Batalla por la Libertad
El comandante de las Fuerzas Especiales Americanas (al servicios de los ocupantes soviéticos), John Richardson, había sido escogido para mantener la seguridad de la base donde se encontraban recluido los sublevados. El soldado que lo acompañaba estaba apoyado a un árbol, en una de las áreas verdes que rodeaban la base, y miró su reloj. Les quedaban 17 minutos de patrullaje. Se sentían aburridos en un lugar bastante aburrido como lo es la base, por lo que habían pasado dos semanas desde la última batalla que se había librado entre las fuerzas rojas y las fuerzas sublevadas. El comandante miró hacia adelante y vio que se estaba quedando un poco atrás de su equipo, quienes ya tenían los rifles preparados para defender el cuartel ruso en estos momentos.
John corrió para alcanzarlos cuando vio a sus camaradas, quienes estaban recargando sus rifles para usarlos. Los hombres sabían que todavía no era momento de entrar a la puerta. De repente, se dio cuenta de que su unidad todavía esperaba por acatar la orden de su superior. El comandante sacó su M16 para recargarlo también. Inmediatamente presionó el botón de transmisión de su radio y comenzó a hablar en voz baja: - Alto Comando, transmisión prioritaria, habla el Camarada Slingshot, Cambio. -
- Adelante, Camarada Slingshot. -
- Alto Comando, yo y los combatientes 3-1, 3-2 y 3-3 estamos listos para defender la base. Repito, estamos listos para defender la base. Necesitamos respaldo inmediato. Necesitamos neutralizar a cualquier amenaza hostil. -
- Entendido, estamos enviando un Little Bird y dos escuadrones de Mi-24. Espera, combatiente 3-4. -
- Gracias, Comando. -
Richardson no esperó una respuesta, por lo que inmediatamente ordenó a su unidad a adentrarse a la puerta de entrada de la base. Una vez dentro de la base, recibieron las noticias de que un grupo de adoctrinados, guiados por un pequeño grupo de sublevados, habían orquestado un alboroto dentro de la base, por lo que todos comenzaron a usar sus rifles hacia la parte de arriba, donde creyeron haber encontrado a los adoctrinados y a los sublevados que los guiaban. En lugar de arriesgarse a enfrentar sus propias muertes, los integrantes de la unidad apretaron el gatillo. Inmediatamente, escucharon un grito profundo cuando las balas dieron en el blanco.
- ¡NO DISPAREN! -
El comandante Richardson se acercó hacia aquella figura que se estaba moviendo en medio de la lejana oscuridad del pasillo en el que estaban. El comandante volvió a apuntar su rifle hacia la misteriosa figura. Todos los soldados que estaban cerca de ella se encontraban aterrados, pues pensaban que se trataba de un monstruo tipo Frankenstein, debido a la amorfa apariencia que mostraba su silueta.
- ¿Quién demonios eres? - dijo el Comandante, quien volvió a hacer la pregunta, pero en un tono de voz mucho más alto - ¿QUIÉN DEMONIOS ERES? -
Inmediatamente, la misteriosa figura comenzó a manifestarse frente a las tropas rojas: Un hombre que sostiene una mujer que había sido herida por un fuego cruzado entre las tropas rojas y las tropas rebeldes. Aquellos no eran nada más ni nada menos que Flash Sentry y Sunset Shimmer. A esto había que agregar que Sunset se mostraba en su vestimenta de francotiradora soviética, mientras que el capitán de la Guardia Nacional había sustraído la vestimenta de un soldado chino que había encontrado en la base.
- ¡IDENTIFÍQUESE! - exclamó a elevada voz el Comandante Slingshot.
El hombre del cabello azul sacó su ID, el cual lo identificaba con el sobrenombre de "Camarada Flash Krager Magnus", haciendo que los soldados colaboracionistas estadounidenses los llevaran inmediatamente al Little Bird que estaba afuera de la base. No obstante, hacia ellos los seguían también un contingente de combatientes sublevados que comenzaron a aventar granadas hacia los rojos; éstos últimos reaccionaron rápidamente disparando una ráfaga de 5.56 directamente al contingente que los seguían, haciendo que todos cayeran muertos al instante. No obstante, los soldados rojos gritaron del terror al percatarse de que ya no había escapatoria para ellos, pues las granadas explotaron justo cerca de donde estaban.
Flash y Sunset corrieron con la mejor de las suertes, pues habían arrancado ya el helicóptero desde antes de que las granadas explotaran. Mientras los pilotos comenzaron a llevar a los dos combatientes hacia el aire, la herida de Sunset siguió sangrando, por lo que ella comenzó a llorar de la desesperación.
- Espera, ¿qué sucede? - cuestionó Flash ante el doloroso llanto de Sunset, por lo que acudió a ella y vio la seriedad de su herida - ¡No puede ser! ¡Su herida está empeorando! ¡Camaradas, lleven a esta joven al centro médico más cercano! -
Los pilotos inmediatamente obedecieron la orden de Flash, e inmediatamente aceleraron el helicóptero, el cuál aterrizó en una base médica sublevada, donde Sunset fue atendida. Flash se encargó de proteger a Sunset hasta que ella se recuperara nuevamente de la herida; mientras tanto, Flash pidió comunicarse por teléfono a los Comandantes del Alto Mando Sublevado.
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Sala de Guerra del Bando Sublevado.
- Las fuerzas soviéticas todavía se están expandiendo dentro de la zona sublevada, Señor, si no los detenemos dentro de las próximas tres semanas, la mayor parte de nuestras fuerzas se perderán. - dijo el Oficial de Inteligencia Naval al presidente Ackerman mientras permanecía allí considerando sus opciones.
- Quiero que protejan nuestras defensas en Iowa y Missouri y manden a los mejores hombres de estos lugares a ésta base, los quiero para liberar la base de Leavenworth lo antes posible. - dijo tajantemente el Presidente - Si fallamos en esta importante misión, entonces nos veremos en serios problemas. -
El oficial asintió y procedió a seguir con el plan del presidente. Ackerman sabía que debía armar un plan B en caso de que el contraataque de los sublevados (y el consecuente plan de liberar Leavenworth) fracasara.
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Base Soviética de Leavenworth
Mientras la riña dentro de la base había subido de nivel, las primeras unidades de Reconocimiento de las Fuerzas Sublevadas estaban ya por realizar el asalto a la misma base. El equipo de los "Crystal Corps", bajo el mando de Nathanael Ferguson, alias "Sunburst" se lanzaron tan pronto como llegaron a la base, para auxiliar a los cautivos. Sunburst asumió que eso significaba que pasaría al menos un "momento en el infierno" antes de que pudiera cumplir la misión a la que le habían asignado.
Eso no le importó mucho, ya que tenía ya sus armas y equipo consigo, así que agarró su rifle, un Colt CAR-15, con el cual acribilló a un contingente chino que había llegado al lugar. También agarró su pistola, una Beretta M9 recién emitida, que no le gustó a comparación con la M1911, pero hizo el trabajo asignado. Con la Beretta, abrió fuego varias veces contra un par de soldados soviéticos que estaban por atrapar a una civil que intentaba huir del lugar Luego, salió al encuentro con Pinkie, Rainbow y Twilight, que estaban ya saliendo del lugar.
- Capitán Sunburst a sus órdenes. -
- Saludos, habla la Capitana Rainbow Dash, de los Wonderbolts. -
- Saludos, habla la Capitana Pinkie Pie, de las Rock Troopers. -
- Soy Twilight Sparkle, francotiradora novata. -
- Me siento muy orgulloso de acudir a su ayuda. - contestó Sunburst.
- Al contrario, estamos agradecidas por rescatarnos. - respondió Rainbow.
- Estamos en deuda con usted. - dijo Pinkie.
- ¿Necesitas que te llevemos a un médico? - preguntó Twilight a Sunburst al ver a éste respirando hondo y con mucho cansancio.
- Gracias, pero no será necesario. - respondió Sunburst, quien se alejó de ellas y comenzó a resguardarse en un sitio un poco alejado de la base. Ahora, él tenía que esperar a Starlight, a quien conoció en la infancia, y a quien espera ver para poder hacerla entrar en razón, por lo que sustrae la ropa de un soldado soviético asesinado para hacerse pasar por adoctrinado.
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Mientras tanto, el enorme nuevo grueso del ejército sublevado se movió en dirección hacia el sur de la base de Leavenworth; dicho "grueso" poseía la última generación de tanques de fabricación local, con cañones mucho más potentes que cualquier tanque del arsenal soviético. El conjunto blindado se acercó a la base soviética más cercana a Leavenworth y se preparó para disparar. El Capitán del ejército sublevado, miró la barrera de aquella base en la distancia y tomó un auricular de radio, y dio el siguiente aviso: - ¡Fuego ahora! -
Las enormes balas de dieciséis pulgadas que volaban desde los tanques, a dieciséis millas de distancia, impactaron en la cercanías de aquella otra base. Tardaron casi un minuto en repetir dicho movimiento, pero lograron ver las explosiones de la base desde lo lejos, y esperaron, expectantes y ansiosos a que la base se hiciera pedazos. Cuando algunos misiles los golpeó por atrás, se dieron cuenta de una cosa: la base contó con refuerzos que ya estaban siguiendo a los sublevados desde hace ya buen rato. Esto fue decepcionante para sublevados, por lo que el Capitán les dijo a los hombres que volvieran a cargar y disparar contra los refuerzos que los tenían ya acorralados.
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Dos horas después del exitoso asalto a la base de Leavenworth, las pocas tropas del Ejército Rojo, las UNSSU y la Coalición Internacional Comunista que todavía quedaban en pie, comenzaron a reagruparse para atacar por la espalda a las fuerzas sublevadas que habían rescatado a los que habían estado cautivos por más de dos semanas. No hubo ninguna deserción por parte de las fuerzas comunistas (a excepción de Sunset y Twilight, quienes habían sido "salvadas" por los rebeldes), a pesar de haber perdido a gran cantidad de arsenal y personal durante la ofensiva sublevada a la base. Inmediatamente, llamaron al Camarada Jackpot para contarle lo sucedido con Cadence, Shining y los demás rehenes que abandonaron la base.
- ¡Camarada Comandante! - exclamó Starlight con un saludo militar - La Capitana Cadence, el Capitán Shining Armor y gran parte de los rebeldes antipatrióticos han escapado de ésta base. ¿Qué debemos hacer? -
- Sé que parece ridículo, pero no debemos tener ni la más mínima compasión. - exclamó Jackpot con muchísima dureza - ¡Necesitamos usar toda la fuerza contra esos rebeldes y contra todos los que los apoyan, si es necesario! -
- Sí, Camarada Comandante. - responde Starlight - Puedo ver que eso es una solución lógica. -
- Pensé que deberíamos ser más moderados, pero bueno... - comentó Blueblood con mucha increulidad - creo que no tenemos otra opción. -
- Entiendo a mi padre, el Camarada Comandante. - contesta Trixie - Aunque creo que no será necesario movilizarnos para darles el ataque sorpresa. -
- Y por cierto, ¿Quién es el soldado que está atado y que está con Starlight? - cuestionó Jackpot al ver a Starlight con un Sunburst vestido con ropaje soviético y con ataduras.
- ¡Se llama Serguéi! - contestó Starlight - ¡Es un conciudadano ruso que rescatamos de un campo de detención de los rebeldes! -
- Pues no se hable más; hay que movilizarnos de una vez. - ordena Jackpot a los otros - Y tú, Starlight, encárgate de ese tal Serguéi.
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Más al sur, las tropas sublevadas comenzaron a entablar otra dura batalla contra las fuerzas soviéticas y sus aliados comunistas. Los mismos soviéticos ni siquiera estaban completamente seguros de su victoria, ya que la explosión de la artillería rebelde mató a muchos de ellos también. Los que sobrevivieron se consideraban afortunados. Desafortunadamente para ellos, su muerte no sería tan rápida como la de sus camaradas. Todos morirían lenta y dolorosamente en cuestión de minutos u horas por venir.
Desde el este, el grueso del bando rebelde se enfrentó a la amenaza de cientos de aviones paracaidistas rusos y vehículos de asalto, todos los cuales fueron a acudir como refuerzos de las demás tropas rojas, en el momento en que recibieron la noticia de que la base de Leavenworth había caído. Los YAK-38, Su-27, Mig-29, KA-25 y Mi-8 fueron lanzados desde sus naves cuando comenzaron su asalto masivo. En los cielos superiores, una flota de aviones Il-76TD, pertenecientes a la VDV (Tropas Aerotransportadas de Rusia), estaba lista para lanzar inmediatamente a miles de paracaidistas de las UNSSU (en su mayoría provenientes de México y Cuba) a la zona donde estaban combatiendo los rebeldes.
Ahora, las probabilidades de victoria de los rusos eran cada vez más fuertes. Sin embargo, otro milagro ocurrió: Seis escuadrones aéreos pertenecientes a las Naciones Aliadas, entre las que destacan: dos flotas de aviones F-15 y F-16 americanos, dos flotas de Harriers británicos, y dos flotas de aviones Mirage de algunos países sudamericanos; a esto había que agregar doce divisiones de tanques M1 Abrams y M60 Patton que llegaron para ayudar al bando sublevado. En el momento en que los tanques llegaron a la acción, los Harrier ya estaban bombardeando posiciones rojas que ahora estaban expuestas ante el avance enemigo.
Con todo, ambos bandos estaban a punto de tener un día realmente malo.
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