Contraataque Soviético
Los combatientes soviéticos se dirigieron más y más hacia donde estaban las fuerzas sublevadas. Pronto, los aviones MiGs comenzaron a lanzar sus primeros misiles contra la aviación rebelde. Una vez que los soviéticos comenzaron a derribar la gran parte de la aviación rebelde, los ejércitos sublevados respondieron movilizándose con varios cazas, helicópteros, camionetas y varios centenares de tropas que rápidamente se movilizaron a encarar la siguiente batalla contra los ejércitos comunistas.
Los miembros de la Guardia Nacional, que podrían llamarse con seguridad el "grueso" de las fuerzas sublevadas, habían partido de una base militar cercana, incluso los Wonderbolts se encargaron de escoltarlos. Todos ellos, bajo el mando de la Comandante Celestia, partieron a toda velocidad hacia donde se encontraba el enemigo, quien había dado ya el primer golpe.
Los ejércitos comunistas, por su parte, estaban formados en su mayoría por los ejércitos adoctrinados de los Estados Unidos y las tropas de ocupación de la Unión Soviética, y junto a ellos, las Unidades de Servicio Especial de las Naciones Unidas también los acompañaron, ya que el Camarada Jackpot fue notificado rápidamente por uno de los comandantes de las tropas de ocupación.
- Soldados, es nuestro momento de demostrarle nuevamente al enemigo de qué estamos hechos. Así que no olviden: "Golpeen primero, golpeen fuerte, y no tengan piedad". - dijo Celestia más como una declaración de orden divina que como una recomendación para todos los soldados que iban con ellas.
- Entendido, Comandante. - exclamó Flash Sentry, quien sacó su rifle de asalto y disparó contra cientos de soldados soviéticos - Y por cierto, bonita referencia de Karate Kid. -
La Comandante Celestia reaccionó con un suspiro la jocosa respuesta de Flash, por lo que ésta le respondió poniendo su mano sobre el micrófono - Buena suerte, Soldado. -
- Bueno, un comunista es un comunista, no importa si es ruso, alemán o incluso un americano, todos son unos miserables comunistas, y sin embargo, deben ser tratados por igual. - se dijo así mismo Flash, quien lanza una granada sobre un T-80, haciéndolo estallar al instante.
- Veremos cuántos cerdos rojos patearemos en esta tarde. - le comunicó Rainbow Dash desde un F-15 - Llevaré a mi gran flota hacia los enemigos para atacarlos desde el cielo, pero ustedes que están en tierra, pueden esperar o incluso adelantarse lo antes posible. -
- Sí, comandante. - respondió Flash por medio del comunicador.
Sentry suspiró al ver que ya no había más enemigos cerca a los cuáles eliminar, por lo que permitió a los Wonderbolts continuar con su trabajo. El caza de Rainbow Dash comenzó a lanzar bombas sobre la división soviética que se encontraba más adelante. Junto con ella, un par de cazas F-15 estaban escoltándola y procedieron a atacar a las otras unidades que estaban un poco más atrás. El piloto del jet derecho, quien vendría siendo Soarin fue rápidamente hacia donde estaba un contingente de camionetas, y mientras se dirigía hacia ellos, abrió fuego contra ellos mediante un par de cohetes. Acto seguido, Soarin elevó su avión y realizó una extraordinaria acrobacia, sonriendo y saludando a sus demás compañeros Wonderbolts.
Pero justo en el momento en que los sublevados tenían la victoria asegurada, éstos comenzaron a estar rodeado de varios contingentes de colaboracionistas adoctrinados, y si no fueran por las Unidades de Servicio Especial de las Naciones Unidas que los mantenían aplacados, habrían acechado a los sublevados desde un principio. Sin embargo, la Camarada Lulamoon dio la orden de soltar a un par de unidades de adoctrinados para que éstos pudieran asestarle un buen golpe a los rebeldes.
- Es hora del contraataque. - dijo Trixie a las demás unidades adoctrinadas - Demuéstrenles a esos buenos para nada lo que sucede con todos los que se opongan a nuestro orden. -
- Bueno, ya me estoy acostumbrando después de estar bastante tiempo en la escuela. - dijo Starlight Glimmer de buen humor.
- Entonces, ¿estás lista para esto? - dijo Trixie frente a Starlight, quien estaba con las ganas de moverse hacia el campo de batalla.
- Estoy completamente lista, Camarada. - respondió Glimmer - Puedo manejar esto. -
Trixie parecía insegura ante la actitud de Starlight, pero se apartó del camino, permitiendo que ésta última junto con su unidad marcharan hacia el campo de batalla. Inmediatamente, Trixie se dirigió a donde estaba Blueblood, a quien le comunicó las estrategias que debían aplicar a los miembros de las UNSSU. Blueblood estaba sorprendido por la respuesta de Trixie, sin embargo, Trixie tenía un objetivo, y boquiabierto de sorpresa por las palabras de su bella amiga, Blueblood accedió a comunicarse con todas las unidades de las UNSSU para iniciar el contraataque. Ante él, se acercó la Comandante Tempest Shadow.
- ¡Comandante Tempest! - exclamó Blueblood - ¿Tienes alguna intención de lo que harás con los rebeldes? -
Tempest sonrió, y respondió: - Sí. Los voy a eliminar. -
- ¿Y cómo los puedes eliminar? -
- Sencillo: Mis dos pupilas favoritas se encargarán de hacer el trabajo. -
Blueblood miró a Tempest con curiosidad y la cuestionó: - ¿Y por qué no mejor vas tú y también haces ese mismo trabajo? -
- Quiero que mis alumnas sufran lo que yo sufrí cuando estuve en las operaciones especiales en la frontera entre Angola y Sudáfrica; sólo así podré corregir las todavía débiles mentes de estas jóvenes para que ya no se vean influenciadas por la reacción anticomunista, ¡Lo digo porque en ellas está la esperanza para nuestro mundo!- exclamó Tempest, quien al ver a sus alumnas, comenzó a exclamar: - Twilight, Sunset, vayan conmigo al campo de batalla; combatamos a los rebeldes que están llenos de corrupción y sed de sangre. ¡Luchemos por el Comunismo y por el Nuevo Orden Mundial! -
Tanto Sunset como Twilight lanzaron varias miradas inexpresivas hacia su superior. Finalmente, Tempest les lanzó una pregunta: - ¿Qué esperan? -
Twilight miró a su maestra con curiosidad y le preguntó: - ¿Te gustaría que fuéramos inmediatamente al campo para eliminar a nuestros enemigos? -
Tempest asintió con la cabeza y continuó: - Sólo hagan lo que les ordenamos. -
Twilight parecía enojada, muy enojado. Sin embargo, su expresión no era la única que delataba tal emoción: Sunset parecía sorprendida, preguntándose por qué en el infierno alguien tendría el valor de ir a pelear en contra de sus propios compatriotas por el simple hecho de que pensaban diferente. Así que de inmediato, Sunset habló:
- ¿Tienes idea de cuántos compatriotas vamos a matar solo porque quieren un cambio? - preguntó Sunset a Tempest - ¿Sabes que nos estás poniendo a nosotros en un peligro mortal? -
Tempest fulminó a sus alumnas con la mirada y respondió: - Como sea, lo único que nos importa ahora es ganar esta batalla, no pedir clemencia a nuestros enemigos. Así que muévanse ahora mis... -
- Entonces, ¿por qué no dejas que nosotras decidamos ir? - interrumpe Twilight - ¿Por qué tienes que obligarnos hacer esto en contra de nuestra voluntad? -
-Bueno, eh... - La Comandante Tempest no tuvo palabras para responder a sus alumnas. A cambio, Sunset y Twilight pusieron una sonrisa astuta. Finalmente, Tempest respondió:
- Bien. Podemos ir en éste auto para negociar nuestra rendición, si es que ellos la aceptan. - dijo Tempest, esperando evitar parecer incompetente frente a sus alumnas - No necesitamos estar aquí, y tampoco deberíamos estar en campo de batalla, podemos todavía negociar el alto al fuego. -
- ¡Coincido! - exclamó Sunset.
- ¡Yo también! - contestó Twilight.
Inmediatamente, Tempest, Sunset y Twilight tomaron un jeep que estaba en el campo de batalla y comenzaron a arrancarlo, pero en el momento en el que iban a abandonar el lugar, se encontraron con la inesperada sorpresa de que un cohete norteamericano cayó rápidamente hacia el lugar donde las tres estaban. La fuerte explosión golpeó a las tres francotiradoras, derribándolas al instante y ocasionándoles fuertes heridas ocasionadas por los fragmentos de chatarra. Dos miembros de la Guardia Nacional que estaban cerca, se apresuraron a donde estaban las mujeres que fueron heridas. El primer hombre apuntó su M-16 a Tempest, con el fin de darle el tiro de gracia, pero el segundo impidió la acción de su compañero y le ordenó que llamara a los médicos que estaban cerca, para que pudieran sanar a las mujeres heridas. Aquél guardia que tuvo piedad de las tres francotiradoras, no era otro más que el mismísimo Flash Sentry.
Por otro lado, Starlight Glimmer y sus allegados fueron a donde estaban Cadence y Shining, quienes estaban dirigiendo la defensiva. Para ese entonces, los sublevados habían perdido a una cuarta parte de sus fuerzas, y eso se debe principalmente a los nuevos refuerzos de las fuerzas comunistas, quienes estaban por dar el tiro de gracia al estandarte militar de los rebeldes.
- ¡Camaradas rebeldes! - saludó Starlight frente a Cadence y Shining, - Tanto ustedes como yo luchamos por la paz de este país, sin embargo, no pueden continuar con ese comportamiento autodestructivo, así que ríndanse ahora, o lo forzaré con mi unidad. Y créanme, que eso no les gustará. - Acto seguido, Starlight blandió una espada, la cual puso en el cuello de Shining Armor.
- ¿Acaso estás loca? - cuestionó Shining - ¿Crees que con matarme vas a terminar con esta guerra? -
Inmediatamente, un soldado soviético que estaba en el frente de botella, gritó a todas voces que ambos bandos dieran el alto al fuego, cosa que ambos bandos accedieron. Mientras tanto, los soldados sublevados siguieron realizando operaciones médicas a la francotiradora soviética y a sus alumnas adoctrinadas en una habitación de la Cruz Roja, mientras que las tres se encontraban confundidas por el motivo de esa misma batalla. Inmediatamente, Starlight bajó su espada al enterarse de que en la habitación médica había alguien que clamaba la voz de Shining, por lo que éste último fue a correr hacia ella.
Los demás soldados sublevados tenían ganas de dar la retirada, con el fin de comunicarles a Celestia y a Luna sobre la dura batalla que sufrieron, pero ya era demasiado tarde. Gran parte de las fuerzas sublevadas habían sido ya capturadas por el ejército soviético y las fuerzas gubernamentales, quienes empezaron a discutir el destino de los rebeldes cautivos.
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