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El Despertar del Águila

La ciudad de Canterlot, una pequeña localidad urbana del extremo norte de Wyoming, era uno de los principales bastiones de los militares sublevados, y estaba por enfrentar una de las primeras batallas contra las fuerzas de ocupación soviética y sus aliados colaboracionistas americanos. La comandante sublevada de la zona, Tanya Celeste Adams, conocida popularmente como la Comandante Celestia caminaba de un lado a otro, esperando impacientemente las nuevas noticias que recibiría a la entrada de la base. Había recibido, a comienzos del día, el recibimiento de la orden de levantarse en armas, cosa que ella procedió a ordenar a los soldados de la base. No hubo actualización hasta el momento del ocaso, pues ella estaba empezando a temer lo peor. Otra capitana del lugar, Candice Williams (más conocida como la Capitana Cadence), estaba allí con ella, pues tenía un equipo de médicos, esperando por si alguna de las tropas de reconocimiento había sido atacada. Inmediatamente, ambas escucharon voces que gritaban a las cercanías de la base.

- ¡Abran las puertas, está en estado crítico! ¡Déjanos pasar! -

Rápidamente, Cadence ordenó a su regimiento abrir las puertas y dos de los soldados entraron corriendo. Ambos soldados cargaron una camilla con el cuerpo del capitán Shaun Armand Spencer, a quien todos en el lugar lo conocían como Shining Armor. Éste contaba con heridas que sangraban como consecuencias de las balas del enemigo. Celestia se horrorizó al verlo delante de ella. 

- ¿Cómo es posible que esto sucediera? - pensó Celestia, ya que Shining era uno de sus alumnos más destacados de la base.

Cadence y su equipo rápidamente corrieron hacia Shining y lo llevaron hacia el quirófano, en donde los médicos estaban por sanar sus heridas. Estaba flácido, con los ojos cerrados. Cadence se sentó junto a él mientras su equipo preparaba sus suministros médicos. Con todo ahora fuera y organizado, ella volvió su atención a Shining.

- ¡Hola, capitán! - dijo Cadence en boz bajita - Por favor, despierta... -

Una enfermera le puso un trapo mojado sobre la frente y el resto de las enfermeras dieron un paso atrás. No había nada. Cadence puso una oreja contra su pecho y escuchó: 

- Bump... bump... -

Ella dejó escapar un suspiro de alivio, Shining estaba vivo. De repente, él tosió y su cuerpo comenzó a respirar de inmediato. Cadence puso un paño en su pecho para traquilizarlo.

- Shhh, tranquilo capitán, todo está bien. - dijo Cadence - Estás de vuelta aquí, conmigo. -

Los ojos de Shining se abrieron lentamente, y se encontró con los ojos color lila de Cadence. Finalmente se calmó, pero se sorprendió. Ella era la mujer más hermosa que jamás había visto, y con la que había llevado una relación de hace ya varios años.

- Hola... - dijo Shining apenas con un respiro profundo - ¿Dónde... estoy? -

Ella no sabía por qué, pero las palabras del capitán la hicieron sonreír. Entonces, ella misma comenzó a dirigirle la palabra.

- Soy la Capitana Cadence, y estamos en el Centro Médico de la Base Militar de Canterlot. -

Los ojos de Shining se ensancharon un poco. Nunca antes había tenido tan cerca a la Capitana Cadence, puesto que siempre había sido el alumno más destacado de la unidad de Celestia. Ahora que podía estar más tiempo con ella, no podía dejar de mirarla. 

Celestia se acercó a los dos y Cadence se apartó de su camino. Ella y las enfermeras comenzaron a sacar vendas de gasa para atender las heridas de Shining. Celestia casi no pudo soportar el estado de su comandante favorito. Lo habían disparado tantas veces que se sorprendió de que sobreviviera.

- Shining Armor, sé que has pasado por una experiencia inimaginable. - contesta Celestia - Pero debo pedirte que me informes de lo sucedido el día de hoy. -

Shining finalmente apartó la vista de Cadence y de Celestia. Los recuerdos de la batalla volvían a él y suspiró. Levantó su cabeza y se encogió por una herida que ardía en la parte posterior de su cuello. Cadence movió rápidamente el trapo mojado a la parte posterior de su cuello y alivió parte del dolor. Tomando una respiración profunda, comenzó a recordar exactamente lo que sucedió.

- Cuando llegamos al pueblo más cercano, una chica que conocían como Starlight Glimmer bajó a nuestro encuentro. Al principio estaba tranquila y leyó tu decreto de sublevación contra las fuerzas de ocupación. Luego, lo rompió y ordenó el ataque. La multitud de jóvenes que lo seguían, dispararon contra nosotros. Según escuché, la mitad del escuadrón murió en dicho acto. Starlight rápidamente se acercó hacia mí y mató a todos los soldados por su cuenta. Pensé que todo había terminado para mí... luego me dijo que te dijera eso, "Cualquiera que se oponga a los soviéticos deberá ser eliminado". Entonces simplemente me dejó ir. Supongo que quería que alguien más le diera la noticia, tuve la suerte de ser el único que salió vivo. -

Shining odiaba ser el único miembro del contingente que quedaba vivo mientras todos sus soldados, todos sus amigos, estaban muertos. No era justo... era el Capitán de la mejor unidad que poseía la Comandante Celestia, y su único pecado (hasta ahora) era formar parte del bando sublevado.

- Gracias, Shining Armor. Lamento mucho que hayas tenido que pasar por eso. -

- Está bien Celestia. - responde Shining - Sabía en lo que me estaba metiendo cuando me convertí en Capitán y las tropas también lo sabían. Todos lucharon duro por una causa justa, y murieron con honor. -

- Y todos serán recordados. - respondió Celestia, quien posteriormente se volvió hacia sus demás soldados - Esta noche, celebraremos una ceremonia para los soldados que han muerto en la batalla. Informen a todas sus familias de inmediato. -

Todos los soldados inclinaron sus cabezas y salieron por las puertas de la base. Ella miró a Shining, quien le dio un asentimiento de aprobación antes de volver a bajar la cabeza.

- También exijo que se transmita esta ceremonia por radio y televisión a todas las ciudades sublevadas. Esta noche también tendré que anunciar la declaración de guerra contra las fuerzas rusas. -

Las palabras de Celestia pesaban en su lengua y tenían un sabor amargo. Ella no quería que se llegara a esto, pero no iba a renunciar a defender a los Estados Unidos tan fácilmente. Ella sabía como comandante lo que tenía que hacer.

- Shining Armor, odiaría preguntarte esto en tu estado actual. - dijo Celestia a Shining - Pero, ¿estarías dispuesto a asistir a la ceremonia y hablar con todos los altos mandos sublevados? -

Shining se miró y puso sus ojos hacia el suelo. Luchó por pararse, el dolor era casi insoportable. Cadence llegó a su lado y ayudó a levantarlo, y él sonrió. Ahora, miró a Celestia con gran respeto y le hizo un saludo militar.

- Por supuesto, Comandante. Todos merecen saber lo que ha sucedido hoy. -

Celestia asintió y le hizo señas para que la siguiera. Shining miró a Cadence que sostuvo un brazo sobre su espalda. Estaba agradecido de que ella estuviera tan dispuesta a ayudarlo; ahora juntos, siguieron detrás de Celestia.

- Vamos, debemos discutir lo que se nos dirá en esta ceremonia. Porque todo lo que sucede hoy y esta noche... será recordado para siempre en la historia de los Estados Unidos. -

Sobre los escalones de la base, estaban las fotografías de los soldados que habían caído en aquél día. Los altos mandos del Distrito Oeste se reunieron allí para llorar a sus muertos. Las familias y los seres queridos de los soldados difuntos colocaron velas y flores en torno a los lugares conmemorativos. Se escucharon sollozos y suaves susurros que rompieron el silencio que imperaba en aquella noche.

Celestia estaba parada en lo alto de los escalones, saludando a cada soldado que se acercaba a ella. Por cada soldado vivo, ella agradeció y se disculpó. Les agradeció su llegada, les agradeció por ser fuertes y les dio las gracias por dejar que todos los caídos por los que habían venido a llorar fueran parte de la Nueva Alianza de América del Norte. También se disculpó, por su pérdida, su angustia, y les aseguró que sus seres queridos nunca serían olvidados. Pronto, todos los asistentes se habían reunido en una gran multitud; Celestia aprovechó esta oportunidad para comenzar el discurso ceremonial. Ella asintió con la cabeza a Cadence, que estaba de pie junto a Shining Armor, para comenzar la transmisión. Cadence comenzó a dirigirse a todos los soldados y a todos los altos mandos del bando sublevado, entre los que también se encontraba la hermana de Celestia, Luna, quien asistió al lugar al enterarse de lo sucedido. Al ver a Cadence, todos comenzaron a calmarse y a poner atención a sus palabras:

- Atención, camaradas americanos. - dijo Cadence - Celestia ahora les dará a todos un discurso ceremonial. Lo que se dirá a partir de ahora es muy importante, así que le pido a todos que prestemos toda nuestra atención a ella. Gracias, y que sus seres queridos descansen en paz. -

En ese momento, la ceremonia comenzó a estar transmitiendo en vivo para que todos los habitantes de las zonas sublevadas sus alrededores pudieran escuchar. Al ver que la transmisión ya estaba en vivo, Celestia respiró profundamente antes de comenzar su discurso.

- Damas y Caballeros; Amigos y Familiares; Ciudadanas y ciudadanos de los Estados Unidos de América, que hoy viven bajo ocupación extranjera. Escuchen atentamente: Todos estamos reunidos en esta noche a causa de una terrible tragedia. Las imágenes que verán a continuación son fotos de los soldados que han perdido sus vidas el día de hoy, durante un enfrentamiento entre nuestras Fuerzas de Liberación y un contingente leal a las tropas de ocupación soviéticas. Ahora, sé que todos ustedes están preguntándose el cómo y el por qué perdieron sus vidas, y lamento informarles que las noticias son realmente aterradoras de escuchar... -

Se detuvo para mirar los rostros preocupados de los asistentes, todos esperando escuchar el terrible hecho de que los comunistas habían asesinado a sus seres queridos.

- Hace diez años, nuestro país fue tomado por la Unión Soviética y sus aliados comunistas. Desde aquél entonces, muchos de nuestros compatriotas han sido obligados a trabajar en campos de trabajos forzados, mientras otros preparaban rebeliones, la mayoría de éstas terminando en fracasos rotundos. Ahora les pregunto: ¿Qué hubieran hecho ustedes en aquél momento cuando esos rojos pisaron nuestras tierras? ¿Dónde estaba todo ese patriotismo cuando ocurrió esto? ¿Dónde estaba esa voluntad para sacrificarse? ¡Nadie quería unirse al ejército para defender el país, a menos que se le pagara bien! ¡Nadie quería perder el tiempo, a menos que pudiese sacar de beneficio algún oficio o carrera! ¡Y se notaba que era como si una parte de los que estamos en el ejército no hubiéramos servido de nada en los últimos 10 años! -

Se detuvo de nuevo para dejar que todos asimilaran lo que estaban oyendo. Muchos de ellos comenzaron a discutir, pero Celestia necesitaba continuar.

- Hoy, envié un escuadrón para tratar de negociar con los representantes de las autoridades impuestas por las tropas de ocupación. Lamentablemente, los comunistas no estuvieron de acuerdo con nuestros términos y ahora, el único miembro de mi unidad que quedó con vida después de la batalla es el Capitán de las fuerzas sublevadas, Shining Armor. -

Al escuchar dichas palabras, Shining caminó como cojo hacia Celestia y se presentó a la multitud. Muchos jadearon ante las muchas cicatrices y vendas que cubrían su cuerpo. Celestia asintió con la cabeza hacia él y él dio un paso adelante para hablar.

- Ciudadanos y Camaradas Americanos, mi nombre es Shaun Armand Spencer, alias Capitán Shining Armor, y yo fui el capitán que lideró el escuadrón para tratar de dialogar con los comunistas. Como su Capitán, como su amigo, como parte de su familia, les digo con todo respeto que mi corazón duele por sus pérdidas. Fueron algunas de las mejores tropas que nunca tuve. Todos lucharon hasta su último aliento, por una América libre, por su seguridad. No serán olvidados, es por eso que pronto dedicaremos un monumento en su honor. Los nombres y las fotos de todos los que han muerto en la batalla se colocarán sobre las paredes. Este monumento servirá para que las generaciones futuras puedan conocer sus valientes sacrificios. -

Todos comenzaron a aplaudir por toda la zona y la multitud vitoreó en voz alta. Shining fue llevado a las lágrimas por su discurso y dio un paso atrás para pararse junto a Celestia otra vez.

Celestia se inclinó hacia él y sonrió, susurrando: - Lo hiciste genial. -

Shining trajo un pañuelo para limpiarse los ojos y asintió. Celestia dio un paso al frente, esperando a que la multitud se calmara antes de que pudiera continuar. Sabía que esta sería la parte más importante del discurso para entregar.

- Lo que las fuerzas de ocupación y sus adoctrinados hicieron el día de hoy fue un acto imperdonable e intolerable. Y por ello... - continuó Celestia - Los altos mandos de la zona sublevada hemos decidido declararle la guerra a los ocupantes soviéticos y a las autoridades que colaboran con ellos. -

Gritos y gritos estallaron de la multitud en estado de shock ante las noticias. Celestia pidió que guardaran silencio a todos para que ella pueda continuar, a lo que todos obedecieron.

- Mis Camaradas, nada nos va a devolver lo que este destino les acaba de quitar el día de hoy. Pero puedo prometerles que sus muertes no serán en vano. Las autoridades comunistas y sus amos del Kremlin debieron haber pensado dos veces antes de intentar desafiar nuestras fortalezas. Porque nosotros somos americanos y hemos pasado por muchas pruebas para defender la libertad que ilumina a este Mundo. Cuando hay una amenaza, nos paramos y luchamos porque este es nuestro hogar. Trabajamos para ello, lo construimos y hemos creado una tierra de paz y armonía, y sobre todo, una tierra de libertad. No estamos aquí para permitir que un imperio del mal, como lo es la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, se apodere de una tierra que fue forjada por nuestros ancestros para promover la libertad, la igualdad y la fraternidad. -

La multitud estaba empezando a animarse, el miedo ahora estaba siendo reemplazado por la esperanza y la inspiración. Cadence miró a Celestia con orgullo; no era de extrañar que ella la admirara tanto. Celestia se salía con las suyas y podría inspirar a todo un mundo si ella quisiera. Celestia estaba de pie, con la frente en alto y los ojos brillantes para presentar su poder.

- Somos Americanos, y como americanos, poseemos el suficiente poder para vencer cualquier mal, venga de donde venga. Por eso, los altos mandos militares de los Distritos Centro, Norte y Oeste, nos hemos levantado en armas, y hemos decidido ir a la guerra contra El Ejército Rojo, sus aliados de las UNSSU y los colaboracionistas que imperan en estas tierras. Le mostraremos lo que todos podemos hacer juntos. ¡Retomaremos los Estados Unidos de América, y protegeremos lo que queda del Mundo Libre! -

La multitud estalló en una ráfaga de vítores y aplausos, el discurso de la Comandante Celestia había hecho su trabajo. Los habitantes de todas las zonas sublevadas fueron inspirados por el mensaje motivador de Celestia. Algunos incluso llegaron a llorar por sus palabras. Celestia dejó el lugar y sus ojos habían derramado algunas lágrimas ante la emoción que los demás causaban. Sí... ella creía que podían hacerlo.

- Ahora, si todos seguimos los planes y órdenes del bando sublevado, deberíamos tener todo para ganar esta guerra. Estoy pidiendo a gritos una solicitud a gran escala a todos los distritos del país, para ayudar a la causa. Cada persona que se una a esta causa, sea civil o militar, debe cumplir su parte para tener éxito. Los comandos serán enviados por correo a cada una de las bases de las zonas sublevadas, y actualmente estamos aceptando cualquier ciudadano que tenga más de 18 años para alistarse en nuestro ejército. En cuanto a sus hijos, he organizado un grupo de mis soldados para construir campos cerca de cada ciudad y pueblo. En estos campamentos brindaremos comida, refugio, educación y protección para sus jóvenes. Los tiempos que se avecinan no serán fáciles, pero mientras trabajemos juntos, podemos ganar esta batalla. -

Los presentes comenzaron a hablarse unos a otros una vez más, discutiendo qué sería de su país durante la guerra. Ningún habitante lo sabía con certeza, pero sí sabían que tenían una oportunidad para hacer a su país grande nuevamente.

- Gracias a todos por reunirse conmigo aquí hoy. Y a los que estén sintonizados, nuestras unidades militares responderán cualquier pregunta que puedan tener. Le deseo la mejor de las suertes, y que esta guerra termine rápidamente. ¡Dios Bendiga a América! -

Con esas últimas palabras, el discurso y la transmisión habían terminado... y la guerra estaba oficialmente en marcha. ¡Finalmente, el Águila había despertado! ¡La Segunda Revolución Estadounidense había comenzado!

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