27 [Compañia]
Al día siguiente.
Al mediodía.
En una montaña alejada de la aldea, en un campo rocoso, se podían ver a dos personas: Kakashi y Sasuke.
El Uchiha estaba respirando pesadamente mientras sudaba y se apoyaba en sus rodillas. Su mano tenía ligeras quemaduras de chakra.
Kakashi, por su parte, estaba relajado mientras observaba.
—Parece que estás en tu límite. Hoy has usado mucho chakra en el entrenamiento elemental —declaró el Jounin.
—N-no... Aún puedo seguir, no es imposible...
El Uchiha hizo varios sellos manuales y luego levantó su mano. En ella comenzó a formarse una pequeña llama de chakra mientras se concentraba aún más. Algunas chispas azules salieron del chakra, pero finalmente Sasuke cayó al suelo respirando con dificultad.
—No te excedas demasiado. El hecho de que en cinco días ya seas capaz de mantener la forma estable es algo impresionante. Lo difícil es lo que estás haciendo ahora: cambiar tu chakra a una naturaleza diferente a tu afinidad. Eso le toma años, incluso décadas, a muchos. Tu progreso es rápido porque con el Sharingan puedes entender mejor tu chakra que los demás —aclaró Kakashi, mientras Sasuke se dejaba caer al suelo.
—Lo entiendo... Aun así, debo darme prisa. Incluso si aprendo su jutsu, todavía soy muy lento. Contra rivales como Rock Lee o el propio Gaara, tengo que ser más rápido y fuerte. ¿De qué me sirve un jutsu poderoso si mi cuerpo no está adecuado para aprovecharlo al máximo? —cuestionó Sasuke.
Kakashi sonrió debajo de su máscara mientras pensaba.
—Escuché que peleó contra Lee y sufrió una derrota... Parece que aprendió algo, después de todo. Si su cuerpo no está a la altura de sus técnicas, son inútiles, da igual si es el Sharingan o el Chidori... —meditó Kakashi.
El ninja copia tomó un recipiente de su riñonera y se lo arrojó a su estudiante, quien lo atrapó en el aire. Era una botella.
—Gracias —dijo Sasuke antes de empezar a beber.
—Bien, Sasuke, te felicito por darte cuenta de lo que me has dicho. Sin embargo, no creas que no lo pensé antes. Voy a explicarte algo importante, así que presta atención —contestó Kakashi, levantando un dedo.
—¿Uh?
—¿Recuerdas el refrán que te enseñó Iruka al final de la segunda etapa? —preguntó Kakashi.
—¿El del cielo y la tierra? Sí, lo recuerdo —respondió Sasuke con simpleza.
—Bien, te profundizaré en eso. En el mundo ninja, existen dos tipos de fuerza y velocidad corporal, ya sea de desplazamiento, ataque o movilidad. Estas son la muscular y la apoyada por el chakra —declaró el Jounin—. La fuerza y velocidad muscular son las naturales del cuerpo, basadas en tu propia fortaleza y entrenamiento físico.
—Como Rock Lee...
—Así es. Por otro lado, la velocidad apoyada con chakra es cuando optimizas tu chakra para mejorar tu velocidad. Esto es algo obvio y que probablemente ya sabías, ¿no? Después de todo, ese fue el tipo de velocidad que usaste contra Haku.
Sasuke guardó silencio, esperando a que su maestro llegara al punto.
—Seré franco... Por más prodigio que seas, no podrás alcanzar a Lee en velocidad muscular en un mes, ni siquiera imitando su entrenamiento. Pero los ninjas como tú pueden compensar eso con el chakra, simplemente es cuestión de optimizarlo. A diferencia de él, que no puede usar chakra y se enfoca totalmente en sus músculos.
Un ninja debe ver a través de la decepción...
—Te enseñaré técnicas de sincronización. Son un conjunto de habilidades que te permiten sincronizar la mente y el cuerpo de mejor manera, lo que a su vez hace que la velocidad apoyada por chakra sea más potente, mejora tu flujo y tu reacción. Además, tendremos que ejercitarte físicamente. Estimo que de esa forma, en un mes, podrás aumentar tu velocidad a un nivel comparable al de Lee.
Sasuke finalmente sonrió.
—Eso suena perfecto.
—¿Eh?
En ese momento, ambos notaron un ave acercándose. Era un halcón.
Kakashi lo observó un momento, percatándose de que era un mensajero, pues tenía una pequeña mochila y un símbolo de la aldea. El Jounin extendió su brazo, dejando que el ave aterrizara, mientras Sasuke levantaba una ceja.
—Es un mensaje para mí. Descansa un momento mientras veo de qué se trata —contestó Kakashi antes de abrir la mochila y extraer una carta en su interior, la cual abrió—. Esta letra... Es de Kurenai...
Sin más, comenzó a leerla rápidamente. No pasaron más de cinco segundos cuando su semblante tranquilo cambió. Apretó su puño, algo que Sasuke notó al instante.
—¿Pasó algo malo? —preguntó Sasuke, algo indiferente.
Kakashi suspiró antes de guardar la carta.
—Lo siento, Sasuke, el entrenamiento por hoy termina. Tengo que ir a la aldea —contestó el Jounin.
Sasuke frunció el ceño. Era muy raro ver a Kakashi de esa forma. Por otro lado, el Jounin notó la mirada de su alumno, por lo que decidió ir al grano.
—Es sobre Hinata...
Sasuke abrió los ojos antes de levantarse.
—¿Qué fue lo que pasó? —preguntó sin rodeos.
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Una hora más tarde, en la aldea...
En el río, cerca de las aguas termales, se podía ver a Naruto, Jiraiya y Hinata.
—Eh... ¿En serio esto me ayudará a aumentar mis reservas? —preguntó Hinata, quien aún llevaba una venda en los ojos.
Ella estaba en una postura de sentadilla media, mientras Jiraiya dibujaba algunos símbolos en sus manos.
—Sí, solo espera un momento...
Finalmente, el sannin terminó de dibujar. Le había puesto unos sellos en las manos, y luego de eso sacó un par de pesas y colocó cada una encima de un sello, haciendo que estas fueran absorbidas.
—¡Ugh! —Al instante, Hinata sintió como si las manos le pesaran un montón, cayendo colgando de sus hombros.
—Hice sellos de entrenamiento. Son sellos que funcionan igual que los de almacenamiento, pero se hacen tan pesados como los materiales que les introduces... Es una versión primitiva del almacenamiento.
—Uh... Lo entiendo... —declaró Hinata mientras levantaba sus manos. Eran al menos el doble de pesadas que las pesas de Kakashi.
—Bien, ahora vuelve a ponerte en postura de sentadilla con tus manos al frente...
Hinata obedeció, quedando con sus manos extendidas, las cuales temblaban por el peso.
—No vayas a moverte. Este es un ejercicio de coordinación corporal y de alta concentración. También es de sincronización mente-cuerpo, así que ten cuidado —Hinata asintió.
A esto, Jiraiya tomó tres tazones, los cuales llenó de agua, y cuidadosamente colocó uno encima de cada mano y otro sobre su cabeza.
La Hyuga rápidamente entendió de qué se trataba.
Sus brazos temblaban por el peso y, a su vez, tenía los tazones con agua encima. El temblor hacía que el líquido se tambaleara y, además, el hecho de no tener vista le generaba mucha confusión sobre la profundidad de las cosas.
Algo tan simple como el equilibrio se volvía complicado...
El objetivo de este ejercicio era simple. Tal vez podría parecer tonto, pero una vez que dominara esto, su equilibrio no necesitaría de su vista. También mejoraría su pulso, la fuerza física, la resistencia y, por supuesto, el flujo de su chakra, debido a la concentración y sincronización que requería entre su cuerpo y su mente.
Por otro lado, Naruto estaba invocando ranas junto al río.
—¡Agh! ¡Esto es muy difícil! —exclamó el rubio, al ver cómo salía un sapo de medio metro de altura. Sin embargo, no lograba invocar nada con el chakra rojo.
Jiraiya solo suspiró.
—Oye, tú también ven aquí, vas a hacer lo mismo que ella —declaró el sannin.
—¿Eh?...
—Vas a hacer este mismo ejercicio. Si mejoras tu coordinación mental y corporal, los resultados mejorarán. Probablemente eso te sirva para usar el chakra rojo —declaró Jiraiya.
—¡Oh! ¡Bien!...
Tras unos segundos, Jiraiya lo había vendado y hecho lo mismo que a Hinata, donde ambos quedaron en la misma posición con tazones encima.
Jiraiya dio un paso atrás.
—¡Agh! —En ese momento, Hinata tuvo un pequeño espasmo, producto del peso, lo que la hizo colapsar por un instante, donde los tazones cayeron y ella quedó completamente empapada.
—¡Ay! —Naruto no tardó en pasar por lo mismo, debido a un leve movimiento erróneo de sus piernas, producto de la impaciencia.
—¡Jajajaja! —Jiraiya se burló de ambos, a lo cual Naruto se quitó la venda para fulminarlo con la mirada.
—¡Ash! ¡Otra vez me mojé todo! —exclamó Naruto, antes de tomar uno de los tazones y tirarle agua a Jiraiya.
Hinata, por su lado, empezó a reír por lo ocurrido. No podía verlo, pero sabía bien lo que pasaba, por lo que también tomó un tazón, recogió agua del río, y entre ambos empezaron a tirarle agua al sannin.
—¡Oigan! ¡No sean así, jajaja! ¡No es mi culpa que no puedan controlar sus cuerpos, jajaja! —se burló el sannin mientras esquivaba.
Sin embargo, la escena se detuvo después de que una nube de humo apareciera en medio de ellos... Kakashi y Sasuke habían aparecido épicamente... solo para terminar con un chorro de agua encima.
—Veo que se divierten... —declaró Kakashi, viendo la situación, mientras que Sasuke solo gruñó al verse totalmente empapado.
—Kakashi, Sasuke... No esperaba verlos —declaró Naruto al verlos.
—Oh, perdón... Nos dejamos llevar... —declaró Hinata al oír sus voces.
Por otro lado, Jiraiya dejó de reír para suspirar.
—Kakashi... Ha pasado tiempo.
—Jiraiya-sama... —El Jounin se inclinó como forma de saludo, lo que sorprendió a los tres genin.
Sasuke, por su parte, comenzó a exprimir su camiseta mientras se volteaba en dirección a Naruto y Hinata. El Uchiha posó su mirada sobre Hinata, notando la venda en sus ojos.
Esto obviamente no le causó ninguna gracia al Uchiha desde que escuchó la noticia, por lo que se acercó a la Hyuga.
—Hinata... ¿Estás bien? —preguntó Sasuke, en un intento de acercarse en medio de este mal momento, aunque no era lo suyo mostrarse de esa forma.
Kakashi, por su parte, se acercó cuidadosamente a ella, retirando la venda con cuidado. Suspiró al ver los ojos apagados y carentes de vida. Naruto, por su lado, agachó la mirada, y al igual que Sasuke, frunció el ceño.
Hinata, aún sin verlos, quedó boquiabierta al notar lo que pasaba...
¿Acaso... estos dos habían venido por ella?
—Y-yo... Sí... Supongo —contestó ella a la pregunta de Sasuke, juntando sus manos, mientras Sasuke se acercaba para verla más de cerca.
Aunque, en realidad, ella estaba profundamente conmovida por lo que pasaba... Simplemente no pudo evitarlo, sus ojos se aguaron...
El único apoyo que había tenido hasta ese momento había sido Naruto y, en parte, Jiraiya, y aún estaba aceptando la pérdida de sus ojos, el alejamiento de su clan natal, su hermana... Realmente se estaba guardando muchas emociones con lo que estaba pasando.
El hecho de que ellos vinieran específicamente por ella... Le llenaba de alegría en medio de aquella amargura.
En medio de todo... No estaba sola.
—Siento lo que te pasó —continuó Sasuke, tratando de dar apoyo. Probablemente sus palabras no fueran las más conmovedoras, pero viniendo de él, eran valiosas.
Hinata hizo una pequeña mueca como una sonrisa llena de lágrimas. Finalmente, se lanzó a abrazar al Uchiha, quien hizo un gesto de sorpresa por la acción de su compañera... pero finalmente correspondió y dio algunas palmadas en su espalda.
Tal vez las palabras no eran necesarias; simplemente estar allí era suficiente.
—Lo siento mucho, Hinata. Esto es mi culpa —declaró Kakashi, mientras colocaba la mano sobre su cabeza.
El entrenamiento de ninjutsu elemental, los exámenes, y otras cosas más habían sido su idea...
Hinata se separó de Sasuke mientras se fijaba en su maestro.
—Kakashi-sensei... No hay nada de qué disculparse... Este fue el camino que elegí, tal vez era lo mejor después de todo... —contestó ella, agachando la cabeza, para luego recibir una palmadita en la espalda de parte de Naruto.
—Tómalo con calma —declaró el rubio con una sonrisa.
Sasuke suspiró. Por un lado, en otras circunstancias se habría molestado con Hinata, puesto que le causaba conflicto que ella se alejara de su familia y fuera contra el clan. Aún tenía una familia y prefería hacerla a un lado y ser egoísta... Por eso al principio se preocupó cuando Hinata empezó a entrenar ninjutsu elemental, si iba contra su familia, no debería...
Pero, saber las razones de su destierro, entender la naturaleza de esa familia, cómo preferían condenar a su hija por querer superarse, y más cuando ella buscaba el reconocimiento de su padre... simplemente no podía empatizar con ese método y tradiciones absurdas, eran ellos los traidores...
