Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 09

— ¿Volverás? —mi tono parece un desolado lamento.

. —prometió.

Lo apreté entre mis brazos y coloqué mi cara en su pecho. Titubeantemente subió su mano y la poso sobre mi cabello, acariciándolo.

Está bien. —concedí. Levanté la cabeza y lo mira fijamente, buscando una afirmación en su rostro.

Podía ver mis ojos brillando esperanzados a través de los suyos mientras le examinaba. Quería grabar cada rasgo de su rostro en mi memoria. Su cabello tan negro, sus ojos claros, sus gruesos labios. Me tomó del rostro con su mano, se acercó despacio y me besó. Largo y profundo. Correspondí y lo levanté de sus piernas sin soltarle ni un segundo. Aumentando la pasión del beso, con una mano hice a un lado las cosas en la mesa y lo  subí en ella. Elevé sus manos, apretándolas a los lados de su cabeza, posándome sobre él, besándole más fuerte. Volviendo a hacerme dueño de sus labios y me es imposible evitarlo, porque no quiero hacerlo. Pero entonces me detuve, puesto que ambos estamos sin respiración suficiente. Sus labios ardían hinchados y su pulso ya estaba alterado.

— No quiero dejarte ir. —murmuré jadeante.

— Volveré, lo prometo. —susurró junto a mi boca. Volví a besarle una vez más,  aspirando fuerte. — YoonGi...

YoonGi...

Su voz susurrante se desvanecía, translúcida cual humo que nublaba su imagen desapareciendo entre mis manos.

YoonGi...

~*~

— ¡YoonGi! —murmuró alguien cercano, haciéndome despertar.

Tardé unos segundos antes de darme cuenta que me había dormido profundamente en medio de la sesión. No es que me sorprendiera, la regresiones eran parte de la terapia experimental para combatir mis pesadillas. El problema era que antes mis pesadillas eran distintas...

— ¿Y bien? —preguntó el doctor una vez desperté completamente.

— Nada nuevo. —mentí. Él volvió a escribir algo.

Desde hace un par de meses no he vuelto a soñar con sangre o cosas oscuras, pero, es a él a quien no puedo sacar ahora. Siguiendo sin hacerlo. No he vuelto a hablar de él desde la última vez en aquel pueblo cuando... Dijo esa sarta de tonterías. Cuanto afectó mi cerebro que incluso crea visiones falsas, cosas que jamás sucedieron. No podía sacar de mi mente a esa versión pelinegra de Jihoon... Jimin... O quién rayos sea.

Detestaba desearlo tanto, que mi cuerpo reaccionara incluso dormido, soñando con tomarlo tantas veces más cómo lo hice en ese lugar. ¿Qué me hizo? ¿Qué hizo para que no pueda olvidarlo simplemente?

— ¿Ningún cambio? —preguntó de nuevo. Me sentí observado. — Creí, que habías mejorado estos días. —comentó mientras examinaba el contenido del frasco de pastillas que me prescribía. He usado menos porque he dormido profundo sin necesidad de ellas.

— Sólo... Supongo que he estado tan cansado con la facultad que termino rendido. —me excuse.

— ¿Qué hay de tu pareja? Me habías contado que estabas saliendo con alguien...

— Un par de citas, nada más. —le interrumpí. No quería siquiera pensar en él. Para mi, no existe más ese asunto.

— Bien. Supongo que eso a ayudado, me agrada que te estés animando a salir con personas. No estaría mal que te des la oportunidad de convivir y comenzar a reemplazar esos malos recuerdos de tus pesadillas por vivencias agradables. Además de que por supuesto, es bueno que dejes de ser dependiente de éstas. —dijo moviendo el frasco.

Tenía razón. Al menos, ya no soñaba con personas muertas y dormía como uno. Aún así, no era mejor. No sí no puedo sacarlo de mi cabeza a él.

— La sesión a terminado por hoy, pero te veré aquí mismo el día lunes. —dijo con voz monótona. Asentí mientras me levantaba del diván y salía de su consultorio luego de despedirme como cada semana.

Justo estaba saliendo a la calle cuando mi teléfono sonó con una notificación. Un mensaje de Jungkook diciendo que volvía a la ciudad y me pedía ir a tomar un trago con él. Acepté de inmediato. Era lo que necesitaba en este preciso momento. Una salida de copas con mi mejor amigo a quién tampoco había visto en demasiado.

La última vez que supe, dijo que había conocido a una chica que lo traía vuelto loco. Algo extrañamente fascinante considerando que Jungkook siempre fue un nerd de primera enamorado de sus videojuegos y ciencia ficción, incluso aún conservaba los mismos calcetines de aquel popular super héroe americano de metal. Su viaje lejos de sus padres al parecer fue bueno y me alegraba saber que la madurez estaba llegando a su vida.

Apenas pude subir a un taxi para que me llevara a lugar dónde lo vería así lo hice. Di la dirección al conductor sin más palabras de las necesarias antes de que comenzara a conducir.

Mirando por la ventanilla sea quizás unos de los mejores días de la temporada. El sol es fuerte y perfecto para un productivo día. Tan distinto a los últimos meses en los que prácticamente me había acostumbrado a amar los días nublados porque significaba, que lo vería.

Pensándolo con calma, era extraño. Salir siempre después de la puesta del sol, o incluso con lluvia. ¿Cabía una posibilidad de...?

Que idiota, ¿de verdad estoy considerando una fantasía tan ilógica como la que contó? Imposible. Quizá sea ignorante pero no estúpido. Hay muchas razones por las que una persona puede evitar el sol, incluso a mi me causa alergia e irritación. ¿Eso me convierte en un extraño ser etéreo de una novela clásica renacentista?

Por Dios... ¿Qué clase de tonto lo creería posible? Solo alguien mal de la cabeza osaría imaginar esa mentira fantasiosamente digna de una mente sobre estimulada.

— Joven. —llamaron. Era el conductor quien me miraba desde el espejo retrovisor. Se había detenido el auto.

Frote mis ojos y rostro tratando de disipar mis pensamientos. Mi cabeza comenzaba a doler ligeramente con la señal de que una posible migraña se acercaba. Debía dejar de pensar ahora que ya no tenía que hacerlo. Pagué y salí rápidamente del auto estacionado.

Entré al restaurante aligerando en paso. Buscando con la mirada a Jungkook entre los comensales  y encontrándolo en una de las mesas del centro. A penas me vio en la entrada, levantó su mano para llamarme. Él se veía bastante bien. Su frente estaba descubierta dejando de lado aquel peinado de coco que siempre acostumbraba. Estaba feliz y ¿había tatuajes en su mano?

Me acerqué hasta la mesa donde estaba y él se levantó para saludarme con un abrazo.

— ¡Que bueno es volver a verte hyung! —comentó entusiasmado.

— También me alegra. —añadí con una pequeña sonrisa.

— También me alegra... —imitó mi voz sarcásticamente. — ¿Puedes pretender ser menos huraño alguna vez? Acabo de llegar y solo dices, "también me alegra" Tienes veinte años pero pareces un anciano. —bufó haciendo comillas. Negué con la cabeza sonriendo.

— Solo estoy algo cansado, no te preocupes. De verdad me alegra verte de regreso. —expliqué, poniendo un mano sobre su hombro.

— Esta bien. —murmuró sonriendo de esa típica forma en la que parecía un pequeño. — Adelante... —mencionó señalando la silla frente a mi.

Ambos tomamos asiento a la mesa donde mis ojos captaron un pequeño bolso de chica y a su lado, una silla vacía. Tardé unos segundos en recordar que había traído a su famosa novia. Jungkook se dio cuenta de que miraba en dirección a ese lugar.

— Fue al tocador poco antes de que llegaras. Seguro no tarda en volver. ¿Quieres pedir algo? —sugirió, llamando al camarero. — Es una chica hermosa, hyung ya lo verás. La conocí mientras tomaba fotografías. —dijo entusiasmado. Nunca lo había visto tan feliz. Excepto esa vez que recibió su primera Nikkon.

— Me alegro por ti Jungkookie. —le dije con sinceridad, palmeando ligeramente su hombro.

Mi dolor de cabeza aún no se iba, de hecho, dudaba que disminuyera. Él joven uniformado se acercó con la carta. La tomé pero ni siquiera le eché un vistazo.

— Whisky doble por favor. —murmuré. Jungkook silbó.

— Woow... ¿Todo bien? —indagó.

Iba a contestar algo cuando sus ojos se desviaron de mi y se levantó con una sonrisa deslumbrante en el rostro. Lo vi extender su mano derecha a un lado de mi y otra mano, pequeña y femenina su posó sobre la suya. Me levanté de inmediato y por cortesía, arreglando un poco mi arrugado saco. Sin embargo me desconcertó ver a alguien extraña y coincidentemente conocido frente a mi.

— Hyung te presento a Hyuna. Hyuna él es YoonGi. —nos presentó el uno al otro.

La chica... Ella... La había visto antes, ¿cierto?

Mi cabeza comenzó a doler un poco más pero lo ignoré. Extendí mi mano para saludar cortésmente.

— Min YoonGi. Un placer. —dije simplemente.

— Encantada... —musitó con voz dulce.

Su cabellera negra, sus ojos color zafiro, en definitivo me resultaban inquietantemente conocido pero claro, era lógico, nos vimos una vez en...

— Sientense por favor. —dijo Jungkook, invitándonos a tomar asiento.

Hyuna tomó su lugar en la silla vacía con ayuda de él. Poco después ambos nos sentamos. No soy una persona que se intimide fácilmente pero un escalofrío pasó por mi nuca al darme cuenta de que ella me miraba con sus manos entrelazadas sobre la mesa. Sus largas uñas estaban pintadas de algún esmalte negro brillante y llamativo.

— ¿Nos hemos visto antes cierto? —habló, perturbando mi atención.

El camarero llegó con platillos que supongo pidieron antes de que llegara. Mi trago tardó un poco más.

— ¿Ustedes se conocen? —preguntó Jungkook interesado. Oscilando su mirada entre cada uno.

— Hm... No en realidad... —no me gustaba sacar el tema de nuevo. No quería recordar. — Nos vimos por casualidad en el viaje con tu primo.

— ¿Cual primo? —mencionó. Su rostro parecía realmente desconcertado. ¿Estaba bromeando?

— Tu primo Jihoon. ¿Cual otro más? —espete. Jungkook soltó una carcajada antes de golpear mi hombro.

— Tu y yo sabemos que mis padres no tienen hermanos. ¿De qué primo hablas hyung? —farfulló mientras ponía su atención en el plato frente a él y comenzaba a comer. ¿Qué?

— Borré sus recuerdos YoonGi. Él no sabe de quien hablas. —susurró ella. Inclinándose hacia el frente y recargando su rostro entre sus manos.

El escalofrío recorrió mi espalda, sus ojos cambiaron de azul a blanco en un segundo para volver a ser azules de nuevo. Miré a Jungkook que comía despreocupadamente, las personas alrededor, nadie miraba o decía algo. Todos murmuraban en sus propias conversaciones. Mi boca se secó.

Quizás era el estrés de la última semana, o el dolor que se incrementó en mi cabeza, pero un mareo me azotó y mi vista se tornó borrosa antes de que todo a mi alrededor se moviera distorsionado. El camarero llegó con mi trago y se lo arrebaté antes de sacar el frasco de pastillas del bolsillo interno de mi saco. Vacié un par en la palma de mi mano y las arrojé a mi boca para después bajarlas con el alcohol.

— Jimin me pidió que hiciera lo mismo contigo. —siguió hablando.

— ¿Q-que? —mi voz sonaba agitada.

