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Daegu, Corea del Sur
5 de marzo 10:20 am.
Namjoon

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No podía dejar de contemplar esta vil mentira. Admirando la rareza de aquellos pétalos. Blanquecinos, cuál nieve suave y ardiente al tacto. Podía visualizarlas pieza por pieza, sin poder creer lo que me tenía preso con esos pétalos, aquella esencia era la más sobresaliente. Recorría mis fosas nasales como si fueran de su propiedad, como si se extasiaran de sólo oler aquel perfume. Jin…

Escaneé desde los lisos tallos hasta la luminosidad de ese blanco, y pude encontrar entre la mentira una carta muy peculiar. Una carta que sólo llevaba un símbolo y un número. 

¿Acaso es una broma?, fue lo que pensé al instante.  Y aquel número seis pude sentirlo al tacto de una manera excitante. La luz contrastaba con la carta, creaba un reflejo casi imperceptible en la oscuridad, hasta ponerlo a la luz; creaba un arcoiris de luminiscencia formando una bella mariposa en el centro. 

¿Qué es esto?, volví a pensar. Y pude recordar al repartidor que me había entregado la mentira más grande de mi vida; aquellos lirios blancos que eran los preferidos de Jin… 

Pero esto no podía estar pasando...no ahora. Después de recordar su auto ahogado en el lago, al igual que su cadáver… 

No. 

¡¿Acaso me estás mintiendo, me quieres ver la cara?!, Le había gritado al repartidor. Le había cerrado la puerta, cuando me lo impidió con su pie. 

"Yo sólo hago mi trabajo, recíbalo, señor Kim" fue lo que me contestó en mi furia interna. 

"Puede regresarlo, no lo quiero" le respondí de manera tajante.

“Lo siento señor, esto no está dentro de mis políticas” me respondió con una fina línea en la boca.

Y pude percibir una rareza en esa sonrisa que sólo fue en un segundo al parpadear porque se calló en ese segundo lleno de terquedad y aburrimiento. Hasta recibir ese sobre blanco que posó en mi mano de una forma extraña. No dijo una sola palabra, sin embargo al terminar de leer aquella tarjeta se la aventé, y también lo que pude alcanzar con mi mano en el recibidor, luego se esfumó como aquel viento de primavera. 

Y solo pude pensar en aquella carta...

"Eres mi lirio blanco"

Vagando en su significado caí en cuenta que sólo era eso, una mentira que no pude detener.

Pero, la señal de la muerte sólo venía acompañada de una triste mariposa, al igual que esas gotas finitas con un triste aleteo, y quedé prensado sobre su movimiento, tan triste que sólo fueron mentiras. 

Y me dije eso una y otra vez. Debe ser una mentira. 

Pero no me lo creí, sólo pude reafirmar mi cuestión  sobre su muerte. ¿Acaso Jin está vivo? Pensé en el abismo de mi incertidumbre.

No, esto no puede estar pasando, me hizo rondar ese pensamiento por todo mi comedor, hasta carcomerme por dentro pensando en posibilidades. 

Aquella noche se fue al trabajo como de costumbre, me besó de una manera triste, pero no me dejó preguntar, sus ojos me dijeron que no era el momento y luego, me dijo una frase que nunca olvidaré. 

"No es el momento, pero me arrepentiré de ser quien soy y espero que sea solo una epifanía" 

No entiendo aquella frase, o si realmente fue importante, pero sólo sé que esas fueron sus últimas palabras para mí. O tal vez, para él... 

Y visualicé nuevamente su rostro en mi mente. Tan perfecto como el rocío mismo, su mandíbula alineada con sus preciosas mejillas, y aquella sonrisa que me alumbraba cada día, al igual que sus ojos avellanas que me tenían preso a él. Pero sólo esa imágen se esfumó como vino, interponiendo la verdadera faceta antes de su muerte y la última que me brindó. Sus ojos estaban manchados con un color morado debajo de ellos, se veían sin sentido y sin alma, ya no existía aquella sonrisa, aquel anhelo de alegría se había esfumado. Su cabello perfecto se volvió grasoso y sin sentido. Sólo sentía su desesperación emanando por todo su ser. Aquella imagen en la puerta de entrada que nunca olvidaba y volteé hacia ella esperando que se encontrara ahí. Pero no había nada. Sólo ese estúpido ramo de lirios... 

Aquellas cosas, me sacaron de mi encimisación sobre él, me torturaban con sólo mirarlas hasta que corrí a ellas y las aventé con fuerza sobre la pared. Y sucedió algo extraño.

Las luces parpadearon y todo se sintió solo, al son que mis lágrimas comenzaban a gotear en el suelo, me contuve sobre esa carta que no pertenecía a ninguna baraja. Un seis de mariposa...tan extraño era, que la tomé en mis manos. Y algo sonó.

Era el tono más exótico. Un remix de una voz peculiar. Tae...

Pero al descolgar, no escuché su voz alegre.

—Nam…

—¿Qué sucede, Tae? 

—Estoy asustado, no sé qué hice…

—¿De qué hablas?,  solo tranquilízate un poco y respira.

—No, Nam. Yo…esto...no sé qué pasa. Por favor ven por mi—escuchaba su voz entrecortada con una angustia jamás escuchada, con la desesperación como la última de Jin. Casi podía percibir su aliento susurrante y ansioso sobre mi. Escuchaba su respiración demasiado marcada que sólo me hizo preocuparme más. Cómo si me dijera en un susurro "sálvame".

—Tae, ¿estás bien?, te escucho entrecortado. ¿Qué tienes?—hasta que caí en cuenta que su respiración era entrecortada, que aquel corte era mío al hacer click en mi cabeza. Asma. — Iré enseguida, pediré una ambulancia. ¿Tienes algún inhalador cerca?—pregunté desesperado. 

—Nam...maté a mi padre y Suni, ella…, Nam ella está muerta, no sé qué hice, perdóname —mencionó tan desesperado que escuché sus lágrimas cayendo a través  del teléfono. No pude procesar sus palabras, y no creí nada de lo mencionado, pero solo pude sentir que me necesitaba y eso iba a hacer. Iría por él, no lo dejaría solo como lo hice con Jin...

Pero se escuchó un ruido tan abrumador que me asustó de mis pensamientos. Y me alteró su grito ensordecedor.

—¡Nam!—gritó por la llamada, como si no se dirigiera a mi. Cómo si lo mencionara con temor y supe  que algo no iba bien.

—Iré contigo, no tardaré — afirmé escuchando en un susurro su siguiente frase. 

—Nam…no me dejes solo…

Jamás te dejaría solo…Pensé antes de colgar. 

Antes de que todo el caos se aproximara, se apagó la luz y quedé en completa oscuridad; hasta que algo algo sucedió; una luz entre las sombras alumbró mi sorpresa y cuestionamiento que no pude procesar cómo un trozo de carta iluminaba en un tono azulado  brillante mis más grandes miedos.

Mis más grandes temores y raciocinio.

¿Era aquella atrocidad mi pase a un mundo desconocido o solo era una vil mentira convertida en una carta de baraja extraña?

Era un cuestionamiento estúpido. Pero la curiosidad mató al gato y solo pude recoger mi pregunta y estrangular mi idea. 

Esto no es real. 

Y sólo fue la mayor ilusión de mi vida contenida en un seis de mariposas...

• ─𖥸─ ·

¿Les va gustando la historia? ･ω･
¿Se les hace complicado leer distintos puntos de vista cada capítulo?
Déjenme su opinión en los comentarios~

Tal vez suba otro capítulo más tarde ♡

Agatha.