—¿Qué harás ahora que estás así? —cuestionó Sasuke. Por otro lado... le desgarraba ver aquellos ojos apagados...
Los ojos de Hinata, más allá de su Dōjutsu o su apariencia, eran ojos llenos de expresividad y un brillo que le recordaba a él mismo cuando era niño. Verlos así era como recordar que tu propia sangre... puede ser la que más te traicione.
Hinata finalmente sonrió ante la pregunta.
—Voy a entrenar duro, iré al torneo con o sin ojos... y daré lo mejor de mí misma... Después de eso, seguiré mi camino ninja de todas las formas posibles— Declaró ella.
Naruto rió al oír eso.
—¡Así se habla! ¡Jajaja!
—Me parece valiente de tu parte, sigue así... Veré en qué puedo ayudar con tu entrenamiento —contestó Kakashi.
Sasuke solo sonrió.
—Espero enfrentarte en las finales, solo no golpees muy duro al burro —ante este comentario, Hinata rió mientras Naruto fulminaba al Uchiha con la mirada.
Por otro lado, Jiraiya solo rió al ver la situación.
—Quién lo diría... El nuevo equipo 7 es muy interesante... —concluyó el sannin.
En ese momento, todos se voltearon al ver cómo una figura aparecía cerca de ellos en una nube de humo.
—¡Hola! Al fin los encuentro... Espera, Kakashi, ¿cómo es que llegaste primero? —saludó Kurenai, a lo cual Kakashi solo se encogió de hombros.
—Es bueno verte, Kurenai... Gracias por avisarme... Y respondiendo a tu pregunta, tengo buen olfato.
Kurenai se volteó en dirección a la voz del Jounin.
—Kurenai-sensei...
La mujer sonrió antes de aparecer junto a ella en un borrón de velocidad.
—Lo siento, Hinata... Me tardé mucho en darme cuenta de lo que pasó —declaró ella, sin embargo, Hinata simplemente se lanzó a abrazarla.
—¡No hay de qué disculparse! Además, tengo que agradecerle, todo lo que ha pasado hasta ahora... es gracias a usted... —declaró la Hyuga, a lo que Kurenai correspondió el abrazo.
—Eres una buena niña...
—Kurenai-sensei... Si pudieran regresar el tiempo y cambiar algo de todo lo que he vivido este año... Créame que no cambiaría absolutamente nada... Estoy agradecida —la Hyuga finalmente le sonrió a su equipo y a Jiraiya, quien se había acercado—. Se lo agradezco... A todos...
Ella nuevamente tenía los ojos aguados, lo que hizo reír a los demás.
Esta había sido una declaración... Hinata podría no tener ojos, pero no estaba sola.
Tras una breve conversación, Kakashi dejó algunos pergaminos para el entrenamiento de Hinata, entrenamiento sensorial... Estos eran para agudizar los demás sentidos, además de algunos jutsus de rayo.
El Jounin había pensado seriamente en enseñarle el Chidori... Sin embargo, había que tener en cuenta las limitaciones. Sin el Byakugan, difícilmente podría sacarle provecho, además de que sus demás sentidos aún no compensaban del todo la falta de la vista. Lo único que tenía a su favor para aprender la técnica era su afinidad, pero la situación no era la adecuada...
Así, el Jounin y Sasuke se retiraron de vuelta a la montaña para entrenar... No sin que Sasuke prometiera ver su pelea con Neji.
Por otro lado, Kurenai le había mostrado papeles de adopción... Avalados por el Tercer Hokage, como un favor de Asuma Sarutobi.
Aunque Hinata prefería seguir viviendo con Naruto, algo que Kurenai respetaba, esta adopción era beneficiosa, ya que Kurenai sería su tutora legal junto con Asuma. Este último, como peso político, empezaría a apoyarla y podrían dar la cara por ella ante Konoha, incluso protegerla de la influencia del clan Hyuga si intentaban hacerle algo.
De esta forma, el entrenamiento de Hinata continuó apoyado por Jiraiya y Naruto... Donde ella estaba más determinada que nunca...
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1 semana después (quedan 2 para el torneo)
—Demonios... Esto no está funcionando... ¡MALDITO ZORRO! —pensó Naruto.
En este punto, incluso había logrado invocar grandes sapos de hasta 10 metros. Sin embargo, no había podido hacer uso del chakra del Kyubi...
Jiraiya meditó la situación en silencio.
