25 | Celos y Dicha |Final
Jungkook llegó agitado y feliz con su sonrisa abarcando su rostro hermoso.
—¡Jimin, amor, mira a quién te traje!
Jimin salió refunfuñando, había estado toda la mañana solo y eso era algo que él detestaba, pero se detuvo en seco y la alegría le llenó el alma.
—Te traje a tu amor..
Jimin corrió y se abrazó al cuello de Pecosa y sin separarse le dijo a Jungkook…
—Tú eres mi amor.
—Bueno, entonces, te traje a tu segundo amor…
Jungkook rió y lo abrazó por detrás y ambos quedaron un rato largo sintiendo el latido del corazón de la potra golpeando con una vibración sincrónica con ellos.
El calor del cuello de Pecosa le trajo a Jimin un vértigo de esencia a cuero y hierba fresca, el olor que por años le había permitido tener una conexión tranquilizadora con el animal.
—Gracias —Lo besó— Gracias.
Hizo el ademán de montarla de un salto como siempre lo había hecho pero JK no se lo permitió.
—No, no, no… así no. Tú sabes que…
Jimin no lo escuchó y en un segundo ya estaba arriba de la yegua, corriendo, desafiando al aire y a Jungkook que quedó con la boca abierta ante el desobediente.
Lo vio volar, girar, ponerse de pie, hacer equilibrio, todo, sobre el lomo del poderoso animal y el Épsilon entendió que eran uno. Jimin y Pecosa eran una unidad increíblemente bella, salvaje y libre.
Regresó agitado y con los ojos llenos de lágrimas. Antes de bajarse del caballo, Jimin lo invitó a subir, Jungkook se tomó de su brazo, cruzó una pierna y se trepó al animal.
Se aferró a la pequeña cintura de su Omega y se entregó al viento. La experiencia era abrumadora, no se trataba de velocidad ni de riesgos, esto iba más allá de cualquier sensación, él podía sentir la cadencia del galope sobre sus piernas, la sangre animal recorriendo esos músculos de hierro…
Abrió sus brazos y gritó con fuerzas.
Estaban volando, su amado Omega lo llevó al paraíso que conocía desde pequeño, a ese al que solo tenía acceso él y su hermosa yegua con pecas.
La excitación fue brutal, el éxtasis sobre el caballo había sacado el animal dentro de ellos, en cuanto llegaron a la casa, Jungkook lo arrastró y le quitó la ropa sin dejar de decirle todo lo que quería hacerle.
—Quiero que me montes, así como lo haces con ella…
Su boca sobre la de Jimin no le daba respiro.
Se alejó para mirarlo, su rostro arrebatado, la boca encendida con los rastros de sus mordidas, la respiración agónica…
—Tengo celos de Pecosa…
Jimin no dejaba de besarlo, su boca hacía surcos de baba por los pezones de su hombre.
—¿Me oíste?
Eso detuvo todo lo que hacían…
—Sí, pero me parece tan loco... ¿qué dices?
—Pude sentir lo que sientes arriba de ella, es demasiado excitante. Me da mucho celos que ella te haga sentir eso…
—Jungkook, bebé —Nunca lo había llamado así, pero hoy, Jimin sentía que estaba teniendo un berrinche de crío— . Piénsalo así, cada vez que la monte, regresaré a ti a qué me hagas lo que quieras. Porque yo solo pienso en ti, cuando estoy sobre ella, mi amor.
Eso pareció gustarle al Épsilon que le gruñó al cuello y con su mano sobre el trasero lo atrajo a su erección y se frotó contra la de Jimin que ya lloraba caramelo.
Se sentó, mojó su entrepierna con lubricación Omega y se lo sentó a horcajadas, lo abrió y metió sus dedos de a uno, Jimin jadeaba como si la vida se le fuera en cada arremetida…
—Entra en mí…
—No, tú siéntate en mí, montame, quiero ser tu yegua…
¡Lunas rojas! Esa imagen fue demasiado gráfica, Jimin amó ese costado audaz de su macho y no demoró ni un segundo para subirse y cabalgar sobre su miembro con sus fuertes piernas aprisionando las caderas del Épsilon.
Lento, con cadencia de fuego, se hundía más y más sobre esa vara de hierro y carne, Jungkook jadeaba como animal salvaje con la cabeza gacha sobre su pecho.
Jimin levantó su rostro, quería que lo mirara mientras trotaba sobre él.
—¿Así te gusta? ¿Puedes sentirme?
—Sí–í… —JK apenas podía pronunciar palabras.
—Quiero tu leche, dame tu leche…
Él saltó más fuerte y Jungkook se metió más adentro. Se aferró tortuosamente a las caderas blancas de su chico rebelde y fue él quien impuso el galope a su gusto en ese engarce perfecto entre sus carnes y la del Omega.
Jimin ya con sus manos liberadas, se acarició, pellizcó sus tetillas ante los ojos hambrientos de su hombre, bajó a su miembro y se tocó con tanto deseo que volvió loco a Jungkook que no podía quitarle los ojos de encima. Jimin se vino en un bestial orgasmo que salpicó el pecho de ambos, se acarició con crema de Omega bravío y mamó sus dedos trayéndole a Jungkook los recuerdos de su primer encuentro. Él tomó esos dedos, sin dejar de moverse y también mamó, no aguantó más, se corrió con tal fuerza que golpeó su útero con el cremoso esperma de Épsilon, brutalmente abundante.
Jimin gritó ante la sensación en su interior, le pareció tan deliciosamente indómito, salvaje...
—¿Te domé como a mi caballo?
—No del todo, Jimin, me volviste más bestial, para la próxima, mi potro va a necesitar látigo y azotes.
Cada día fue un aprendizaje entre ellos y conforme los meses pasaron las cabalgatas sobre Pecosa, de un Jimin que había ganado peso, se hicieron imposibles.
No así las del "potro" Jungkook que accedía a darle su amor y su simiente, tendidos en cucharita y con la mayor de las dulzuras. Si alguien viera al feroz Épsilon convertido en masita tierna, nadie lo creería.
Pero él sí lo creía, él sabía que toda esa transformación había llegado de la mano de su hermoso Omega blanco que le enseñó todo lo bueno que esta vida tenía para ellos y su camada.
El día que llegaron los cachorros, Namjoon arribó al hogar de los Park-Jeon con un séquito de cinco parteras que asistieron al alumbramiento. Janna y su hija entre ellas.
Entre gritos, dolor y lágrimas, nacieron dos bebes que fueron puestos sobre el pecho del Omega para unir sus latidos en uno. Jimin y Jungkook lloraron de felicidad abrazados a sus crías.
Una niña y un varoncito.
Namjoon observaba la escena conteniendo el llanto porque, ya saben, él es un macho Alfa, entrenado para no ser débil, y eso implicaba no llorar, a la vez se moría de ganas de mirar detrás de las orejas de los niños para saber si habían heredado la pureza de sus padres.
Jimin creyó que nadie mejor que su hermano se merecía ese honor y le entregó a sus cachorros para que revisara sus marcas.
Jungkook espero con el niño en brazos, mientras Nam revisaba a la niña. No fue hasta que vio la marca de los dos cachorros, que los hoyuelos de Nam se marcaron en su rostro.
—Ella es Omega, él es un Épsilon.
Un hermoso latido de júbilo latió entre todos ellos y ahí sí, Namjoon lloró. Ahí sintió que todo esfuerzo por mantener a su hermano a salvo había valido la pena. Abrazó a su cuñado que lloraba a moco tendido porque la promesa a su padre, también se había cumplido.
Jimin sonreía feliz, él siempre supo lo que su hermano diría porque él no necesitaba ver las marcas especiales en esos cuellitos recién nacidos para saber que sus cachorros eran puros. Durante todo el embarazo él pudo sentir que gestaba dos criaturas únicas que tal como él y su pareja, olían a flores y a ámbar. Una mixtura perfecta de ambos y si alguna duda le quedaba, corroboró que eso era real cuando los acercaron a su pecho y sus ojitos brillaron en violeta y gruñieron bajito. Ahí estaban él y su Épsilon en esos genes. Sus estirpes sobre la carne y sangre de dos criaturas que abrían la esperanza de la trascendencia de dos razas.
Jungkook y Jimin dedicaron sus días al cuidado de su magnífica manada que fue creciendo y llenando su hogar de gritos y juegos.
Los Omelas tenían descendientes, los Épsilon también.
Esa mañana Jimin y Jungkook volaron al viento sobre el lomo de Pecosa y bajo el sol de un verano amarillo, se juraron amor eterno.
Y cumplieron.
Por siempre y para siempre.
FIN
Publicada el 28 de diciembre de 2024, desde Córdoba Argentina.
Llegó el final de esta historia por demás distintas a todo lo que he escrito, les confieso que me fue difícil al inicio Pero conforme avanzaban los capítulos las ideas me iban llegando sin presiones y fluidamente.
Voy a amar a estos dos como amo a cada uno de mis personajes pero este Jungkook que tuvo una transformación fuerte y que cedió ante los instintos más poderosos, me lo llevo en el corazón.
Gracias por acompañarme, gracias por estar acá, gracias por todos sus mensajes hermosos, gracias por sus estrellitas y por seguirme en cada loca aventura de letras...
I purple U muchoooo 💜 💜 💜
Lola Caracola 🐌 🧉
Dedico este final a mis hermosas
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