16 [Miedo]
—¡¿Alguien me puede decir qué son los exámenes Chunin?!— exclamó Naruto finalmente, rompiendo el ambiente pesado que se había generado...
Hinata instantáneamente salió de su trance y de forma casi instintiva contestó:
—¡Yo puedo explicarte!—
Esta respuesta espontánea de la ojiperla hizo que Naruto le dedicara una sonrisa mientras sus ojos brillaban.
—¡¿En serio?! ¡Eres genial! ¡Gracias!— contestó el rubio, causando que la Hyuga se sonrojara y se volteara, tratando de ocultarlo.
—Vaya, jefe, tal parece que tu novia es muy inteligente y tú muy estúpido para no saber lo que son, te lo dicen en la academia— se burló Konohamaru, a lo que Hinata se sonrojó aún más, casi irradiando calor por aquella situación, la cual había cambiado de golpe de un momento a otro.
—¡Cállate!— exclamó Naruto antes de darle un coscorrón al niño, al cual le salió un enorme chichón del tamaño de su cabeza.
—Sí, sí, ya me callo…— contestó Konohamaru con algunas lágrimas tontas a punto de escaparse de sus ojos.
Hinata finalmente levantó un dedo.
—Verás... Los exámenes Chunin…—
Hinata empezó a explicar lo que eran.
En el mundo ninja, como ya es sabido, existen cuatro rangos de jerarquía: Genin, el más bajo; Chunin, el intermedio; Jounin, élite; y Kage, como el máximo.
Para ascender de jerarquía no basta con tener poder bruto; se requiere responsabilidad y la capacidad de tomar decisiones.
Los Chunin requieren ser un shinobi mínimo de rango B, con las aptitudes de liderazgo ya mencionadas.
Dos veces al año, en las aldeas ninja, en las sedes principales, se hacen los exámenes Chunin, donde vienen Genin de las aldeas aliadas para postularse y subir de jerarquía.
Los aspirantes presentan una serie de pruebas de alto calibre para demostrar que son capaces de obtener el título.
Además, estos exámenes tienen el objetivo de afianzar la amistad entre las aldeas y demostrar el poder que estas tienen, al ser un evento visto por todos los altos mandos y el público general.
Es una forma de demostrarle a las personas que están seguras, ya que sus fuerzas militares son muy fuertes.
Además, es una exhibición, donde los demás países pueden conocer el poder de sus aliados.
Generalmente es mal visto que un ninja demuestre sus mejores técnicas o que se exhiba… Pero en este caso, se hace como símbolo de paz.
Por ello, no deja de ser un evento que divide mucho a la comunidad ninja.
Sin embargo, no son la única forma de ascender como Chunin.
Un Genin, como se mencionó previamente, puede tener rango desde D hasta A, donde dicha información está grabada en su hoja ninja o tarjeta de identificación.
Cabe aclarar que no existen los Genin rango S, no porque no puedan ser así de fuertes, sino porque el rango S son misiones en su mayoría secretas y de alta confianza de la aldea. A un Genin, por mejor experimentado y poderoso que sea, no se le confiaría participar ni como apoyo en estas misiones, al no ser considerados con las aptitudes, liderazgo, confianza, etc.
Si más de tres ninjas de rango superior que no sean familia recomiendan a un Genin de rango B o mayor, reconociendo sus aptitudes de liderazgo, este puede ser sometido a una entrevista, a alguna misión de prueba, y finalmente ascender sin necesidad de los exámenes.
También pueden ser ascendidos si el Kage de su aldea reconoce sus habilidades y decide hacerlo.
Además, cabe aclarar que los Genin de rango A pueden participar en el mismo examen que los de rangos menores, aunque esto podría ser tachado de injusto e inmoral.
Pero esto es debido a que se considera que los más débiles e inexpertos no pasan de las primeras pruebas, y los que se quedan tienen las aptitudes para fortalecerse y hacer frente o incluso superar a los de rango A.
Los exámenes Chunin no solo son una prueba de valía… Son un reto que permite fortalecer en conjunto a los ninjas de diferentes aldeas, dándoles la oportunidad de subir de nivel.
Muchos Genin no ascienden a Chunin, pero salen titulados con el nivel A o B, dándoles pie a participar en misiones avanzadas.
En pocas palabras, hay varios caminos para subir de rango jerárquico o de nivel ninja. Estos requieren un largo trayecto… pero el más rápido, aunque riesgoso, son los exámenes Chunin.
Después de algunos minutos, finalmente Hinata terminó de explicar a su compañero, quien parecía muy interesado.
—¡OH! ¡ESTO ES MUY EMOCIONANTE!— exclamó Naruto mientras él y Konohamaru se reían.
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Mientras tanto, a lo lejos, en un bosque de Konoha, se podían ver múltiples blancos para shurikens y kunais. En este sitio se encontraba un equipo que se veía más mayor que los demás Genin; los blancos tenían múltiples armas incrustadas.
Un chico de cabello negro, peinado en tazón y con cejas muy grandes, con un traje verde, se acercó a otros dos, quienes entrenaban.
—¿Ya se enteraron? Por primera vez en cinco años se presentarán novatos a los exámenes Chunin— anunció el chico de las cejas grandes, a lo que su compañera rió antes de lanzar un kunai que dio en el centro de uno de los blancos.
—¡Debes estar bromeando! Creo que sus sensei están compitiendo entre ellos— contestó ella, a lo que el cejudo sonrió.
—No lo creo, tres de ellos son del equipo de Kakashi—.
El otro chico, quien tenía ojos perlados, piel pálida y el cabello largo de color oscuro, tenía una expresión estoica que cambió al oír aquello.
Este era Neji Hyuga.
—¿El equipo Kakashi?... Parece divertido, aunque... en el fondo me da algo de pena— dijo el Hyuga antes de ponerse de pie—. Supongo que valió la pena esperar un año para hacer los exámenes—.
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Al día siguiente, en un puente de Konoha
—Oye, Hinata, ¿no estás cansada de esperar al sensei? —preguntó Naruto mientras se recostaba sobre la baranda del puente.
La ojiperla miró al cielo algo pensativa antes de responder.
—Parece ser un hábito... La verdad sí es un poco molesto —contestó ella—. Pero bueno, ya me he acostumbrado.
—Suerte la tuya... —dijo Naruto para después bostezar.
—Vaya... Se supone que nos iba a sorprender hoy. Pensé que vendría temprano... —pensó Sasuke mientras miraba al frente.
Naruto se puso de pie sobre la baranda del puente antes de empezar a gritar:
—¡YA VERÁ, SENSEI! ¡COMO VUELVA A LLEGAR TARDE, YO...!
—¡Hola chicos! Siento la demora, es que me encontré un gato negro y tomé el camino largo —dijo Kakashi, apareciendo de la nada en la parte alta del puente.
—¡USTED Y SUS EXCUSAS! —exclamó Naruto mientras lo señalaba.
Hinata rió ante esta situación, luego saludó a Kakashi con un gesto de su mano, mientras que Sasuke le dio una mirada a modo de saludo.
—Bueno, sé que lo que diré es un poco inesperado y apresurado, pero es importante... Los he recomendado para los exámenes Chūnin —comentó Kakashi con una sonrisa debajo de su máscara.
Hinata, por su parte, se quedó fría ante esta noticia. Sasuke miró con sorpresa a Kakashi mientras una leve sonrisa se dibujaba en su rostro, y Naruto sonrió muy abiertamente con un brillo de alegría en sus ojos.
—¿¡QUÉ!? ¿¡EN SERIO!? —exclamó el rubio, a lo cual el peliplata sacó algo de su porta herramientas para después colocarse frente a los tres.
—Aquí tienen, las solicitudes —el peliplata extendió su mano con tres papeles, y el rubio se lanzó sobre él dándole un abrazo muy incómodo.
—¡TE QUIERO, KAKASHI-SENSEI! ¡Jaja! ¡ES EL MEJOR! —exclamó Naruto mientras Kakashi trataba de liberarse.
—Bueno, Naruto, suéltame... Aquí no —contestó el Jounin. La escena hizo reír a Hinata.
Finalmente, Naruto se soltó y se colocó con sus compañeros.
—Bien, ya los he recomendado, pero no están obligados a ir. Es decisión de cada uno si quiere entrar o no. Si quieren participar, firmen la solicitud y preséntense en el salón 301 de la academia mañana. Eso es todo —explicó Kakashi antes de desaparecer, dejando a sus alumnos solos.
—¡Los exámenes Chūnin! ¡De seguro va a haber ninjas muy fuertes! Como el tipo raro de ayer —comentó Naruto mientras miraba el papel que le había entregado Kakashi...
El Genin había empezado a fantasear sobre ser Hokage y ganarle a Sasuke... Ciertamente tenía muchas expectativas sobre lo divertido que sería...
Hinata, por su lado, sonrió al verlo así, aunque la verdad se sentía nerviosa.
—Se emocionó mucho con esto. Estoy segura de que se esforzará hasta el límite por eso... La verdad es que tengo algo de miedo... Pero... ¡yo también lo haré! ¡Debo esforzarme! —se dijo a sí misma mientras sostenía el papel. Luego de eso, se volteó a ver a su otro compañero—. Sasuke, por su lado, no es muy expresivo. Me pregunto, ¿qué pensará?
El Uchiha les había dado la espalda a los dos mientras se sumergía en sus propios pensamientos.
—Tal vez pueda pelear contra el tal Gaara... O incluso contra rivales más fuertes... Es una gran oportunidad... —Sasuke sonrió para sí mismo antes de guardar la solicitud y marcharse, no sin antes hacer un gesto de despedida con la mano...
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Esa misma tarde, en el complejo Hyuga
Hinata llegó a su casa, tras lo cual dejó sus sandalias en la entrada y entró sin hacer ruido.
—Bien, entonces mañana en el aula 301... Estoy nerviosa... Debería decirle a mi padre... —pensó ella con su solicitud en la mano—. Ahora, debería estar entrenando con mi hermana...
La Hyuga tomó una bocanada de aire, dándose fuerza a sí misma, y empezó a caminar en dirección al dojo...
Pero antes de que llegara, logró escuchar a alguien detrás de ella.
—Es muy temprano, ¿no tuviste misión? —preguntó Hiroshi, el abuelo Hyuga, quien tenía una mirada frívola que le ponía la piel de gallina a la joven.
—E-este... Yo... —inmediatamente todo su valor se había desvanecido...
La verdad es que su abuelo le producía miedo, en especial cuando estaban solos. Su aura era perturbadora... Se sentía una tensión muy alta siempre que no estaban Hiashi, Hanabi o alguien más cerca...
Hinata no quería pensar lo peor... Pero, la única persona que le había hecho sentir algo tan horrible... Había sido Zabuza...
Hiroshi era un hombre demasiado misterioso, distante e incluso bastante cruel en ocasiones... Ni siquiera su padre la hacía sentir tan intimidada.
—¿Qué es eso de ahí? —el anciano, en un veloz movimiento, le arrebató la solicitud de las manos y la leyó con rapidez. Estas simples acciones habían hecho que la kunoichi se sintiera indefensa...
Ni siquiera lo había visto moverse, simplemente, ante su perspectiva, él estaba a cuatro metros y, en un parpadeo, ya tenía el papel en sus manos...
Su cuerpo fue invadido por un escalofrío que pasó desde su nuca hasta sus pies.
—Los exámenes Chūnin... Así que ya van a empezar, ¿eh? —el anciano le dirigió una mirada penetrante a su nieta. Luego arrugó el trozo de papel y lo rompió—. No tienes permitido ir, no es necesario que vayas. Como dijiste hace unos días: "No importa cuánto te esfuerces, seguirás siendo una perdedora". No te creas la gran cosa por haber ido a una misión de rango A.
Hinata se quedó en shock al oír aquello... Estaba usando su propio razonamiento en su contra...
—Por el bien del clan, será mejor que no te esfuerces tanto. Noto que estabas indecisa, pero no seas absurda en siquiera considerar la posibilidad. Eres demasiado débil, mejor ni lo intentes. Supongo que ahora que aceptas tu destino, esto será más fácil de asimilar, ¿no? —preguntó de forma sarcástica, cosa que perturbaba a su nieta.
—P-pero... —trató de contestar.
—Conformate con lo que eres, naciste siendo débil y lo seguirás siendo. No te pongas a ti o a los que te rodean en peligro, tú lo has dicho: acepta el destino que decidiste abrazar al no pelear. Es por tu propio bien —comentó Hiroshi con firmeza.
Hinata, en el fondo, se sentía moralmente destrozada... Quería decir algo, pero simplemente se sentía impotente. Su mandíbula temblaba, tenía un nudo en la garganta... El anciano simplemente estaba usando sus propias palabras en su contra...
—Sí, señor... —contestó ella antes de inclinarse ante el viejo, quien luego le dio la espalda.
—Bien, eso es todo, puedes marcharte —finalizó el anciano mientras pensaba—. Hiashi, te falta mucha firmeza con estas niñas, eres blando...
Una vez se fue y desapareció de su vista, Hinata solo se arrodilló ante los trozos destruidos de su solicitud... No pudo evitar sentir cómo las lágrimas recorrían sus ojos mientras las agarraba...
Finalmente, corrió directo a su habitación, donde se encerró y luego se sentó en el suelo en posición fetal, colocando su cara entre sus muslos.
—Si eso pensó el abuelo, está claro que mi papá no pensará diferente... —la chica suspiró bastante desanimada mientras algunas lágrimas se asomaban por sus ojos perlados y empezaba a llorar.
Algunas de sus lágrimas se deslizaron por sus piernas y luego cayeron al suelo mientras ella trataba de contener sus ganas de sollozar.
—Tal vez tenga razón... Yo no... —sin embargo, antes de que los peores pensamientos negativos invadieran su mente, un recuerdo cercano vino a ella al ver sus propias lágrimas.
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—¿Es por eso que pretendes ser el protagonista de una tragedia y llorar todo el día? ¿Eso es todo lo que quieres hacer? De seguro lograrás mucho llorando —contestó Naruto con un tono de frialdad, a lo que Inari se sintió sorprendido por la respuesta.
El rubio golpeó la mesa con la palma de su mano. Luego levantó la mirada; sus ojos azules penetraban a Inari, y levantando la voz, finalmente sentenció:
—¡Si es así, entonces sigue, idiota llorón! ¡Llora, llora y sigue llorando! ¡Estoy ansioso por ver lo que logras! —exclamó el rubio de forma amenazadora a lo que Inari finalmente partió en lágrimas.
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...
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—No es malo ser débil o que te sientas débil; lo malo es que te resignes a quedarte débil —declaró Sasuke antes de volver a caminar.
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—¡Es verdad!... —Ella levantó la cabeza mientras trataba de calmarse—. Gracias, amigos...
Ella apretó su puño mientras respiraba...
—No es momento de llorar, no lo arreglaré así... ¡No importa! Kakashi-sensei dijo que era nuestra elección... Quiero hacerlo, ¡necesito hacerlo! Iré de todas formas... Ya los desobedecí antes, lo haré de nuevo con tal de seguir mi camino ninja... —pensó ella mientras se ponía de pie—. Ya decidí una vez, lo haré de nuevo... ¡No puedo dejar que Hanabi me vea débil después de lo del otro día! ¡No puedo decepcionar a mis amigos y mucho menos a mí misma!
Tras ello, la Hyuga se limpió las lágrimas...
Sentía cómo el corazón le latía con fuerza... Finalmente, tomó todo su valor antes de abrir la puerta, luego corrió directo al portón de salida del complejo, donde se puso sus sandalias y salió a la aldea...
Ella empezó a saltar entre los edificios mientras mantenía su mirada determinada...
—Tal vez pueda conseguir una nueva solicitud si se lo pido al Hokage o a Kakashi-sensei... Esto de perder la solicitud, tal vez sea un problema recurrente... Ojalá que así sea, es temprano, no debería haber problema —pensó ella saltando entre los edificios, se sentía ansiosa—. Estoy desobedeciendo a mi abuelo y padre... Pero, tengo que ser fuerte, ¡la decisión es mía!
...
En otra parte del complejo, se podía ver cómo Hiroshi había llegado a arrodillarse junto a Hiashi, ambos observando el entrenamiento de Hanabi...
—¿Ha pasado algo, padre? —preguntó Hiashi.
—Deberías tener una mano más firme, tu hija es un desastre —declaró Hiroshi.
—¿Qué ocurrió?
—Pretendía colocar el Byakugan en peligro con su debilidad, se iba a presentar a los exámenes chunin.
Hiashi volteó a verlo, aunque se mantenía estoico, esto era una sorpresa... Eso significaba que Kakashi la había recomendado.
—Como sea, se lo he prohibido —declaró Hiroshi antes de mirar a Hanabi.
—Ya veo... —contestó Hiashi.
—Esa mocosa no tiene potencial, aunque sus ojos tienen una gran pureza, no posee lo necesario... Su hermana sí... Sin duda, debe ser entrenada como tal... Ella podría ser la legítima heredera del Byakugan... —pensó Hiroshi mientras veía cómo Hanabi lanzaba golpes al aire con precisión—. Las leyendas del clan Hyuga... Probablemente si la guío por el camino adecuado, finalmente llegue al potencial más puro del Byakugan... La siguiente princesa Byakugan...
Hiroshi se mantuvo firme...
Si había un Hyuga conservador, era él... Un hombre obsesionado con la grandeza del clan Hyuga...
Tenía una oficina completa donde dedicaba días en estudiar las leyendas y manuscritos del clan Hyuga, transferidos de generación en generación desde hace más de 1000 años...
Incluso, algunos de los textos que manejaba estaban en lenguas muertas...
Hablaba de que hacía las cosas por un bien mayor para su familia... Pero en realidad, hacía las cosas según le convinieran, probablemente porque había logrado descubrir algo en todos sus estudios... Aún era un misterio que ni siquiera Hiashi entendía, y mucho menos se atrevería a llevarle la contraria.
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Algunos minutos después
En la oficina del Hokage se podía ver cómo el anciano estaba revisando su eterno papeleo... Cuando logró escuchar golpes en la puerta.
—Siga —contestó el anciano.
Dado el permiso, la puerta se abrió y un hombre entró a la habitación.
—Buenas tardes, Hokage-sama —dijo Iruka saludando con una sonrisa mientras en sus manos cargaba algunos documentos.
—Oh, Iruka, es bueno verte, ¿pasa algo? —cuestionó el Kage. Iruka se colocó a apenas un metro del escritorio antes de empezar.
—Vengo con algunos reportes de la academia ninja, ya sabe, sobre el índice de rendimiento de los aspirantes a Genin, además necesitamos que apruebe el pago de la renovación de las armas de entrenamiento —contestó el Chunin.
—Ya veo, eso es importante —contestó el Hokage dejando de lado los papeles en los que estaba trabajando, luego hizo una seña para que Iruka le pasara los documentos, los cuales empezó a leer.
El Hokage leyó los papeles con cuidado, parecían estar en orden, por lo que sin más colocó su sello.
—Bien, el resto lo puedes dejar —declaró mientras Iruka tomaba los documentos y se disponía a irse...
En eso, para sorpresa de ambos, alguien golpeó la puerta; eran unos golpes muy suaves, prácticamente imperceptibles, cosa que le hizo fruncir el ceño al Hokage.
—Qué extraño... —pensó el Hokage, por lo que suspiró antes de contestar—. Pase.
Tras años de estar detrás de aquel escritorio, el viejo había escuchado miles de formas de golpear la puerta.
Todos los días, alguien tocaba la puerta, había oído distintas formas, patrones, sonidos, e incluso frecuencias diferentes de llamar a la puerta... Como humano, incluso el sandaime tendía a distraer su mente ocasionalmente para relajarse; con aquella puerta había desarrollado un pequeño pasatiempo...
Le agradaba mucho escuchar cuando alguien tocaba la puerta, ya que podía intentar adivinar quién estaba del otro lado, esto lo hacía prestando atención a la forma en que lo hacía.
La frecuencia de los golpes, la cantidad, la posición relativa, la fuerza, el eco... Con ello, fácilmente había desarrollado la capacidad de discernir la estatura, el peso aproximado y el género de la persona que golpeaba, cosa que le resultaba satisfactorio al ver que acertaba.
En este caso... Eran golpes demasiado blandos, pero frenéticos, cosa que le resultaba algo inusual. Por otro lado, podía notar que era alguien de baja estatura, muy probablemente una chica... Nunca había oído esos golpes.
Finalmente, la puerta se abrió lentamente, y Hinata se asomó tímidamente a lo que el Hokage levantó la ceja.
—Hinata Hyuga, es bueno verte —declaró Iruka con una sonrisa.
—Buenas tardes, pequeña, ¿qué te trae por aquí?
—B-buenas tardes, Iruka-sensei... Hokage-sama —contestó la Hyuga inclinándose ante ambos.
—Esto es muy extraño... —pensó Hiruzen antes de preguntar—. ¿En qué puedo ayudarte? Puedo notar que es algo importante.
—Bueno... Yo... —La chica se colocó recta mientras sus ojos apuntaban al suelo, se sentía muy nerviosa.
No era solo su timidez, era la ansiedad... Estaba allí en contra de lo que decía su abuelo, quien toda su vida había sido obediente, pero ahora... Estaba tomando las riendas por ella misma, esto le daba más nervios de lo usual.
—¿Pasa algo? —preguntó Iruka al ver que la chica se había quedado congelada.
—Valor... Valor... Tú puedes... —pensó Hinata apretando su puño y tomando una bocanada de aire.
—¿Eh? —El Hokage se mostró curioso.
—Hokage-sama, quiero presentarme a los exámenes chunin, pero mi solicitud se estropeó y desearía saber si me puede dar una nueva —la chica habló prácticamente exclamando, hablando bastante rápido y tratando de vocalizar lo mejor que podía.
. . .
Tanto el Hokage como Iruka se habían quedado en un silencio incómodo mientras trataban de procesar.
La joven se quedó mirando al suelo por varios segundos... Los cuales parecían eternos... Se empezaba a sentir avergonzada de no oír respuesta... ¿Acaso había hablado muy bajo y no se había entendido? ¿Acaso había sonado muy grosera o altanera? ¿Había hablado bien?... ¿¡Qué!?
—Yo... —La joven trató de decir ya que no veía respuesta, pero finalmente el Hokage la interrumpió.
—Ya veo, es bueno ver que quieres participar y que no te quedaste ante el primer error... Eso es bueno. Y no, no hay problema con esto, solo tienes que llenar un formulario y se te entregará una nueva. Como estás recomendada, no habrá ningún problema —contestó el Hokage mientras se sostenía el sombrero.
—¿E-en serio? —Hinata no pudo evitar sonreír al oír la noticia.
—Así es... Pero te aclaro, este tipo de cosas solo se le permiten a los genin que van a presentarse por primera vez y solo han perdido su solicitud una vez... Los genin que repiten la prueba, o que la hayan perdido por segunda vez, tienen que pagar una comisión o no pueden presentarse, esto es debido a la falta de responsabilidad —comentó el Hokage.
—Entiendo... —contestó ella, agradeciendo a gritos desde lo profundo de su alma.
Hiruzen se dirigió a un cajón de su escritorio, donde sacó una hoja. Era una planilla de inventario, usada para controlar cada vez que algún documento legal es entregado a una persona, dejando el reporte de fecha, hora y firma de la persona que lo recibe.
—Bien, aquí tienes el formulario. Debes llenarlo, y una vez hecho, te entregaré la nueva solicitud —el Hokage buscó rápidamente algo en uno de los otros cajones de su escritorio: una hoja de solicitud nueva...
—Adelante —comentó Iruka haciendo una seña a la genin para que caminara al frente.
La joven caminó tímidamente hasta colocarse junto al escritorio. El Hokage le entregó una pequeña brocha de escritura y un frasco pequeño de tinta.
—Bien... Esto es por mí... —pensó la chica mientras untaba la brocha con algo de tinta.
Su mano temblaba, un nudo se formó en su garganta, su pecho palpitaba con fuerza, casi sentía que iba a sudar... Se sentía ansiosa... Sabía que estaba yendo en contra de su familia... Y en palabras del anciano, estaba colocando en riesgo el prestigio de su clan.
Pero también sabía que se arrepentiría el resto de su vida si decidía no hacerlo... Sería un mal ejemplo para su hermana, le demostraría a Naruto que ella no tenía carácter... Y definitivamente Sasuke no podría respetarla. No sería digna de verlos a los ojos nuevamente después de las cosas que le habían dicho para apoyarla a su manera... Aún más importante, no se sentiría bien con ella misma nunca más.
—Desde hoy te lo declaro, abuelo... Te odio y me das miedo, pero me da más miedo fallarme a mí misma —pensó antes de apretar su agarre.
Sin más, tomó el pincel y empezó a llenar el formulario, el cual era relativamente corto... Finalmente, lo firmó.
—Bien, eso es todo. Solo sé más cuidadosa —comentó Hiruzen antes de entregarle la solicitud vacía, luego le puso el sello oficial del Hokage. Ahora era un documento legal.
Finalmente, el Hokage tomó la hoja para después entregársela, a lo cual Hinata la agarró mirándola de lado a lado...
—Recuerda llevarla firmada mañana —declaró el viejo. Ante esto, Hinata no pudo evitar sonreír.
—Muchas gracias, Hokage-sama —dicho esto, la chica guardó la solicitud y se empezó a retirar—. Adiós, Iruka-sensei.
Finalmente, la Hyuga se fue cerrando la puerta detrás de ella. Se veía algo apurada.
—Sí que ha crecido... Aún tiene problemas para interactuar, pero se nota que ha cambiado para bien —declaró el Hokage.
—Sí, pude notarlo... Me alegra ver lo mucho que ha crecido, es increíble el trabajo de Kakashi y la compañía de Naruto y Sasuke —contestó Iruka con una sonrisa mientras tomaba sus papeles y se retiraba—. Vale, adiós, Hokage-sama.
Una vez el Chunin se fue, el Hokage frunció el ceño y miró en todas direcciones.
—¡Ashika! —exclamó el Kage, ante lo cual un ANBU salió de la nada y se colocó en frente de él.
—¿Sí, Hokage-sama?
—Vigila a Iruka, algo no está bien.
—Sí, señor —contestó antes de desaparecer.
Hiruzen miró a la puerta, parecía preocupado... Pero, todo podía ser simplemente su imaginación... ¿Pero por qué?
Muy simple, no se supone que su secretaria deje pasar a una persona mientras él está atendiendo a otra, a menos que sea algo de extrema prioridad. Lo de Hinata pudo haber esperado un momento, pero tal vez le había dado prioridad al ser la heredera Hyuga...
Por otro lado, aunque no le había dado mucha importancia al principio, la forma de golpear de Iruka antes de entrar era diferente... En un principio, pensó que era porque tenía las manos ocupadas, cambiando el eco a uno más grave, característico de alguien con mano firme de gran pulso; Iruka era de mano blanda.
Y finalizando, Iruka había demostrado con anterioridad no estar de acuerdo con que los genin novatos presentaran los exámenes chunin, y no pareció darle mucha importancia cuando la vio ni a su crecimiento, incluso Hiruzen había mencionado su crecimiento, a lo que Iruka respondió con algo que probablemente diría...
Pero seguía habiendo una inconsistencia en su actitud, y en que tuvo que esperar a que Hiruzen dijera algo al respecto para él decir eso...
La única razón por la que no había saltado al ver estas señales de un posible impostor, era porque dudaba... Sin mencionar que Hinata estaba ahí, probablemente la pondría en riesgo si hacía algo precipitado...
—¿Un espía? —pensó el Hokage sin despegar la mirada de la puerta...
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En otra zona de Konoha
—Maldición, parece que el viejo está sospechando —pensó Iruka desde un callejón cerca de la academia ninja.
El Chunin pudo notar que había alguien siguiéndolo, por lo que siguió caminando con naturalidad hasta entrar a la academia, y apresurándose, entró a una de las aulas.
Con una velocidad imposible para un ninja rango D, se dirigió a una de las mesas y de ella sacó a un hombre... Se trataba de Iruka, quien estaba inconsciente, por lo que con rapidez le colocó una mano en la cabeza.
—Kai.
El Chunin palpitó antes de empezar a despertarse, con lo cual el otro Iruka desapareció sin dejar rastro.
—¿Eh?... Vaya, me he quedado dormido... Recuerdo haber ido a entregar unos papeles al Hokage... No recuerdo cómo llegué aquí —pensó Iruka antes de estirarse y ver que tenía los papeles en el escritorio—. Bueno, parece que terminé mi trabajo por hoy.
Sin darse cuenta, aquel ANBU se asomó por la ventana de la academia empezando a observarlo a él...
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Mientras, en otro sitio
El otro Iruka se había alejado lo suficiente.
—Parece que he levantado sospechas... Debo ser más cuidadoso, todo es culpa de esa Hyuga. Se supone que nadie entraba a la oficina a estas horas... —pensó antes de ejecutar un sello manual.
El Iruka falso estalló en una nube de humo, dejando ver su verdadera forma... Un chico de cabello plateado, coleta de caballo, lentes y ojos negros. Este era Kabuto Yakushi...
Él suspiró mientras sostenía aquel papel firmado por el Hokage y con su sello... Junto con tres solicitudes para los exámenes chunin.
—Si no me equivoco, esa mocosa es compañera de Sasuke... Lo bueno es que todo va de acuerdo al plan. Al parecer, el equipo 7 sí entrará a los exámenes —sin más, el espía desapareció en un borrón.
Fin Capítulo 16
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