17
Baekhyun examinó el caos que se había formado en el lugar con una sonrisa, todos corrían por el lugar desperados buscando a Jimin de arriba abajo y al "infiltrado" sin saber que lo tenían justo en frente de sus narices.
Caminó por el pasillo instalando pequeños sensores en las paredes que esparcirían una especie de gas lacrimógeno en cuanto presionara un pequeño botón. Su teléfono vibró en su bolsillo indicando que había recibido un mensaje y enseguida miró a los lados antes de sacar el aparato para revisar de qué se trataba.
"De: Namjoon.
20 minutos."
El rubio sonrió antes de volver a guardar el celular y terminó de preparar todo, luego se movió hasta la habitación de Jimin y entró sin que nadie lo viera. Se agachó debajo de la cama y sacó la maleta que se hallaba escondida bajo la cama para abrirla, mirando todas las armas que había allí y tomando una que otra mientras esperaba su señal para formar el caos.
Sonrió mientras cargaba el rifle y guardaba un par de cuchillos en su bota, su piel se erizaba en anticipación, ya podía sentir el aroma de la sangre en el ambiente acompañado de la pólvora de los cartuchos y no podía sentirse más emocionado con la situación.
Cuando Edán y Hoseok habían planeado la misión de volver a juntar a Jimin y Yoongi no había dudado en participar. El pelirosa se había ganado su cariño desde el principio y Yoongi era su amigo desde hacía años, jamás perdería la oportunidad de ayudarlos, menos si eso también significaba que tendrían un poco de diversión.
Escuchó la voz de Suho gritar en el pasillo mientras preguntaba por Jimin alterado y no pudo evitar sonreír sabiendo que eso no era más que el comienzo del fin.
Nadie allí sabía lo que les esperaba.
Suho se paseó por su oficina exasperado, observando a los chicos frente a él y tomando su cabello entre sus manos claramente estresado.
― ¿Qué está pasando? ¿Por qué siento que las cosas no marchan cómo las planeamos? ―El líder sonó preocupado y los chicos lo miraron asustados―. ¡Donde mierda está Park!
―Park ha escapado, señor ―informó Baekhyun entrando a la oficina sin siquiera molestarse en tocar.
― ¿C-cómo? ¿Cómo que ha escapado? ―preguntó el mayor sintiéndose al borde de la locura.
―No está por ningún lado. Y los de seguridad informan que hay desconocidos en la zona, algo se está acercando, algo grande ―Baekhyun hizo todo lo posible por tragarse su sonrisa, manteniéndose en su papel, atento a la reacción del contrario.
Suho se volteó hacia su escritorio y abrió uno de los cajones sacando un pequeño frasco con un líquido trasparente con un tono rosáceo, Baekhyun se puso alerta al instante observando como el hombre guardaba el frasco en el bolsillo interior de su saco.
―Muchas gracias por la información Baekhyun, me encargaré de eso ―dijo Suho. Baek fue sacado de oficina por dos chicos más y enseguida caminó a la salida del lugar, buscando a Edán y a Jimin por todos lados.
Su corazón latía con fuerza y tenía un mal presentimiento instalado en la boca del estómago, luchó por relajarse y sacó su celular para observar la hora.
Trotó por los alrededores del refugio fingiendo que solo buscaba a Jimin hasta que visualizó un atisbo de la melena rizada de Edán entre los matorrales.
Jimin y Edán se levantaron del suelo en cuanto observaron a Baekhyun acercarse a ellos.
―Están llegando, Suho tiene el veneno, deben tener mucho cuidado ―habló el rubio entre jadeos mientras Jimin y Edán lo escuchaban atentos.
― ¿Cuál es el plan? ―preguntó Jimin.
―No tengo idea, Yoongi es impredecible ―habló Baekhyun.
―Yo diría que es más bien demasiado predecible ―agregó Edán.
Se quedaron en silencio mientras intercalaban miradas entre sí, sabían que el rizado tenía razón, más aún así no podían tener certeza acerca del final, un solo paso en falso podría hacer que todo se fuera a la mierda.
Los pasos del pelinegro fueron lentos y calmados sobre la tierra, llevaba una metralleta r15 y los bolsillos repletos de bombas explosivas que no dudaría en lanzar si la situación lo ameritaba. Se acercó al lugar caminando con serenidad, observando como poco a poco los miembros de K&S se amontonaban frente a la puerta preparándose para disparar.
La luna iluminaba la noche y el clima era más frío que de costumbre en esa zona, sin embargo, se mantenía imperturbable, ansioso por lo cerca que estaba de tener a su pequeño.
La sonrisa de Yoongi crecía a medida que se iba acercando al lugar, las luces exteriores lo iluminaron directamente, permitiendo que pudieran verle a la perfección, el pelinegro observó como Suho se hacía paso entre los hombres hasta llegar al frente observando al chico de arriba abajo cómo si no pudiese creerlo.
Yoongi paró a unos dos metros de distancia de la masa de gente y observó al hombre.
―Min Suga, eres muy valiente para venir aquí solo, o demasiado idiota diría yo ―habló Suho cuando el chico detuvo su andar.
―Te apuesto que has escuchado cualquier cosa de mi Suho, excepto que soy un idiota ―El pelinegro esbozó una sonrisa escalofriante―. Estoy aquí, porque ustedes tienen algo que me pertenece.
―Qué puedo tener yo... qué no sea una bala con tu nombre ¿qué te pertenezca? ―preguntó el hombre alzando una ceja.
―Park Jimin ―respondió firme. Todos se sorprendieron al escuchar el nombre del chico y enseguida miraron a su líder claramente confundidos.
El hombre rio. ―Pues te tengo una mala noticia, Park está desaparecido.
―Pues tienes hasta el amanecer para encontrarlo, de otra manera, lo único que quedará de tu jodida mafia serán cenizas. ―Yoongi se alejó escuchando como los seguros de las armas se destrababan.
Suho observó como el chico sacaba un pequeño objeto de su bolsillo y lo llevaba a su boca antes de lanzarlo hacía atrás, casi sobre sobre sus pies. Un estallido los hizo retroceder, tambaleándose y observando la nube de humo que se formaba frente a ellos.
Una vez que el humo se disipó, no se vieron ni señales del pelinegro, Suho gruñó encolerizado sintiendo como su sangre comenzaba a hervir.
― ¡Encuentren a Park! ―ordenó el líder ―. Voy a matarlo de una vez por todas para acabar con este maldito juego. Park Jimin más muerte es igual a muerte para Min Yoongi.
El mayor susurró esto último y observó como todos sus hombres se ponían en marcha para buscar al pequeño pelirosa. La mafia BS&T no iba a salirse con la suya nuevamente, no lo permitiría, estaba cansado de perder contra el imbécil de su hermano y con Min Yoongi.
― ¡Están buscándote! ―alertó Edán tomando el brazo de Jimin y jalándolo para correr lejos del lugar.
Jimin corrió con fuerza detrás del menor sintiendo su corazón alterarse, la oscuridad de la noche dificultaba su visión y en un momento escuchó varios pasos detrás de ellos, giró la cabeza sobre su hombro aún sin parar y observó como varios de sus compañeros se acercaban hasta ellos, en ese momento temió por Edán, después de todo, él era un infiltrado.
―Edán, corre tú, debemos separarnos, estaré bien ―Jimin habló rápidamente, su voz sonó angustiada y observó como los hombres se acercaban cada vez más, solo era cuestión de segundos antes de que los vieran.
―Pero...
―Por favor, corre, estaré bien ―Edán observó a los hombres, peleando internamente antes de asentir y volver a correr lejos, Jimin suspiró.
Los hombres apuntaron a Jimin con sus linternas y este alzó los brazos en señal de derrota.
―Park, ven con nosotros ―ordenó uno de los chicos. El pelirosa se acercó y enseguida lo tomaron, giró la vista observando como Edán se alejaba, el rizado lo observó y Jimin negó con la cabeza cuando vio sus intenciones de correr hasta él.
Los tipos lo arrastraron hasta el interior del refugio, Jimin solo bufó exasperado y se dejó llevar mientras maquinaba alguna excusa en su mente que le hiciera ganar al menos un poco de tiempo hasta que llegaran a los chicos. Al entrar Suho estaba en el salón y enseguida se puso sonriendo al verlo.
―Tú amado ha venido a buscarte, la verdad me lo esperaba.
― ¿Qué esperas que te diga? Suga es muy perseverante. ―Jimin sonrió, removiéndose entre el agarre de los hombres.
― ¿Por qué entraste a mi mafia? ―preguntó el líder con una mirada acusadora, Jimin se encogió de hombros.
―Escapé. No me malinterpretes, solo quería comenzar de nuevo lejos del pasado. ―Suho sonrió con burla ante la explicación de Jimin.
―Pues, buena manera de escapar del pasado, uniéndote a otra mafia. ―El pelirosa le sonrió devuelta.
―Mi pasado es más que mafias, amigo mío, no sabes lo que esconde esta cara bonita ―expresó con una expresión altanera. Suho rio.
―Solo eres un mocoso estúpido, Park ―Esta vez fue el turno de Jimin para reír aún sin dejar de mirarlo.
―Mira lo que Min Yoongi hace por este mocoso estúpido.
Sabía que estaba jugando con fuego, podía sentir como la adrenalina comenzaba a dispararse en su sistema, casi podía escuchar las armas disparando y todo irse a la mierda, le encantaba.
Le encantaba estar al borde de la muerte, jugando cerca de la orilla del infierno sabiendo que solo bastaba un tropezón y Yoongi estaría allí para sostenerlo.
Porque eran demonios, y amaban ese juego. Amaban ponerse en peligro y luego reírse por lo estúpida que era la vida al creer que podría separarlos.
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