Capítulo XXXVIII.- Cambios: La Verdadera Identidad de los Marcianos
Sherlock Holmes y John Watson, en compañía del Doctor y Derpy Hooves, se encontraban en el Londres victoriano, tratando de encontrar el paradero de Jack el Destripador; sin embargo, la repentina aparición de las máquinas de guerra marcianas habían hecho que las dos duplas tuvieran un giro en sus investigaciones.
Mientras que la Liga Extraordinaria había acudido a la ayuda del Doc y había iniciado la lucha contra los temibles invasores, John Smith (como se hace llamar el Doctor en secreto), en compañía de Sherlock Holmes, comenzaron a realizar una serie de autopsias sobre algunos cadáveres de los miembros de la flota marciana.
- Bien - exclama el Doc - ¡Parece que acabo de dar en el blanco!
- ¿A qué se refiere con "dar en el blanco", mi estimado Smith? - le pregunta Sherlock.
- La especie que nos están invadiendo, no son exactamente marcianos. - responde el Timelord.
- ¿Podrías explicarlo con detalles, señor Smith? - le replica Watson.
- Si, verá - continúa el Doc - Existe la posibilidad de que el grueso del ejército marciano esté conformado, no por nativos de Marte, sino por una raza interdimensional de humanoides de aspecto semi-reptil que ha sido conocida en muchas culturas por los siguientes nombres: Cambiantes, Simuladores o Changelings.
- ¡¿Changelings?! - exclamaron Sherlock y Watson al unísono.
- Efectivamente - replica Derpy - Ellos tienen la capacidad de adoptar diversas formas y razas de todos los planetas con vida inteligente habidas y por haber. Son como camaleones, pero sin cola y con unos ojos verdes que son más que notorios. A esto hay qué agregar que, con el añadido de su poder, pueden copiar también las habilidades de los seres que copian, sólo imagínense que Nueva York hubiera sido invadida silenciosamente y nadie se diera cuenta por las copias perfectas.
- Muy interesante, mi estimada Shields - comenta Sherlock - Tal vez el grueso del ejército marciano esté conformado por seres interdimensionales, como usted dice, pero aún así el señor Watson y yo tenemos la siguiente interrogante: ¿Qué pasó con los nativos de Marte? ¿No se supone que hay diferentes razas marcianas en dicho planeta?
- Muy buena pregunta, señor Holmes - continúa el Doc - Pueden haber dos alternativas: Tal vez hayan sido exterminados por los Changenlings o, en el mejor de los casos, tal vez las diversas razas de Marte, como lo son los rojos, los verdes, los amarillos, los blancos y los negros se hayan unido bajo un mando único, y posiblemente los Changelings hayan aprovechado dicha división para convencerlos de que unidos serían invencibles. ¿Qué se yo?
Mientras el Doc y su equipo habían llegado a la conclusión de que los Changelings habían sido quienes estaban detrás de la invasión marciana a la Tierra, en pleno campo de batalla, la Liga Extraordinaria había hecho trizas a una cuarta parte de la flota marciana; sin embargo, los esfuerzos les eran todavía más insuficientes.
- Ya hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance. - dijo Mina Harker.
- Pero no podemos vencerlos a todos. - afirmó Allan Quatermain.
- Los marcianos son como insectos. - dijo Hawley Griffin con cierta ironía.
- Pero esperemos que un milagro logre frenarlos. - dijo el Capitán Nemo con una mirada esperanzadora.
- ¡Oigan, miren esa cosa volando! - exclama Tom Sawyer, señalando hacia arriba.
- ¡¿Qué cosa?! - dijo Huckleberry Finn con mucha sorpresa.
En estos momentos, aparecía un hombre de apariencia semi-monstruosa con una increíble fuerza, con la cual logra derribar a una docena de máquinas marcianas sin necesidad de usar armas, sino con su propia fuerza física. Después, el mismo hombre se dirige hacia la Liga Extraordinaria.
- Pero mira quién acaba de llegar, - dijo el Capitán Nemo con una reverencia - Pero si se trata nada más y nada menos que del doctor Henry Jekyll.
- ¡Soy el señor Edward Hyde para tí, mocoso! - respondió el señor Hyde, golpeando en la cara al Capitán Nemo.
- Ya carnal, no eres tú cuando consumes drogas. - le replica Tom Sawyer - ¡Mejor toma agua bendita!
El señor Hyde agarra el agua bendita del agente Sawyer y lo toma, haciendo que volviera a tomar la apariencia humana y volviera a ser el doctor Jekyll.
- ¿Mejor? - preguntó Tom.
- ¡Mejor! - respondió el doctor Jekyll.
- ¡Oigan compañeros, miren allá! - exclama Allan Quatermain, señalando a lo lejos.
Desde lo lejos, en el fondo del mar, parte el buque de guerra acorazado más poderoso de la Marina Real Británica, el H.M.S. Thunderchild. El Thunderchild comienza a disparar contra una docena de máquinas marcianas que estaban en tierra, logrando derribar a todas las máquinas enemigas que estaban a la vista, lo cual hace que la población que estaba huyendo exclamara de júbilo.
A continuación, tres trípodes marcianos aparece en medio del Canal de la Mancha, por lo que el Thunderchild, con pocas municiones, comienza a dirigirse hacia las tras máquinas. Rápidamente, el Thunderchild se dirige directo a los marcianos, capaz de moverse entre los trípodes y embiste uno de ellos, destruyéndolo. Luego es arrasado y envuelto en llamas por el rayo de uno de las máquinas, incinerando toda la cubierta. Sin embargo, los motores y controles siguen funcionales, por lo que consigue girar y acelerar contra el trípode que le atacó, con el fin de darle los tiros de gracia a las máquinas. Sin embargo, cuando parecía que los británicos tendrían la victoria asegurada, un segundo disparo del rayo calórico marciano finalmente destruye al Thunderchild, pero los escombros ardientes de la explosión resultante terminan por destruir a la otra máquina de guerra. La tercera máquina marciana se dirigió hacia los otros acorazados de la flota del Canal, los cuales habían arribado para cubrir a la flota de refugiados, permitiéndoles escapar; no obstante, el resto de los acorazados tampoco se salvó de la cantidad de rayos calóricos de la otra máquina marciana.
Una vez que la flota británica se redujo a escombros, apareció la nave nodriza marciana, la cual acompañó a la otra máquina de guerra marciana y estaba también acompañada de otras flotas marcianas integradas tanto por Changelings como por las razas nativas de Marte. La nave nodriza se dirigió hacia el Doc, Derpy, Sherlock, Watson y la Liga Extraordinaria, pero en lugar de destruirlos, se dirige a ellos de forma casi humana.
- ¡Ríndanse ahora, y posiblemente les perdone la vida! - se oyó una voz desde la madre nodriza.
- ¿Sabes, Derpy? Tengo un mal presentimiento de esto. - dijo el Doctor.
- Tal vez no busquen eliminarnos, sino usarnos para algo más. - dijo Derpy a modo de certeza.
Una vez que la nave nodriza marciana aterrizó, comenzaron a descender los miembros de la Guardia Real Marciana, y de forma muy curiosa, aparecieron dos sujetos que, a los ojos del Doctor y de Derpy les parecieron demasiado familiares.
- Un momento... Los he visto antes. - dijo el Doctor al verlos.
- ¿De qué estás hablando, Doc? - le pregunta Derpy con mucha duda.
Los dos sujetos tenían las mismas vestimentas que tenían en el siglo XXI, cuando encontraron al Doctor y a Derpy en la boda de la Directora Cadence.
- Permítannos presentarnos; soy el Capitán Jack Harckness.
- Y yo soy la Agente Jenny.
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