Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

19

La lluvia caía de manera casi imperceptible, todos estaban en silencio observando como la urna del rizado era cargada hasta el lugar donde lo enterrarían. Seokjin estaba parado junto a Jimin sosteniendo un paraguas, acariciando su espalda de vez en cuando y luchando con las lágrimas que amenazaban con escapar de sus ojos.

Todo pasaba frente a sus ojos como si fuese una película y se sentía hasta en cierto punto irreal, no lograban procesarlo, aún no podían creerlo. Habían pasado dos días en los que no habían podido si quiera levantar la mirada, Jimin sentía un poco de culpa picar en su interior y no podía mirar a Hoseok sin tener que largarse a llorar.

Todos vestían pulcros trajes, a Jimin le parecía demasiado ridículo, vestir lo mismo que vestirías para una fiesta en un funeral. Nadie podía aceptar que fuese el cuerpo de Edán el que estaba dentro del ataúd, no querían creerlo. El brazo de Yoongi se posó sobre los hombros de Hoseok cuando el ataúd fue bajado hasta el hoyo en la tierra, las lágrimas del pelirrojo se deslizaron silenciosamente por sus mejillas y se forzó a mantenerse firme, más su expresión delataba lo roto que estaba.

Namjoon se paró frente al ataúd sosteniendo un paraguas y se aclaró la garganta antes de hablar.

―Estoy tan destrozado como ustedes, amigos. Pero cómo líder de la mafia es mi deber dar algunas palabras para nuestro pequeño Edán, porque de verdad, se lo merece ―Namjoon comenzó a hablar―. Edán llegó con nosotros cuando era aún muy joven, aún más de lo que era. Iluminó nuestras vidas y fue como tener un niño pequeño en casa, se forzó a sí mismo a crecer demasiado rápido, jurando desde un principio que nos protegería a nosotros que éramos su familia como él mismo dijo. Aquí nos ha demostrado que cumplió con su promesa, Edán murió por salvar a uno de sus hermanos y lo menos que podemos hacer por él es recordarlo para siempre como el chico risueño y glotón que era, pero al mismo tiempo un chico leal y valiente. Siempre decíamos que era un ángel que había llegado para protegernos, ahora ha cumplido su misión y esperamos que vuelvan a recibirlo en el cielo, estoy seguro de que Edán no quiere vernos tristes, y Hoseok... estoy seguro que de que él seguirá amándote y cuidándote desde donde quiera que este... Kim Edán era una persona increíble en un mundo equivocado, recordémoslo siempre.

Namjoon volvió a pararse junto a Hoseok y una vez terminaron de enterrar a Edán, se alejaron con las lágrimas cayendo de forma incontenible, aquel sentimiento doloroso que se había instalado en sus pechos se quedaría allí por un largo tiempo y ellos lo sabían.

Jimin entró a la mansión junto a los demás sacudiendo su ropa y caminando directo a la habitación, pero antes de que pudiese entrar sintió una mano tomar su brazo y se giró encontrándose con Hoseok.

―Jimin, no fue tú culpa. ¿De acuerdo? ―habló Hoseok sonriéndole un poco, el pelirosa asintió lentamente entendiendo porque el chico le decía aquello.

―Hobi, a Edán no le gustaría que te deprimieras. ―El pelirrojo asintió en acuerdo soltando el brazo de Jimin.

Seguidamente el pelirosa se alejó directo a la habitación, pensando en lo mucho que admiraba a Hoseok, que aun estando con el corazón destrozado podía seguir sonriendo de manera autentica.

Abrió la puerta de la habitación y no pudo evitar sonreír al ver a Yoongi sentado en la cama, dando vuelta al anillo en su dedo mientras miraba fijamente al suelo.

No pudo sentir nada que no fuese amor al ver al pelinegro. El rencor, el rechazo y todos los sentimientos negativos se habían evaporado, aquel muro que había creado había caído y nuevamente su corazón latía con parsimonia, instándolo a que se dejara llevar, a que disfrutara de ese sentimiento cálido y de lo imperfectos que eran aquellos sentimientos.

Dio unos pasos hacía el pelinegro y acarició su mejilla para luego tomar su mentón y hacer que subiera la mirada, los ojos de Yoongi brillaron con fascinación al ver a Jimin, sus ojos tan transparentes como hace mucho no los veía, tanto que le permitían ver su reflejo a través de ellos. El pelinegro se levantó y Jimin observó lo bien que le sentaba aquel traje, sentía como si hubiesen pasado años desde la última vez que estuvieron así de cerca, pero ahora podía decir con calma que entre ellos dos, todo estaba bien, y así estaría por un largo tiempo.

― ¿Eran necesarios tantos juegos para al final terminar juntos? ―preguntó el pelinegro acariciando la nuca de Jimin con su mano.

―Hemos demostrado que nuestro amor es aprueba de balas, si es que le podemos llamar amor. ―Jimin habló con una sonrisa, sintiendo su mente nublarse ante la presencia de Yoongi.

―Al diablo el amor, no he pasado por tanto para al final decir que esto es algo tan común y mundano como el amor. Esto es mucho más fuerte Jimin, desde el principio estábamos destinados a morir el uno por el otro. ―Yoongi pasó sus manos alrededor del cuello del pelirosa acercándolo más.

Jimin jaló la corbata de Yoongi haciendo que sus labios tuvieran aquel ansiado contacto, se besaron casi con desesperación, pegando sus cuerpos y deseando fundirse el uno con el otro, se sintió diferente cuando la lengua de Yoongi irrumpió dentro de la boca de Jimin con total libertad, saboreando y pegándose cada vez más a él, después de tanto, estaban dejando que todo fluyera. Sin presiones y sin tratar de apartarse constantemente.

Yoongi embistió en falso contra el cuerpo de Jimin y este soltó un gemido aferrándose a sus hombros, las manos hábiles de Yoongi se deshicieron del saco del pequeño y este hizo lo mismo con el suyo, sus bocas se buscaban ansiosas sintiendo el latir de sus corazones volverse errático. Jimin quitó los botones de la camisa de Yoongi uno por uno y el pelinegro solo tomó la camisa de Jimin entre sus manos rasgándola con fuerza haciendo que los botones salieran disparados.

La prenda cayó al suelo dejando a Jimin aún con la corbata puesta, Yoongi tiró de esta casi arrastrándolo hasta el tocador y lo alzó para sentarlo sobre este, sus bocas se encontraron nuevamente, las manos de Jimin recorrieron el torso desnudo de Yoongi casi con ansiedad, extrañando la tibia piel del chico contra sus manos.

Ambos eran conscientes de que nadie podría suplantar el lugar del otro, nadie podía hacerlos temblar de la misma manera, estaban conectados y se pertenecían mutuamente, solo Yoongi era capaz de hacer que Jimin se sintiera en el cielo, aunque todo a su alrededor estuviese derrumbándose, solo Yoongi era capaz de encender en Jimin eso que los demás habían apagado.

Se pertenecían, no eran solo dos demonios más, ellos se habían convertido en los dueños del infierno.

El cuerpo de Jimin impactó contra la pared detrás del tocador y jadeó cuando Yoongi buscó desesperadamente el broche de su cinturón, alzó sus caderas permitiendo que el pelinegro lo desnudara por completo, luego el mayor se deshizo de sus propios pantalones sintiendo su erección doler, más forzándose por alargar el momento lo más posible.

Yoongi botó todo lo que estaba sobre el tocador causando un estruendo, pero no le prestó atención, tumbó a Jimin sobre este y el menor gimió cuando la boca del mayor tomó su miembro casi con brusquedad, los dientes de Yoongi rozaron su pene de forma leve haciéndolo temblar y luego lamió toda su extensión de manera obscena, los ojos de Jimin brillaron y relamió sus labios sintiendo las sensaciones sacudir su cuerpo.

El pelinegro succionó la punta del miembro de Jimin y luego chupó uno de sus propios dedos para llevarlo a la entrada del menor, Jimin gimió cuando tanteó su agujero, introduciendo su dedo y moviéndolo lentamente en su interior, Jimin estaba sonrojado debido al calor que sentía, su cabello ya se pegaba a su frente y ansiaba sentir al pelinegro dentro de él de una vez por todas.

Yoongi abrió uno de los cajones del tocador y sacó una diadema con orejas de gato, ambos sonrieron de manera cómplice y Jimin dejó que el pelinegro le colocara el accesorio sin protestar. Movió dos dedos dentro de Jimin al mismo tiempo que le hacía una mamada sacándole gemidos entre cortados, el pelirosa mordía su labio con fuerza tratando de acallar los sonidos y cuando sintió que no podría aguantar más Yoongi retiró sus dedos provocando que jadeara sintiéndose decepcionado.

Tiró de la corbata de Jimin haciendo que bajara del tocador y se dejara caer de rodillas en el suelo frente a él, el pelirosa sonrió y Yoongi se extasió con la vista, observando como su pequeño tomaba su miembro despierto en su mano para comenzar a masturbarlo lentamente antes de llevarlo a su boca, Jimin lamió tal como un gatito y Yoongi no pudo evitar mover sus caderas para obligarlo a tomar más de él, Jimin gimió, haciendo que el miembro en su boca vibrara, contuvo las arcadas mientras embestía su boca y cuando paró se separó para recuperar el aire relamiendo la saliva que escapaba de las comisuras de sus labios. Yoongi volvió a jalar la corbata haciendo que se pusiera de pie nuevamente y atacó sus labios, sus manos fueron a sus nalgas y las apretó, en ese momento sus erecciones se rozaron haciendo que el pelirosa comenzara a frotarse con el mayor para incrementar la sensación.

―Definitivamente no puedo vivir sin ti... ―jadeó Yoongi en medio del beso.

―He aprendido bien a complacer a mi hyung ―ronroneó Jimin haciendo que Yoongi azotara una de sus nalgas con su mano.

―Qué todos se enteren de que hemos vuelto ―habló Yoongi antes de arrastrar a Jimin a la cama, el pequeño se recostó de espaldas y Yoongi jaló sus piernas hasta que su culo quedó al borde de la cama.

Sintió el miembro duro de Yoongi rozar con su entrada y enseguida tembló, de una estocada el pelinegro se hundió en su interior haciéndolo chillar.

―Y-Yoongi... ―gimió sintiendo como el pelinegro lo embestía bruscamente, sus pelvis chocaban creando un sonido obsceno, Jimin se sentía enloquecer y Yoongi tomó la corbata jalándolo hasta hacer que se inclinara.

El rostro de Jimin era totalmente erótico, el ceño fruncido y los labios entreabiertos con las mejillas rojas, sus cuerpos chocaban, queriendo congelar aquel momento, perteneciéndose y dejándose llevar.

Querían estar juntos por siempre, pues sabían que nunca nadie sería igual que el otro, porque eran todo lo que necesitaban y eso estaba bien. Aquel infierno que habían creado estaba bien, porque estando separados se morían, y estando juntos todo estaba malditamente bien, porque no importaba nada, Jimin dejaría que Yoongi robara todo de él, después de todo se habían convertido en uno solo.

Yoongi no tenía alma, tenía algo mejor que eso, tenía una persona que le daba vida y le entregaba todo lo que necesitaba para vivir. ¿Para qué quería un alma?

Los ojos de Yoongi eran las puertas de sus sentimientos, aquellos sentimientos ardientes que había creado Park Jimin.

Tomó una de las piernas de Jimin y la puso sobre su hombro embistiéndolo más profundo, tocando su próstata y haciendo que se retorciera disfrutando del calor que se acumulaba en su vientre, Jimin masturbó su miembro al ritmo de las embestidas del pelinegro sintiendo su entrada contraerse cuando su orgasmo llegó haciendo que manchara su abdomen y su mano, la esencia de Yoongi se derramó dentro de él haciendo que sonriera cuando gruñó su nombre en medio del orgasmo, mirándolo a los ojos y respirando profundamente para recuperar el aliento.

Jimin se sentó en la cama, dejando sus piernas caer a cada lado de Yoongi y pasando sus manos alrededor de su cuello para besar sus labios una vez más, el pelinegro correspondió mientras acariciaba su espalda, sintiéndose totalmente completo.

―Te amo, hyung ―afirmó Jimin con una sonrisa separándose un poco para ver al mayor.

―Te amo mucho más ―el pelinegro hizo una pausa ―. Jimin. ¿Aún quieres casarte conmigo?

Jimin alzó su mano mostrando el anillo alrededor de su dedo y tomó la mano de Yoongi entrelazándola con la suya.

―Mejor juntos que separados, hyung. ¿Eso responde a su pregunta? 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro