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Capítulo XXV.- Viejas Rencillas: El Regreso de Candyman

Los días pasaron y cuando Derpy finalmente decidió confiar en el Doctor, aún y pese a los grandes errores que éste último había cometido, las cosas para nuestra amiga bizca de pronto se calmaron. Para ese entonces, el Doctor, o John Smith como ahora sería conocido por la gente, se encontraba realizando algunas pruebas con el arco camaleón, para poder usarlo.

Lastimosamente, cada uno de los intentos del Doctor de poner en marcha las pruebas de su invento resultaron en fallos rotundos. Todavía hasta en la madrugada, el doctor se esforzaba por hacer funcionar su artefacto, pero de nada sirvió. Se tuvo que ir a dormir para descansar y pensar en otras ideas mientras se encontraba durmiendo.

Luego de una semana, el Señor del Tiempo se encontraba demasiado centrado y enfocado en múltiples tareas. El Doctor se sentía desesperado, pero a la vez se sentía con las ganas de encontrar una respuesta a esa desesperación.

De repente, el Doctor fue a un espectáculo que estaba ofreciendo la Gran y Poderosa Trixie; ella se encontraba promocionando un concurso para ganar un boleto gratis para una dulcería que estaba por inaugurarse; pero aquella dulcería tenía la peculiaridad de que estaba vendiendo un dulce único en su tipo, uno con un sabor que nadie conocía.

Para mayor suerte, el Doctor se fue a meter a una fila, mientras veía cómo cada uno de los asistentes estaba fracasando en su intento por conseguir dicho boleto; hasta que llegó el Doctor, quien se puso de pie frente a la maga.

- ¿Cuál es tu nombre, mi estimado caballero? - preguntó Trixie.

- S... Smith, John Smith. - respondió él.

- ¡Bien, joven John Smith, la Gran y Poderosa Trixie te dará la opción de escoger cualquiera de esas Matrioshkas. Aquella que tenga la estatuilla dorada, se ganará el boleto para la gran inauguración de Sweet Snacks Café! -

El Doctor, con su precisión, vio que habían cinco Matrioshkas, de las cuales, escogió a la Matrioshka que estaba a la extrema izquierda; abrió todas las muñecas hasta que finalmente halló la estatuilla dorada.

- ¡Felicidades, John Smith! - exclamó Trixie - ¡Has ganado el boleto para Sweet Snacks Café! -

Una vez que el Doctor se consiguió el boleto, fue hacia donde estaba Derpy; ahí le comentó a su leal amiga todo lo que había hecho en este día, y le comentó además su idea de ir a la inauguración de Sweet Snacks Café.

- ¿Cree que es una buena idea profesor? - le pregunta Derpy.

- Por supuesto, - respondió el Doctor - No hemos tenido tiempo libre desde aquella vez que te metiste al interior de mi mente.

- Pero, ¿Y qué haremos en esa dulcería? ¿Comer dulces? -

- Si. - respondió El Doctor - Pero primero, debo de darle el toque final a un amigo, un androide de tipo Sintético.

- Sintéti... ¿¡Qué!? - contestó la chica con asombro.

- Sintético mi despistada amiga, - le responde el Doctor - o sea una robot con inteligencia artificial, con la capacidad de expresar amor, comprensión y cariño a su humano objetivo, aunque no puede sentirlo de verdad. Estas androides tienen la hiper-capacidad de aprender cualquier cosa en muy poco tiempo, así como realizar casi cualquier cosa en tiempo record a comparación de un humano. Y si no has leído la obra de Isaac Asimov, sabrás que me basé en sus tres leyes de la robótica:

1.- Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.

2.- Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entrasen en conflicto con la primera ley.

3.- Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley.

- Muy interesante. - responde Derpy - Espero que podamos exponer esto en la exposición científica de la Escuela Canterlot. -

- Bueno, si tu lo dices. -

***

Y finalmente llegó el día de la inauguración de Sweet Snacks Café; en esta especie de dulcería-panadería-pastelería, los asistentes al evento comenzaron a probar cualquier cosa dulce que estaba en el lugar. Sin embargo, ocurriría algo que al Doctor lo tomaría por sorpresa.

- ¡Y para nuestro invitado de honor, John Smith, le presentaremos a nadie más y nadie menos que el Gran Hombre de Dulce! -

Los encargados del lugar comenzaron a presentar al "Gran Hombre de Dulce" en frente del Doctor, pero el Doctor inmediatamente se percató de que él era, en realidad, el temible Candyman, un viejo enemigo suyo que había abandonado su hogar en Terra-Alpha (un exoplaneta que servía como colonia terrícola durante el Siglo XXIV), y que había llegado a donde estaba el Doctor, con el fin de llevar al Doctor ante la justicia de aquella colonia lejana. El Doctor, al percatarse de su presencia, se había percatado de que la dulcería era, en realidad, una trampa impuesta por Candyman, por lo que se oculta en una puerta donde guardan los artículos de limpieza.

- ¡Basta! ¿Dónde está aquél espécimen conocido como el Doctor? - exclamó un Candyman furioso. 

- ¡Maldición! ¡Me tendieron una trampa! - dijo el Doctor en sus pensamientos mientras se mantiene oculto en el cuarto de limpieza.

- No sé de cuál Doctor hablas. - dice Lyra - Yo sólo conozco a la Enfermera Redheart.

- Dije, ¡Que quiero al Doctor! - exclamó Candyman aún más furioso - Es hora de llevarlo ante Helen A. -

- Creo que se encuentra por debajo de la mesa. -

Candyman revisa todas las mesas, pero no había nadie. -

- No hay nadie allí. - respondió Candyman.

- Pero lo vi con mis propios ojos. - insistió Lyra.

. ¡Pues muéstramelo!

- Pero yo, podría haber jurado que estaba debajo de la mesa.

- Puedo sentir que él está demasiado cerca, lo sé. -

- Bienvenido a Sweet Snacks. - exclamó el Doctor, quien sorprendió a Candyman por la espalda - Estoy seguro de que has esperado mucho tiempo en conocerme.

- Eso espero. - responde Candyman - Me gustaría poder convertirte en chocolate.

Inmediatamente, Candyman lanza algunas de sus armas de caramelo hacia donde estaba el Doctor, pero éste las esquivaba una por una, haciendo que los presentes corrieran y salieran por la puerta; no obstante, el Doctor comenzó a sentirse acorralado hasta toparse con una pared. Hasta que...

- ¡No tan rápido, monstruo horrible! - gritó Pinkie Pie, quien había entrado junto con Derpy.

- ¡Espero que recibas tu merecido! - exclama la chica de ojos color ámbar, quien también esquiva los ataques de Candyman.

Mientras Derpy se ponía para defender al Doctor, Pinkie Pie comienza a correr directamente hacia Candyman, y en cuestión de segundos, comienza a oler el dulce aroma del villano, y la chica rosada, al saber que el cuerpo del "robot" estaba compuesto casi en su totalidad por dulces, comenzó a mordisquear todas y cada una de las partes de Candyman hasta devorarlo por completo. El Doctor, al percatarse de las heroicas acciones de Derpy y de Pinkie, sale del cuarto de limpieza y va hacia donde se encuentran Derpy y Pinkie para agradecerles la acción.

- Vaya, esto fue... ¡Fenomenal! - exclamó el Doctor.

- El robot tenía muchísimos sabores: ciruela, mora azul, plátano, manzana, naranja, coco, fresa, vainilla, chocolate, pistacho y menta. - dijo Pinkie Pie - Y por cierto, chico extraño, mi nombre completo es Pinkamena Diane Pie, pero puedes llamarme Pinkie Pie.

- Mucho gusto, Pinkie Pie. - dijo el Doctor - Mi nombre es John Smith, para servirle.

- Bien, creo que tenemos qué limpiar todo este desorden. - replica Derpy.

- Descuiden, yo me encargo. - Pinkie saca una aspiradora, la cual saca toda la suciedad en menos de 10 segundos, haciendo que el lugar quedara limpio como por arte de magia.

- Vaya, Pinkie... Lo hiciste genial. - exclama el Doctor - Deberías de trabajar en este sitio. 

- De hecho es lo que haré. - responde Pinkie - Dejaré mi currículum para trabajar aquí en mis tiempos libres.  

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