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4 | No Cumplió

En la zona más alejada del poblado, se había encontrado un cuerpo sin vida, con los mismos rastros que las muertes anteriores, pero no iguales.

Esta vez no se trataba de un varón sino de una joven Omega colocada en una espeluznante postura de ángel vencido. Brazos abiertos a sus costados emulando una dolorosa crucifixión sobre los pastizales, con labios pintados de morado pero sin sonrisa macabra y lo más notorio, era que no había huellas de haber sido desflorada. La joven Omega conservaba su castidad y eso de algún modo, dentro del horror de perder a su hija, a los padres les trajo algo de consuelo. La niña había desaparecido a la tarde y aunque la buscaron sin tregua por horas y horas, el resultado matutino fue el peor.

A oídos de los Omelas había llegado el rumor de los asesinatos en otros pueblos y ellos protegieron a los Omega varones sin saber que el criminal daría un giro en su modus operandis para atacar, esta vez, a una mujercita.

Cuando Namjoon se enteró del terrible hallazgo, acudió a la casa de los padres destrozados tras la pérdida de su hija a brindar consuelo y ponerse a disposición de lo que necesitaran. Pero el real motivo era dilucidar quién estaba detrás de los crímenes, a él le urgía tener datos para cazarlo y cortar de seco el horror que dejaba la bestia tras de sí. Sobre todo, porque si las presas principales eran los Omegas, Jimin estaba en un inminente peligro.

Antes de dejar la abadía, había reforzado la guardia de su amado hermano con más de cuarenta Betas armados hasta los dientes.
Pero su desobediente hermano había urdido planes la noche anterior y ninguno de ellos incluía quedarse en su habitación que se había convertido en un claustro asfixiante.
Jimin se había descolgado del balcón con una de sus habilidades que lo hacían ser una persona única entre los lobos, ya que él contaba con agilidad, fuerza, coordinación y equilibrio, que le permitía saltar, trepar y escalar con facilidad***
Así fue que en menos que canta un gallo, Jimin se había alejado del convento tanto como sus fuertes piernas se lo permitieron, no sin antes colocarse el collar antimordidas que Nam le había dejado horas antes.

Era audaz pero no idiota, él quería volver a estar cerca del Alfa olor marino, pero cuidaría su cuello antes que a nada.

Cuando Janna y su hija llegaron a los aposentos de Jimin, para cumplir con las últimas tareas nocturnas, se dieron con que el Omega blanco ya dormía y respetaron la orden que Namjoon les había dejado:
“Denle más espacio íntimo a Jimin. Si duerme, déjenlo dormir y de ahora en más, irá al baño solo” —sentenció tajante, sus hermosos hoyuelos se marcaron cuando sonrió recordando lo feliz que iba a sentirse Jimin con esa orden.
Lejos estaba de imaginar que su hermanito andaba corriendo a campo traviesa bajo la luna menguante en búsqueda de Jungkook.

El collar le picaba y de tanto rascarse, él mismo se había provocado un fuerte enrojecimiento en su piel blanca. Cansado de correr por horas y de buscar por todos lados se sentó a intentar quitarse el collar por un rato hasta que encontrara a Jungkook y allí, volvería a colocárselo.

Pero no tuvo ese tiempo porque sintió la respiración del Épsilon tras sus espaldas y Jimin giró asustado.
En dos trancos Jungkook ya se había pegado al cuerpo del Omega y le gruñía suave sobre collar de cuero que se interponía entre él y su obsesiva necesidad de esa piel de ángel.

—Me asustaste —Jimin volteó para mirarlo a la cara— Hola —Le sonrió con sus ojos de luna media.
Jungkook se los hubiera besado.
No entendía qué le pasaba, él que jamás en su vida sintió nada por nadie y aquí estaba queriendo besar los ojitos de un Omega desconocido.

¿Qué clase de embrujo era ese?

Él estaba allí porque sabía que bajo toda la ropa que Jimin llevaba puesta, estaba el corazón púrpura que quería devorar, no podía distraerse con otra estupidez que no fuera eso.
Pero igual que un felino cuando tiene a su presa entre sus patas, él quiso jugar un rato. Tocó su collar y lo tironeó para llamar la atención del Omega que parecía en trance frente a él y sus feromonas.

—¿Con este “collarcito” pretendes poner distancia a mis colmillos?

La poco feliz frase sacó a Jimin del ensimismamiento, clavó sus ojos en los de Jungkook y de sentirse tierno pasó a estar a la defensiva en segundos.

—De los tuyos y de los de cualquier imbécil.

Empezó a caminar hacia atrás para alejarse del lobo, se dió cuenta que había cometido un error, este Alfa le daba miedo, no era lo que él en su inocente fantasía de ser rescatado del encierro, había imaginado.

—No te irás, Jimin.

—Sabes mi nombre…

—Sé más cosas de ti —lo tomó rudo del cabello y lo acercó a su nariz para respirar las flores del omega que se quejó e intentó sin éxito alejar a Jungkook.

—Quédate quieto, Omega, déjame olerte, eres delicioso.

—¡Déjame! —Lo empujó y salió de ese abrazo forzado.

Había empezado a respirar agitado y su olor de miedo había inundado las fosas nasales del Épsilon quien, una vez más lo atrajo a su pecho y jadeó

—¿Por qué haces esto, quieres asustarme?

—Ya estás asustado, puedo olerte.

—¿Por qué lo haces? ¿Vas lastimarme?

¿Qué iba a decirle, que se lo quería comer?

—Soy buenito, no me hagas daño.

Jimin y su infinita inocencia hizo enternecer a Jungkook.

Un momento.
¿Qué?
¿Enternecer al Épsilon más cruel de esta mierda de mundo?

Jungkook lo soltó y se alejó del chico pero regresó y hundió su nariz en el cabello albino, con su mano derecha llena de tatuajes, acarició con delicadeza por sobre la ropa, el pecho que albergaba el corazón que él deseaba.

Jimin observó con ojos enormes toda esa acción, su mirada se quedó sobre la mano con tintas y sintió ser traicionado por su instinto animal cuando deseó con toda el alma, tener esos dedos en su boca.

Jungkook pudo olerlo, lo miró, miró su propia mano, volvió a mirarlo y delineó esos labios entreabiertos que lo incitaban al pecado. Metió el pulgar en la boca del Omega y Jimin mamó como si fuera un bebé goloso, Jungkook sintió que el deseo le arrebataría la cordura. Nunca en su perra vida había sentido algo así… El quería abrazar al Omega, besarlo y morder su lengua con ternura…

No lo hizo, se separó de Jimin rápidamente y se fue disparando, lo dejó jadeante y sin entender qué mierda acababa de pasar. Le había chupado los dedos a un desconocido y le hubiera entregado todo lo que quisiera… regresó a sus aposentos casi al amanecer, agitado, lloroso y prometiéndose a sí mismo que jamás de los jamases volvería a salir ni a exponerse a lo que se expuso.

Pero no cumplió…

Capítulo que necesité publicar hoy mismo porque necesito revelar realidades sobre estos dos lobos rebeldes, antes que me explote el corazoncito JiKooko... 

Las/os/es amoooo.

Lola Caracola 🐌 🧉

Cositas que me gusta aclarar.

*** Cuando relato que Jimin se escapó porque tiene habilidades para saltar, me refiero específicamente a que él (sin saberlo obviamente) es lo más parecido a un «traceurs» que hace Parkour.

Según definición de Meta, el parkour es una disciplina física y mental que implica moverse de manera eficiente y fluida a través de entornos urbanos o naturales, superando obstáculos y utilizando técnicas como saltos, trepadas, escaladas y deslizamientos.

Les dejo videíto para que vean que así salta nuestro omega blanco para escaparse de su prisión




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