4
Quiero respirar, detesto esta noche. Quiero despertar, odio este sueño. Estoy atrapado en mí mismo, estoy muriendo. No quiero estar solo, solo quiero ser tuyo. ¿Por qué es tan oscuro cuando no estás aquí? Es peligroso, me hace tanto mal, sálvame, no puedo controlarme a mí mismo. No puedo.
Save me – BTS.
. . .
Llevaba alrededor de quince minutos buscando la camisa qué llevaba puesta el día anterior pero no lograba encontrarla en ningún lado de la habitación.
Desde el momento en que despertó todo había sido extraño, empezando por el momento en que relamió sus labios percibiendo un sabor extraño y algo familiar a la vez, pensó que quizá definitivamente estaba volviéndose loco y se dijo que tal vez no era nada, pero las voces en su cabeza no aceptaban aquello y cada vez le gritaban más fuerte que estaba ciego.
Echó un último vistazo a la cama y debajo de está tratando de dar con su camisa, pero al no encontrar nada se rindió y camino hasta el armario de Yoongi tomando una de las tantas camisetas del difunto.
El murmuro en la plata baja de la mansión le había causado curiosidad, así que una vez que terminó de lavarse los dientes y arreglarse un poco, salió de la habitación. Una sonrisa se formó en sus labios al observar a Hoseok saliendo de su propia habitación, el pelinegro se acercó casi enseguida abrazando a Jimin a modo de saludo.
― ¡Jimin! Hace mucho no venías por acá. ―El mayor se separó del pelirrojo sin borrar su sonrisa.
―Bueno, la verdad no vine por mi propia voluntad, tú novio me trajo casi a rastras. ―Hoseok bajó junto a Jimin mientras fruncía el ceño.
― ¿Edán? ―preguntó el pelinegro.
―Sí, creo que es ese, a menos que tengas otro novio. ―Jimin habló divertido y justo en ese momento Edán apareció a su lado.
― ¿Quién tiene otro novio? ―cuestionó el rizado levemente confundido.
―Nadie.
―Hoseok.
Jimin y Hoseok contestaron al unísono y Edán entrecerró los ojos en dirección a su pareja.
― ¿Cómo que tienes otro novio Jung Hoseok? ―El castaño llevó su mano a su bolsillo trasero y sacó una navaja apuntando a Hoseok con ella, el pelinegro tragó saliva y Jimin rio ante la escena.
―E-Es broma, baja eso, podrías lastimar a alguien ―El chico hizo oídos sordos a las palabras de su novio―. Eres el único, Edannie. Te lo prometo.
―Más te vale caballo, mira que, si no, te abriré la garganta y te la rellenaré de semen. ―El chico guardó la navaja en su lugar y Jimin soltó una carcajada.
―No hace falta que me abras la garganta para que me la llenes de semen. ―Hoseok agregó subiendo y bajando las cejas, Jimin hizo una mueca de asco.
―Ustedes son extraños. ―El pelirrojo se dio media vuelta dejando a la pareja para dirigirse al salón de donde provenía la voz de Namjoon y quien sabe quién más.
Jimin frunció el ceño totalmente confundido al ver aquella escena, Namjoon estaba parado frente a una señora que se hallaba sentada en el sofá llorando sin consuelo. El menor se extrañó aún más ante la familiaridad que le provocó la mujer y dudó un poco antes de acercarse.
Namjoon alzó la vista enseguida al escuchar los pasos de Jimin al igual que la mujer, quien se mostró confundida enseguida.
―Jimin. No sabía que estabas aquí ―habló Namjoon una vez el pelirrojo llegó a su lado, Jimin observó la mueca de sorpresa de la mujer al escuchar su nombre y no pudo evitar alzar una ceja mirando a Namjoon.
―Eh... Yo... ―Jimin iba a hablar, pero se vio interrumpido por el mayor.
Namjoon tomó una bocanada de aire antes de hablar, intercalando su mirada entre Jimin y la señora sin saber qué decir exactamente, sintiendo la tensión que se iba formando en el aire y la forma tan profunda en que la mujer examinaba a Jimin.
―Señora Min, es el Park Jimin, el chico del que le estaba hablando ―Jimin frunció el ceño, mirando a Namjoon y exigiendo una explicación―. Jimin, ella es Yong Min, la madre de Yoongi.
Jimin sintió como si el suelo bajo sus pies se hubiese movido y sus ojos se abrieron con sorpresa sin saber qué decir. Relamió sus labios sintiendo su corazón latir rápidamente, la ansiedad comenzó a crecer dentro de él y tuvo que sentarse en el sofá cuando sus piernas comenzaron a temblar. Las voces en su cabeza comenzaron a reír, haciendo que apoyara sus codos en sus rodillas y tomara su cabeza entre sus manos, sintió la mirada curiosa de la mujer sobre él y la voz de Namjoon llamarlo, pero no podía entender nada con claridad.
La imagen de Yoongi golpeó en su mente, repitiéndose como si estuviese viendo un álbum de fotografías y sacudió su cabeza intentando alejar aquellas imágenes que lo cegaban por completo. Sintió como alguien se arrodillaba frente a él, pero no podía ver nada, escuchaba una voz tranquilizarlo, una voz cálida y suave.
Sus ojos se abrieron de golpe, sintiendo como las voces cesaban y volvía dentro de sí, observó a la persona frente a él, percatándose de que era la madre de Yoongi, quien lo miraba con dulzura mientras acariciaba su mejilla y le susurraba que se calmara. Jimin pudo ver perfectamente a Yoongi reflejado en aquella mujer, su piel pálida como la del chico y su cabello azabache un poco más arriba de sus hombros, miró los ojos de la mujer, definitivamente Yoongi había heredado sus ojos, gatunos y oscuros, pero excepción de los de Yoongi, los de la mujer lucían cálidos, como una madre que te mira con amor, diciéndote que solo fue una pesadilla y que todo estará bien.
―Y-Yo... Lo siento... ―Jimin se disculpó en un suspiro y la mujer hizo un gesto restándole importancia.
―No te preocupes, suele pasar, a Yoongi le pasaba muy seguido.
La suave voz de la mujer se sintió como miel en sus oídos, tan calma y serena.
―Así que tú eres Jimin... Eres muy bonito ―volvió a hablar la mujer. Los ojos del mencionado brillaron con fascinación, observando la sonrisa de la señora Min, casi idéntica a la de Yoongi.
― ¿U-Usted no estaba muerta? ―Jimin no pudo evitar enrojecer ante su propia pregunta y la mayor soltó una risita.
―Pues, es lo que todos creían, pero aquí estoy. ¿Te gustaría hablar conmigo? ―Jimin lo pensó unos segundos y luego asintió lentamente, observando a Namjoon en busca de aprobación quizá.
―Jimin, ven conmigo un segundo, necesito decirte algo ―habló Namjoon indicándole que lo siguiera.
Jimin le indicó a la mujer que esperara y se levantó siguiendo al pelimorado hasta la cocina.
― ¿Sucede algo? ―preguntó el pelirrojo.
―La señora Min no sabe qué Yoongi murió, Jimin. Le dije que estaba de viaje, ella tiene mucho tiempo buscándolo como para decirle ahora mismo que su hijo falleció. También cree que ustedes dos están separados "temporalmente" ―Namjoon hizo comillas en el aire y Jimin frunció los labios asintiendo lentamente antes de caminar nuevamente al salón.
La mujer secó sus lágrimas con el pañuelo que tenía entre sus manos apenas vio a Jimin y este le sonrió dulcemente sentándose frente a ella.
―Yo... Así que usted es la madre de Yoongi ―Jimin carraspeó y la mujer asintió―. ¿Le molesta si pregunto por su padre?
La mujer negó con la cabeza. ―El señor Min murió en un incendio.
Los ojos de Jimin abrieron con sorpresa y no supo qué decir. ― ¿Q-Qué? ¿Cómo?
Yong suspiró antes de hablar.
―El día que Yoongi se fue de la casa, hubo un incendio, según las autoridades fue un accidente, alguna fuga de gas o quien sabe. Yo me salvé, pero mi esposo no. Ese día Min estuvo bebiendo demasiado y golpeó a Yoongi muy fuerte, tuve que meterme y causa de eso también salí lastimada, Yoongi me pidió muchas disculpas ―Las lágrimas de la mujer rodaron por su rostro y volvió a secarlas con el pañuelo―. Le dije que no tenía que pedirme disculpas por nada... m-me dijo "Discúlpame por ser un enfermo mamá, discúlpame por no ser un niño normal." Lloré demasiado ese día, lo abracé muy fuerte hasta que me quedé dormida, pero cuando desperté, él no estaba... Dejó una simple nota, esas palabras quedaron grabadas en mi mente para toda la vida. "Lo siento mamá, pero no quiero que la persona que amo salga lastimada por mi culpa". Él siempre se culpó del hecho de que su padre me golpeara.
Los ojos de Jimin se cristalizaron mientras escuchaba el relato de la mujer, sintiendo los sentimientos que transmitía a través de cada palabra, lo difícil que fue para ella llevar todo aquello.
La mujer sorbió su nariz antes de continuar. ―Luego de leer la nota, unas llamas que venían de la cocina llamaron mi atención, el fuego se extendía muy rápido y mi marido se hallaba dormido, llamé a emergencias mientras trataba de mover su cuerpo, pero no podía, él estaba totalmente ahogado en el alcohol y yo no tenía la suficiente fuerza, traté de salir de la casa, pero las llaves estaban en la cocina, cuando los bomberos llegaron las llamas ya se habían esparcido por casi todo el lugar, me sacaron por una ventana, tenía muchas quemaduras y había aspirado bastante humo, pero lo que más me dolía, era que había perdido a mi familia... Por un lado, agradecí que Yoongi no estuviese, pues no sé qué habría pasado con él. Me llevaron al hospital, y ese fue el último día que lo vi...
Las lágrimas de Jimin caían por su rostro, intentando digerir el nudo que se había formado en su garganta, la voz de la señora Min era más suave de lo normal debido a las lágrimas, y Jimin podía jurar que nunca había tenido un momento tan emotivo como aquel, sus fanales se posaron en la mujer y se tomó el atrevimiento de acariciar su cabello negro, tratando de consolarla de alguna manera. Creyó que no hablaría más, pero esta alzó la vista y le sonrió antes de aclararse la garganta para seguir.
―Muchas cosas sucedieron luego del incendio, me quedé sola, tuve que ir a un albergue porque no tenía dinero y tuve que empezar a trabajar, poco a poco me fui levantando, pero se me hacía muy difícil vivir con este vacío en el pecho, muchas veces lloraba debido a la angustia de no saber nada acerca de mi hijo, traté de buscarlo, pero había pasado mucho, era como si él se hubiese esfumado. En fin, hace cinco años, cuando pude comprar mi propia casa ―La mujer hizo una pausa y Jimin pudo notar que se le hacía difícil decir lo siguiente―... una noche de camino a casa, me asaltaron... y me violaron. ―Sus ojos se llenaron de lágrimas una vez más y Jimin tomó su mano entre las suyas.
―Si no quiere seguir, no lo haga señora Min... ―interrumpió Jimin, ella lo observó con los ojos bañados en lágrimas y le sonrió negando con la cabeza.
―No pasa nada. Esa noche, quedé embarazada... Fue muy difícil para mí aceptarlo, pues no creía estar en la edad para tener un bebé, pero dije que, si Dios lo había puesto en mi vida, es porque así debía ser, y que tal vez era un regalo que me estaban dando para no estar tan sola ―Jimin abrió los ojos con asombro asimilando las palabras de la mujer―. Nueve meses después nació Young Soo... Ese niño alegró mi vida desde el primer momento en que lo vi, me recordó tanto a Yoongi, creo que son casi iguales, hasta tienen caracteres parecidos ―La mujer sonrió contagiando a Jimin―. Acaba de cumplir cuatro años, es un niño muy inteligente, es bastante cariñoso pero serio a la vez serio.
Un suspiro brotó de sus labios y tomó aire antes de volver a hablar, Jimin se dedicaba a permanecer en silencio, prestando atención hasta al más mínimo detalle.
―El año pasado me encontré con Hoseok, mejor dicho, el me encontró a mí, quedé atónita en el momento en que me saludó y me dijo quién era ya que yo no lo reconocí. Enseguida le pregunté por Yoongi y él me dijo que mi hijo creía que estaba muerta, me dio la dirección de este lugar y me dijo que me sorprendería mucho, porque Yoongi ya no era el mismo niño qué yo conocía... Me dijo qué eran parte de una mafia, no supe cómo reaccionar a eso... Todo este tiempo estuve armándome de valor, hasta hoy, pero resulta que llegué un poco tarde ya que ahora está de viaje. ―La mujer soltó una risita y el corazón de Jimin se apretó, se las arregló para sonreír tratando de que la mujer no notase aquel pinchazo de tristeza en su rostro, pero esta pareció notarlo de igual manera.
― ¿Sucede algo? ―preguntó la mujer acariciando la mejilla del pelirrojo.
―N-No es nada, es solo qué... Lo extraño un poco. ―Los ojos de Jimin se llenaron de lágrimas y se maldijo internamente.
―Ah, es cierto que ustedes están separados... Pero entonces ¿En realidad eres el prometido de mi hijo? ―Jimin se quedó sin aliento ante la pregunta de la mujer y asintió débilmente―. No te sientas mal, estoy segura de que todo se va a solucionar y podrán ser una bonita pareja otra vez.
―Gracias, tal vez tenga razón... Yoongi y yo hemos pasado muchas cosas, esta relación no ha sido nada fácil, tuve que amoldarme totalmente a su hijo para que pudiésemos estar juntos... Y-Yo de verdad lo amo... ―Jimin frunció los labios sintiendo las lágrimas correr por sus mejillas una tras otra.
―Pareces un chico increíble, Jimin. Este muchacho, Namjoon, me dijo que eres quien ha mantenido a Yoongi cuerdo, has hecho mucho, y yo sé que Yoongi es difícil de llevar, pero no tuvo una infancia fácil... Gracias por estar para él, Jimin. ―El pelirrojo sonrió un poco asintiendo lentamente y limpiando sus lágrimas con su mano.
―Usted... ¿Usted me permitiría conocer a Young Soo? ―Jimin preguntó con timidez y la mujer asintió enseguida.
―Por supuesto que sí, estaría encantada, estoy segura de que le caerás muy bien a mi hijo. ―La señora Min le sonrió alegremente y Jimin no pudo evitar rodear a la mujer con sus brazos.
La mayor acaricio la espalda de Jimin sintiendo como este lloraba en silencio. Jimin se sentía abrumado por tantas emociones, pero al mismo tiempo estaba feliz de conocer a la señora Min, totalmente orgulloso, porque a pesar de todo lo que había sucedido, la mujer seguía allí, de pie y sonriendo, mostrándole a Jimin que las cicatrices son marcas que te recuerdan que has pasado una de las pruebas, que has superado uno de los obstáculos.
Jimin estaba feliz porque tenía alguien allí que le indicaba que Yoongi no era un sueño, qué no lo había imaginado. La señora Min era la única persona que no quería que olvidara a Yoongi, porque él no quería olvidarlo, Jimin quería vivir con Yoongi al menos en sus recuerdos.
Su pecho dolía, la herida de Yoongi estaba abierta nuevamente, pero al menos el dolor lo mantenía consciente, al menos el dolor era más fuerte que las voces en su cabeza, al menos el dolor lo llenaba y no quería sentir nada más que no fuese aquel dolor intenso que le indicaba que por más que quisiera, Yoongi no volvería, pero debía disfrutar de los recuerdos que aún tenía.
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