—El chakra de Naruto es muy elevado... Agotarlo es complicado, no creo que esa sea la solución para usar el chakra del zorro... —el sabio finalmente suspiró—. Creo que ya sé lo que tengo que hacer... Según lo dicho por Kakashi y Hinata, su chakra se presentó en una situación de peligro...
El sannin se puso de pie antes de acercarse a Naruto.
—¿Eh? ¿Pasa algo? —preguntó el rubio. Jiraiya solo sonrió, para luego darle un golpe rápido en la nuca... Naruto cayó inconsciente.
Hinata, por su lado, estaba con las manos juntas mientras concentraba chakra... Pero se volteó al sentir lo que había pasado.
—¿Qué está haciendo?...
Jiraiya sonrió al verla.
—Parece que has mejorado tu barrera de detección... Ya puedes extenderla 10 metros y mantenerla por un tiempo decente... Ya que tu jutsu ha mejorado, te dejaré presenciarlo, pero te pido que confíes en mí, no intervengas —contestó el sannin.
Hinata asintió con la cabeza.
—¿Qué querrá decir? —pensó ella.
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Minutos después
—¿Qué hacemos en este precipicio? —preguntó la Hyuga.
La chica había aprendido un jutsu de barrera de Jiraiya, el cual le permitía generar un aura a su alrededor en forma de burbuja, con la que podía sentir lo que ocurría en ese radio con lujo de detalle... Era un jutsu de rango B, que requiere un control de chakra avanzado. Sin embargo, ella había logrado dominarlo en una semana, luego de sincronizar su cuerpo y mente. Gracias a su control, el desgaste de chakra era muy bajo.
Ahora mismo, estando al borde, podía sentir que había un agujero profundo al frente... Además de eso, había aprendido a agudizar sus sentidos con chakra, una enseñanza de Kakashi... El aire aquí hacía eco, dejándole entender la elevada profundidad de aquel precipicio.
—Bien, dijiste que Naruto usó el chakra rojo en una situación de extremo peligro —comentó Jiraiya.
Hinata rápidamente colocó un gesto de sorpresa al entender a dónde iba esto.
—¡No puede hacer eso! ¡Es peligroso! —A esto, Jiraiya le dio unas palmaditas en la cabeza.
—Por favor, ten confianza en él. Es peligroso, pero estoy seguro de lo que hago. Además, puedo salvarlo si las cosas se salen de control —declaró el sannin.
Hinata finalmente suspiró.
—Está bien... creo...
El sannin sonrió.
—Bien, pondré en marcha el plan.
Naruto fue puesto junto al precipicio, donde poco después despertó, estando de pie.
—¿Eh? ¿Dónde estoy? —preguntó el Jinchuriki, algo confundido.
—Hoy tendrás que dominar tu verdadero poder... si no quieres morir —declaró Jiraiya antes de empujarlo con un dedo.
Naruto salió disparado hasta quedar sobre el precipicio.
—¡AGH! ¡VIEJO LOCOOOO!
Hinata se tapó los ojos.
—¡AY! ¡No puedo ver!... Oh, espera, en verdad no lo hago... —declaró para sí, con una gota de sudor en la cabeza.
Naruto cayó por el precipicio, mirando en todas direcciones... Primero intentó aferrarse a las rocas con chakra, pero era inútil...
—¡Con mis últimas fuerzas!... ¡Vas a caer ge...!
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Antes de terminar su frase... Había despertado en un lugar extraño...
—¿Qué es este lugar? —preguntó al aire mientras miraba su entorno.
Era una especie de alcantarilla oscura.
GRRRRARRR!!
Naruto se volteó en dirección al sonido... Era un rugido...
—¿Qué es ese sonido? ¿Ese chakra?... Será...
El Jinchuriki tragó saliva mientras tomaba valor para avanzar, siguiendo un pasillo...
Después de unos segundos, llegó al final del pasillo para encontrarse con una enorme jaula...
—Acércate, mocoso...
Naruto se acercó, solo para ver cómo en medio de la oscuridad de la jaula, un par de ojos gigantes lo miraban fijamente. De la nada, unas garras enormes golpearon la jaula, haciéndolo retroceder.
—¡Agh! ¡¿Qué demonios?!—
—Me gustaría devorarte, pero esta reja no me lo permite... ¡Déjame salir, mocoso! —exclamó la criatura desde el interior.
Naruto solo pudo pensar en las palabras de Mizuki... Por lo cual frunció el ceño.
—¡Tú eres el Kyubi, ¿verdad?! —exclamó Naruto al verlo—. Como lo pensé... El chakra rojo era cosa tuya...
—Jejeje... No eres tan idiota. Nunca creí que te acercarías a mí por tu propia cuenta... ¿Qué buscas? —cuestionó el zorro con su voz demoníaca.
Naruto miró fijamente aquellos ojos gigantes, llenos de odio...
El zorro se sorprendió al notar cómo la mirada de Naruto se transformaba en una sonrisa de determinación.
—¡Óyeme, zorro! Tengo muchas preguntas, pero eso no importa ahora. ¡Lo que importa es que mi cuerpo ha sido tu posada por mucho tiempo!! Es hora de que me pagues el alquiler!! Déjame usar tu chakra— Ordenó el rubio...
El zorro guardó silencio, para finalmente dejar escapar una carcajada.
—Jajajaja... ¿Mocoso, te atreves a hablarme así? De cualquier forma, si tú mueres, yo también. ¡TIENES MUCHO VALOR! ¡Te recompensaré por llegar tan lejos!
Naruto observó con sorpresa cómo de la jaula del Kyubi empezaba a salir un chakra rojizo, el cual lo envolvió.
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Naruto finalmente abrió los ojos en la realidad... Sin perder tiempo, empezó a hacer sellos manuales.
—¡Kuchiyose no Jutsu!
Una enorme nube de humo apareció, revelando a un gigantesco sapo de más de 30 metros, y Naruto terminó en su cabeza. Miró al anfibio con sorpresa para finalmente exclamar:
—¡LO CONSEGUÍ!
Jiraiya sonrió al ver el resultado.
—Lo hizo. Sin embargo... no podemos estar tranquilos, el chakra rojo es muy denso y...
—¿Qué ocurrió? —preguntó Hinata, a lo que Jiraiya rió nervioso.
—Fue demasiado chakra, y terminó invocando a él... El gran sapo Gamabunta no es muy alegre que digamos —declaró Jiraiya, dejando a Hinata con una expresión confusa.
—Eh...
...
—¡Lo conseguí! ¡Jajaja, en tu cara, mundo! —exclamó Naruto, saltando una y otra vez sobre la cabeza del gran sapo.
—¡Oye tú! ¡Deja de pasearte por mi cabeza, mocoso! —exclamó el anfibio, enojado.
—¿¡Qué fue eso!? —pensó Naruto al escuchar el regaño.
—Hace mucho que no respiraba el aire del exterior... ¿¡QUÉ DEMONIOS ES ESTO?! ¡OYE, MOCOSO! ¿¡DÓNDE ESTÁ JIRAIYA?! —exclamó el sapo, a lo que Naruto dio un paso atrás.
—¿¡Qué demonios ocurre!? ¿Qué tipo de sapo es este? —pensó Naruto antes de preguntar—. ¿Jiraiya?
—¡ESE PERVERTIDO ME INVOCA Y DEJA UN MOCOSO EN MI CABEZA! ¡LO VOY A MATAR!
—N-no, en realidad yo fui quien te invocó... para que me ayudes y eso... —contestó Naruto, pasando su mano por la nuca.
El sapo lo miró un momento...
—¿Tú? ¿QUIERES QUE CREA QUE UN ENANO COMO TÚ ME INVOCÓ? ¡JAJAJAJA! —Naruto frunció el ceño al ver cómo se burlaba de él.
—¡SAPO DEL DEMONIO! ¿¡QUIÉN TE HAS CREÍDO PARA HABLARME ASÍ!? ¡YO TE INVOCÉ! ¡YO SOY TU SEÑOR! ¡SOY NARUTO UZUMAKI! ¿¡ENTIENDES!?
Gamabunta dejó de reír para devolverle una mirada curiosa.
—Al parecer no sabes con quién estás hablando... ¡MOCOSO INSOLENTE! ¿¡CÓMO TE ATREVES A DECIRME A MÍ, GAMABUNTA, JEFE DE LOS SAPOS, QUE ERES MI SEÑOR!? ¿¡QUIERES MORIR, VERDAD!? ¡¿ES ESO?! —exclamó el animal, mostrándose imponente, a lo que Naruto cayó.
Finalmente, Naruto rió nervioso.
—P-perdón, jefe sapo... —declaró Naruto, para luego pensar—. ¡Ero-sennin, me hubieras avisado! ¡Qué miedo!
—Si te quedas callado, puedo considerar convertirte en mi secuaz. ¡Puedes agradecerme!
...
Desde lo alto...
—Esa cosa da miedo... —admitió Hinata. Podía escuchar la conversación, y por el eco, sabía muy bien que aquel sapo era extremadamente gigante.
Jiraiya solo rió.
—¡Los papeles se cambiaron! —Finalmente juntó sus manos en un sello—. Yo mejor me voy. Si Gamabunta me ve, esto se pondrá feo.
Sin más, el sannin se retiró en un parpadeo, mientras Hinata quedaba confundida...
Finalmente, el sapo gigante envolvió a Naruto con su lengua, para luego salir del abismo de un salto y aterrizar con violencia no muy lejos de la chica, quien se agachó para protegerse del viento que había desatado el aterrizaje.
—Eh... —Gamabunta miró al suelo, donde se podía ver el contrato de invocación firmado por Naruto y, al lado de este, a una joven de cabello corto azul oscuro y ojos vendados.
El sapo rió al ver cómo el nombre del Jinchuriki estaba en el pergamino.
—Vaya, el mocoso decía la verdad —burló el sapo—. ¡Jiraiya condenado! Es un mocoso admirable, pensar que se subió a mi cabeza a su edad... El primero después del Yondaime...
En eso, se fijó en Naruto. Estaba inconsciente.
—Parece que se agotó. Lo dejaré con esa chica, parece conocerlo —pensó Gamabunta.
Hinata lo tenía de cerca y estaba sorprendida... Su barrera apenas cubría una pequeña parte de él.
—¡Es gigantesco!
El sapo estiró su lengua con el rubio en ella para dejarlo junto a la chica. Luego, abandonó el lugar en una nube de humo.
Hinata se acercó a Naruto, agachándose junto a él.
—Lo mejor será que lo lleve al hospital, está muy agotado... —pensó ella, para luego colocar su brazo sobre su hombro.
Finalmente, suspiró y rió nerviosamente.
—¿Por dónde quedaba la aldea?
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1 día después
Naruto despertó en una cama, sintiendo un peso en el pecho.
—Ugh... ¿Qué pasó? —Al levantar la vista, pudo ver a Hinata, quien tenía la cabeza recostada en su pecho y estaba dormida. Naruto no pudo evitar sonreír al contemplarla por unos segundos—. ¿Cómo es que nunca me di cuenta de esto? Es muy linda...
Pasó suavemente su mano por su cabello...
En eso, la puerta se abrió, y el sonido hizo que Hinata se despertara.
—Oh... Ya están despiertos. Espero que no hayan estado haciendo cosas traviesas —bromeó Kurenai.
Ante esto, Hinata se puso roja antes de enderezarse en su silla.
—Recién desperté... —contestó Naruto, con una gota de sudor—. ¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?
Hinata finalmente sonrió.
—Buenos días, estuviste dormido desde ayer por la tarde. Ya es mediodía —contestó ella, a lo que Naruto suspiró.
—Oh, bien... Parece que no llevo mucho tiempo...
Kurenai rió antes de acercarse con una canasta de frutas.
—Me alegra ver que han progresado. Les traje algo de comer.
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En Sunagakure...
La aldea estaba en mitad de un desierto, cubierta por una gran muralla de roca. En el centro, se podía ver un edificio en forma de calabaza gigante, con el símbolo del viento.
En el interior, se veía una habitación; esta era la oficina del Kazekage.
—Buen trabajo, Baki —declaró el Kazekage, quien estaba detrás de una cortina, con cuatro guardias a sus costados, mientras que el ninja mencionado estaba arrodillado ante él.
Por otro lado, Masashi estaba de brazos cruzados, recostado en un muro de la habitación, observando en silencio.
—Tal y como lo planeamos, mis tres estudiantes aprobaron y pasaron a la tercera fase —declaró Baki.
—Bien. ¿Tienes noticias de parte de los ninjas del sonido? —cuestionó el Kazekage, a lo que Baki levantó un pergamino y se lo entregó a uno de los guardias, quienes lo pasaron al líder de la aldea.
El hombre abrió el pergamino y leyó su contenido.
—Espero que cumplan mis expectativas cuando llegue el día —declaró el Kazekage.
El líder desvió su mirada hacia Masashi, quien permaneció callado.
—¿Tú qué has decidido, Masashi-dono? ¿Vas a participar? Por tus estudiantes, estás autorizado a ir.
El ninja invocador solo rió.
—Ni siquiera sé por qué me lo preguntas, la respuesta es obvia. Iré.
El Kazekage asintió.
—Es un honor para nosotros.
En ese momento, Baki intervino.
—Pero, Kazekage-sama... ¿Por qué no llevamos más ninjas? Incluyéndome a mí, solo somos cinco... ¿No deberíamos enviar más soldados para asegurar el golpe? —preguntó Baki.
El Kazekage negó con la cabeza mientras uno de sus hombres levantaba una carta. Era la invitación del Kazekage para asistir a los exámenes.
—La Hoja ha puesto restricciones de ingreso. Si metemos más gente al país, se darán cuenta... Y si dejamos ninjas fuera de la frontera, para eso tienen ANBU patrullando. Durante los exámenes, la vigilancia externa del país es mucho más estricta. Eso les daría sospechas —contestó el Kazekage.
La carta del Hokage especificaba:
"Restricciones de acompañamiento:
Fuerzas de seguridad o guardaespaldas, 5 ninjas.
Ninjas especializados, 5 ninjas."
Dejando que solo un total de 10 ninjas, sin incluir a los alumnos, estuvieran permitidos en entrar al país del Fuego.
—Precisamente, por eso tanto empeño en que Gaara y sus hermanos aprobaran —declaró el Kazekage.
—Ya veo...
—Ya pueden retirarse —declaró el Kazekage.
Tras ello, los dos ninjas salieron de la oficina.
Masashi simplemente empezó a estirarse mientras miraba al frente.
—Lamento que tus alumnos no aprobaran —comentó Baki.
—No me digas... —contestó Masashi sin dejar de caminar—. Casi te creo.
En ese momento, una nueva figura se acercó a ellos. Era una mujer, estatura medio baja, con el cabello blanco en puntas, ojos azules, piel pálida, vestida con un chaleco blanco de tela, una camiseta negra debajo, los brazos vendados.
—Escuché que la misión fue un éxito, felicidades, Baki —declaró la mujer con una sonrisa.
—Oh, muchas gracias, Kaori-sama —declaró Baki, inclinándose.
Finalmente, la mujer volteó a ver a Masashi.
—Y tú, Masashi... Perdiste, ahora me pagas —declaró ella, extendiendo la mano.
Masashi solo gruñó, con una vena marcada en la frente.
—Y por esto te odio... —dicho esto, sacó un fajo de billetes de su riñonera y se lo entregó.
Baki miró confundido, levantando una ceja.
—¡Es un placer hacer negocios! —contestó ella—. A la próxima, va con intereses.
Esta era Kaori Sushiwara, una ninja reconocida de la región norte del pais, apodada "Princesa del Vidrio".
—Con permiso... —dicho esto, Baki se retiró en un borrón de velocidad.
Masashi solo suspiró mientras lo veía alejarse.
—Bueno, ¿al menos me invitarás un trago con ese dinero?
—Nop, sabes que no me gusta. Además, no quiero que me vean con un hombre tan problemático, van a pensar que soy de esas. Aunque, estoy intrigada, Masashi... Te noto más emocionado de lo normal. ¿Ocurrió algo en Konoha? —cuestionó la mujer.
—Sí, algo muy interesante. Estaba pensando en no participar en el golpe... Pero vi a un ninja muy fuerte. Ahora me emociona la idea de enfrentarlo —declaró el hombre con una sonrisa—. Su nombre es Maito Gai... Además, también anda por ahí el hijo del Colmillo Blanco de Konoha. Dos tipos muy interesantes.
—¿Maito Gai? Nunca oí hablar de él.
—Le dicen la Bestia Verde de Konoha...
—Jejeje...
—¿Qué?
—Con ese apodo... ¿Te imaginas que te derrote? Sería gracioso, considerando que te conocen como el Rey de las Bestias del Desierto —declaró Kaori, burlona—. Sería gracioso que te derrotara alguien con ese apodo.
Masashi solo la miró con una gota de sudor.
—Bah, no me molestaría que me derroten, siempre y cuando sea alguien fuerte... Tú sabes muy bien lo que siempre digo...
—¿"La peor humillación del mundo es ser derrotado por un hombre con labial"?
—¡No! ¡Eso no!... Aunque sí se aplica aquí...
—Pero, ¿no sería más humillante que te derrotara una mujer?
—Si me derrota un hombre con labial y de género dudoso, sería humillante. Ese día vuelo la aldea en pedazos y me suicido... Si me derrota una mujer, le pido que sea mi esposa y que me haga cinco hijos.
—Pero si ya tienes un hijo, ¿no estás casado ya?
—Eh...
Masashi solo miró a la nada.
—¿Cómo te lo explico...? —dijo mientras se frotaba la barbilla...
Solo podía recordar cómo, hace 13 años, abrió la puerta de su casa... Y ahí estaba un bebé en una cesta, con una carta que decía: "¡HAZTE CARGO!"
—Sigo sin saber cuál de todas era su madre...
Kaori solo lo fulminó con la mirada.
—¿Seguro que tú no eres la bestia?
Fin Capitulo 27
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