Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

13

La respiración de Seokjin era irregular y la rabia brotaba de sus ojos mientras observaba la escena, detrás de él mayor se encontraban Jungkook y Taehyung aún inexpresivos observando como Edán se levantaba de la cama totalmente sonrojado y levantaba su ropa del suelo vistiéndose rápidamente; Seokjin miró al chico de cabellos rizados con decepción, sintiendo su pecho doler debido a la reciente sorpresa.

— ¿Qué está pasando aquí? —Hoseok llegó al lugar, abotonando su camisa y restregando sus ojos claramente medio dormido.

A buena hora. Pensó Edán.

El pelirrojo examinó la escena, frunciendo el ceño cuando observó a Edán terminar de ponerse su camisa y a Namjoon parado junto a la cama totalmente pálido, Seokjin estaba al borde del llanto y fue allí cuando pareció entender lo que había sucedido.

—Puedes preguntarle eso a tu novio, también me gustaría saberlo. —Seokjin habló con amargura, sin apartar su mirada acusadora de su esposo.

—Edán ¿qué mierda...? —El pelirrojo comenzó a hablar con la rabia creciendo en su interior, pero enseguida se vio interrumpido por el rizado.

— ¡A ti ni se te ocurra reclamarme nada! —El grito del menor los sorprendió y Hoseok se mostró aún más confundido.

—Qué mierda, Edán. ¿Acaso vas a justificarte? —acusó el pelirrojo con el ceño fruncido, observando como Edán miraba a Taehyung junto a Jungkook con rabia.

—No te hagas el inocente, Hoseok. —La voz del rizado fue tan cortante como una navaja, y todos los demás se mostraron aún más confundidos.

—N-No sé de qué estás hablando... —Hoseok paseó su vista entre Jungkook y Taehyung quienes luchaban por entender.

— ¡Basta, Hoseok! ¡¿Acaso crees que no sé qué te has estado acostando con Taehyung?! —El rizado gritó y Taehyung palideció, observando a Hoseok quien se había quedado helado en su lugar.

Jungkook observó a Taehyung, buscando alguna negación de su parte, pero la mueca del castaño le confirmó que el menor no mentía.

— ¿Van a negarlo? Vamos, Taehyung. Dile a Jungkookie lo mucho que disfrutabas mientras él no estaba —Edán habló con sorna mientras miraba a Taehyung—. "Siempre te amaré, Hobi".

Jungkook salió de su trance, soltando una carcajada y observando a todos los presentes. Seokjin se encontraba de brazos cruzados dándole la espalda a Namjoon quien estaba detrás de él tratando de llamar su atención, Edán limpiaba con brusquedad las lágrimas que caían de sus ojos mientras temblaba debido a las emociones contenidas.

—Pues, parece que al final todos somos el mismo tipo de basura... —Jungkook habló sonriendo con amargura y dándose la vuelta para salir del lugar.

Todos se mantuvieron en silencio y Edán se alejó con brusquedad caminando hasta su habitación, sacudiendo su brazo con brusquedad cuando Hoseok intentó detenerlo.

—Seokjin, no es lo que parece, puedo explicarlo... —susurró Namjoon tratando de encontrar la mirada de su esposo.

—Mejor explícate a ti mismo, cómo fue que me perdiste por andar con juegos —respondió cortante y luego tomó su bolso que yacía en el suelo para salir del lugar, caminando escaleras abajo hasta la puerta de la mansión, dejando a Taehyung, Namjoon y Hoseok en medio de todo.

—Bienvenido al club de los infieles —bromeó Taehyung hablando en dirección a Namjoon.

Namjoon iba a matar a Edán, de eso estaba seguro.

Jimin tomó su chaqueta para colocársela al mismo tiempo que tomaba sus llaves y abría la puerta dispuesto a salir de su casa, sintiendo que no podría aguantar mucho más con la presencia de Yoongi en su casa.

Ambos se habían quedado dormidos en la cama luego de su ultimo encuentro y cerca de las dos de la madrugada Jimin se despertó observando al pelinegro descansando plácidamente a su lado. Su corazón latía con fuerza cada vez que lo veía, pero el dolor de la traición también seguía ahí, y no sabía cual de los dos sentimientos era más fuerte, pero lo estaban volviendo loco. Por eso decidió levantarse y huir de todo aquello que lo estaba asfixiando.

Se sentía agobiado, con los sentimientos golpeando en su pecho, todos en direcciones distintas y de manera contradictoria, sintió el aire frío golpearlo cuando salió a la calle, observó su reloj percatándose de ya que eran las dos y media de la madrugada. Las calles no estaban del todo solas, después de todo era viernes y vivía en todo el centro de la ciudad.

Dejó que sus piernas hicieran su camino, metiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta y encogiéndose sobre sí para apaciguar al menos un poco el frío que lo calaba. Estaba totalmente desestabilizado, sintiendo las lágrimas picar detrás de sus ojos, tan fuera de control como siempre que trataba de mantener sus sentimientos a raya cuando se trataba de Yoongi.

Odiaba la manera en que debía luchar contra sí mismo para alejarse del pelinegro, sintiéndose tan débil, queriendo estar allí con él, pero sabiendo que no era lo correcto.

Te lastimó.

Te abandonó.

Te mintió.

No puedes perdonarlo, no dejes que se meta debajo de tu piel.

Paró frente a un bar observando la entrada por unos segundos antes de entrar sin siquiera pensarlo y una vez en el interior aspiró el familiar aroma del tabaco y las bebidas alcohólicas. El ambiente en el lugar era pesado pero tranquilo a la vez con la música resonando de manera sublime.

Examinó el alrededor con sus ojos, caminando hasta la barra entre el mar de gente, ignorando las miradas obscenas que algunas personas le dedicaban. Se sentó frente a la barra pidiendo un trago al barman y esperó pacientemente mientras observaba la gente que se acumulaba en el medio de la pista moviendo sus cuerpos al compás de la música.

Cuando el vaso estuvo frente a él, le dio un gran trago, sintiendo el líquido quemar en su garganta como hace mucho no lo hacía.

Dejó sus pensamientos vagar, haciendo que cada vez se nublaran un poco más a causa del alcohol, permitiendo que la sustancia transformara sus recuerdos hasta que estos no dolieran tanto.

La imagen de Yoongi no se iba de su cabeza, y él quería poder abrírsela para arrancársela, más sabía que eso era totalmente imposible. Era irónico, pensar en el pelinegro no lo hacía sentir mal, lo que lo hacía era el hecho de saber que lo había alejado, y por su culpa, ya no quería volver a acercarse.

Bebió un vaso detrás de otro, después de un poco más de una hora no supo cuánto había bebido, pero su cabeza ya daba vueltas y su cuerpo se sentía demasiado liviano, extendió su tarjeta al barman para pagar la cuenta cuando sintió como alguien se posaba detrás de él tomando sus caderas sin vergüenza.

—Bonito chico... —La respiración en su cuello le provocó arcadas y se removió tratando de apartar al tipo desconocido.

—No me toques —siseó Jimin sintiendo como se encontraba un poco más irritable debido al alcohol.

— ¿Por qué mejor no vienes conmigo? —Jimin tomó la tarjeta de vuelta y se levantó bruscamente, sintiendo como el hombre tomaba su brazo con fuerza evitando que se alejara.

—Te dije que no me que tocaras. —Jimin respiró pesadamente, sintiendo su autocontrol desaparecer en el momento en que el hombre se pegó a él y manoseo su trasero.

El rubio se giró impactando su puño con el rostro del hombre y propinándole unos cuantos golpes más hasta que lo tumbó al suelo, no conforme se posó a horcajadas sobre él, golpeando aún más hasta sentir sus nudillos mancharse de sangre, sintió la gente agolparse a su alrededor y observar la escena horrorizados, la sangre brotaba a borbotones de la nariz del hombre y Jimin solo se dejó llevar descargando toda la ira acumulada de meses en ese momento, sintiendo el alcohol quemando en su sistema hasta el punto de hacerlo explotar. Tomó la cabeza del hombre entre sus manos y la golpeó contra el suelo varias veces antes de separarse respirando agitadamente y luchando por calmarse, sorprendido ante el hecho de que nadie se hubiese atrevido a separarlos.

Se levantó observando al hombre inconsciente en el suelo, la sangre ajena manchaba su ropa y dio un vistazo a la gente a su alrededor quienes lo miraban con miedo, luego salió del lugar empujando varios cuerpos, tambaleándose hasta la salida, escuchando un pitido en sus oídos y sintiendo su cuerpo pesado.

Caminó un par de calles antes de parar, observando sus manos manchadas al igual que su camisa. No sabía en qué momento había perdido el control, pues apenas ahora estaba reaccionando, aún con el alcohol nublando sus sentidos.

Mira qué rápido se fue todo a la mierda ahora que regresó...

Qué rápido se pierde todo cuando se trata de él...

Abrió la puerta del departamento y entró observando el lugar totalmente ordenado, tal como lo había dejado. Sin embargo, lo que llamó la atención de Jungkook fue el cuerpo en su sofá y enseguida se acercó observando a Jimin durmiendo plácidamente, sudado y salpicado de sangre que evidentemente no era suya.

Se arrodilló junto al mueble, sintiendo un poco de tranquilidad al ver a su hermano luego de aquellos meses en los que había extrañado tanto su presencia.

Acarició su rostro y su mejilla ignorando el olor a alcohol que el mayor desprendía. El gesto hizo que de a poco el rubio despertara, parpadeando y observando al pelinegro frente a él como si de repente recordara como había llegado allí.

—Jungkookie... —El mencionado sonrió, besando la frente de Jimin y mirándolo con ternura.

La verdad no sabía que estaba pensando cuando había decidido ir hasta allí, pero sabía que todo era efecto del alcohol. Jimin aún no estaba del todo feliz con Jungkook, después de todo él había sido cómplice en la mentira de Yoongi, pero en ese momento se encontraba solo, en ese momento solo necesitaba consuelo de alguien, y no podía haber alguien más que Jungkook para que le entregara la calma que tanto necesitaba.

—Deberías tomar una ducha —susurró el pelinegro observando como Jimin asentía lentamente mientras se incorporaba y hacia su camino hasta el baño.

Jungkook se sentó en el sofá, esperando por su hermano y si entiendo aquel lío de sensaciones en su pecho. No sabía que sentir respecto a lo que había pasado con Taehyung y Hoseok, él había vivido mucho tiempo sabiendo que ambos mantenían una relación, pero ahora era diferente, Taehyung era su novio, le había jurado que lo amaba y que ahora solo sería él. Por otro lado, sentía que no tenía mucho derecho de reclamar algo, después de todo, él tenía aquellos sentimientos enfermos por su hermano de los cuales no se arrepentía, sin embargo, nunca le había ocultado nada a Taehyung.

Todo era una mierda.

Luego de varios minutos Jimin salió de la ducha con una toalla rodeando su cadera, observando a Jungkook recostado en la cama con los ojos cerrados vistiendo solo sus pantalones.

El menor abrió los ojos cuando sintió a Jimin posarse a horcajadas sobre él, totalmente desnudo y con su cabello húmedo, desprendiendo un delicioso aroma a jabón y geles de ducha. El rubio se inclinó a los labios de su hermano tomándolos entre los suyos para besarlo con parsimonia sintiendo como Jungkook correspondía casi al instante, llevando sus manos a sus caderas y obligándolo a friccionarse sobre él, rozando su piel desnuda con sus pantalones.

Jimin dejó que Jungkook lamiera su cuello al mismo tiempo que acariciaba su anatomía, sacándole suspiros entrecortados acompañados de jadeos. Él no estaba pensando con claridad, el alcohol aún se mezclaba en su sistema y los sentimientos asfixiantes en su pecho lo impulsaban a hacer muchas cosas, ninguna de ellas buena.

Se dejó hacer, ayudando a Jungkook a desnudarse y dejando que preparara su entrada con sus dedos, derritiéndose entre sus brazos y tratando de perderse en aquel encuentro, dejándose llevar con la intensión de poder borrar todas las caricias y palabras de Yoongi.

Borrar a Yoongi de su cuerpo era fácil, pero cada vez que cerraba los ojos volvía a recordarlo, sintiendo que por más que quisiera borrarlo, estaba tatuado a fuego no solo en su piel, sino también en su corazón y en su mente. Y de su mente no podía librarse, ni cerrando los ojos ni remplazando sus caricias por las de mil hombres más.

Yoongi subió las escaleras del edificio de Jungkook con rapidez, sintiéndose alterado debido al pensamiento de no saber dónde se encontraba Jimin. Eran alrededor de las cinco de la mañana, no tenía ni idea de a qué hora había salido de casa, pero cuando se despertó y no vio a Jimin a su lado ni en ningún lugar de la casa se alarmó temiendo por el hecho de que hubiese salido sólo en la madrugada.

Y no había tenido otra idea que ir al departamento de Jungkook, con la esperanza de que estuviese allí o al menos el pudiese tener una idea de donde podía estar.

Entró al departamento, observando la camiseta de Jungkook sobre el sofá, caminando hasta la habitación con rapidez, bajando el ritmo cuando escuchó los suspiros y jadeos entrecortados provenientes de alguna habitación.

Frunció el ceño, sosteniendo el pomo de la puerta y la abrió con brusquedad. Esperando ver todo menos aquella escena.

Todo dentro de Yoongi hizo cortocircuito, temblando debido a la rabia que poco a poco de acumuló en su ser. Jimin se bajó del regazo de Jungkook cubriéndose con las sábanas y observó asustado como su hermano palidecía ante la mirada alarmante de Yoongi.

—Vaya Jeon, espero que tengas una explicación que te haga ganar al menos un día más de vida...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro