↝ 14 ↜
La mañana estando en el castillo fue completamente diferente, había despertado y recordó el suceso de la noche pasada. Un beso candente que le dejo con deseos de más y que obviamente no podía tener porque sería apretar más la soga, porque ya la tenía alrededor de su cuello.
El desayuno fue interesante por como Taehyung peleaba entre miradas con el marqués que no dejaba de molestarlo y ni siquiera tenía que preocuparse por que sus hermanos querían joderlo a mitad de la comida.
Deseo estar allí más tiempo, pero aún no estaba casado con el duque y tampoco es como que vivirían con los reyes, ¿No?
Espero con calma que estuviesen en el jardín —según la reina— a responsar lo que habían comido y disfrutar de aquella bella y fresca mañana.
Ya que estaban en un lugar abierto como había mandado la reina no se limitó a acercarse al duque y aliviar sus dudas.
—Seokjin
—Creo que se le hace muy fácil llamarme por mi nombre, Lord Jimin
—Y tu sigues hablándome con mucho respecto—sonrió. —Tengo una duda, ¿Dónde viviremos cuando nos casemos?
— ¿Tiene un lugar específico a donde le gustaría vivir?
—En la luna
— ¿Y tiene un lugar en donde podamos vivir sin morir y de paso que sea fácil de llegar? —sonrió al escuchar la risa del pelirrosa y quiso tomarlo de la cintura, deseaba poder tenerlo cerca suyo, pero se mantuvo quieto en su lugar.
—Mientras más lejos de la casa Park, mejor
—Tendríamos que ver eso, podríamos vivir aqui es espacioso, pero necesitamos privacidad
Jimin sonrió divertido, claro que necesitaban privacidad pues no querían sorprender a nadie.
—Pero sé que podría aburrirse si vivimos solos en un pueblo nuevo, así que estaré pensando en ello y piense usted también en eso, cuando volvamos a vernos veremos la mejor opción, ¿Está bien?
—Me parece
Estuvieron unos minutos hablando de cosas sin sentido entre sí, sintiéndose demasiado cómodos de hablar de lo que sea con tal de poder mirarse y escuchar sus voces.
Jimin estaba más que feliz hasta que la reina les recordó que era momento de volver a casa y no pudo solar un suspiro resignado, por desgracia tenía que volver con el nido de víboras y sobrevivir como cada día.
Estaban detras de todos caminando al lado del otro tratando de caminar lo más lento posible, para poder vivir hasta el último segundo de esa paz.
—Me gustaría que esto fuera para siempre
Seokjin no dijo nada porque se estaba aguantando de no encerrarlo en su habitación y no tener que despedirse jamás.
— ¿Podremos vernos de nuevo? —pregunto Jimin esperanzado.
—No lo sé, tengo muchas cosas que hacer y la reina estará muy pendiente
—Entiendo
Volvieron a estar en silencio y cuando todos salieron del jardín al doblar en la esquina sintió un fuerte jalón hasta estar pegado en la pared con el cuerpo del duque cerca del suyo.
— ¿Duque?
—No sé cuándo vuelva a verte y no creo esperar hasta ese momento
Seokjin aprecio un poco los ojos de pelirrosa, estaba sorprendido y asustado de que alguien pudiera verlos, pero —al igual que en su habitación— el que podrían ser descubierto lo hacía más excitante.
Como había leído en un libro de un gran poeta, es más divertido si huele a peligro.
— ¿Estás loco? Tu madre podría vernos o algún sirviente, quítate—lo empujo sin fuerza porque a la larga también quería esa cercanía.
Seokjin solo sonrió tomando sus muñecas para evitar que siguiera intentando alejarlo de él y unió sus labios pues sabía que no tenían mucho tiempo, cualquier podría voltearse y ver que no estaban.
Sus cuerpos se unieron como la noche pasada, sus manos soltaron las muñecas de Jimin y rodearon su cintura deseoso de sentir el calor de su pequeño cuerpo, mientras que el pelirrosa rodeaba su cuello y se ponía de puntillas por pura inercia.
Se sentia tan bien y tan cálido que podían besarse todo el día y no iban a cansarse.
Al separarse escucharon un pequeño y placentero chasquido que los hizo sonreír.
—Bueno Jimin, espero poder tenerte por aqui de nuevo, quiero que me enseñes tus recetas—la reina se volteo para ver a Jimin quien sonrió en respuesta.
—Claro que sí, usted dígame cuando y aqui estaré, Su majestad
La reina frunció ligeramente el ceño, Jimin se veía ligeramente más agitado mientras que su hijo parecía como siempre, pulcro y sin ninguna expresión así que se encogió de hombros.
—Cuídense mucho, cuando vuelva el conducto sabre que llegaron bien—la reina tomo la mano de Jimin y de Yoongi. —Nunca me sentí tan cómoda y bien por una visita, así que vengan pronto
—Gracias por su invitación, Su Majestad—Yoongi inclino la cabeza y Jimin lo hizo rápidamente.
—Gracias, Su majestad de seguro me escapo con Yoongi para acá
Ella rio y soltó sus manos para estar al lado de su hijo esperando que aquellos dos hermosos chicos subieran al carruaje.
Jimin vio por última vez al duque y una de sus comisuras se alzó al ver sus labios ligeramente rojos, también el hecho de que lo había mordido traviesamente antes de correr en silencio hacia donde estaba la reina para que no sospechara nada.
Con un largo suspiro subió al carruaje y no dejo de mirar al duque hasta que lo había perdido de vista.
Ese duque lo tenía flotando en el aire.
La llegada de Jimin a la casa Park fue silenciosa, dejando en claro que no les importaba si este hubiese durado toda su vida en una casa que no era la suya, tampoco es que Jimin le importara eso más bien agradecía que no eran hipócritas.
—Llegamos—susurro Yoongi tratando de no sentirse triste porque ya no tendría al tierno duque diciéndole lo lindo que era, tocando sus manos y mirándolo. — ¿Quiere descansar o voy por unos pastelillos de frambuesa?
—Ve por los pastelillos, estaré en mi habitación
Yoongi asintió y fue hacia la cocina donde su madre lo abordo con besos y preguntas.
Jimin soltó un largo suspiro cuando estuvo solo y empezó a subir las escaleras dándose cuenta de la gran diferencia que había entre el castillo y la casa en la que vivía.
Allí todo era ligeramente oscuro, silencioso, con sirvientes maleducados y chismosos, con paredes tenues e incluso el aire se sentia tenso mientras el castillo era cálido, iluminado, la armonía se podía sentir y era inevitable no sonreír.
Aqui tenía más ganas de tener una mueca todo el día.
Ahora que pensaba, la casa estaba muy callada como si no hubiera personas allí lo cual era más que extraño pues sus hermanos eran un dolor en el trasero que no podían quedarse callados, pero al parecer habían entendido los fastidiosos que son o estaban dormidos.
Se hubiese ido por la última opción si no fuera por el jalón que había sentido en su ropa al pasar por una de la habitación y sintió su cuerpo ser estampado en la pared. Con el ceño fruncido elevo su mirada para notar al causante, o los causantes.
— ¿Ya terminaste de ser la puta personal del duque? —la voz cargada de desprecio de Jaewook no se hizo esperar y Jimin rodo los ojos.
—Hay un poco de comentario en tu envidia, ¿Quieres ser tú la puta del duque?
Amo ver la cara disgustada y roja de su hermano, estaban muy equivocados si pensaban que iba a quedarse quieto y callado.
Ninguna de esas dos palabras estaba disponible en el diccionario de Jimin.
—Tu-
— ¿Quieres soltarme? Tu presencia me da asco
— ¿Vas a dejar que te hable de esa forma, Jaewook? —Jimin apenas pudo ver por el rabillo del ojo a la inconfundible Heejoo quien siempre estaba para echarle leña al fuego.
—Eres una escoria—Jaewook volvió a empujarlo a la pared haciendo que golpeara un poco su cabeza y lo soltó, el pelirrosa estaba dispuesto a dar pelea, pero no se esperó que la tonta de su hermana aprovechara su distracción para abofetearlo.
—Estoy tan harta de ti, debiste morirte en el lago y todos estaríamos felices por eso—el grito de Heejoo no se hizo esperar cuando Jimin la abofeteo de vuelta sin medir fuerza causando que retrocediera casi cayéndose. — ¡¿Como te atreves a golpear a una mujer?!
—No te veo como mujer, hermanita te veo como la víbora que eres y ganas no me faltan de romperte la nariz
Heejoo estaba tan enojada que olvido como su madre le había enseñado a ser una dama y a enseñar sus garras de forma discreta, pero Jimin la hizo olvidarse de todo eso cuando salto hacia el para dar pelea.
Mientras que la pelinegra arañaba la cara de Jimin y lo que sus manos pudieran tocar, Jimin se encargaba de removerle el cerebro a jalones y zarandeos para ver si así se hacía más inteligente. Cuando fue suficiente le dio un puñetazo en el estómago para hacerla caer de trasero al piso mientras se cubría el vientre por el dolor.
Ni bien había terminado con una cuando Jaewook volvió a acorralarlo en la pared haciendo presión en sus muñecas.
— ¿Acaso te encanta acorralarme? Empiezo a pensar que soñabas con hacerlo
La cara de su hermano fue indescriptible, como si Jimin fuera la única persona capaz de sacar a sus hermanos de sus casillas.
—Eres una escoria, Jimin ¿Como vas a pensar tal aberración? —dijo Eunwoo, que si no fuera porque hubiese hablado ni de su existencia se diera cuenta.
—No dije mierda para que hablaras
Eunwoo boqueo ofendido y quiso reír, pero una mano en su cuello le hizo recordar que tenía a alguien en frente suyo.
—Has colmado mi paciencia, maldito niño—la voz gruesa y molesta de Jaewook se hizo presente haciendo intimidar a sus hermanos, pero a Jimin solo le incitaba a seguir dando pelea. — ¿Soñar contigo? Ni siquiera el duque tiene deseo por ti, ¿Por qué tendría yo deseo de tu repugnante cuerpo? No eres virgen siquiera, te has entregado dándole a tu cuerpo el valor que tiene, el valor de una prostituta
La imagen confiada y tranquila de Jimin fue afectada por las palabras de Jaewook, tocando un tema que le afectaba y que lo descarrilaba. Como si él hubiese estado contento de entregarle su inocencia y virginidad a alguien que antes admiraba.
Se quedó callado y pensaron que habían logrado someterlo, definitivamente no conocían quien era ese Jimin.
—Parece que he dado en el blanco—vio al pelinegro sonreír con malicia y fue lo que Jimin necesitaba para darle una lección, sin pensarlo impacto su rodilla en la entrepierna de Jaewook haciendo que soltara su agarre y se arrodillara frente a él.
—Yo también di en el blanco, pedazo de basura
Lo empujo para que cayera de espaldas y tenerlo lejos de su cuerpo.
Hakyung estaba dudosa si meterse con el pelirrosa, no había dado el brazo a torcer ni con su hermano mayor, también había hecho un licuado con el cabello de su hermana y no estaba deseosa de tener lo mismo.
— ¿Tu que me miras? Ustedes son peor que el mismo diablo, no sé cómo he aguantado tanto sin golpearlos
—No te atreverías a tocarme—dijo Eunwoo, esperanzado de que así fuera.
—Acércate si crees que es así, ganas no me falta de quitarte esa insoportable sonrisa de tu horrible cara
Eunwoo trago en seco, Jimin era aterrador cuando se enojaba.
