4
Los dos pares de iris verdes que pertenecen a las mujeres más importantes de mi vida me observan con distintas emociones tras ellos. A la izquierda, mi abuela muestra la determinación que siempre la ha caracterizado, especialmente cuando se pone seria o quiere reñirme. A la derecha, Alexa me observa con cierta cautela, pero también la resolución de alguien que ha tomado una decisión firme y no piensa cambiar de parecer.
Y luego estoy yo, la parte contraria, tenso como las cuerdas de una guitarra. Parezco el interrogado en una comisaría y probablemente eso sea lo que va a ocurrir a continuación. Tanto mi novia como mi abuela son increíblemente cabezonas, pero yo tampoco me quedo corto, por lo que estoy preparado para tener una conversación con un muro de piedra especialmente duro. Bueno, con dos muros especialmente tozudos.
—Muy bien, hablemos de él. ¿Por dónde queréis empezar?
—Por tu fiesta de cumpleaños —responde mi abuela, manteniéndose impasible e ignorando mi tono irónico y cortante—. Quiero que me cuentes qué pasó y me expliques por qué tomaste las decisiones que tomaste.
—Ya te lo conté cuando te llamé.
—Pues me lo cuentas otra vez.
A pesar de mi ceño fruncido y la frialdad con la que respondo a sus preguntas, la expresión de mi abuela solo varía cuando alza ligeramente una ceja tras su respuesta. Sus ojos no se apartan de los míos y aunque ya tengo veinticinco años, que no soy un niño y que me he enfrentado a todo tipo de personas peligrosas este último año, la mirada grave de mi nonna me sigue haciendo sentir como un crío recibiendo una reprimenda. Mi orgullo y el respeto absoluto e inamovible que tengo por mi abuela luchan en mi cabeza, pero este último termina por vencer, como siempre desde que tengo uso de razón.
Mi nonna es mi nonna, y jamás podré tratarla de otra manera que no sea absolutamente reverencial.
—Bien, te contaré cómo lo viví yo y la justificación de por qué hice lo que hice, lo cual, si sirve mi opinión, me sigue pareciendo justo y merecido —respondo, aunque las últimas palabras se convierten en un balbuceo apenas audible cuando mi abuela empieza a fruncir el ceño—. A ver, yo llegué al club y resulta que Alexa me había organizado una fiesta sorpresa con todas las personas importantes de mi vida. Hasta aquí todo bien; por fin podía estar tranquilo y rodeado de las personas que más quiero después de pasar un año solo y hecho mierda. Entonces llegó el momento de los regalos, y Alexa, con toda su buena voluntad, me contó que había estado trabajando con su padre y Liam durante meses para encerrar a Luca Monacelli. El idiota repelente apareció para llevarse la medallita y me engañó, porque de verdad sentí que podía empezar de cero con él y que tal vez no era una persona tan terrible como había pensado, pero me equivocaba. No se le ocurrió otra cosa que traer a Bruce a joder la fiesta, quedando así como el hijo perfecto, el amigo perfecto y el tío perfecto delante de todas las personas que me importan. Ahí lo vi claro: él era como siempre he pensado que es y solo se había puesto una máscara para que Alexa no le calase. Sé lo que me vais a decir, pero no me importa. Cualquiera que tenga una buena relación con Bruce y se atreva a hacer lo que hizo ese imbécil en mi propio cumpleaños se merece todo lo que hice y dije.
Las dos escuchan mi relato con expresiones neutrales, probablemente porque ya anticipaban todo lo que iba a decir y no les pilla por sorpresa. El hecho de que nadie esté tan enfadado como yo cuando cuento lo sucedido solo me hace irritarme más porque no entiendo cómo no ven la guarrada que hizo Liam. Siento que estoy viviendo en una dimensión paralela, que tal vez he vivido una realidad distinta al resto y por eso solo yo estoy tan cabreado.
—¿Cómo sabes que Liam llamó a Bruce para que fuese a tu fiesta? —pregunta mi abuela con calma, como si ya supiera la respuesta pero quisiera que yo llegase a la misma conclusión que ella sin revelármelo.
—¿Por qué sino habría venido? No sabe nada de mí ni quiere saberlo, ¿por qué iba a saber cómo y dónde celebraba mi cumpleaños?
—A eso puedo responder yo —interviene Alexa—. Liam y yo estuvimos trabajando con Bruce muchos días y seguramente hablásemos en algún momento acerca de la fiesta y sobre anunciar la sorpresa de Luca delante de ese idiota. Sabes que él haría cualquier cosa para joderte y fui lo suficientemente estúpida como para brindarle una oportunidad en bandeja. Por eso te pedí perdón y vuelvo a pedírtelo ahora, aunque te niegues a aceptarlo. Lo que sí puedo asegurarte, jurarte por lo que más quieras, es que Liam no sabía que Bruce vendría y si lo hubiera sabido, habría hecho todo lo posible por impedirlo, al igual que yo. Haz memoria, acuérdate de su reacción cuando apareció. Estabas a punto de abrazarle, le tenías enfrente, seguro que le viste la cara mejor que ninguno de los presentes.
Yo abro la boca instintivamente para responder, dispuesto a rebatirlo todo como tengo previsto desde que mi abuela ha empezado a hablar, pero no puedo evitar que las palabras de Alexa se cuelen en mi cabeza. Los recuerdos de mi fiesta de cumpleaños regresan a mi cabeza a cuentagotas, contra mi propia voluntad, pero me resigno y dejo que vuelvan libremente.
Cuando apareció Liam, yo ya había aceptado concederle un voto de confianza única y exclusivamente por Alexa. Ella es la mujer más inteligente que conozco y si, tras haber pasado meses con él de verdad cree que es una buena persona, entonces yo quería hacer por ver lo que ella veía en él. Sin embargo, en cuanto vi a Bruce entrar en el club con esa sonrisa de hijo de puta petulante que tanto he odiado toda mi vida, supe que Liam era todo lo que siempre había pensado: falso, malicioso y manipulador, capaz de fingir ser la persona más encantadora del planeta para conseguir lo que quiere. Vamos, una copia exacta de mi progenitor. Quería joderme el día, como si no hubiera tenido suficiente con el año que había pasado, y en parte lo logró, pero me niego a dejar que cualquiera de los dos vuelva a colarse en mi vida para intoxicarla como un virus maligno.
He decidido ser feliz con la mujer de mi vida y nada ni nadie me lo impedirá.
—Acuérdate de su reacción, Ace —murmura Alexa de nuevo, como si pudiera leerme el pensamiento.
Mi espiral de negatividad se para súbitamente y vuelvo a recordar mi fiesta de cumpleaños, desde que apareció Liam hasta que le pegué la primera vez. Cuando Alexa reveló la sorpresa, parecía genuinamente emocionado, y su sonrisa aumentó cuando me vio sobrecogido. Por primera vez en años, sentí que era mi hermano, que algo nos unía más allá del código genético, y quise abrazarle... hasta que vi a Bruce aparecer detrás de él. Me tensé de inmediato, como siempre he hecho cuando le he visto, y me sentí traicionado y humillado. Cuando miré a Liam, pidiéndole con la mirada una explicación que mantuviese mi ira a raya...
—Él estaba... confuso. Sorprendido —respondo, absorto en mis propios recuerdos—. No parecía entender nada, pero en cuanto Bruce habló, su expresión cambió. Creo que se enfadó o algo parecido, aunque cuando le pedí explicaciones, no sabía ni qué decir. No se defendió, no me dijo nada, no hizo... nada.
—Porque estaba en shock. Imagínate que tu hermano, con el que por fin pareces haber hecho las paces, empieza a culparte a gritos por algo que ni siquiera entiendes y después, de la nada, te suelta un puñetazo. Ni siquiera yo sabía qué hacer y no estaba ni de lejos en su posición.
—Vale, pongamos que tienes razón. Entonces, ¿por qué Liam no me ha hablado desde la fiesta? ¿Por qué no se acercó después para intentar explicármelo todo o en tu graduación?
—Amore, sabes que yo te adoro, pero ya eres un niño muy grande y le rompiste la cara una vez. ¿Crees que querría volver a hablarte sabiendo lo enfadado que estabas, a riesgo de que volvieras a pegarle? Estabas en una época muy violenta, caro.
Alexa y mi abuela me miran con la misma expresión en el rostro, como si la respuesta fuese evidente, pero ellas estuvieran siendo benévolas a la hora de dejarme llegar a esa conclusión. Por mucho que me esforzase en intentar justificar el argumento contrario, sé que tienen razón. Después de un año dedicado única y exclusivamente a las peleas a sangre fría y con los efectos del mono de la cocaína aún en mi sistema, mi autocontrol y firme postura contra la violencia salieron por la ventana.
—No debería haberle pegado —admito finalmente en un suspiro, mirando a ambas con ojos de perrito apaleado—. Aunque me encantó hacerlo y...
Mi abuela me interrumpe dándome un capón en la coronilla y yo aguanto la risa porque sé que me toca bronca por haber tocado a su otro niño del alma. Lo que me sorprende es el capón que me da Alexa justo después y cuando la miro, veo que ella también me sonríe resuelta.
—¡No se pega a los hermanos! —me riñe mi nonna, apuntándome con el dedo—. Has sido un tonto durante demasiado tiempo, caro, ¿no crees que ya ha llegado el momento de volver a pensar con el cerebro?
—A ver, nonna, tampoco soy un tonto, solo he hecho algunas tonte-...
—¿Sabes cómo llamo yo a un bambino que deja a su amore tirada, se pega con otros orangutanes sin cerebro en calzones y toma drogas? Le llamo el rey de los tontos.
Alexa rompe a reír y yo siento mis mejillas enrojeciéndose cuando mi abuela me recuerda algunas de las muchas gilipolleces que hice el año pasado, que suenan mucho más estúpidas cuando ella las repite.
—Vale, soy un tonto y admito que probablemente...
—Definitivamente.
—Definitivamente no debí haber pegado a Liam —suspiro, corrigiendo mis palabras con la breve intervención de mi abuela—. ¿Qué puedo hacer ahora? Porque no creo que le caiga muy bien a Liam después de haberle partido la cara.
—Hay pocas cosas que tu fratello quiera más que hacer las paces contigo de una vez por todas. Ya sabes que hablo con los dos todos los días, así que puedo prometértelo. Además, ella también te lo puede asegurar.
—Liam te quiere, Ace —dice Alexa, tomándome de la mano sobre la mesa—. Y sé que tú también le quieres, por eso te dolió tanto cuando creíste que te había traicionado. Está dolido por lo que pasó, pero también dispuesto a hablar contigo de todo como Dios manda para apartar toda la mierda del pasado y poder centraros en el futuro.
Ambas me miran fijamente, pidiéndome con los ojos que entre en razón y haga lo que sé que debo hacer por mucho que mi ego se niegue a admitirlo. Apenas soy capaz de aparentar que me resisto porque yo también sé que esa es la única solución correcta.
—Está bien. Le pediré perdón a mi hermano y solucionaré todos mis problemas con él. Por ti, nonna, y por ti, conejita. Por vosotras.
•
La calidez del agua que abraza mi cuerpo parece mayor con la que transmite el inicio de uno de los bellísimos amaneceres naranjas de la Toscana. Hacía mucho que no veía una de estas escenas tan bellas, pero la de esta tarde es mucho más hermosa.
En el borde de la piscina, de espaldas a mí y con el agua cubriendo hasta la mitad de su pecho, el brillo dorado del sol baña a la mujer más bonita del universo.
Alexa mira el pintoresco paisaje de la Toscana, embelesada por la imagen que ofrece con el atardecer de fondo. Antes de nadar hacia ella, cojo mi móvil y empiezo a grabar un vídeo para inmortalizar la belleza del momento. En ese momento, Alexa se gira para hablarme:
—Ricitos, ¿qué haces que no vienes...? —Cuando se da cuenta de que estoy grabándola, empieza a reírse de esa forma tan adorable y alarga la mano para intentar tapar su rostro—. ¡No me grabes ahora, que estoy horrible! ¡Avísame primero y me preparo!
—No saldrías horrible ni aunque quisieras, conejita, así que no digas bobadas.
En un segundo, dejo mi móvil a un lado y nado hacia ella, cogiéndola en mis brazos de forma que rodee mi cuello con los suyos y mi cintura con sus piernas, como un koala. Mis labios no tardan en encontrar los suyos para capturarlos en un beso dulce, nada apresurado y con todo el amor que tengo por ella latente en él.
—No intentes distraerme con besos —ríe contra mi boca, pasando los dedos entre mis rizos como tanto me gusta—. ¿Para qué quieres fotos y vídeos míos en cualquier contexto? ¿También me has grabado mientras hago caca?
—Primero, no hay nadie mejor que tú para convertir algo bonito en una guarrada. Y segundo, ¿cómo sino voy a seguir rellenando mi álbum con tus fotos si no te tomo ninguna? —Alexa parece sorprendida por mi respuesta y mi sonrisa se desdibuja ligeramente, ya que, por su expresión, parece que no recuerda el álbum... o ya no lo tiene—. Es que... ¿ya no lo tienes? A ver, lo entendería, de verdad. Después de haberme portado como un cabrón contigo, entendería que hubieras querido deshacerte de...
—¡¿Pero qué tonterías estás diciendo?! —me corta con indignación, resoplando y bufando solo por escucharme—. ¡¿Cómo me desharía de la cosa más bonita que me han regalado nunca?! ¡¿Es que eres idiota?!
—¡Oye, y yo qué sé! ¡Te veo poner esa cara de sorpresa, me acuerdo de las barbaridades que te dije antes de marcharme y evidentemente pienso que lo quemas-...!
—¡Que no lo digas! —me chista de nuevo, dándome un suave golpe en el hombro con el ceño fruncido por la indignación—. A ver, no te voy a negar que no pensé en tirarlo o quemarlo. De hecho, lo preparé todo en el balcón para hacer que las llamas lo engullesen..., pero no pude. Ese álbum pertenece a la Alexa que te amó, te ama y te amará, y la Alexa que no siente eso por ti no tiene ni voz ni voto en lo que respecta a él, al igual que todos los recuerdos bonitos que comparto contigo.
Su revelación me hace sonreír y besarla de nuevo, estrechándola entre mis brazos. Siento que no me merezco nada de lo que ha dicho y que, después de todo lo que le dije, aunque fuesen mentiras para alejarla de mí, debería haber quemado hasta el Lamborghini. Bueno, o haberlo regalado porque quemar un Lamborghini es un pecado capital.
—Creo que nunca te pedí perdón por todo lo que te dije cuando me marché y me parece injusto para ti, aunque tuviera mis motivos. Perdóname por haber dicho esas mentiras tan horribles y haberte faltado al respeto de esa manera. No ha pasado un solo día sin que me haya sentido como el ser más despreciable del planeta por haberlas pronunciado y aunque el perdón no las borrará, no quiero que creas ni por un instante que yo pensaría alguna vez semejantes cosas de ti.
Alexa me sonríe y posa otro beso en mis labios, acariciando mi mejilla y dejando un rastro húmedo en ella.
—No hay nada que perdonar. Todo eso es el pasado, ambos hicimos cosas de las que nos arrepentimos, pero ahora estamos juntos y está todo bien. Aunque tú hiciste más idioteces que yo —bromea entre risas, las cuales se intensifican cuando empiezo a hacerle cosquillas—. ¡Sabes que es verdad y como no puedes rebatírmelo, me atacas!
Mis cosquillas se intensifican y la risa más bonita del mundo me hace sonreír cada vez más. De repente, Alexa aprieta su cuerpo contra el mío y me besa con pasión, haciendo que frene mi ataque al momento y quede completamente rendido a sus labios. No sé qué tipo de hechizo tiene esta mujer sobre mí, pero desde que probé su boca por primera vez, siempre quedo a su merced.
Cuando mis manos ascienden por sus muslos hasta su trasero, ella se separa con una sonrisa de falsa inocencia, negando con la cabeza.
—¿No se te ocurrirá meterme mano en la piscina climatizada de tu abuela, verdad? Su bambino mancillando su propia casa, ¡qué vergüenza!
—¡Pero si has empezado tú! Sabes que estoy a tus pies con un solo beso y lo aprovechas para hacer maldades, ¡eres tú la que hace guarrerías en casa de mi propia nonna!
Alexa vuelve a reír, arrugando la nariz de esa forma que tanto me gusta, antes de apoyar la cabeza sobre mi hombro, abrazándome fuerte. Ambos miramos el precioso atardecer en silencio, disfrutando de la calidez de nuestros cuerpos fundidos en el agua. Ahora más que nunca agradezco el momento en el que convencí a mi abuela para que me dejase montarle una piscina climatizada en el jardín, aunque ella no fuese a usarla nunca.
—Gracias por haber accedido a hablar con Liam de nuevo a pesar de todo. Significa mucho para mí porque sois dos de las personas más importantes para mí a día de hoy.
—Sabes que haría cualquier cosa por ti, pero no solo lo hago por eso —murmuro, acariciándole el pelo suavemente mientras pienso en Liam y en la conversación que espero poder tener con él cuando volvamos a Nueva York—. Sé que es lo correcto y quiero pedirle perdón por haber actuado como actué. Debería haber mantenido la cabeza fría y pensado un poco en lugar de lanzarme como un miura contra él, especialmente conociendo a Bruce y sabiendo de lo que es capaz.
—Sé que os vais a llevar muy bien, ¿sabes por qué?
Alexa me mira desde mi pecho y sonríe con dulzura, de esa forma que me empujaría a hacer cualquier cosa por ella.
—¿Por qué?
—Porque os parecéis mucho, aunque os hayan educado de formas tan distintas. A Liam tampoco le gusta Bruce y tiene muy buenos recuerdos de vuestra madre, al igual que de ti. Después de saber que todo lo que le dijo él sobre ti y tu adolescencia era mentira, entendió muchas cosas y lamentó haber pensado tan mal sobre ti. Siento que, a pesar del padre que habéis tenido la desgracia de tener, ambos os las habéis arreglado para ser buenas personas que no se parecen a él en absoluto.
Sus palabras me hacen sonreír, especialmente cuando me dice que le desmintió todo lo que Bruce decía sobre mí a Liam. Me resulta enternecedor pensar que, incluso cuando me odiaba, Alexa me defendió, quiso limpiar mi nombre y empezar a tender puentes entre nosotros.
—Supongo que por eso te gustamos tanto, está claro que tienes debilidad por la última generación de los Hale —bromeo, recibiendo otro manotazo en la espalda por su parte que me hace soltar una carcajada—. He de decir que, cuando volví a verle después de tantos años, me di cuenta de que Liam no es para nada como le recordaba. Tiene una imagen de niño de papá perfecto, heredero del imperio Hale y digno sucesor de mi padre, pero ninguno de sus amigos son idiotas estirados con palos metidos en el culo y el tiempo que pasó contigo no fue entre los algodones de la élite. Joder, si te llevo a ver peleas callejeras, ¿quién me lo iba a decir?
—¡Por eso te montaste la película de que estaba compinchado con Luca! ¿De verdad era más fácil de creer esa conspiración que la realidad?
—¡Obvio! ¡¿Quién me iba a decir que el esnob de mi hermanito, el niño mimado de papá, va a llevar a una chica a ver peleas ilegales como cita?! ¡A mi exnovia, ni más ni menos! ¡Era mucho más coherente que estuviera del lado de los mafiosos que querían matarme y se acercó a ti para destruir todo mi entorno desde dentro! —Mis propias palabras me hacen fruncir el ceño ligeramente por la confusión y veo que Alexa aguanta la risa, aunque sus labios se curvan hacia arriba inevitablemente—. Ahora que lo digo en alto, me suena a conspiranoia de esas que sueltan los que llevan gorritos de papel de aluminio, pero te juro que en mi cabeza tenía mucho más sentido.
Ella es incapaz de aguantar más y rompe a reír, haciéndome soltar una carcajada a mí también.
—Ay, Dios, eres idiota. Lo sabes, ¿verdad? —dice entre risitas—. ¿Ves? Esa es la actitud que tienes que tener cuando hables con Liam: relajado, bajando la barrera y sin pensar en conspiraciones extrañas.
—Y eso haré, conejita. Si la mujer de mi vida y mi nonna se han unido en plan Vengadores para que lo haga, yo confío en vosotras, pero hasta entonces... —Sin avisar, me hundo con ella en brazos y su gritito queda ahogado cuando nos sumergimos durante unos breves segundos, que terminan cuando vuelvo a salir entre risas—. Hasta entonces, quiero disfrutar de mi luna de miel contigo.
Alexa me sonríe entre pequeños jadeos para recuperar el aire, pasándose una mano por el rostro iluminado por la preciosa luz anaranjada del atardecer. Ahora mismo, estoy seguro de que es la cosa más bonita que hay en Italia.
—No te preocupes, ricitos. A partir de ahora, toda nuestra vida va a ser como una eterna luna de miel.
¡Hola, holitaaa!
ANTES DE NADA: este capítulo está dedicado a luxxuriyy (si estás por aquí, repórtate y te etiqueto 😌) en Instagram porque ganó el reto que propuse el otro día 😊. Ahora por fin sabemos que los amigos de Ace están basados (copiados) en Eazy-E (Eric), Ice Cube (O'Shea) y Eminem (Marshall) 🕺
Por fiiiin el cabezota mendrugo del ricitos ha entrado en razón y está dispuesto a hacer las paces con su hermanito... si él quiere 👀
¿Qué creéis que pasará cuando hablen? ¿Y cuál será el próximo destino de nuestra pareja favorita?
Os leo! ❤️
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