16 | NEKMIT
DISCLAIMER:
Hola mis adoradas y adorados.
Antes de siquiera leer el primer párrafo de este capítulo, necesito hacerte una advertencia para que decidas si quieres leerlo o no.
Lo que he escrito aquí, es mi costado más salvaje, animal y mi amor por el universo furro*
Sí, tal como leen, yo como muchas personas, también tengo mis kinks y me atraen ciertas cosas que no se consideran dentro de la norma.
Yo te invito a que evites juzgar mis letras, si no te gustan y simplemente pasa de largo este capítulo sin temor a perder el hilo de la historia.
Por otro lado, si eres de los que, como yo, les gusta explorar con lecturas diversas, esto es para que te deleites imaginando aquello que va más allá de un simple encuentro entre sábanas. ¡Hablamos del jodido Omegaverse, donde todo vale!
Abre tu mente y deja que mi pluma rompa con todas tus estructuras.
Caracola.
Ahora sí, si estás decidida/o, comencemos...
NEKMIT
Pasó la lengua por el cuello de su Omega que sangraba a mares tras la dentellada feroz que le había dado.
Aprovechó para beber de su sangre y se sintió dichoso.
¿Cómo es que todo había cambiado tan rápido? Ayer había llorado hasta sentir que desfallecía, se había aferrado a la prenda con la que Jimin había limpiado su nariz y la abrazaba en un último intento de tenerlo cerca.
Lágrimas y mocos, era lo único que le había quedado de su amado.
¡Qué patético!
Pero ahora, lo tenía allí, casi dormido entre sus piernas. Sus manos olían a la esencia más íntima de su cuerpo, Jungkook chupó la crema afrodisíaca en estado puro que aún permanecía en sus dedos como rastro imborrable de lo que habían hecho.
Jimin salió del estado de embriaguez y acarició el rostro de su hombre.
—Hola, hola, hola, mi amor.
Cada «hola», era acompañado de un beso en cada dedo tatuado.
—¿Jimin, podemos hablar ahora sobre lo que ocurrió?
—Pasó de todo, Jungkook, pero lo más importante es que Nam me ayudó a escapar.
—¿Tú hermano? ¿Sabe de mí…?
—Sabe todo, le conté todo. Él aprueba que estemos juntos.
—¿De verdad?
Jimin reveló cada detalle y cuando le contó que los sacerdotes querían unirlo en matrimonio con Yoongi, Jungkook estaba seguro de que nunca en su vida se había sentido tan furioso.
—Namjoon los distrajo para que escapara, para que te buscara.
—¿Por qué quieren enlazarte con él? Es peligroso, él fue mi amigo, pero ahora lo desconozco, está fuera de control.
—A ellos no les importa que Yoongi sea un asesino. A ellos solo les importa que él sea de sangre pura.
Jungkook quiso decirle todo lo que él sabía de Yoongi pero sus ojos parpadearon en rojo y su olor cambió. Jimin supuso que era otro ataque de celos, pero no eran precisamente esos "celos" lo que estaban llegando.
—Jimin, debes irte…
—¿Qué? ¿Estás loco?
—Jimin, mi celo, entraré en celo y necesito que no estés aquí…
—No me iré.
—¡Jimin! —Levantó su voz pero no era la de mando—. Escúchame por favor, los Épsilon no tenemos celos comunes, como ustedes.
Aunque a Jimin le costara entender lo que le estaba diciendo, necesitaba escuchar todo.
—Cuéntame.
—¡No hay tiempo! —Se retorció y largó un gruñido gutural que Jimin jamás había escuchado, ni de él ni de ningún otro lobo.
—Jungkook voy a quedarme, así sea que me mates, prefiero morir bajo tus fauces a dejarte solo.
—Jimin, no… va a gustarte. Voy a cambiar y si estás aquí, mi lycan querrá tomarte.
Él creyó ver qué Jimin se relamía mientras le daba detalles.
—Jimin, cuando haces eso con tu lengua, maldita sea, me traes loco…
—Quiero saber más de ese lobo que llevas dentro —Mordió sus labios al decirlo.
—¿Nadie te ha dicho que eres un pervertido, Jimin? —Le metió el pulgar en la boca del bebé mamón. Toda interacción sexy se detuvo cuando un estertor en el tórax, sacudió a Jungkook.
—Jimin, mi amor, vete…
—No.
—Jimin..
—¿Ves esto que tengo aquí? —El Omega inclinó su mandíbula para exhibir su carne quebrantada por la mordida aún fresca—. Esta marca es tuya y ahora es mía. Somos uno. Puedo sentir que tu lobo está llegando.
—No es mi lobo, Jimin, no es mi lycan.
—No entiendo a qué te refieres, Jungkook, pero dime qué va a pasar antes de que cambies… ¿Qué debo hacer?
—Si te quedas, cuando yo cambie, mantente lejos. Debes esperar a que mi forma lupina te reconozca.
Jimin no tenía la menor idea de lo que le estaba diciendo, jamás había escuchado acerca de esa tal "forma lupina", pero igual lo escuchaba atento, tomando notas mentales.
—Muéstrate sumiso y por todos los cielos, haz que reconozca mi marca en tu cuello. Esa es la única manera de que mi conciencia y yo, controlen al Épsilon que me habita.
—Lo haré, mi amor, confía en mí.
—Eso no es todo, es posible que tú también cambies. Pero no llegará tu lobo, Jimin… es demasiado complicado de explicar…
¡Grrrr! —un gruñido de dolor le cruzó la garganta.
—¡Me duele!
—¡Jungkook, qué más debo saber!
—Solo voy a decirte que nuestras sangres se han mezclado, ahora tú como yo, eres una criatura lupina.
—No sé qué mierda es eso, pero no me asusta.
—A mí sí, nunca he pasado mi Nekmit con un Omega, no sé qué esperar, no quiero hacerte daño.
—¿Con quién lo pasabas entonces?
—Lo he pasado co-o-n —Se detuvo en seco— —¿Jimin, que importa eso?
El Omega levantó los hombros como diciendo: “no lo sé, pero me interesa”.
Es que, él en realidad quería saber todo sobre el pasado de JK.
—Te lo explicaré después, bebé, no tenemos tiempo que perder —Pegó un gruñido y Jimin retrocedió asustado, ahora sí, frente a él empezaba a ver una lenta metamorfosis.
Sus rasgos fueron cambiando, su feromonas se transformaron en un estímulo feroz que entró por su nariz de Jimin y le golpeó el cerebro haciendo que él deseara al lobo que estaba llegando de una manera sobrehumana.
—Jimin, mírame, no te asustes, te amo, te amo, te a-a-m…
Jungkook cambió.
La transformación se inició con el brillo de sus ojos, Jungkook mutaba pero manteniendo una mirada consciente sobre los ojos de Jimin.
Su piel se tensó y dio paso un pelaje fino y suave que cubrió su cuerpo con una capa de furia negra dejando a la vista su bestial estructura muscular.
Jimin acarició su cabello que se había convertido en una melena sedosa entre la que se asomaban orejas caninas.
—Qué hermoso eres, mi amor.
El observaba atónito como sus brazos y piernas se volvían más fuertes, más musculosos, soñó con un rasguño de esas manos que ahora tenían uñas afiladas que brillaban como garras.
Creció ante sus ojos, enorme e imponente y desde allí arriba, el lobo de Jungkook lo miraba con una expresión de conexión animal que creaba entre ellos, un perfecto equilibrio sobrenatural.
Pero frente al enorme lobo humano, Jimin no perdió de vista lo que Jungkook le había pedido, él debía lograr que el lycan reconociera su marca en el cuello.
Jimin estaba consciente de que lo que sucedía era peligroso.
Jungkook hacía equilibrio en la cornisa entre su consciencia humana y la inconsciencia animal, si algo salía mal, Jimin llevaba las de perder.
El olor del Épsilon era tan potente, tan deliciosamente intenso que le arrebató la psiquis e instintivamente sus feromonas Omegas desplegaron alas y fueron directo a la nariz del lobo haciéndolo jadear, Jimin aprovechó la ocasión, inclinó la cabeza y le enseñó su cuello.
—«Sumiso» —recordó— debo ser sumiso— pero él no lo era.
No esperó a que el lycan actuara sino que actuó él. Presionó tan fuerte su marca que empezó a sangrar, embebió su mano y la llevó a la boca del lobo.
—Soy yo, tu Omega.
El lobo de Jungkook lamió su mano y ese simple acto excitó tanto al Omega que sintió su lubricación filtrarse tibia entre sus piernas.
El lobo estaba fuera sí, lo había olido, lo había reconocido, una monstruosa erección le estalló en su entrepierna...
—Jimin —su voz también había cambiado, sonaba gutural con un registro grave que parecía vibrar en su pecho.
—Jungkook… mi Épsilon.
Sus colmillos se afilaron, pero Jungkook había llegado, detrás de esa sonrisa peligrosa, él estaba allí, su humano amado, debajo de esa zoológica metamorfosis, estaba con él.
Y él se moría se deseos de que esa bestia lo hiciera suyo.
Se acurrucó en sus poderosos brazos y con maléfica intención, le ronroneó deliciosas feromonas sexuales.
Jungkook perdió la cordura, cruzó sus brazos por la espalda del Omega y lo atrajo a él.
El lycan pasó su garra por su pecho dejando una huella roja que aunque ardía y lo excitaba. Jimin desconocía ese costado de él, solo había hecho el amor una sola vez con Jungkook y ahora se encontraba frente a su lycan deseando que lo pusiera en cuatro y lo partiera en mil.
Y como si este le leyera la mente, Jungkook lo tomó por la cintura y lo hizo girar, cuando Jimin quedó de espaldas supo que estaba loco de amor, permitiría que el lycan gigante lo tomara porque lo deseaba más que a la vida misma.
Se preparó mentalmente porque sabía que sería demasiado. Abrió más sus piernas cuando sintió la áspera lengua del lobo meterse entre sus carnes y comer su lubricada entrada.
—Ahhh, mierda —gimió ronco— más…
Bajó las manos a sus glúteos y se los abrió más para que esa lengua gruesa llegara más profundo.
—Vas a matarme… me muero, Jungkook.
La lengua hizo el trabajo que sus garras de uñas afiladas no podían, así de consciente estaba Jungkook, no lastimaría a su bebé.
Pero este bebé, no ayudaba a su auto impuesta moderación cuando emitió el gemido con el que dominaba a JK…
—No me tengas piedad…
Con un gruñido feral, Jungkook y su lobo, perdieron la batalla y se metió entre sus piernas con la intención de fundirse entre sus carnes.
Necesitó el control más grande del mundo para entrar con suavidad para no desgarrarlo pero cuando la lubricación del Omega se hizo más abundante y deliciosamente obscena, JK no aguantó más y lo penetró sin clemencia.
Sus cuerpos eran uno.
Jimin creyó que se desmayaría por tan doloroso placer, se arqueó hacia atrás, para profundizar la embestida, Jungkook se aferró a cabellos blancos jalando hacia atrás mientras se hundía más profundo en él.
Jadeaba, su voz entrecortada por el placer, rebotaba entre las paredes raídas de la ruina. Su orgasmo le llegó sin siquiera tocarse, fue entonces que el Épsilon se vino en su interior con una corrida tan brutal que Jimin chorreó leche de lobo durante todo lo que restaba del día…
Esa fue la experiencia más alucinante que cualquiera de los dos hubiera tenido.
Jungkook salió de él antes de que el nudo se formara, más tarde le explicaría que su nudo de lycan, podía desgarrarlo seriamente.
Tendidos y aún jadeantes Jimin, frente a la bestia, lo besó.
Y comenzó a mutar en el preciso instante en el que él tuvo en su boca la exquisita saliva de su hombre lobo.
La criatura lupina de Jimin llegó como un bellísimo licántropo blanco en el que en el pecho, refulgía su corazón de lilas.
Jungkook rugió al verlo, su Jimin, su precioso bebé Omega en su forma primitiva era demasiado hermoso para ser real…
El lycan blanco, aunque más pequeño, era tan hermoso que enmudecería al mismísimo averno.
Sus cuerpos, cubierto de un pelaje brillante, se fundieron en uno solo con sus ojos rojos brillando con deseo.
Aunque exhaustos tras el encuentro reciente, ambos con forma lupina iniciarían un ritual de apareamiento sin precedentes.
Omega y Épsilon y su amor eterno, en ese momento, eran uno solo, dos almas unidas en una pasión que trascendía la humanidad, dos lobos que se habían encontrado en la oscuridad y se habían convertido en una sola entidad, unida por el amor y la sensualidad.
Cosas que aclaro cuando aclaro cosas
En mi cuento cuando hablo, tanto de los lobos, los lycan o de criaturas lupinas, me refiero a seres humanoides con características lobunas, claro está. Sin embargo, he creado algunas diferencias sutiles entre los dos términos:
Universo Lycan.
Lobo. Lycan
Se asocia con la idea de una transformación voluntaria en un lobo, es decir, un animal canino, salvaje con pelaje, cola, orejas y garras.
En el Omegaverse tradicional cuando son cambiaformas, ellos se convierten en lobos, capaces de hablar y sin perder la conciencia.
Lupino
La forma lupina, se asocia a la idea de un ser mitad hombre, mitad lobo, conservando las características de ambos. El lycan con capacidades de convertirse en una criatura lupina, retiene rasgos humanos tanto en lo físico como en lo emocional. Poseen inteligencia, conciencia y la capacidad de reconocer a otros seres.
Importante, no todos los lycan pueden transformarse en un lupino.
Recuerden que la representación de licántropos, lycan, lupinos, yo la hago variar según el contexto y mi interpretación creativa para cada historia.
No hay versiones “oficiales” más que la de mi imaginación.
Silbando bajo, me retiro.
No sé a ustedes pero a mí me encantó escribirlos así...
Vayan al próximo capítulo que subiré las imágenes que creé para este capítulo
Besitos
Lola
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