Mi cabeza dolía demasiado. Ella me miraba con suma atención, ni siquiera estaba parpadeando. ¿Que demonios sucedía?

— Él cree que estarás mejor si vuelves a olvidarlo. —siguió diciendo.

— Callate. —ordené, aunque más bien parecía que lo había pedido.

Apreté mi cabeza. Sentía como si me hubieran golpeado desde el interior. Eso era imposible. Intenté levantarme pero mi cuerpo no me respondía. No podía moverme. Mis brazos bajaron y mis manos se quedaron tranquilamente sobre la mesa mientras la miraba. Mis piernas tampoco respondían. ¿Ella estaba haciendo esto?

No, imposible...

— Realmente debes aprender a escuchar. Eres muy lindo pero muy tonto. Jimin te ama, te amó y amará aún cuando lo trataste como todo un idiota. —ella alcanzó una copa y la llevó a su boca. Dándole un sorbo al vino. — Me encargó eliminar cada recuerdo reciente de ustedes dos... Jungkookie es lindo también, lástima que no pueda quedarmelo. —musitó con un leve puchero.

Intenté articular alguna palabra, mover mi boca, pero no podía. Mi cuerpo estaba en auténtica y completa calma sellada. ¿Como podía ser que ella estuviera haciéndolo? ¿Hipnotista quizás?

— Algo así. —contestó. Abrí los ojos escandalizado. Ella... ¿Leyó mi mente? — Lo hago. ¿Genial no?

No... No lo era, era ridículo.

Ella rodó los ojos con cansancio. Se inclinó hacia atrás, recargándose en el respaldo de su silla y se cruzó de brazos mirándome un largo tiempo.

~*~¿Qué es lo que quieres? ¿Qué me harás?~*~

Pregunté. Ella miró alrededor pensando tal vez. No podía moverme pero parecía como si todos se hubiera quedado pausado en el tiempo.

Tras largos y silenciosos minutos ella volvió a inclinarse al frente. Sus ojos se tornaron blancos y sus pupilas se volvieron un minúsculo punto. El contorno de sus cuencas se oscureció sombriamente, de una forma que por alguna extraña razón me resultaba familiar en lugar de asustarme.

No podía dejar de verlos, su mirada, cual imán me atraía. Mis oídos comenzaron a zumbar en un sonido sordo y algo escurrió de mi nariz. El olor metálico me hizo saber que se trataba de sangre.

— Voy a darte a elegir. —murmuró. ¿A qué se refería? — Tendrás que elegir YoonGi... ¿Deseas olvidar? O... ¿Recordar todo? Cumpliré cualquiera que elijas. Pero una de ellas significará que no volverás a saber nada de Jimin... Ni de su hijo. —declaró.

¿Hijo? ¿Cuál hijo?

~*~ ¿Que hijo? ¿De que hablas? ~*~ —pregunté.

— Él está esperando un hijo tuyo. Él te necesita pero es tan lindo que quiere dejarte ir. —dijo. — Por eso debes elegir. ¿Recordar u olvidar? —añadió.

¿Recordar? ¿Qué debía recordar? ¿Qué es lo que podría necesitar recordar?

Ella sonrió y el dolor en mi cerebro regresó como si cientos de alfileres se clavarán...

« Jimin, mirame. He hecho muchas cosas en mi vida, pero mentir no es una de ellas. ¿Por qué es tan difícil creer que alguien pueda amarte? »

« Tengo miedo... Tengo miedo de que, sí me permito ser feliz, el mundo se desmorone sobre mi... »

« Dame la oportunidad de demostrarte que yo no quiero lastimarte. »

Las voces resuenan en mi cabeza. ¡¿Que está pasando?! ¡¿De donde venían todas esas imágenes?!

« Lo siento, Jimin. Fue mi culpa que todo esto pasara. »

« No, no lo es. Tú me diste dos opciones... Yo escogí esta. »

« Pero no pude hacer nada. Estuve a punto de... »

« No lo digas. Entiendo perfectamente por qué. »

« Buscare a, Yurah. Le pondré un alto. »

« No, no la busques. No le tengo miedo. »

« No tienes que fingir. Aunque no pueda leer tu mente, sé que estas abrumado con lo que pasó hoy. »

« Estoy bien. Y sé cuidarme. No soy el niñito inocente que hay proteger. »

...

« Entiendo por que eres tan duro contigo mismo. Pero creeme, lo último que quiero es lastimarte... Si algo he aprendido de los vampiros, es que ellos jamás rompen una promesa. Una promesa significa mucho para alguien que vive tanto. Así que es para siempre... Te prometeré algo, ¿confias en mi? »

« Sí. »

« Prometo amarte, contra todos, contra la paz misma. Contra cada razón contraproducente... Contra mi propia vida, más allá del amanecer. »

...

« ¿Que sucede? »

« ¿De dónde sacaste esto? ¿Dime dónde lo hallaste? »

« Era de mi bisabuelo. ¿Por que te interesa? ¿Que tienes? »

« ¿Jihoon? »

« Eso creo. ¿Cómo sabes su nombre? »

« No puedo creerlo... »

« YoonGi... hablame, me estas asustando. Dímelo. »

« Jimin... yo le entregué ese dije. Jihoon fue mi vida entera. »

...

« Jimin...»

« YoonGi, será mejor que esto pare. No puedo... »

« Ni siquiera sabes sí eso sea posible. ¿Cómo estás tan seguro? »

« ¿Que hay si es así? »

...

« ¿Por qué me miras así? »

« Encontré a, Yurah. La obligaré a liberarte. »

« Estás molesto por lo que, Yurah me hizo, ¿o más bien detestas que sea esto ahora? »

« ¿Qué? No... »

« No... Entonces, ¿sientes lastima por mi? ¿No soportas que te toque? »

« No, no digas eso, no es así. Sabes que te amo. No llores por favor. Te prometo que haré todo lo posible para que no tengas que cargar con esto... »

...

« ¿Eres invitado de, Jungkook? »

« Soy su primo. »

« ¿Primo? »

« Larga historia.»

...

« Acepto. »

« Ni siquiera sabes lo que diré. »

« No hace falta saberlo, mientras sea contigo iría a donde fuera. »

« ¿Irías a cualquier lado conmigo? »

« Hasta el fin del mundo. »

...

« Es interesante. »

« ¿El qué? »

« Este lugar, el que lo conozcas, el que bebas y... Que muerdas... Guardas muchos enigmas. »

« ¿Eso es malo? »

« En absoluto, me gusta. Quiero saber todo de ti. Conocerte de pies a cabeza. Me tienes hechizado. »

...

« ¿Quién es Park Jimin? »

...

« ¿Que es? »

« No lo sé... Siento, que nada eres real, que si te suelto, te irás de mis manos... Siento que te he perdido antes, y no quiero volverlo a hacer. »

« Un deja vu quizás. »

« Quizás. »

No... No puede ser...

« Jimin... Te amo. »

« También te amo. »

Mi memoria, todos los recuerdos... Volvieron de golpe con cientos de imágenes por segundo. Los sentimientos duelen estancados en mi pecho, mi garganta quema, mis mejillas están húmedas cuando logro abrir los ojos y mirarla. ¿Yurah? Ella niega. No, no es ella... Ella murió... Yurah murió igual... Igual que yo...

No puede ser... No puede ser... No puede ser...

Jimin...

— ¿Y bien? —preguntó Hyuna.

Mis lágrimas se deslizaban llenas de tristeza y felicidad, una agridulce sensación. Mis pulmones necesitaba más aire, mi mente era una tormenta llena de sombras y luces destallantes con cada recuerdo. Como pequeñas y miles de luciérnagas iluminando la oscuridad aterradora y desolada. No quería perderlos... No quería que se fueran de nuevo, pero de mi boca no salían las palabras.

— De-dejame volver...

.
.
.

MIN∆BRIL

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro