Durante la década de 1980, el mundo estaba viviendo los momentos finales de la Guerra Fría. La decadencia económica y política de la Unión Soviética, misma que comenzó a notarse a comienzos de década, la puso en peligro de colapsarse, por lo que el liderazgo soviético hizo una jugada desesperada para re-acomodar el equilibrio de poder global: Primero, en 1983, el premier Andropov va a China para poner fin a la ruptura con el gigante asiático y restablecer las relaciones con los chinos, trayendo como resultado la implementación de las llamadas "reformas chinas" en la URSS. La situación en los siguientes años fue más allá: en 1989, la Unión Soviética decidió iniciar una Tercera Guerra Mundial. Su primer movimiento fue invadir Europa Occidental, pero las fuerzas de la OTAN consiguieron frenar el avance, aunque con muchas dificultades. Pero el panorama dio un cambio drástico cuando Rusia decidió invadir Estados Unidos, lo que haría perder a Europa su principal aliado y la guerra acabaría con la victoria soviética.

La invasión comenzó en la ciudad de Seattle, donde el ejército soviético, oculto en falsos barcos cargueros, doblegó la ciudad en un solo día. Una segunda oleada de barcos cargueros, ésta vez con combatientes chinos y norcoreanos, tomaron la ciudad de San Francisco y en cuestión de días llegaron a Sacramento. Una tercera oleada vino por tierra, cuando tropas provenientes de Cuba, América Central y México (cuyo presidente comunista ganó las elecciones en 1988) ocuparon los estados de Texas, Arizona, Nuevo México, Colorado, Florida, Oklahoma y Luisiana. Los países de la Europa del Este, junto con Irak y Libia, también realizaron una ofensiva anfibia y con paracaidistas contra la costa del Atlántico y también atacaron Nueva York. Las fuerzas norteamericanas se vieron obligadas a retroceder ante la inferioridad en fuerzas, pues el grueso del ejército se encontraba en Europa. Las tropas norteamericanas que todavía quedaban en suelo norteamericano, sorprendidas en un momento inicial, comenzaron poco después a reagruparse y luchar, pero los soviéticos contraatacaron haciendo estallar en la estratosfera cuatro enormes armas termonucleares justo encima de las cuatro principales bases de Estados Unidos.

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El pulso electromagnético (EMP) generado por estas armas destruyó las comunicaciones militares y comerciales de la nación así, como los sistemas informáticos y la red eléctrica. Con los misiles balísticos intercontinentales (ICBM) de EE. UU. inoperantes, la Comandancia de la Autoridad Nacional ordenó que se contacte con las Fuerzas Armadas estadounidenses estacionadas en Europa Occidental, con el objetivo de contraatacar al enemigo extranjero y la nación de las barras y las estrellas se vio forzada a aceptar las condiciones soviéticas para la rendición; pero para ese entonces ya era demasiado tarde, pues los Partidos Verdes habían ganado las elecciones en Europa Occidental y ordenaron la retirada de las fuerzas estadounidenses y sus armas nucleares de Europa Occidental, conduciendo así a la neutralización de la OTAN. Ante este devastador golpe de parte de sus aliados, los Estados Unidos caen rápidamente, derrotados bajo la ocupación militar soviética, y el presidente de Estados Unidos y el Congreso se convierten en testaferros para sus supervisores soviéticos.

La razón de la victoria rusa es simple: el ministro de defensa ruso de aquél entonces, un hombre llamado Alexander Romanov, un pariente lejano del zar Nicolás II, fue el principal responsable del diseño de la poderosa maquinaria bélica del Ejército Rojo, construida inicialmente para "fines de defensa", pero que terminó por convertirse en una intencionada trituradora que redujo a polvo a las fuerzas armadas de los Estados Unidos.

Ahora, una década después de su derrota, Estados Unidos es ocupado por una fuerza de mantenimiento de paz de las Naciones Unidas, designado UNSSU (United Nations Special Service Unit: Unidades de Servicio Especial de las Naciones Unidas). Las UNSSU está formado primordialmente por fuerzas de Alemania del Este, las cuales son dirigidas por el mayor Helmut Ludendorff (conocido también como el Camarada Jackpot). Las UNSSU son tropas que emplean periódicamente unos "ejercicios de entrenamiento" de naturaleza destructiva y efectos altamente intimidatorios sobre la población local.

Ante todo este panorama, el ministro Romanov, ahora convertido en premier de la URSS tras la renuncia de Gorbachov, espera con ansias la culminación del periodo de ocupación del territorio estadounidense conocido como "la Transición", detallando su última fase: la desintegración de los Estados Unidos diez años después de su derrota. Y para eso, el premier ha enviado a su hijo, Vladimir Alexandrovich Romanov (conocido también como el Camarada Blueblood) para que éste pueda materializar el sueño de la URSS por el dominio total del mundo. 

- Saludos, Camaradas de las UNSSU, habla el Camarada Blueblood. Vengo aquí a comunicarme con el Camarada Jackpot. -

-Lamento informarle que mi padre no ha venido. - contesta una voz femenina que se aproxima hacia él.

- ¿Y quién es usted? -

- Soy la Teniente Patrizia Ludendorff, también soy conocida oficialmente como la Camarada Lulamoon, pero mi círculo más cercano me conoce como la Gran y Poderosa Trixie. -

- Teniente, estoy a sus órdenes, listo para poder llevar a cabo el trabajo que mi padre, el Jefe de Estado y Secretario General del Partido Comunista de la Unión Soviética, el Camarada Alexander Romanov, me ha encomendado. -

- Camarada Blueblood, aquí el que realiza el trabajo de su padre... ¡Es mi padre! Así que ten mayor consideración la próxima vez. -

- Sí, Teniente, pido una disculpa, haré todo lo que usted y su padre me digan. -

- Y para tu mayor información, me molesta que alguien de la clase alta como tú, se atreva a llamarme Teniente o Camarada, mejor llámame Trixie, ¿Le quedó? -

- Sí Trixie. Como quieras. -

- Bien, te necesitaré dentro de unos instantes; mi padre, el director de las UNSSU, hará una presentación de sus tropas, yo me encargaré de informarles de su presencia. Cuídate. - le sonríe y le guiña el ojo.

- Como usted ordene, Trixie. - contesta él sonrojado.

El Camarada Blueblood se había quedado fascinado con la hermosa sonrisa que le mostró Trixie. Pero aquello no era más que una simple pequeñez en comparación con la magnificencia de las tropas del mundo comunista, reunidas en aquél lugar.

Rusos, polacos, albaneses, alemanes, búlgaros, húngaros, rumanos, checoslovacos, yugoslavos, chinos, coreanos, cubanos, nicaraguenses, salvadoreños, mexicanos... en fin, todos ellos se reunieron en la que alguna vez fuera el corazón del imperio norteamericano, Washington. Ahí mismo, las banderas de la Unión Soviética, de China, de Cuba y de Corea son ondeadas en el Capitolio.

La nueva generación de jóvenes americanos, que ahora vive bajo el adoctrinamiento del comunismo, se encuentra en un tiempo muy difícil, ya que los estadounidenses que opinan de manera diferente o expresan su oposición a la ocupación soviética son despojados de sus privilegios y enviados a campamentos de exiliados, donde quedan "excomulgados", no solo para los soviéticos sino, también para sus conciudadanos. 

La asociación con (y la asistencia a) los exiliados está generalmente prohibida, aunque unos cuantos ofrecen ayuda a quien la pida aunque eso signifique arriesgarse a la "excomunión" y la pérdida de libertades.

Existen dos grupos dentro de la estructura político-militar de las fuerzas de ocupación:  por un lado existen los que se creen superiores, los que buscan la destrucción de todos los enemigos de la Revolución Comunista, incluso si utilizan armas de destrucción masiva; éstos son conocidos con la denominación de "Homo Sovieticus".

Por otro lado, están aquellos que quieren que la ocupación soviética de los Estados Unidos sea más humanitaria, más equitativa y más caritativa; a éstos se les conoce como "Homo Novus", y se caracterizan por pensar antes de actuar, por lo que se especializan principalmente en el espionaje y en las operaciones furtivas.

Éstos últimos son los que realmente representarían el futuro de la Unión Soviética y del Mundo Comunista. El Camarada Romanov, tarde o temprano se dará cuenta de ello, ya sea por la buena o por la mala.