que presentar... Kisame Hoshigaki. Ahora todos nos conocemos.

El hombre dejo ver su rostro, el cual era de un tono azul, dientes afilados, una banda ninja de Kirigakure, cabello en puntas y marcas como branqueas debajo de sus ojos.

Kurenai como Asuna permanecieron en silencio, observando cada movimiento de los dos criminales.

—Itachi, parece que tu villa natal no te aprecia para nada —comentó Kisame con sarcasmo.

—Sé quien eres—intervino Kurenai, mirándolo con frialdad—. Eres Kisame Hoshigaki, originario de Kirigakure. Asesino de ministros, buscado por actividades bélicas contra otras aldeas. Kirigakure lleva tiempo buscándote.

—Ustedes son criminales clase S del libro BINGO —concluyó Asuma, manteniendo su firmeza al mismo tiempo que se colocaba en guardia

Kisame solo sonrió.

—Itachi, eres muy osado al volver a la aldea después de lo que hiciste —añadió Asuma con firmeza.

Itachi miró a ambos con su habitual expresión impasible, aunque algo en su semblante mostraba un dejo de melancolía.

—Asuma, Kurenai, les pido que no se metan en mis asuntos... o tendré que matarlos.— Sentenció Itachi con calma, a lo que el jounin de Konoha solo sonrió

—No te confíes tanto —respondió Asuma, desenfundando sus cuchillas—. Hubiera sido mejor para ti no haber venido.

Kurenai dio un paso adelante, sin apartar la vista de los dos hombres.

—¿Cuál es tu propósito al venir aquí?

Kisame desenfundó su espada, dejando que está golpeara el suelo, era una espada de aspecto extraño y cubierta de vendas.

—Estos tipos son molestos, ¿no crees, Itachi? ¿Quieren morir?

Itachi asintió, pero sin perder la compostura.

—Haz lo que quieras... pero no te excedas. Ya sabes cuál es nuestro verdadero objetivo

Kisame soltó una risa corta.

—Entiendo. Vamos a ello.

Ambos criminales miraron a los dos jounin en silencio, y la tensión creció hasta que Kisame rompió el silencio lanzándose con su espada hacia Kurenai.

Ella se intentó defender usando sellos manuales, aún así el criminal era más rápido que ella... No obstante, el ataque de Kisame fue bloqueado por las cuchillas de Asuma.

En ese momento Kurenai desapareció en el aire.

—mmm eso es... Genjutsu— Pensó Itachi sin moverse ni un centímetro de su lugar.

Asuma forcejeaba con Kisame, sintiendo el peso de la espada, además de la fuerza bruta del renegado de kiri

—¿Qué tipo de arma es esta...? —pensó, mientras notaba cómo el arma se movía con una fuerza descomunal, era difícil bloquear algo de alguien más fuerte, aparte pesada y que se movía de esa forma.

El forcejeo duró poco, hasta que la espada toco el brazo de Asuma, en eso, las vendas se desgarraron revelando las escamas de abajo.

—jejeje— Kisame tiró de la espada, desgarrando de un tirón el brazo de Asuma, quien retrocedió, llevándose la mano a la herida y sintiendo un gran dolor —Samehada no corta, desgarra, voy a hacerte cachitos—

Asuma solo rio mientras se fijaba en lo fuerte que era la herida, finalmente miro al aire.

—Te tardas mucho, Kurenai

En eso, Kisame se giró, alarmado, el suelo debajo de el estaba empezando a devorarlo, el intento forcejear.

—Que es esta cosa!?— El Akatsuki gruño al ver que no se podía mover, su cuerpo estaba totalmente paralizado mientras el suelo empezaba a devorarlo.

Itachi se mantuvo indiferente, mientras un gran árbol surgía del suelo detrás de el y lo atrapaba envolviéndose a su alrededor.

Kurenai salió de entre el tronco con un kunai en mano.

—¡Este es tu fin! —exclamó, intentando apuñalarlo.

Pero, en un parpadeo, quien estaba atrapada era Kurenai, e Itachi estaba frente a ella, mirándola con frialdad.

—Un genjutsu de ese nivel no funciona en mi —Declaro con calma.

Kurenai quedó sorprendida al mismo tiempo que gruñia.

—Mierda... Incluso soltó a su compañero... No crei que su Sharingan pudiera ser tan rápido contra mi técnica... Por eso intenté matarlo a el primero y lo más rápido posible... Que ojos tan problematicos...— Pensó ella al notar que había sido inútil.

Itachi empuñó su propio kunai y le lanzo un corte al cuello, pero Kurenai reaccionó rápido, mordiéndose el labio para romper el genjutsu y agacharse, aunque algunos mechones de su cabello cayeron al suelo.

Itachi aprovechó el momento para lanzarle una patada al rostro, Kurenai apenas logró bloquearla con sus brazos cruzados, pero la fuerza del impacto la lanzó al agua.

—¡Kurenai! —gritó Asuma, mirando a su compañera con preocupación.

Kisame aprovechó su distracción.

—No te distraigas o será tu final.

Kisame y Asuma retomaron el combate de armas, mientras Itachi se había colocado detrás de Kurenai, que intentaba levantarse del agua.

—Estas a la altura de tu reputación, como siempre—  Declaró Itachi mientras ella se paralizada, ahora estaba a su Merced.

En un movimiento rápido, Asuma logró herir a Kisame en la cara, obligándolo a retroceder.

Kisame se alejó y comenzó a hacer sellos manuales.

—Suiton: ¡Suikōdan no Jutsu!

Sin embargo, su ataque fue contrarrestado por un jutsu idéntico que apareció frente a él.

—¿El mismo jutsu que el mío...? —murmuró Kisame, confundido.

Delante de él, estaba Kakashi.

—Oh, eres tú... —dijo Asuma, aliviado—. Acabas de llegar, ¿no?

Kakashi negó con calma.

—Llevo aquí un rato ya.

Otro Kakashi apareció detrás de Itachi, sosteniendo un kunai y mirándolo con firmeza.

—Terminemos con esto —dijo Kakashi, sus ojos compartiendo una mirada con los de Itachi, ambos con sus Sharingan activos.

Kurenai observó sorprendida a su compañero.

—Kage bunshin... —susurró.

Itachi miró a Kakashi, reconociendo al ninja

—Kakashi Hatake... —dijo, sin apartar la mirada.

Aunque Kakashi intentaba no mostrarlo, estaba realmente preocupado al ver los ojos de Itachi...

—Esos son, los ojos del verdadero heredero del Sharingan... No puedo hacer mucho contra el— Admitió en su mente.

—Vaya, así que también tienes ese ojo loco, que tipo tan interesante, será un buen momento para divertirse— Burlo Kisame mientras empuñaba su arma —Esto me motiva a demostrar mi poder

Sin embargo Itachi solo nego con la cabeza.

—Suficiente Kisame, si luchas contra ese hombre, no saldrás ileso, además estoy seguro, ya habrán pedido refuerzos, sería una perdida de tiempo pelear contra tantos ninjas estorbando. Recuerda para que vinimos aquí, no es para jugar—

El clon de Kakashi desapareció mientras el verdadero se llevó la mano al mentón.

—Y se puede saber a qué vinieron?—

—Hemos venido a buscar algo.

Kakashi empuño su kunai mientras miraba fijamente al Uchiha.

—Se puede saber a qué va todo esto?— Cuestióno el peli plata.

Itachi solo suspiro.

—Si te enfrentas a mi, y no a Kisame, esto va a durar mucho menos... Mi estilo es más efectivo—

Al instante Kakashi se puso en guardia al igual que sus compañeros..

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En Ichiraku...

Se podía ver como Jiraiya ahora estaba comiendo ramen junto a Naruto y Hinata, esto para pedirles un favor...

—entonces ero-sennin, usted quiere que lo acompañemos para buscar a una mujer en otra región del pais ¿correcto?— Cuestionó Naruto mientras se terminaba su tazón.

—exacto— Concluyó Jiraiya con una sonrisa —Ademas, es un buen momento para entrenar mocoso—

Naruto solo hizo un gesto de indiferencia.

—Nah... Para que iría a un viaje con un pervertido, si todo es por una chica— Contesto el mostrándose indiferente.

—Vamos, vas a aprender mucho en el camino, algo que Kakashi no te ha enseñado— Contesto Jiraiya con una sonrisa.

—La verdad prefiero quedarme, voy a pedirle a Kakashi que me enseñe el chidori— Contesto Naruto mirando al techo.

Hinata solo bebió un poco de caldo mientras pensaba en la situación.

Jiriaya finalmente rio.

—Vamos, te prometo que no se arrepentirán, además Hinata puede venir... Mira que la mujer que vamos a buscar, es una gran ninja médico, eso podría servirle mucho a Hinata— Contesto el sannin a lo que la expresión de Naruto cambio.

—Lo dice en serio?— El se volteo a ver a la Hyuga, quien ahora tenía una mirada de curiosidad.

—Si es alguien recomendada por usted... Creo que debe ser realmente buena...— Analizo Hinata a lo que Jiraiya solo rio

Naruto medito un momento.

—Bueno... Si puede ayudar a Hinata, creo que no estaría mal ir— El sonrió para si mientras pensaba —Ella me ha apoyado mucho, creo que sería bueno hacerlo ahora con ella—

—Claro que será muy buena maestra, además no te preocupes por el chidori Naruto, conozco una técnica mucho mejor, se las enseñare— Declaró el peliblanco

La mirada de Naruto cambio por lo que finalmente agarro de la muñeca a Hinata.

—En ese caso que esperamos aquí!? vamos Hinata a empacar!!—

—E-espera!—

Sin previo aviso desapareció en un borrón de velocidad... Jiraiya solo observo con una gota de sudor en la nuca, como ambos se alejaban, Hinata siendo arrastrada...

—vaya... cuando crezcan, podre escribir un libro basado en ellos jejeje, si que son buena pareja— Pensó el sannin antes de mirar al cielo.

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momentos después en la puerta de la aldea

—estamos listos!— Exclamó el rubio mirando al horizonte...

Hinata simplemente se acomodo los lentes mientras reía.

—que bueno que lo convencí de no llevar tantas cosas, la maleta que traía era mas grande que yo— Pensó ella mientras se acomodaba su propia maleta.

—bien partamos— Ordenó Jiraiya empezando el recorrido.

Los genin siguieron al sannin, quien iba en dirección a otro pueblo no muy lejano de Konoha...

—mmm oye Ero-sennin, ¿a donde vamos?— Cuestionó Naruto en medio del avance

—demonios, me llamo Jiraiya. Soy una persona famosa, sabes!?— El viejo fulminó con la mirada al Jinchuriki, quien de todas formas no le dió mucha importancia a dicho asunto.

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La pelea entre los criminales de rango S y los jounin había continuado...

En un par de movimientos, Itachi había demostrado una gran superioridad sobre Kakashi, pero finalmente decidió acabar con el combate, mostrando parte del verdadero poder de su Sharingan.

Kakashi fue golpeado por el Tsukuyomi, mientras que sus compañeros se vieron obligados a mantener los ojos cerrados.

—Mierda... —pensó Kakashi, respirando con dificultad y sudando frío.

Sentía ganas de vomitar y un fuerte dolor de cabeza; su semblante reflejaba agotamiento y ojeras marcadas.

—Estuve ahí... solo un par de segundos, pero para mí fueron tres días... donde me torturó... —pensó el ninja copia, apenas consciente.

Kisame rió al ver el estado de Kakashi.

—Vaya, así que usaste esa técnica para destruirlo espiritualmente. Me sorprende que siga vivo; a otros se les quema el cerebro —burló el tiburón—. Deberías tener cuidado, Itachi; ese ojo también es peligroso para ti.

Kakashi gruñó antes de cruzar miradas con Itachi.

—Dime... Has venido por Sasuke, ¿no?

Itachi se mantuvo indiferente antes de negar con la cabeza.

—No... Hemos venido por el legado del Cuarto Hokage.

Los jounin entendieron al instante a qué se refería... Naruto.

—¿Qué quieres de él? —cuestionó Kurenai, sin abrir los ojos.

Los criminales guardaron silencio, aunque Kakashi ya sospechaba la respuesta. Jiraiya le había advertido sobre una organización criminal en movimiento... una a la que perteneció Orochimaru, compuesta por ninjas de rango S.

Kakashi reflexionó un momento antes de hacer la pregunta que temía.

—Quieren al Kyūbi que lleva Naruto en su interior, ¿no es así?

Itachi y Kisame permanecieron en silencio, pero sus expresiones confirmaron las sospechas de Kakashi.

—Ustedes... pertenecen a una organización llamada Akatsuki, ¿no? Han empezado a moverse recientemente, pero que sepan que ya nos hemos dado cuenta...

Ambos Akatsuki se mostraron sorprendidos ante la información que poseía Kakashi... Sabía demasiado.

—Kisame, mata a Kakashi —ordenó Itachi con frialdad.

El tiburón soltó una carcajada antes de empuñar su espada y lanzarse al ataque. Los tres jounin parecían incapaces de defenderse ante el inminente peligro.

Pero una figura rápida apareció entre ellos, propinándole a Kisame una poderosa patada en el pecho que lo hizo retroceder.

—¿Eh? ¿Y este quién demonios es? —exclamó Kisame, aterrizando junto a Itachi.

La figura sonrió, adoptando una postura de taijutsu.

—La bestia verde de Konoha, Maito Gai —se presentó el jounin, con calma y una amplia sonrisa.

Kisame rió al verlo.

—¿Una bestia? Pensé que eras algún animal exótico y bizarro —bromeó el Akatsuki.

Itachi se mantuvo tranquilo, observando la escena.

—Kisame, no subestimes a ese hombre.

Gai mantuvo su postura, pero en ese momento Kakashi colapsó, cayendo al agua y comenzando a hundirse. El maestro de taijutsu se apresuró a recogerlo y lo colocó sobre su hombro.

—Oigan ustedes dos, abran los ojos.

—Pero, si lo hacemos, podríamos caer en la técnica de Itachi... —respondió Asuma con cautela, a lo que Gai sonrió.

—Está bien, solo no lo miren a los ojos. Pueden pelear mirando el reflejo en el agua o sus pies. Sé muy bien cómo funciona el Sharingan —explicó Gai.

Sus compañeros lo miraron con incredulidad, pero finalmente siguieron su consejo.

—Esto es muy difícil... Solo alguien como tú podría pelear de esta manera —admitió Asuma.

Gai acercó al inconsciente Kakashi a Kurenai mientras miraba a Asuma.

—Kurenai, tú lleva a Kakashi al centro médico. Asuma, tú me ayudarás aquí —declaró el jounin mientras retomaba su postura—. Vamos a contenerlos. Ya he llamado refuerzos; no será tan difícil si ese es nuestro enfoque.

—¡Vaya, eres muy confiado! —contestó Kisame, preparándose para la pelea.

Sin embargo…

—Kisame, ya basta. Nuestro objetivo no es empezar una guerra sin sentido. Nos vamos.

—¿Qué? ¿Vamos a huir? —protestó Kisame, visiblemente decepcionado, guardando su espada con un suspiro de frustración—. Inaceptable...

Finalmente, ambos desaparecieron en un borrón de velocidad, dejando a los jounin desconcertados.

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En algún campo de entrenamiento...

Se podía ver cómo Sasuke respiraba pesadamente, observando las rocas que acababa de destruir con el Chidori.

—Debo hacerme más fuerte... Aún soy muy débil… —pensó el Uchiha antes de dejarse caer al suelo.

Sasuke contempló el cielo en silencio, reflexionando sobre los últimos eventos de su vida. Desde el inicio del Equipo 7 hasta el momento actual… Al principio, sentía rechazo por sus compañeros, especialmente por Hinata, a quien consideraba cobarde.

Sin embargo, a medida que avanzaban juntos, esa percepción cambió sin que él mismo se diera cuenta. Había empezado a respetarla y a quererla como una gran amiga… Y a Naruto, lo consideraba un rival.

Sasuke lo sabía; aunque era reservado, Naruto y Hinata lo trataban como si conocieran sus sentimientos. Al final del día, eran sus mejores amigos y probablemente las personas que más apreciaba en su vida.

Pero…

—Ellos... estaban muy heridos… y aun así, pelearon con todo. Sin ellos, derrotar a Gaara habría sido imposible —admitió el Uchiha.

Todavía le parecía increíble el jutsu de invocación que Naruto había usado, o cómo Hinata se había vuelto tan hábil y rápida, incluso estando en desventaja. Sasuke se sentía... ¿orgulloso? ¿Feliz? No sabría cómo expresarlo, pero le hacía bien ver lo fuertes que se habían vuelto.

Pero…

—Aun siendo el que estaba en mejor estado… fui el que menos aportó… debí ser yo quien los protegiera, no ellos a mí... No en ese estado... Soy patético —pensó, mientras se sentaba en el suelo.

Llevó su mano a la riñonera para sacar una botella de agua, de la cual bebió mientras reflexionaba.

—Esos idiotas… Les debo mucho, y ni siquiera soy capaz de protegerlos por mi cuenta… —Sasuke suspiró, recordando incluso el combate en el Bosque de la Muerte.

Hinata se había esforzado en una pelea de tres contra uno contra los ninjas del Sonido. Estaba agotada, herida y hambrienta, y aun así se las arregló para defenderlos, incluso a costa de salir más herida.

El puño de Sasuke se apretó, aplastando la botella.

—Es inútil que piense tanto… tengo que hacerme más fuerte. Aún tengo mucho que hacer, empezando por cumplir mi venganza y evitar que algo como lo de mi familia se repita. Nadie volverá a tocar lo que me importa… —pensó Sasuke, levantándose y estirándose.

Estaba listo para seguir entrenando.

—Es difícil admitirlo, pero si algo les ocurriera a esos dos por mi debilidad, no me lo perdonaría —concluyó en su mente.

En ese momento, un recuerdo breve vino a su mente… La imagen de aquella chica pelirroja del Bosque de la Muerte, quien lo había ayudado a sanar sus heridas.

—No repetiré mis errores otra vez… Más te vale esperarme, Itachi. Te derrotaré y seré mejor ninja de lo que fuiste… —Dicho esto, se vertió el agua restante de la botella sobre la cabeza para refrescarse y luego continuó su entrenamiento.

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Con Naruto...

El rubio caminaba hacia otro pueblo junto a Jiraiya y Hinata, hasta que, finalmente, rompió el silencio con una pregunta.

—Oye, ero-sennin, ¿por qué decidió entrenarnos? Si es tan sabio y famoso como dice... ¡¿Eso quiere decir que tenemos algún talento oculto?! —Naruto sonrió emocionado ante aquella idea, mientras Jiraiya solo hizo una mueca. Por otro lado, Hinata rió para sí misma; ella también se lo había preguntado.

—¡Que no me llames así! —exclamó el sannin, con una vena marcada en la frente.

Naruto solo rió antes de llevarse una mano al mentón.

—¿O es que somos los únicos capaces de seguir su entrenamiento por nuestra habilidad? —insistió Naruto, tratando de encontrar una respuesta a su pregunta, mientras Jiraiya se llevaba la mano a la cara con un suspiro de resignación.

Finalmente, el sannin decidió responder.

—El Cuarto Hokage fue mi discípulo, y tú te pareces a él de una manera divertida; casi pareces una parodia suya —dijo Jiraiya, señalando luego a Hinata—. Y ella… bueno, estaba contigo, y me pareció agradable.

Ante esa última declaración, tanto Naruto como Hinata sintieron una gran gota de sudor bajando por sus frentes.

—Eh... gracias, supongo —contestó Hinata, algo apenada. Al pensarlo bien, la situación era un poco graciosa.

Sin darse cuenta, ella había terminado involucrada en el entrenamiento de Jiraiya, prácticamente porque se había auto-invitado. Todo había sucedido tan rápido que apenas lo había notado.

—¿El Cuarto Hokage?... —Naruto miró a Jiraiya, sorprendido ante aquella revelación.

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En lo alto de una roca...

Itachi estaba sentado, observando en silencio el paisaje que se extendía a sus pies. A su lado, Kisame permanecía de pie, mirando a su compañero con una sonrisa entre curiosa y desafiante.

—Itachi, lo bueno es que encontramos al mocoso junto a una mocosa —comentó Kisame, cruzando los brazos—. Pero están cerca de uno de los tres legendarios Sannin. Ese tipo es el rival más fuerte de Konoha; será un problema.

Itachi inclinó apenas la cabeza, con una expresión serena y calculadora.

—Puede que sea fuerte —murmuró con calma—, pero cada hombre tiene su punto débil.

Kisame alzó una ceja, visiblemente intrigado, aunque no respondió. Se limitó a sonreír y mirar el horizonte junto a su compañero, en silencio.

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Mientras tanto, en Konoha...

Kakashi yacía en la cama, inconsciente, cubierto con una sábana. Asuma y Gai lo observaban con seriedad, cada uno lidiando con la preocupación y el peso de la reciente amenaza que había llegado a la aldea.

—¿Aún no han encontrado a Naruto? —preguntó Gai, mirando por la ventana como si esperara alguna señal.

—No. Probablemente salió de la aldea... siesta en una villa pequeña sería un problema... allí Itachi podría encontrarlo fácilmente, especialmente si sabe cómo luce —respondió Asuma con el ceño fruncido, sin disimular su inquietud.

En ese instante, la puerta se abrió de golpe, revelando la figura de Sasuke. Su mirada se dirigió de inmediato a Kakashi, y su rostro mostró una mezcla de sorpresa y preocupación al ver a su maestro inconsciente.

—Kakashi… ¿qué le ha pasado? ¿Por qué están aquí todos los jounin? —preguntó, sin ocultar su alarma.

—Sasuke, esto… no es nada grave, solo una… precaución, se puso así porque perdió contra mi—respondió Gai, intentando sonar calmado.

Pero antes de que pudieran decir más, un ninja irrumpió en la habitación, con el rostro lleno de urgencia.

—¡Es cierto que Itachi ha regresado a la aldea! ¡Y está buscando a Naruto!

Kurenai reaccionó de inmediato, lanzando una mirada severa al ninja por su falta de tacto.

—¡Idiota! —murmuró con furia contenida.

Gai se llevó la mano a la cara, exasperado, mientras pensaba

—¡Debí cerrar bien la puerta! ¡Las llamas de la juventud me han fallado!—

Sasuke permaneció en silencio, pero el impacto en su expresión era evidente. Sin esperar una respuesta, giró sobre sus talones y salió de la habitación con pasos rápidos y decididos, como si el mismísimo diablo lo estuviera persiguiendo.

—¡¿A dónde... va...z?! —Gai exclama, y luego se queda inmóvil por un segundo—. ¡Espera… “vas”, no “vaz”! ¡Jamás permitiré que la juventud traicione la gramática!

Kurenai lo mira, incrédula al igual que Asuma, ambos con una gran gota de sudor... Se había quedado inmóvil en vez de seguir a Sasuke.

—¡Gai, no es el momento de un curso de lengua!

Pero Gai, con un brillo de seriedad en sus ojos, sacude la cabeza con firmeza.

—¡No se puede pelear por la juventud sin cuidar también el honor del idioma!

—Esto es un chiste!!?— Exclamó Asuma antes de palmearse la cara —Por el amor de Kami, que excusa tan mala...

Para cuando finalmente Gai decide salir tras Sasuke, el Uchiha ya habia perdido de su vista.

—MALDICION! AHORA A DONDE SE FUE!?— Gai se palmeo la cara mientras saltaba a otro edificio. —¡Sasuke! ¡Esperaaaa! ¡La Juventud siempre espera a sus mayores!

Pero para entonces, Sasuke ya está fuera de su alcance, y Gai suspira con resignación, ahora tendría que buscarlo por su cuenta...

—En serio lo dejaste ir por un error de lengua!?— Exclamó Kurenai

—No lo entenderias, además porque nonlo siguieron ustedes?—

—Acabas de decir "nonlo"?

Dicho esto los 3 jounin se palmearon la cara.

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En Ichiraku...

Sasuke llegó al puesto de ramen casi sin aliento. Sus ojos buscaron por todo el lugar, ya sabía que este era el lugar favorito de Naruto, probablemente el dueño supiera algo.

—¡Anciano! Naruto suele venir aquí a comer. ¿A dónde ha ido después?

Teuchi  se llevó la mano al mentón, pensativo.

—Ah… Naruto… Déjame recordar. Estaba con una chica de lentes... Luego Jiraiya vino y comió con él. Dijo que iban a salir de la aldea… creo que al pueblo más cercano. Sí, Jiraiya lo acompañó.

—¿Jiraiya? —repitió Sasuke, sorprendido.

—Sí, Jiraiya es uno de los tres legendarios Sannin. Es fácil de reconocer, un tipo alto, ya mayor, de cabello blanco…

Pero antes de que pudiera decir más, Sasuke ya había desaparecido, corriendo en dirección al portal de la aldea. Teuchi lo observó irse, frunciendo el ceño.

—Ni siquiera se quedó a tomar algo… Qué chico tan grosero —murmuró, cruzando los brazos.

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En un pequeño pueblo...

Naruto caminaba con Hinata a su lado, observando las calles con curiosidad.

—¿Nunca habías venido a este lugar? —preguntó Hinata, lanzándole una mirada de reojo.

Naruto negó con la cabeza, sonriendo.

—No, es la primera vez.

Hinata rió, disfrutando el momento junto a él.

Jiraiya, quien iba unos pasos adelante, se detuvo de repente al ver pasar a una mujer joven y atractiva, la cual le guiñó un ojo.

Al instante, los ojos del sannin se iluminaron, y con un movimiento rápido, se acercó a Naruto.

—¡Naruto! Aquí tienes las llaves de la habitación que reserve. Vayan al cuarto y reúnan chakra como entrenamiento, solo no hagan nada raro mientras están solos—dijo, con una sonrisa astuta.

—¿Eh? ¡Ero-sennin! ¡Usted…! —Naruto empezó a protestar, pero Jiriaya ya estaba más de 20 metros alejado...

El genin gruño... Pero finalmente se calmo, esto considerando las ventajas de estar solo con Hinata.

—Bueno, tómese su tiempo, viejo cochino

Hinata rió para sí misma al ver como Jiraiya se había juntado con una mujer.

—Cada vez le queda mejor el apodo "Ero-sennin".— Murmuró ella.

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En la habitación del hostal...

Hinata se dejó caer sobre la cama y sacó un pergamino, comenzando a estudiarlo con atención.

—¿Qué es eso? —preguntó Naruto, curioso, mientras se sentaba a su lado.

—Es un pergamino que me dejo mi padre... Estaba en la habitación luego de que me desperté...— Contesto ella mientras le hechaba una mirada de pies a cabeza.

—¿Y de qué trata?

Hinata suspiró, mientras le hechaba un vistazo.

—Son técnicas... Pero no sé si deba aprenderlas... Después de todo, ya no soy Hyuga...—

Naruto se llevó la mano al mentón...

—Oye Naruto... Te puedo preguntar algo?

—Claro! Cuentame lo que quieras!

Hinata se quitó los lentes mientras se dejaba caer a la cama.

—Es solo que... Cómo ya sabes, mi padre rompió el sello y me dió esto... Pero antes de eso, siempre fue frío conmigo e incluso me dejó a Merced de mi abuelo... Tengo la sensación, de que hay algo que no se...

Naruto solo medito en silencio sin entender mucho

—Talvez sobre quería después de todo... Aunque eso no justifica lo que te hizo, era un idiota contigo

Hinata asintió con la cabeza.

—Si... La verdad es que aun no lo perdono del todo... Pero, tengo mucha curiosidad... Siento que me protegía de algo...

Naruto finalmente sonrió antes de encogerse de hombros.

—Bueno, ya que se mostró mejor que antes... Y de todas formas es tu padre, talvez deberías intentar hablar con el

Hinata levanto la mirada curiosa.

—Crees que sea buena idea?—

Naruto solo rio.

—Es tu padre después de todo... No te digo que lo perdones, te hizo mucho daño, pero a lo mejor debas darle una oportunidad de hablar

Hinata insana responder, pero antes de que lo hiciera alguien golpeó la puerta.

—¿Ero-sennin ya volvió? Vaya, eso fue rápido —preguntó, levantándose para abrir.

Al abrir la puerta, se encontró cara a cara con los ojos rojos de Itachi Uchiha, cuya mirada era tan fría como el hielo.

—Naruto, ¿quieres dar un paseo? —preguntó Itachi, sin apartar los ojos de él, lo cual al instante lo puso en alerta.

Detrás de él, Kisame lo observaba con una sonrisa burlona.

—¿Qué suerte tiene esta chica de que no me interese el Byakugan… en el mercado negro vale una fortuna —pensó Kisame, con un destello de malicia en sus ojos.

Naruto se tensó, al igual que Hinata... De alguna forma podían sentirlo, estos 2 eran muy peligrosos, sobretodo el del Sharingan...

Fin capítulo 37

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