—Te voy a enseñar una lección—Hakyung se acercó rápido para tomar el cabello de Jimin y alzar su mano dispuesta a darle una bofetada, pero la puerta se abrió antes de que su mano llegar a su cara.
— ¿Qué crees que estás haciendo con mi prometido?
Jimin sintió una corriente recorrer su espalda y junto con Hakyung voltearon a ver al duque, tenía la mandíbula apretada remarcando esta. La chica soltó a Jimin con las manos temblorosas y se alejó de él.
—Te hice una pregunta, ¿Por qué osas tocar a mi prometido?
El tacón de los zapatos de Seokjin resonaron mientras caminaba y se posaba en frente de Jimin dejando en claro sus diferentes alturas y Hakyung quería llorar allí mismo, ¿Por qué la había encontrado justo a ella? ¡Ni siquiera le había pegado!
—S-Solo... —su voz salió entrecortada a poco de echarse a llorar.
Jaewook por su parte se había recuperado del golpe y se levantó para interponerse entre su hermana y el duque, Seokjin era más grande y sus ojos parecían envueltos en llamas oscuras, era obvio quien era el intimidado de ellos dos.
—Solo estábamos hablando con nuestro hermano, duque Kim
—Creo que en esta casa les encanta hablar y disciplinar de formas muy extrañas—casi gruño y miro cada uno de los que estaban allí, la más afectada parecía ser una chica de pelo largo que tenía un nido en la cabeza y la mejilla roja, pero no dudaba que aquellos cuatro habían arremetido contra Jimin sin razón.
Y eso le hervía la sangre.
— ¿Por qué Jimin tiene la mejilla roja y arañazos en la cara?
Heejoo tembló de solo pensar que el duque le mirara como estaba mirando a su hermano mayor.
—Pregúntele eso a su prometido si puedes ver que no fue el único en terminar así
— ¿Quién te crees para tutearme?
—Duque-
— ¿Quién te crees para tocar algo tan preciado y tan mío como mi prometido?
Jimin se sintió en el cielo y sus mejillas se colorearon de rojo, excepto la que ya lo estaba.
Tan preciado y tan mío.
Ahora quería que se lo dijera al oído.
Contrólate, Jimin ahora no.
—Primero vengo y lo encuentro llorando desesperado por salir de esta casa, ahora sus hermanos, que se supone que deben, están tocándolo, ¿Acaso les gusta ser castigados?
— ¡Por favor no! —chillo Heejoo y se arrodillo junto con Hakyung para clamar perdón.
Una imagen que Jimin disfruto detrás de la ancha espalda de Seokjin y que también Lore y Yoonsuk pudieron ver al entrar.
— ¿Que está pasando aqui?
Heejoo miro a su madre y con lágrimas en los ojos se levantó para correr a su lado dejando ver el desastre que ahora era.
— ¿Que te paso? ¿Por qué estas así? —Jimin vio una pizca de preocupación en Lore y confirmo que las víboras eran dulces con crías.
—Jimin lo hizo, nos golpeó a todos sin que le hiciéramos nada
El pelirrosa rodo los ojos e iba a salir de su cómodo escondite detras de Seokjin, pero este se adelantó a hablar.
—Me parece que vi algo muy diferente cuando llegue— Seokjin se volteo para ver a Jimin y quiso acariciar su lindo rostro que por desgracia ahora estaba golpeado, pero solo tomo su mano para acercarlo más y que tanto Lore como Yoonsuk vieran su estado.
—Fue en defensa propia—dijo Hayung también al lado de su madre.
—Ya que cada quien tiene su lado de la historia, Jimin por favor
—No es necesario-
—Jaewook, Heejoo, Hakyung y Eunwoo me metieron en esta habitación cuando llegué a casa y estuvieron insultándome como si fuese una prostituta y me golpearon, yo fui el que los golpeo por defensa—dijo causando una mueca en Lore.
— ¡Es mentira!
—Son unos niños, duque usted entenderá-
—No entiendo, créame que no entiendo cómo se atreven a hacerle daño—Seokjin respiro hondo. —Esta es mi última advertencia, la próxima vez que Jimin tenga un golpe en su cuerpo o le digan algo que lo dañe, los juzgare según la ley y no dudare un segundo en dejarlos en la calle
—Duque Kim, no tenemos que llegar a eso—dijo Yoonsuk.
— ¿Les quedo claro?
—Duque Kim—dijo Lore.
—Dije, ¿Les quedo claro?
—Si, duque—dijeron Yoonsuk y Lore al unisonó, la última estaba que apretaba los puños de impotencia.
—Mas les vale—tomo la mano de Jimin y salió de allí siendo recibido por los ojos bañados en preocupación de Yoongi y sus otros dos hermanos, Yugyeom y Jihyun con sus respectivos sirvientes.
También había alguien más ahí, apoyado de la pared con mucha tranquilidad, incluso tenía una sonrisa pequeña en sus labios de pura diversión.
— ¿Está bien, Joven Jimin?
—Si, Yoongi no te preocupes
Seokjin se quedó allí hasta que curaron a Jimin y este fue a despedirlo con Yoongi cuando tuvo que irse.
— ¿Seguro que está bien? —volvió a preguntar Jimin y este sonrió enternecido mientras asentía. —No es divertido, esto es serio
—No me divierte, me da ternura tu preocupación, Lord Kim—sonrió y Seokjin relajo su expresión, como si Jimin fuera esa fuente de tranquilidad y felicidad que necesitaba. — ¿Que te hizo venir?
Seokjin miro por un segundo a Yoongi quien estaba de espaldas y se balanceaba de un pie a otro.
—Te extrañaba—susurro para que solo Jimin lo escuchara, pero Yoongi también lo hizo y sonrió feliz por Jimin. — ¿Sus hermanos siempre son así?
—Es la primera vez que me tocan... —negó recordando las palabras de Yoongi—que me tocan desde el accidente
—No tolerare que pase de nuevo, así que déjame saber si osan tocarte de nuevo
—No te preocupes, yo te diré—tomo su mano y sonrió. —Gracias por venir
Seokjin respiro hondo para controlar el deseo de besarlo allí, donde las personas pasaban y donde claramente sus familiares podrían verlo así que hizo lo que si estaba bien visto en una pareja de prometidos.
Tomo bien la mano pequeña de Jimin y la llevo hasta sus labios dejando un beso en esta.
—Cuídate hasta que nos volvamos a ver
Las mejillas de Jimin volvieron a tomar color y sintió un calor en su pecho, un calor tan agradable que no dejo que se diera cuenta de las punzadas que sentia en su nuca porque alguien le estaba observando, ahora mismo solo quería seguir viendo al duque.
—Cuídate tú también
Seokjin volvió a dejar un beso y con calma volvió a bajar su mano, pasaron unos largos minutos hasta que pudo separarse.
—Yoongi
El pálido dio un pequeño saltito cuando escuchó su nombre en la boca del duque y se volteo.
— ¿Sí, Lord Kim?
—Llámame tan pronto sienta que Jimin este en peligro, no importa si solo lo siente y no es verdad, llámame
—Así lo hare, Lord Kim
—Exageras
—Protejo lo que es mío
Y con esas ultimas palabra subió a su carruaje donde pudo ver a Jimin despidiéndose de la mano.
El pelinegro desvió su mirada hasta la puerta de la casa viendo a la misma persona con esa misma fastidiosa sonrisa y sintió algo que no pudo explicar, eso lo dejo inquieto todo el día.
⇢☽☽☾☾⇠
Drama is coming soon.
Agárrense que vengo fuerte.
—Kim ♪
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro