🌟JAMES🌟

Mientras escucho lo que Anne está diciendo, no puedo evitar el mirar a Chloe de reojo. Mi mente les dice a mis ojos que se centren en Anne, pero siempre se desvían hacia su bello rostro. Ese rostro enmarcado por su cabello castaño rojizo, sus rizos suaves caen hasta el inicio de sus caderas, tienen una forma peculiar, son bien formados, pero a la vez tienen un aspecto revuelto que le dan a sus hermosas facciones un aire salvaje y despreocupado. Sus ojos me embelesaron desde que los vi en una de mis visiones. Esos ojos pardo expresivos y brillantes me robaron el aliento desde que los fijó sobre mí. Sus labios rosados despertaron en mí unas ganas incontrolables de besarla, escondían una sonrisa que sería capaz de quitarte cada uno de tus miedos con solo imaginarla. Una extraña familiaridad me invadió cuando descubrí a Chloe. Como si ya hubiera sentido esto antes. Como si ya la conociera.

Nunca tuve la esperanza de conocer a mi Enaid, mucho menos que sea ella, la chica a la que debo preparar para el trono, la mismísima heredera. Escuché cada uno de sus pensamientos desde que nuestros ojos se encontraron por primera vez y la verdad es que deseo salir de esto lo más pronto posible para ir a consultar con mi madre lo que esto significa. Según la historia de mi mundo, Asteria amó tanto a su esposo, que le pidió a Tique, la diosa del destino, que a todos los seres que creó, les diera una pareja que se proclamen tanto amor como ella y su esposo, así que Tique, decidió que las almas de los amantes pasados, serían puestas en el cuerpo de las nuevas generaciones, para que el amor que sintieron una vez, renazca y sea encontrado de nuevo. Podemos estar con quienes queramos, pero la verdad es que parte de nuestra alma está apagada hasta que no aparezca nuestro Enaid. La conexión se va fortaleciendo con el paso de los siglos, así que, desde la época de mi bisabuelo, una vez que se unen físicamente dos personas, cada barrera es destruida y pueden ver a través de sus ojos, escuchar a través de su mente, sentir lo que el otro siente, y volar, literalmente, para encontrar a su pareja en situaciones extremas. El término suena viejo y ancestral, pero en el lenguaje de ahora no se ha encontrado una palabra que sea suficiente para explicar lo que significa esa conexión. Lo que me parece extraño es que yo pude acceder a sus pensamientos al instante de vernos. Eso nunca ha pasado, en ningún momento de nuestra historia, además de que la señal física que se presenta cuando encuentras a tu Enaid tampoco se presentó. Es una especie de burbuja dorada que sale de tu pecho y del de tu otra mitad y se une en una especie de bucle. Sé cómo se presenta, ya que en Mageía cada día sucede un par de veces. Es algo literalmente mágico. Sé que Chloe es para mí, pero ninguna señal se manifestó como debía ser. El oír su voz en mi cabeza por primera vez fue glorioso. Sabía que era ella. Y desde ese segundo la amé con toda mi alma. En nuestro mundo, las almas de los Enaid del pasado se transmiten a quienes lo merecen, es como la herencia Doppelganger, sólo que no somos iguales a los antepasados físicamente, sino en el alma.

No se suponía que yo esté aquí, mi padre debía ser quien encuentre a la heredera con vida y la prepare, pero murió hace más de un año. No estuve con él cuando murió, pero estuve con mi madre, y ella sintió ese dolor en lo más profundo de su alma. Nunca había estado tan destrozada como en ese momento, y cuando mi hermano regresó, confirmó que mi padre había muerto. Mi madre nunca más escuchó sus pensamientos. Nunca más sintió su presencia o percibió el olor de su colonia. Mi hermano y yo temíamos que ella muriera también. Luego de la muerte del Enaid, es como si la vida ya no tuviera un propósito, por el simpe hecho de que nuestras almas fueron hechas para estar juntas a través de los siglos y sin ellos no podemos amar a nadie más.

- ¿Chloe? - la voz preocupada de Anne me distrae de mis pensamientos y me deja aún más confundido ya que no escuché nada de lo que dijo.

De lo poco que entendí, Anne fue llamada de urgencia al hospital porque una pequeña Chloe de cuatro años estaba al borde de la muerte. Anne la operó y durante los siguientes meses la cuidó con la ayuda de una mujer de unos cincuenta años, llamada Galena. Cuando Chloe se recuperó, Galena, quien era la ninfa de confianza de los reyes, le entregó a la niña a Anne. Esta mujer le explicó que Chloe, o en ese entonces Malika, no era humana y que era la heredera de un mundo mágico fuera de su plano. Le explicó que necesitaba a alguien que la cuide y que, al ser una ninfa del alma, pudo ver que Anne era una de las mujeres más buenas que se ha encontrado en ese lugar. Le rogó a Anne que la mantuviera a salvo porque a sus cuatro años ya tenía enemigos. Esos enemigos habían matado a sus padres. Anne estaba al tanto de la historia familiar de Chloe y aceptó a cuidar a la niña. Galena le dijo que a los veinticinco años ella debía estar lista para tomar el mando de Mageía y que algún día una pequeña muestra de su poder saldría a la luz y ese día llegaría alguien que la prepararía para su futuro. Eso explica por qué no estaba asombrada cuando me vio. Anne sabía mucho más de lo que yo creía.

- ¿Estás bien, linda? - pregunta llevando una mano hacia la mejilla de Chloe.

Ella no sabe que responder. Miles de pensamientos se cruzan por su mente y me agobian, ilógico para los humanos, ¿verdad? Decidí esconder mis pensamientos de Chloe lo más que pudiera, hasta que ella logre asimilar la noticia de sus orígenes al menos. No creo que sea lo mejor el dejar que mis pensamientos lleguen a su cabeza, especialmente por el rumbo que toman éstos cuando me observa fijamente o cuando sonríe.

- Si – dice frotándose las manos – Solo estoy conmocionada. No puedo procesarlo.

Anne le dirige una mirada compasiva y le dice:

- Descuida cielo. Lo entenderás poco a poco – me observa con una sonrisa – James te ayudará con eso. Y también espero que con el tiempo puedas perdonarme.

Chloe dirige su mirada hacia mí y una corriente eléctrica me recorre desde la cabeza a los pies, con una breve parada en mi entrepierna.

- No tengo nada que perdonarte, mamá – dice con una suave sonrisa – No entiendo cómo él podría ayudarme – pregunta confundida

- Soy tu guía – digo suplantando a Anne con las explicaciones – Soy un Augur. Los augures somos los guías y maestros de cada ser de Mageía. Nuestro deber es mantenerlos a salvo y enseñarlos a usar sus habilidades y también debilidades. – Hago una pausa para asegurarme de que me está entendiendo. Esto puede ser abrumador así que quiero hacerlo fácil. Por ella. – Mi padre debía ser tu guía, era el mejor de todos, pero ahora me tienes a mí, e intentaré hacer lo mejor que pueda.

Los ojos de Chloe son dos espejos que reflejan a la perfección cada una de sus emociones y, al mencionar a mi padre, la compasión los inunda. Y luego esa mirada de nuevo. Me mira con amor, como si quisiera quitarme ese dolor y no puedo decir que no funciona. Sus ojos se llevan el nudo en mi garganta y la opresión en mi pecho.

Ella me sana.

Cura todas mis heridas con solo mirarme.

Es quien me levantará cuando caiga.

Pero siempre existe el peligro de que me derrumbe con una palabra.

Parte 3 del maratón.

Actualicé y les dejo a Chloe en multimedia. 

Disfruten

💙