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1 [El día más aburrido]

Han pasado un poco más de 4 años, casi 5, desde el ataque del Kyubi a Konoha, un evento en el cual mucha gente murió debido a la temible criatura, considerada un desastre natural en sí misma. Esa noche apareció de la nada, destruyendo todo a su paso con su gran furia.

Aquella noche, un 10 de octubre, fue la muerte de uno de los más grandes héroes de Konoha, el Yondaime Hokage, quien se sacrificó para detener a la bestia... Pero, sin que muchos lo supieran, esa noche también fue el nacimiento de su hijo, un joven de cabello rubio alborotado, con marcas de bigotes en sus mejillas y ojos azules. Este niño fue nombrado Naruto Uzumaki.

El niño fue aborrecido por las personas de la aldea, quienes se enteraron de que era el recipiente de aquel monstruo feroz que era el Kyubi, sellado con el sacrificio del Yondaime.

Aunque el gobierno de la aldea se esforzó en mantener eso en secreto, gran parte de la población terminó enterándose por filtraciones, por lo que el niño fue aborrecido por la población, ya sea civil o militar, algunos llegando al abuso emocional, verbal y físico de aquel indefenso niño.

Sin embargo, muy pocos sabían que el niño era realmente el hijo huérfano de su gran héroe, debido a que los medios manipularon las creencias de las personas con historias.

Había diversas leyendas urbanas o rumores sobre el chico, que decían que el Kyubi había sido contenido en una forma humana artificial creada por los jutsus del Yondaime, como un clon especial, una vasija de forma humana que se movía por el alma del zorro, una reformación del cuerpo del zorro a una forma más básica y otras creencias más, lo que supuestamente explicaba su apariencia, que era obviamente similar a la del ya fallecido Hokage, pues era el dueño del supuesto jutsu.

La población militar, consciente de la realidad, nunca intentó aclarar nada de esto, simplemente para proteger al chico de los enemigos de otras aldeas que podrían querer venganza contra el fallecido cuarto Hokage.

Aunque siempre estuvo prohibido hacerle daño o incluso hablar del tema frente a los niños o siquiera en voz alta, nunca faltaron los imprudentes movidos por la ira y el dolor, pero en su mayoría, la gente le tenía miedo, debido a que pensaban que en cualquier momento el recipiente podría liberar a la criatura, por lo que preferían mantener su distancia. Por ello, el niño sufría de gran soledad, debido a que nadie quería estar cerca de él, y los padres evitaban que sus hijos se acercaran por miedo a que les hiciera algo.

En resumen, era mejor aprovechar la ignorancia de la gente sobre el ninjutsu, que estaba súper mitificado, a que supieran demasiado para proteger la identidad de Naruto, al mismo tiempo que la ignorancia generaba miedo hacia él.

Tras años de soledad y rechazo, Naruto empezó a buscar la atención de los demás, incluso la negativa, todo con tal de ser visto, empezando a hacer bromas o payasadas a los aldeanos. Esto también era en un intento de mostrarse amigable.

En fin...

He aquí, Naruto se encontraba en un pequeño parque, sentado solo en un columpio mientras veía cómo otros niños jugaban a la distancia. Hoy era uno de esos días en los que no se sentía especialmente divertido para hacer bromas.

Él vestía una bufanda roja, un pequeño abrigo para el frío y unos lentes. Simplemente estaba en silencio, sabía que no podía acercarse; si lo hacía, probablemente los padres de los otros niños lo alejarían, o si los niños ya lo habían visto, se alejarían al verlo cerca, esto por órdenes de sus padres.

Era un día nevado, el cielo estaba nublado y los pocos rayos de sol apenas iluminaban el día. Naruto ese día no tenía nada que hacer, por lo que simplemente decidió salir a respirar un momento.

—Tal vez ya debería regresar a casa... Esto es aburrido...—pensó Naruto mientras observaba desde lejos cómo los demás se divertían, además de que los padres presentes en el lugar lo miraban con desconfianza, pendientes de que no se fuera a acercar.

Por otro lado, en el mismo parque, cerca de allí...

Se podía ver a una mujer de tez blanca, cabello azabache ligeramente ondulado, labial y unos particulares ojos rojos. Esta portaba una bandana ninja en la frente y vestía un uniforme ninja de Konoha.

La mujer caminaba tranquilamente mientras llevaba a una niña de la mano, una que estaba vestida con un abrigo para el frío, tenía el cabello azul oscuro corto hasta la nuca, la piel blanca y, lo más particular, unos ojos perlados de color blanco. Tenía casi 5 años de edad.

—Hina-chan, ¿en serio no quieres jugar con los otros niños?—dijo la mujer, a lo que la pequeña solo se escondió detrás de su pierna.

Naturalmente, esta niña era bastante tímida y tenía serias dificultades para socializar, en especial por eventos muy recientes en su hogar...

Dos meses atrás, su madre había fallecido debido a una rara enfermedad degenerativa, esto tras dar a luz a la hermana menor de la pequeña, lo que la había llevado a sentirse muy triste. De paso, su familia había empezado a volverse más inestable que antes.

Cuando recién había cumplido 4 años, había sufrido un intento de secuestro por parte de Kumogakure, conocido como el incidente Hyuga. Aunque había sido salvada por su padre, aquel evento terminó en la muerte de su tío Hizashi Hyuga, todo con tal de evitar una posible guerra.

También, había provocado que su primo Neji se volviera rencoroso contra ella y la rama principal del clan Hyuga, aparte de que la tensión familiar con su padre era densa y más seca. La única persona que aún le daba algo de flexibilidad a la familia era su madre, Hanna Hyuga.

Ahora, generalmente ella era cuidada por un guardaespaldas Hyuga que salía con ella a todas partes. Sin embargo, Kurenai solía ser una gran amiga de Hanna, por lo que le tenía cariño a la niña y reemplazaba al guardaespaldas con frecuencia, en especial en un momento tan duro como aquel.

—Kurenai-sensei... N-no sé si sea b-buena idea...—murmuró ella, a lo que Kurenai solo sonrió.

—Ten más confianza en ti misma, eres una niña muy linda pero preocupada. A ver... Hagamos una cosa, quédate aquí un momento, iré a comprar unos roles de canela. Solo es cuestión de que aprendas a comunicarte—contestó la adulta con una sonrisa antes de desaparecer en una nube de humo.

Su intención era que la pequeña desarrollase su confianza... Pero las cosas se salieron de control muy rápido.

Antes de que Hinata se diera cuenta, ya había 3 niños frente a ella. Se habían acercado nada más que Kurenai se marchara.

—Wow, pero si se trata de una rarita del clan Hyuga, con esos ojos extraños! Jajaja, ¡son más repugnantes de cerca!

—¡Qué ojos tan horribles, eres todo un monstruo Byakugan!

—Oye niñita, ¿estás ciega? ¿Y tu bastón? ¿O es que tu mami ya te abandonó por tener esos ojos? Jajaja—

Cada comentario era más hiriente que el anterior, a lo cual Hinata simplemente empezó a llorar encogiéndose en el piso, sobre todo por el último comentario, a lo cual los niños se burlaron más, diciendo más tonterías.

—Ay no... No puede ser—pensó Kurenai algo exasperada observando la situación desde la tienda de dulces que había en la esquina del parque.

La mujer estaba a punto de intervenir lo más rápido posible... Sin embargo, antes de que ella moviera un músculo, algo llamó su atención.

—¡Oigan! ¡Déjenla tranquila, idiotas!—exclamó Naruto acercándose a la escena, haciendo que tanto Hinata como los otros niños se voltearan.

—Oh, pero si es el niño demonio, ¡mamá siempre dice que me aleje de él!—exclamó uno de los niños, dando un paso atrás.

—Mi mamá igual... Pero míralo, es un enano con cara de idiota—se burló otro de ellos.

—Jajaja sí, lo único demoníaco que tiene es su estupidez. ¡De seguro sus padres lo abandonaron por ser un tonto de nacimiento!

Ante estas palabras, Naruto solo frunció el ceño.

—¡Ustedes no saben quién soy! Grábense esto, soy Naruto Uzumaki y seré el próximo Hokage—contestó Naruto, a lo que el niño más grande se puso en frente.

—¡Definitivamente solo eres un imbécil!—se burló antes de propinarle un puñetazo en el rostro, con el cual Naruto cayó al suelo sangrando por la nariz e inconsciente.

—Jajaja, ¡mamá exageraba!—dijo el otro. Los 3 iban a empezar a hacer de las suyas, cuando repentinamente una figura apareció frente a ellos.

Se trataba de Kurenai, quien los miró fríamente, haciendo que retrocedieran.

—Niños malcriados, van a decirme ahora mismo dónde están sus padres, están en serios problemas— Declaró la mujer con un tono de voz bastante amenazante a lo cual los 3 huyeron despavoridos

Finalmente Kurenai solo suspiro antes de voltear a ver a Hinata.

—Hina-chan, cuida a Naruto un momento, iré a tener una conversación con los padres de esos mocosos— Dijo Kurenai antes de desaparecer en un borron. —Esto amerita una sancion... Las reglas son muy claras con quien se atreve a lastimar a Naruto sin razon...—

Hinata solo asintió en silencio antes de colocarse en cunclillas junto a Naruto, pasaron algunos minutos, hasta que el rubio se levanto de golpe

—Voy a destr!... Eh?— Al ver en todas direcciónes se percató de que los niños ya se habían ido

—¿E-estas b-bien?— Pregunto Hinata suavemente, a lo cual Naruto solo suspiro

—Meh, esto no es nada jajaja, ¿que clase de futuro Hokage sería si esto me afectará?— Naruto sonrio a lo cual Hinata también sonrió y empezó a jugar con sus dedos

—Y-ya veo... G-gracias por d-defenderme...—

—jaja... No es nada, pero hey, no deberías dejar que te hablen asi—

—l-lo siento... D-dijeron cosas muy feas...—

—Puedo entenderte, tampoco me gustó lo que me dijeron... La próxima vez les daré una paliza— Declaró el rubio, ante lo cual Hinata solo hizo una pequeña expresión de interés

—¿T-tu vaz a la a-academia ninja?— Pregunto la chica a lo que Naruto nego con la cabeza

—No, pero entraré el siguiente año! Jaja, algún día verás mi rostro esculpido en esa gran montaña— Contesto Naruto señalando el monumento Hokage con una sonrisa

Hinata miro con asombro, ya conocía el monumento, pero era la primera vez que oía a alguien queriendo ser parte de el... Aunque era normal, en su familia nadie tenía interés en eso, de hecho lo veían denigrante para su linaje, Naruto era de las pocas personas no Hyuga con las que había llegado a conversar.

—¿Y que hay de ti? ¿También serás ninja?— Pregunto Naruto mientras le dedicaba una mirada risueña esperando a su respuesta, lo que había hecho que la niña se pusiera ligeramente roja

—Em... Y-yo... Y-yo...—

Antes de que pudiera contestar, Kurenai apareció nuevamente frente a ellos

—Muy bien, lamento interrumpir a los amiguitos, pero ya va siendo hora de que nos vayamos— Dijo la mujer con una sonrisa mientras se acercaba a los niños.

—H-hai, Kurenai-sensei...— Contesto Hinata mostrándose un poco desanimada por no haber contestado.

En eso, la Jounin se agachó para ponerse a la altura de Naruto, a quien miro con una sonrisa.

—Muchacho, eres todo un valiente, gracias por proteger a Hinata-chan— Dijo Kurenai con una gran sonrisa mientras acariciaba la cabellera del rubio.

—jeje, no es nada! Es todo un placer, después de todo, es lo que haría el futuro gran hokage Naruto Uzumaki! — Declaró Naruto con una gran sonrisa, era de una genuina felicidad, algo en esta situación le hacia sentir... Bien?

Kurenai se colocó de pie, luego le entrego una bolsa a Hinata... Se trataba de un paquete de rollos de canela.

—Bien, nos vemos luego, Naruto-chan— Dijo Kurenai antes de darse la vuelta con la intención de irse mientras tomaba la mano de Hinata, quien parecía querer decir algo más, pero... Se sentía tímida.

Naruto estaba a punto de irse también en la dirección opuesta, a lo cual Hinata pensó por un momento... Tan solo había dado 2 pasos, cuando finalmente se soltó de la mano de la Jounin y se regresó acumulando valor.

—N-Naruto...— Dijo ella con una voz muy baja, apenas audible, pero en ese momento, debido al incidente del golpe, no habia nadie mas en el parque, era tal que la voz de la pequeña, aún siendo tan fragil como un susurro fue escuchada.

—Eh?— El rubio se volteo para verla, estaba a 2 pasos de el mirando al suelo, ya que claramente se sentía muy insegura para mirarlo a los ojos

—y-yo... I-ire a la academia n-ninja también...— Kurenai observo en silencio mientras una leve sonrisa se dibujaba en su cara

Naruto se quedó en silencio un momento antes de contestar

—Jajaja! Eso es genial, nos convertiremos en ninjas juntos entonces— Contesto el Jinchuriki levantando el pulgar, estaba a punto de marcharse, pero antes de que lo hiciera pudo ver cómo Hinata le extendía los brazos mientras sostenía algo con las manos... Le estaba ofreciendo el paquete de rollos de canela.

—T-toma... P-para ti...— Naruto nuevamente se quedó en silencio sin saber que decir

—Esto...—

—Deberias tomarlos, supongo que es una buena recompensa por tu acto de hoy— Irrumpio Kurenai mientras le hacía una seña positiva con el pulgar.

Naruto finalmente escondió su incertidumbre con una gran sonrisa y se acercó para recibir el regalo

—Muchas gracias, Hinata-chan— Dijo Naruto, esto ya que había oído la forma en que Kurenai se había referido a ella, dicho esto el rubio tomo la bolsa y le extendió el puño, era una seña para que lo chocarán.

Hinata algo nerviosa por la situación, sonrió mientras extendía su tembloroso puño y lo chocaba con el del rubio.

Ella tímidamente empezó a caminar en reversa para finalmente voltearse mientras hacía un gesto de despedida, y se acercaba a Kurenai.

Finalmente ambas mujeres empezaron a marcharse mientras Naruto las veía alejarse.

Naruto solamente se quedó en silencio con una expresión de tonto mientras miraba la bolsa, sin darse cuenta... Sus ojos se habían aguado.

Mientras, Hinata se alejaba tomada de la mano de Kurenai y mirando por el rabillo del ojo al Jinchuriki, quien poco a poco se perdía de vista.

Kurenai por su parte, se sentía satisfecha...

—Hinata-chan, recuérdalo bien, ese niño es un gran héroe, aunque muchos digan lo contrario— Dijo la Jounin a lo que Hinata se sorprendió un poco al escuchar aquella afirmación tan repentina.

Aunque kurenai no podía darle detalles, ella sabía bastante bien la realidad de Naruto... Era bueno ver qué el pequeño había crecido bien a pesar de todo.

Ademas, desde la muerte de Hanna, era la primera vez que veía a Hinata socializar asi, además de que por primer vez parecía más determinada a ser Ninja.

Tal vez fuera solo la emoción del momento... Pero, si Hinata lograba abrirse más en la academia, probablemente esa determinación podría crecer más o ayudarla a decidir lo que quería para su futuro.

La sola visión de aquello, hizo sonreír a Kurenai.

Fin Capitulo 1

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