"Quien dijo que el destino no existe es porque nunca sintió como tu alma misma se aferra a la persona que debes y quieres amar en el preciso instante en que ves sus ojos por primera vez"

Los seres humanos tenemos miles de mitos y cuentos de fantasía que nos hacen soñar y creer que existe algo más en el mundo que es más fuerte que nosotros. Es como si necesitáramos a alguien o algo a quién culpar y en quién creer en momentos difíciles.

Chloe Elizabeth Smith nunca fue una de ellas. Siempre supo que esos cuentos no eran nada más que cuentos y se enfocaba en seguir su vida y hacer lo que le apasionaba. Nunca se detuvo a pensar en el qué dirán. Una mujer fuerte y cariñosa que a sus 22 años había vivido una vida plena y feliz, con su madre, su mejor amiga y su novio. Su pequeña familia era más que suficiente y se sentía plena.

Muchos creerán que el caos se desató con un suceso avasallador para Chloe, pero nada de eso es así.

Nuestras emociones son poderosas y peligrosas, según como las manejemos.

James apareció en la vida de Chloe, quebrando sus creencias y mostrándole un mundo nuevo, diferente, que sólo había visto en películas o se había imaginado entre las páginas de un libro.

De repente, la magia era real, las almas gemelas existían, ella no era humana y una guerra por su sangre se derramaba en el mundo oculto de Mageía a manos de la hermana escondida de Chloe.

Savannah es una mujer vengativa, determinada, feroz y malvada que hará todo lo posible por reclamar su derecho. 

Nadie resulta ser quien parece y todos saben más de lo que aparentan.

Explosiones de odio, tristeza, desesperanza y amor, entrarán en las vidas de Chloe y James, volviéndolos inseparables y separándolos aún más, todo al mismo tiempo.

La magia hace poderoso a quién es bendecido con portarla, pero también lo convierte en un arma, un arma letal que en ocasiones sólo necesita una chispa de poder para estallar y devastar todo lo que le rodea. 

Chloe y Savannah son iguales, determinadas, valientes y leales. Cada una lucha por la causa que creen justa y es allí en dónde la línea entre el bien y el mal va desapareciendo.