2
Jimin bufó exasperado y pateó el costado del hombre frente a él haciendo que este cayera al suelo con un jadeo adolorido, el pelirrojo ladeó la cabeza observando el cuerpo del hombre, apenas visible debido a las sombras del oscuro callejón.
Hoy no era el mejor día de su paciencia y el hecho de que aquel simple vendedor hubiese tratado de robarlo había sido motivo suficiente para ganarse una pequeña golpiza. Quizá no era del todo su culpa, solo tenía mala suerte.
―Te dije qué no jugaras conmigo, niño. Ahora. ¿Dónde mierda está lo que pedí? Y no intentes pasarte de listo de nuevo. ―Jimin se agachó hasta la persona en el suelo, observando como este se contraía por el dolor debido a los golpes.
El chico llevó una mano temblorosa al bolsillo de su abrigo y sacó una bolsa, Jimin le arrebató el pequeño paquete al chico casi enseguida y lo alzó para examinarlo, observando el fino polvo blanco dentro del zipper transparente. El pelirrojo asintió y se puso de pie sacando su billetera para luego lanzar unos billetes al suelo junto al chico antes de darse media vuelta para volver con E'Dawn al lugar de las carreras.
Jimin escondió la bolsita en el bolsillo interno de su chaqueta y se paró observando la gran avenida con autos de todo tipo a cada lado. El aire era frío y pesado, el humo de los autos se mezclaba en el ambiente junto a la gente en la calle que se movía al ritmo de la música ensordecedora. Jimin suspiró sacando la cajetilla de cigarrillos que llevaba en su bolsillo y tomó uno entre sus labios para luego encenderlo dándole una gran calada.
La vida de Jimin se había vuelto vacía, llena de emociones fuertes, pero sin ningún sentimiento real, escondiéndose detrás de toda la mierda que fuera posible, emborrachándose cada noche y consumiendo alguna droga hasta el punto de olvidar que era un ser humano. Pateó una botella vacía en él suelo y arrastró sus pasos hasta un grupo de gente mientras pasaba una mano por su cabello echándolo hacia atrás, Jimin examinó al grupo de chicos qué bebían y fumaban, mientras otros se hallaban simplemente recostados sobre los vehículos hablando animadamente.
―Yuto. ―Jimin saludó llegando hasta el japonés quien sonrió automáticamente al ver al pelirrojo.
―Baby Park. ―El castaño sonrió pasando su brazo por los hombros de Jimin para acercarlo más a sí mismo.
― ¿Cómo está todo? Tenías tiempo sin venir. ―Jimin sonrió dulcemente y arrojó el cigarrillo al suelo para luego pisarlo.
―Estuve un poco ocupado con las peleas. ―Yuto abrió los ojos con sorpresa ante las palabras del pelirrojo.
―Entonces es cierto, ahora participas en las peleas clandestinas ―Jimin asintió y Yuto sonrió―. Pues deberías invitarme un día de estos.
―Por supuesto. ―La actitud de Jimin era coqueta en todo momento y con todos, se había vuelto natural que fuese así, deslumbrando a todos con su sonrisa y sus brillantes e "inocentes" ojos, haciendo qué todo el mundo, hasta el más inteligente, cayese a sus pies.
Una voz resonó a través de los amplificadores llamando a los corredores y Jimin sonrió en dirección a Yuto.
―Es mi turno. Apuesta a mi favor, si pierdes yo te pagaré el doble ―dijo el pelirrojo guiñando un ojo y después arrebató la botella de cerveza que el castaño sostenía para beberla de un trago antes de devolverla a su dueño y dirigirse de nuevo a su propio auto donde ya lo esperaba E'Dawn.
Jimin sonrió al ver a E'Dawn tenderle las llaves del McLaren 720s de color plata y enseguida las tomó, presionando el botón del llavero, haciendo qué la puerta del piloto se elevara hacía arriba abriéndose para darle acceso al interior.
Una vez Jimin estuvo dentro y la puerta se cerró encendió el motor, haciendo qué este rugiera mientras presionaba el acelerador. La gente se acomodó a los lados de la calle para observar la carrera y el pelirrojo observó cómo sus contrincantes se colocaban en el lugar de inicio, E'Dawn se asomó por la ventanilla y besó los labios de Jimin de forma suave.
―Acaba con ellos ―dijo E'Dawn antes de alejarse, corriendo hasta la marca de inicio para observar mejor.
Acaba con ellos.
Que no sepan quien lo hizo.
Muestrales que cada vez eres mejor.
Muestrales qué no importa que él no esté, todo está bien.
Las voces de su cabeza lo animaron y arrancó el auto para conducir hasta la línea de salida, una chica rubia se posó al frente de los conductores y comenzó a hablar.
De repente Jimin sintió la sensación de déjà vu en su interior y tuvo que agitar la cabeza repetidas veces para callar el murmuro de las voces en su cabeza. Escuchaba la voz de la chica lejana al igual que el rugido de los motores, haciendo qué la sensación aumentara. Las imágenes se agolparon en su cabeza.
La mueca de sorpresa de Yoongi.
La sonrisa engreída de Jungkook.
Los gritos emocionados de Baekhyun.
Vueltas y más vueltas. Curvas. Acelera. Frena.
No dejes que te alcancen.
Has ganado.
Reacciona.
Reacciona, es ahora.
―... ¡Y Baby Park! ―Los gritos de la multitud enloquecida lo trajeron de vuelta a la realidad―. A la cuenta de tres... Uno.
Jimin estiró su cuello y apretó el volante.
―Dos...―Miró a sus costados observando cada uno de sus contrincantes a su lado.
Jimin pisó el acelerador apenas la chica gritó "Tres". El rastro de polvo fue lo único que se vio detrás del auto del pelirrojo, quien se aferraba con fuerza al volante y entrecerraba los ojos con la vista fija en el frente, escuchando el motor de los autos contrarios acercarse, movió con brusquedad la palanca de cambios mientras pateaba el freno y el acelerador con agilidad, girando bruscamente en una curva, las llantas chillaron y el polvo se levantó nuevamente.
Miró a través de los retrovisores como los autos se acercaban y movió la palanca nuevamente, haciendo qué el auto acelerara un poco más, el motor rugía fuerte haciendo que sus oídos pitaran, haciendo que su cabeza comenzara a doler. Se aferró al volante cuando observó la meta cerca y escuchó los gritos de la gente quienes aclamaban por "Baby Park".
Pateó el acelerador una última vez y cruzó la meta con una sonrisa triunfante, frenando más adelante y enseguida la gente comenzó a rodear el vehículo aplaudiendo su victoria. La puerta se abrió y Jimin salió pasando una mano por su cabello despeinado a causa del viento. E'Dawn corrió a su lado con una sonrisa, enseguida lo abrazó y él le devolvió el gesto antes de comenzar a caminar para dirigirse al lugar donde Jimin debía reclamar su premio.
―Vine por mi premio, Dess. ―Jimin habló en dirección al hombre que estaba contando un fajo de billetes.
―Oh, Park. Lo siento, hoy no habrá premio. ―Jimin frunció el ceño ante las palabras del hombre.
― ¿Cómo que no habrá premio? ―preguntó E'Dawn detrás de Jimin.
―Cómo escucharon, así que pueden irse.
―Tienes que estar bromeando... Gracias a nosotros es que ganas ese dinero. ―Jimin hizo énfasis y señaló el fajo de billetes que aun sostenía el hombre.
El tipo se encogió de hombros. ―Tengo deudas que pagar y necesito todo el dinero. ¿Entiendes?
La rabia picó dentro de Jimin y luchó por no lanzarse sobre el tipo.
―Por las buenas o por las malas, Dess. ―Los ojos de Jimin se oscurecieron y cerró sus manos.
―Te recomendaría que no dejes qué lo hagas por las malas ―advirtió E'Dawn sosteniendo el brazo de Jimin.
―Ve a joder a otro lado, maldito mocoso. ―Y el cuerpo de Jimin hizo cortocircuito.
Mocoso.
Maldito mocoso.
Jeonghan. Risas. Golpes.
Maldito mocoso.
A E'Dawn no le dio tiempo de sostener a Jimin cuando este ya había impactado su puño con el rostro del tipo. Una y otra vez el pelirrojo golpeó al hombre con fuerza, luego agarró su nuca y estampó su rodilla contra su estómago, luego su cara y después de una patada el tipo cayó al suelo. Jimin se colocó sobre el cuerpo del hombre terminando de reventar su nariz de un puñetazo, la sangre salpicó su cara, y su pecho subía y bajaba siendo sacudido por la ira cegadora que lo había invadido.
E'Dawn le ordenaba que se detuviera, pero su voz se oía lejana para Jimin. La gente ya se había acumulado a su alrededor y observaban como Jimin molía el tipo a golpes sin piedad alguna. En un momento el pelirrojo sacó una navaja de su bolsillo y justo cuando estuvo a punto de cortarle la garganta al tipo alguien pateó su mano haciendo que el arma cayera al suelo y la voz conocida lo hizo reaccionar.
― ¡¿Qué mierda estás haciendo, Jimin?! ―Edán levantó al pelirrojo del suelo con brusquedad tirando de su chaqueta y obligándolo a mirarlo.
―Y-Yo... ―Jimin miró a todos lados buscando alguna excusa razonable.
Edán golpeó el rostro de Jimin con su puño y este se tambaleó hacía atrás luchando por no caer. El pelirrojo mantuvo la vista gacha aun cuando la sangre escurrió de su nariz, sin atreverse a posar su vista sobre el menor, sintiéndose vulnerable.
Edán jaló el brazo de Jimin y lo llevó a un lugar vacío donde pudiesen hablar mejor siendo seguidos de E'Dawn.
― ¡¿Qué estás haciendo con tú vida, Jimin?! ―El rizado lanzó a Jimin al frente, su respiración era agitada debido a la rabia contenida.
―Son carreras clandestinas, ricitos. No hay nada de malo. ―Jimin respondió incorporándose y limpiando la sangre que salía de su nariz. E'Dawn observaba la escena atento y en silencio.
―Estuviste a punto de matar ese tipo. ―Edán luchaba por calmarse mientras fulminaba al pelirrojo con la mirada.
―No es algo diferente a lo qué hacía en la mafia, no veo el problema.
― ¡El problema es que tú no eres así! ¡En la mafia no matamos por matar, Jimin! ―El pelirrojo se quedó callado ante el grito del menor.
Y trató de retroceder en el momento en que Edán se acercó peligrosamente, tomándolo con brusquedad y metiendo su mano dentro de su chaqueta, rebuscando hasta dar con lo que buscaba. E'Dawn abrió los ojos con sorpresa al ver la pequeña bolsa con polvo blanco que el rizado sostenía.
― ¿Y dices qué no estás haciendo nada malo? ―Edán rio amargamente y Jimin bajó la vista una vez más. El rizado tomó el paquete y lo rasgó a la mitad con sus manos haciendo qué la sustancia blanca cayera al suelo, luego lanzó la bolsa pisándola con su bota y observó a Jimin.
― ¿Esto es lo que quieres hacer con tú vida? ¿Volverte un maldito drogadicto? ―Jimin no alzó el rostro, sintiendo como un nudo se formaba en su garganta.
Jimin se sentía avergonzado de toda la mierda en la que estaba metido, pero no tenía opción, para él era la única solución, era su escapatoria. Era la única manera en que su pecho no dolía tanto, la única manera en la que podía seguir viviendo. Porque si estaba cien por ciento consciente dolía demasiado, los recuerdos lo abrumaban y las voces en su cabeza se convertían en gritos desesperados.
No quería sentir nada. No quería sentir ese fuego interior que lo calcinaba lentamente. Sintió sus ojos humedecerse, pero no se permitió llorar, sintiendo la mirada fija de Edán aun sobre él.
―No puedo creerlo... ―Fue apenas un murmuro, pero Jimin pudo escucharlo perfectamente, el pelirrojo alzó la vista, sintiendo que el aire abandonaba sus pulmones.
―J-Jackson... ―La mirada del mayor era acusadora, y Jimin sintió miles de emociones al instante.
Ha visto todo.
Ha visto en lo qué te has convertido.
Deberías sentir vergüenza, eres patético.
Risas, risas y más risas.
Qué alguien las calle por favor.
Jimin cayó de rodillas al suelo, sosteniendo su cabeza y luchando por parar las voces qué le gritaban y se reían de él. Apretó los ojos con fuerza sacudiendo la cabeza. Los chicos se acercaron a él bastante preocupados, pero ya se encontraba demasiado consumido por sus demonios internos.
Diles que eres débil.
Diles que nada de esto hubiera sucedido si él no se hubiese ido.
Díselos.
Díselos.
¡DÍSELOS!
― ¡NO ES MI CULPA! ¡YO SOLO LO QUIERO DE VUELTA ÉL! ―El grito de Jimin fue tan desgarrador qué Edán sintió lastima.
Porque dentro de él, entendía un poco a Jimin, él sabía algunas de las cosas qué pasaban por la mente de Jimin.
Porque Jimin no quería todo aquello... Jimin solo quería algo que le recordase a él, algo a lo que aferrarse, algo que le hiciese sentir emociones tan fuertes como lo hacía él.
Jimin no tenía la culpa de que Yoongi fuese un demonio y de que estuviese escondido en todo lo prohibido, después de todo, era un demonio, por lo tanto, Jimin entraría al infierno para encontrarlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro