segunda
Querido Sirius;
dije que te escribiría sólo cuando fuera de vital importancia. Los dedos me ardían, todos los días lo han hecho. Hay tanto que quiero gritar y tan poco pergamino. Las páginas no son eternas. Un buen libro es como la vida, quizá, puedo aceptarlo y admitirlo, y como todo buen libro puede o no puede ser del agrado de quien lo lee. Pero no estoy para metáforas, no estoy para más que furia. La tinta mancha mi mano y simplemente diré que he estado haciendo deberes que no pude por la luna llena. ¿Qué curioso, no crees Sirius? Cómo mi peor enemiga a veces puede ser mi más fiel aliada.
¿No valoras la vida que tienes? Ni siquiera sé para qué lo pregunto, para qué desperdicio palabras al aire. No lo haces. Nunca lo has hecho. No valoras nada de lo que tienes, lo que te han dejado, lo que te obsequian; y, en lo absoluto, tampoco valoras nada de lo que nadie haga por ti si no es lo que quieres, lo que te gusta. La culpa quizá está en ti, quizá está en la gente que día a día sigue preocupándose de ti. Que tanto que odias a Walburga Black y la "maldita perra" (hipócrita decir eso, ¿no crees mi querido Canuto?) no hizo más que ofrecerte las riquezas más fantásticas por tus dieciséis años. Hermosos tesoros, las más finas joyas familiares, las telas más costosas deslizándose como agua de manantial entre tus dedos. ¿Desheredado por entrar a Gryffindor, por juntarte con un traidor a la sangre, por no respetar las tradiciones? Te oí, Sirius. Siempre lo hago. Eso dirás que todos digan, dejarás correr la voz de que lo que te ha llegado de Walburga y Orion Black no eran más que una serie de pergaminos para firmar, para rechazar todo lo que aquella mujer pudiera darte y tú ninguna opción de luchar por lo que te pertenecía. Tal cual para rechazarlo todo.
Para rechazar todo lo que alguna vez me hubiera gustado tener.
Déjame contarte, Sirius querido. Quizá nunca te hayas ocupado de pensar en alguien más que en ti mismo. Quizá nunca te hayas ocupado de creer que más allá de ti existe un mundo que muere, y tú no serás la excepción. La soledad no es un mito, y aquel que rodeado vive sola tiene su alma.
Mi madre nunca fue una mujer que hiciera mucho por nadie, un poco sin magia en su sangre (muggle, para simplificar), quizá porque en la feroz y sangrienta secuencia de su muerte durante mi parto pueda haberse olvidado de lo que era siquiera hasta respirar o existir. No es que la resienta, en lo absoluto. ¿Qué se puede hacer? No se puede combatir a la muerte. Simplemente lo cuento así, de esta manera, porque es a ti quien lo estoy contando Sirius. Y tú no te sales con indirectas.
Mi padre, en cambio, sí era un mago. Y qué pésimo mago. Un ebrio abusivo condenado a la miseria por la pérdida de su esposa, buscando consuelo en los calientes lechos de prostitutas al azar y besos amargos de cerveza rancia en tabernas locales, cayendo de ebrio arrastrándose a casa para que un niño que apenas podía ponerse de pie por sí mismo tratara de limpiar las babas de su rostro y voltearlo para que no se ahogara en su propia mierda. El resentimiento no deja de ser hondo, más cuando Lyall Lupin decidió burlarse del destino (es decir, Fenrir Greyback; en este caso "destino fatal" y la mordida ponzoñosa de sus dientes son sinónimos imbatibles) con ironías repugnantes que, si bien a él no le costaron demasiado, a mí la vida.
Sirius, te quejas de que tienes todo lo que quieres. ¿No puedes siquiera mirar más allá de la punta de tu nariz y ver a aquellos que nada tienen, ni nada pueden conseguir? No hay mucho que pueda hacer para conseguir la cura a mi "enfermedad", maldición si nos ponemos estrictos, naturaleza si vamos al caso.
Hay momentos en que quiero fingir que sería feliz si sólo pudiera sanar la negrura de mi ser y arrancar a la bestia de mi interior. Hay momentos en que la bestia quiere arrancarles las cabezas y dejar pudrirse la carne hasta que emane descomposición negra y tóxica. Pero por supuesto, no lo sabes, porque Sirius, cariño, estás tan ocupado quejándote de ti que no puedes permitir que nadie te diga que su vida es lo suficientemente miserable como para considerar la tuya un verdadero chiste.
Con furia (¡de verdad Sirius, de verdad!), Lunático.
.
.
.
Gracias por leer hasta el momento. <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro