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Porque quiero tocarte, cariño, y también quiero sentirte. Quiero ver el amanecer sobre tus pecados. Solo tú y yo. Préndelo, en la huida. Hagamos el amor está noche, hagámoslo, enamorémonos, probemos.

Dusk Till Down – Zayn Ft. Sia

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Los labios de Yoongi atacaban los suyos, y por momentos sacudía la cabeza tratando de entrar en razón, pero estaba totalmente ido, embriagado por la manera en que las manos del pelinegro recorrían su cuerpo, sacándole suspiros constantes que solo indicaban lo mucho que anticipaba aquel encuentro.

Había decidido dejarse llevar, se declaraba culpable por caer una vez más, pero era inevitable, meses imaginando aquel contacto, meses imaginando poder volver a sentir a su amado justo como ahora. No podía ser fuerte cuando se trataba de él.

Los labios de Yoongi atacaron su cuello, lamiendo su piel y chupando de vez en cuando, dejando leves marcas rojizas que pronto se volverían más violáceas. Alzó a Jimin haciendo que este rodeara su cadera con las piernas y cuando sus crecientes erecciones se rozaron Jimin no pudo contenerse más, al instante rodeó el cuello de Yoongi con sus brazos, rozándose más con el cuerpo del contrario y deseando sentirlo cada vez más cerca.

Yoongi camino con el pequeño chico hasta el sofá y lo dejó caer sobre este inclinándose para quitarle la camisa, los ojos del mayor brillaron, observando al rubio con fascinación, descubriendo en ese momento que lo había extrañado incluso más de lo que creía. Yoongi podía sentir su corazón latir con rapidez, sintiendo que aquel momento podía esfumarse en cualquier momento, temiendo que fuera uno más de sus sueños.

Pero Jimin gimió, trayéndolo de vuelta a la realidad y confirmándole que no era un sueño. Sus manos se pasearon por el torso desnudo del menor, apretando sus caderas y llevando su boca hasta los pezones, lamiendo uno a uno haciendo que el rubio se retorciera debajo de él.

La boca de Yoongi se deslizó desde el pecho de Jimin hasta abajo, lamiendo y besando el camino hasta el bulto en su pantalón, mordió su labio cuando Yoongi rozó la tela de su jean con la boca, sintiendo su aliento tibio rozar su masculinidad.

Yoongi desabrochó los pantalones de Jimin y los deslizó con suavidad por sus piernas lanzándolos al suelo de la sala de estar.

Jimin estaba fascinado, observando cada movimiento de Yoongi y sintiendo como su pecho se oprimía al recordarle que solo era algo momentáneo, que solo estaba dejándose llevar esa noche, pero aun así, aun sabiendo que no sería permanente, su corazón no dejaba de latir al sentir a su dueño cerca.

Cerró los ojos cuando sintió la mano de Yoongi colarse dentro de su ropa interior y rodear su miembro, masajeándolo de arriba abajo de manera tortuosa. La carne dura y tibia de Jimin en su mano lo hacía sentirse aún más ansioso, por lo que no espero mucho para sacar el miembro del menor y meterlo a su boca, succionándolo casi con desesperación.

Jimin alzó sus caderas por inercia, embistiendo la boca de su chico y haciendo que este sonriera mientras lamia su pene.

— ¿Mi pequeño pasivo se acostumbró a meterla? —Yoongi se separó un poco antes de hablar, la diversión bailando en su voz haciendo que Jimin no pudiera evitar sonreír.

—Q-Quizá experimenté cosas nuevas...

—Pues lamento decirte que no me la dejaré meter —respondió y subió hasta los labios de Jimin para besarlo.

—Tampoco quería que lo hiciera —aclaró y luego ayudó a Yoongi a quitarse la camisa junto al resto de la ropa mientras los besaba con ansiedad.

Ambos estaban desnudos, disfrutando de sus pieles tibias rozándose entre sí, Jimin sentía cosas que no había sentido desde hace tiempo, cómo aquel sentimiento de seguridad y la necesidad asfixiante de querer fundirse con alguien, con Yoongi para ser más específicos. El pequeño dejo varios chupones en el cuello del pelinegro y rasguñó su espalda cuando lo embistió en falso, haciendo que su miembro duro se rozara con su entrada.

Yoongi estaba al límite y sentía que no podría aguantar mucho más, por lo que gruñó cuando la mano de Jimin se abrió paso entre sus cuerpos hasta tomar su miembro rígido entre sus dedos.

—Jimin... N-No aguanto... —jadeó con voz temblorosa. El mencionado sonrió, entendiendo la desesperación de su hyung y escupió en su mano para luego lubricar su polla.

—Hágalo, hyung. —Yoongi miró a Jimin un tanto inseguro, pero evitó hablar, recordando que estaba siendo egoísta y sólo debía dejarse llevar.

—No quiero lastimarte —murmuró en un momento de cordura y Jimin tragó saliva ante el sentimiento cálido que se instaló en su pecho.

—Sólo hágalo —suplicó Jimin sintiéndose tan desesperado como él.

Yoongi alineó su miembro en la apretada entrada del menor y fue entrando poco a poco, evitando ser demasiado brusco; observó como Jimin cerraba los ojos y hacia una mueca tratando de aguantar el dolor.

El pelinegro sentía que estaba volviéndose loco, las paredes de Jimin demasiado apretadas lo hacían delirar, y ya sentía que no estaba pensando correctamente, se enterró de golpe en el menor y solo cuando oyó el grito fue consciente de lo que había hecho.

—M-Maldito... —jadeó Jimin con los ojos llorosos tratando de adaptarse a la intromisión.

—Lo siento, la abstinencia me estaba matando. —Jimin se limitó a cerrar los ojos y suspirar, moviéndose un poco cuando se sintió listo.

Yoongi movió sus caderas lentamente, cerrando los ojos y jadeando, sintiéndose demasiado bien. Jimin estuvo a punto de quejarse del ritmo tan lento del mayor justo cuando este comenzó a entrar y salir bruscamente de él, cómo si hubiese leído sus pensamientos.

Tomó a Jimin y le dio la vuelta, haciendo que posará sus antebrazos sobre el sofá y alzara las caderas luego volvió a enterrarse en él de manera brusca. Los gemidos de Jimin comenzaron a escapar de sus labios de manera incontrolable, sintiéndose tan bien y tan lleno como hace mucho no lo estaba.

Yoongi llevó uno de los brazos del menor a su espalda tratando de darse más soporte y así poder acelerar el ritmo de las embestidas, su mano se estampó contra uno de los glúteos de Jimin y este gimió alto, comenzando a mover sus caderas contra las de Yoongi.

Su mano fue al cuello de Jimin, agarrándolo con fuerza mientras golpeaba duro en su interior, haciendo que el rubio chillara al sentir la estimulación directa en su próstata.

—Esto es... Delicioso, cómo lo extrañe... —Yoongi habló entre jadeos, deleitándose con los gemidos de Jimin y el sonido de sus cuerpos chocando.

No podía creer que se hubiese aguantado por tanto tiempo.

El miembro de Yoongi entraba y salía con facilidad del interior de Jimin debido al líquido preseminal que lo humedecía, creando una fricción exquisita que los enloquecía a ambos.

Los sentimientos estaban presentes en aquel encuentro, a pesar de la brusquedad del acto, los sentimientos seguían presentes en sus pechos, aquella sensación de familiaridad que tanto habían extrañado, la manera en que sus cuerpos se conocían a la perfección y se desnudaban el uno al otro, no solo los cuerpos sino también las almas.

Porque el amor podía oírse en cada gemido o jadeo, porque era tan fuerte, que podía sentirse sin esfuerzo. Tan real, que no necesitaban nada que no fuese los dos juntos, haciendo que sus latidos se sincronizaran.

Yoongi se aferró a las caderas de Jimin, inclinándose para besar su espalda y su cuello, sintiendo la salinidad en su boca debido a la fina capa de sudor que cubría sus cuerpos, llevó su mano al miembro de Jimin masturbándolo al ritmo de sus embestidas, que eran cada vez más duras y precisas, Jimin gemía alto, agradeciendo el hecho de no tener vecinos en ese piso.

El rubio eyaculó a chorros en su mano, apretando más el miembro de Yoongi cuando sus paredes se contrajeron, haciendo que de inmediato este soltara gruesos hilos de semen en su interior, era tanto que podía sentir como el exceso del líquido resbalaba por sus muslos.

Yoongi mordió sus labios hasta que estos sangraron, sintiendo aquel magnífico orgasmo recorrerlo, sintiendo que era el mejor de toda su vida.

Tomó a Jimin en sus brazos y caminó hasta la habitación, entrando al lugar y dejando al menor sobre la cama, recostándose a su lado para recuperar el aliento. El rubio se dedicó a observarlo, conteniendo las ganas de besarlo nuevamente, las luces de la ciudad proyectadas desde el ventanal era lo único que iluminaba la habitación, la noche era fría, pero era compensando por el calor de sus cuerpos.

Yoongi tomó a Jimin de las caderas y lo hizo sentarse a horcajadas sobre él, rozando sus pieles desnudas y posando una mano detrás de su cuello para acercarlo y poder besar sus labios una vez más. Sus pechos tibios se rozaron al mismo tiempo que la lengua de Yoongi se adentraba en la boca de Jimin, explorando su cavidad y enredando sus lenguas, disfrutando de su sabor, ese que había extrañado tanto.

Jimin meneó sus caderas cuando sintió sus miembros comenzar a despertar nuevamente, apreciando como Yoongi jadeaba contra su boca totalmente sensible ante al contacto. Con una mano buscó la erección de Yoongi y la guio a su entrada, alzando un poco las caderas para luego bajar lentamente envolviendo el miembro duro con sus paredes.

Yoongi aferró sus manos a las caderas del chico ayudándolo con sus movimientos y disfrutando de cada parte de él, su aroma, su calor, sus gemidos, todo en él era simplemente perfecto y Yoongi estaba totalmente seguro de que ni otra vida le bastaría para tener suficiente de su pequeño.

Las palabras no eran necesarias, sus cuerpos eran capaces de transmitir todos aquellos sentimientos que fueron contenidos durante aquellos meses, porque si algo no había cambiado, eran sus sentimientos, su amor seguía latente en sus pechos, cada día más fuerte y necesitando más del otro.

Por un momento trataban de ignorar todo a su alrededor, aunque fuera por una noche querían olvidar las mentiras y todo lo que los había alejado, por una noche lo único que importaba era sus cuerpos fundiéndose juntos con la esperanza silenciosa de nunca más volver a separarse.

Jimin aceleró sus movimientos, observando a Yoongi con los ojos oscuros, rebosantes de deseo, sintiendo como su miembro alcanzaba su punto dulce, haciéndolo temblar y retorcerse. Llegó al orgasmo por segunda vez en la noche, manchando el abdomen de Yoongi y liberando su miembro a un erecto.

Yoongi gruñó en protesta y enseguida Jimin bajó hasta su entrepierna, tomando su polla palpitante en su mano y lamiéndola de arriba abajo, apreciando el sabor familiar en su boca. Lamió de la base hasta la punta, introduciendo luego todo el falo en su boca, disfrutando de la textura mientras lo acariciaba con su lengua, Yoongi gimió y se apoyó en sus antebrazos para poder ver mejor la faena de Jimin.

El menor alzó su rostro, conectando sus ojos con los contrarios mientras movía su cabeza de arriba abajo sin dejar de verlo ni por un segundo, comenzó a masturbarlo con su mano al sentirlo cada vez más cerca. Yoongi gruñó y llevó una mano al cabello de Jimin haciendo que su polla se enterrara más en su boca hasta llegar a su garganta, Jimin contuvo las arcadas y sintió su boca inundarse del semen de Yoongi el cuál sin protestas tragó por completo para luego subir hasta su boca y recibir sus besos una vez más.

Se acomodaron en la cama y Yoongi abrazó a Jimin con fuerza, sintiéndose totalmente completo en aquel momento. Por otro lado, Jimin no podía dejar de pensar que solo era un encuentro temporal, solo estaba siendo egoísta por un momento, regalándole a su débil corazón un poco de la presencia que tanto anhelaba.

Y una vez más, como si leyese sus pensamientos, Yoongi habló.

—Puedes desaparecer, puedes no estar aquí mañana y mandarme a la mierda, pero nada de eso importa, porque aún si no me amaras, yo moriría por ti, y voy a luchar, por recuperar esto que nos mata y al mismo tiempo nos hace fuertes.

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