Jimin cruzó el pasillo de manera natural evitando a toda costa ser visto por alguno de los miembros, ya había pasado una semana desde que Edán y Baek se habían infiltrado en la mafia y no había pasado ni un minuto en que no estuviese nervioso gracias a las constantes advertencias de sus amigos.

Sentía que todos en el lugar lo observaban de manera acusadora, como si supiesen que estaba escondiendo algo, cosa que le ponía los pelos de punta, pues ni siquiera él sabía con exactitud que era lo que estaba escondiendo. Las cosas en el refugio estaban perturbadoramente tranquilas y eso no mejoraba para nada las cosas.

No se había encontrado con Suho desde que Baek había formado el alboroto ni por un momento, ni siquiera en la cena, a la cual nunca faltaba para poder coquetearle de manera descarada. Entró a la habitación observando a Edán acostado sobre su cama leyendo un libro viejo.

―Sabes que ese libro está al revés ¿cierto? ―preguntó Jimin observando como el rizado achicaba los ojos como si tratara de ver más allá de las páginas.

―Leí en internet que hay mensajes ocultos en los libros viejos, y si los pones al revés podrás ver lo que esconden. ¡Ves! ¡Aquí hay un mapa! ―Edán se incorporó de golpe sobre la cama y apuntó con su dedo a una mancha en la página.

―Hm, creo que eso es una mancha de café. ―Jimin frunció el ceño y Edán rodó los ojos.

―Puede ser un mapa dibujado con café, niño tonto ―El rizado se dejó caer nuevamente a la cama arrojando el libro al suelo y suspirando frustrado―. Esto es tan aburrido, no sé cuándo llegará Yoongi a ponerle emoción.

― ¿Qué es exactamente lo que están esperando que pase? ―investigó Jimin acostándose junto a Edán.

―Qué alguno lance la primera bala, ya sabes. No está muy lejos, estamos experimentando la calma antes de la tormenta ―explicó el rizado manteniendo su mirada fija en el techo mientras hablaba.

― ¿Y luego?

―Los mataremos a todos y volveremos a casa. Tú te casarás con Yoongi y yo arreglaré las cosas con Hobi. ―Edán sonrió, como si estuviese imaginando todo lo que pasaría.

― ¿Cómo arreglarás las cosas con Hobi? ―cuestionó Jimin. Él estaba enterado de lo que había pasado entre Edán y Namjoon y aunque él ya supiera la verdad de la historia, no creía que fuese muy fácil arreglar las cosas.

―Contándole la verdad.

Antes de que pudiesen seguir con su conversación la puerta sonó, interrumpiéndolos al instante y haciendo que Jimin se acercara a la puerta en modo alerta, frunciendo el ceño cuando los golpes se volvieron más insistentes, casi desesperados.

―Soy yo. Baekhyun ―Jimin abrió enseguida después de eso, dejando que el rubio ingresara dentro de la habitación―. Suho te está buscando Jimin. Yoongi está cerca, debes esconderte, no puedes dejar que te atrapen ahora.

La puerta sonó nuevamente haciendo que los tres se miraran expectantes entre sí en completo silencio.

― ¡Jimin! El líder está buscándote. ―Los ojos del mencionado se abrieron de par en par.

―Es Johnny ―susurró el pelirosa.

―Salgan por la ventana del baño. ¡Rápido! ―Baek empujó a Jimin y Edán hacía la puerta del baño y una vez estos estuvieron dentro Baek abrió la puerta.

―No está aquí, yo también vine a buscarlo ―habló Baekhyun en dirección a Johnny mostrándose confundido.

―Ven, debemos salir ―llamó Edán trepándose hasta la ventana del baño.

―Estamos en un tercer piso, las paredes son demasiado altas ―protestó Jimin mirando a la puerta del baño, escuchando como Baek insistía en que no estaba en la habitación.

―Confía en mí, soy un profesional en estas cosas ―insistió Edán ofreciéndole una mano a Jimin quien la tomó para subir detrás de él apenas escuchó como varios de sus compañeros entraban a su habitación y comenzaban a registrarla.

Edán y Jimin salieron parándose en el borde de la ventana y aferrándose a las paredes con cuidado de no caer, Jimin se negó a ver hacía abajo, sintiendo como su corazón latía con fuerza ante el creciente temor.

El rizado tomó una de las manos de Jimin y lo hizo caminar por el borde de la pared empedrada rezando mentalmente porque nadie los viese en ese momento.

―Caminaremos hasta ese árbol para bajar, agárrate de las piedras de la pared y no mires abajo ―explicó Edán y Jimin asintió siguiéndolo de cerca, pegándose lo más posible a la pared para no perder el equilibrio.

Dieron varios pasos cuando de repente uno de los pies de Jimin resbaló del reborde, enseguida Edán lo sujetó con su brazo libre antes de que perdiera el equilibrio por completo, Jimin volvió a estabilizarse, después dieron unos cuantos pasos más hasta estar más cerca del árbol. Edán fue el primero en saltar a la rama de este con agilidad, cayendo de cuclillas para mantenerse estable, el pelirosa hizo lo mismo detrás de él y luego caminaron sobre la rama hasta llegar al tronco para así poder bajar.

―Quieto ―susurró Edán observando uno de los guardias fuera de la mansión, observando todo el alrededor, ambos se pegaron al árbol evitando ser vistos y bajaron por el lado contrario.

Una vez estuvieron en el suelo observaron el entorno, asegurándose de que nadie los hubiese visto, Jimin sacudió su ropa y observó a Edán preguntándose que seguía.

― ¿Y ahora qué? ―preguntó el pelirosa.

―Debemos esperar aquí. No podemos entrar, todos están buscándote allí dentro.

― ¿Y cuándo se den cuenta de que no estoy adentro? ―Jimin se dejó arrastrar por Edán a un lugar más alejado mientras miraba en todas las direcciones.

―Para ese entonces, ya estarán aquí.

Luego de varias horas de camino Yoongi aparcó en la orilla de aquella desierta carretera y observó como rápidamente una tras otra las camionetas de BS&T aparcaban detrás de la suya, sin esperar demasiado bajó del vehículo para encontrarse con Namjoon y no pudo evitar sonreírle.

―No creí que de verdad vendrían ―habló el pelinegro en dirección al líder.

―Eres parte de mi familia, Yoongi. Al igual que Jimin, y aquí estamos para cuidarnos las espaldas. Aparte es una gran oportunidad para cobrar un poco de todo lo que me ha hecho mi estúpido hermano ―dijo el pelimorado sonriendo y palmeando el hombro de Yoongi.

―Quememos todo ―habló Jungkook acercándose a ellos junto a Taehyung, Hoseok y Seokjin.

― ¿No es esto demasiado lindo? ―preguntó Seokjin mostrando un rifle color plata con pedrería.

―Papá dos ya entró al negocio ―bromeó Yoongi alzando las cejas.

―Confirmado. Suho es quien ha estado entregando la información al gobierno. Él se ha encargado de dañar todos nuestros planes ―informó esta vez Hoseok observando su celular.

―Entonces no se diga más, acabemos con ellos. ―Taehyung quitó el seguro de su arma y caminó junto a los demás para subirse de nuevo a sus vehículos.

― ¿Tenemos suficiente gente? ―cuestionó Yoongi en dirección a Namjoon antes de que este pudiese subirse a su camioneta.

―He movilizado a casi todos los miembros en todo el país ―aclaró el moreno.

―Una vez más, gracias Namjoon. ―Sería una mentira si el mencionado dijera que no se sentía sorprendido por la actitud de Yoongi. Él sin duda había cambiado demasiado, y le alegraba.

―Esta es la guerra, Yoon. Sólo espero que esta vez hagas que valga la pena ―dijo el mayor y Yoongi supo perfectamente a lo que se refería.

―Lo haré.

Luego de eso se alejó para subirse a su camioneta y encendió el motor casi enseguida, apretando las manos alrededor del volante mientras veía su reflejo en el retrovisor, esbozó una sonrisa y pisó el acelerador, saliendo disparado a la carretera seguido de los demás.

El final estaba cerca, Yoongi podía sentirlo dentro de él. Aquella adrenalina nunca se había sentido tan bien, esta vez sí que estaba dispuesto a todo, y tal como le había dicho a Namjoon, haría que valiera la pena.

Las cosas habían cambiado mucho si lo comparaba con el principio, y si de algo estaba seguro era de que los últimos meses habían sido tiempo perdido demasiado valioso. Pero estaba cansado de arrepentirse por las cosas que había hecho en el pasado, ahora empezaría a actuar para cambiar el curso.

Estoy cansado de todo, quiero que las cosas vuelvan a ser como antes, donde presionábamos el gatillo para liberar tensión y nos amábamos para matarnos.

Estoy dispuesto a morir por ti, pues por fin entendí, que el infierno es tu ausencia y morir no es un castigo, pero estar sin ti sí que lo es.

Amémonos para siempre, mejor juntos que separados.