🌑JULIAN🌑

Un año antes.

- ¡James, por favor, ya despiértate! – sacudo con violencia al cuerpo alcoholizado de mi hermano

- ¡Basta! – exclama y enciende sus manos, cegándome por un momento

- Te he dicho que no hagas eso – respondo ante su acción, presionando su espalda con mis manos oscurecidas. Mi toque le quema y sale de la cama de un brinco – Así como te he dicho miles de veces que avises si vas a llegar tarde. Mamá está muy molesta. Sabes que papá está siguiendo pistas que puedan llevarlo a la princesa y tú te alcoholizas cada día más.

- Lo sé – responde, pero no sé a cuál de mis oraciones – Que bueno que el alcohol sale de mi sistema con la misma rapidez con la que entra – camina hacia el baño y lo detengo

- No bebiste alcohol, ¿cierto? De haberlo hecho, en este momento estarías bien, como si no hubiera pasado nada, pero tu cara dice que en verdad estás mal – inspecciono su rostro y su olor – Dime qué te metiste esta vez.

- Por qué no mejor te llamo "mamá" a partir de ahora – me empuja y se encierra en el baño.

Bufo frustrado y salgo de su habitación, dirigiéndome a la cocina.

- Se está dando una ducha – digo al entrar – Bajará enseguida

- Descuida – dice mamá con preocupación

- Lo mejor sería que se quedara en casa – interviene papá

- ¿Por qué? –

- Tu padre está siguiendo las pistas de la princesa – mamá sirve café en las tazas

- ¿Y? – pregunto confundido

- La princesa Malika era Enaid de tu hermano – por fin habla mi padre – Se suponía que estaba muerta, es por eso que dejamos que tu hermano salga al mundo a buscar una compañera. Nada se podrá comparar con la conexión de Enaid, pero al menos podrá quitarle la soledad – se lleva la taza a los labios – Tú no necesitas salir a buscar a tu alma gemela, lo sabes, ella llegará en el momento exacto, pero con tu hermano, las cosas siempre han sido diferentes, lo sabes.

- Lo llevaré lejos entonces – sentencio - ¿A dónde irás? – le pregunto a mi padre, quien ahora se levanta de la mesa

- Roma – suspira – Sé que no la encontraré en el mismo país en donde sus padres murieron, pero hay una ninfa de la mente muy poderosa que talvez pueda rastrearla.

- ¿Y qué harás si la encuentras? – hago la pregunta que todos nos hemos planteado durante estos años

- Aún no lo sé. Hay muchos aspectos que considerar. En este momento debe tener veinte años aproximadamente, el llegar y decirle que es parte de Mageía, y la parte más importante para variar, no creo que sea la forma adecuada de presentarnos.

- Gael, cielo. Primero debemos asegurarnos de que realmente está viva. Luego veremos la forma de decirle todo lo que es y todo lo que pasa.

- Bien – concuerda papá y toma la mano de mamá – Me voy. Despídanme de James – abrazo a papá y mi madre le da un beso. Abre un portal y desaparece al instante.

- ¿Se fue? – pregunta James desde las escaleras

- ¿Hace cuánto estás ahí? – me asusta pensar que escuchó toda la conversación

- Apenas – camina desinteresadamente y toma una granada.

- Te espero en diez minutos afuera – le digo y camino a mi habitación

Necesito llevarlo lejos de aquí. Seguramente dejó su motocicleta afuera de donde sea que haya estado hasta esta madrugada. Me cepillo los dientes y termino de arreglarme para salir a distraer a mi hermanito. Puede que James sea cinco minutos mayor que yo, pero es menos maduro. No puedo culparlo. El dolor de perder a tu Enaid debe ser insoportable, más aún si no la recuerdas.

- ¿A dónde iremos? – pregunta afuera de la casa

- Por tu motocicleta y luego a comer algo – explico caminando

- Bien. Pero yo dirijo – camina frente a mí y lo sigo poniendo los ojos en blanco.

Llegamos a un pequeño bar y el brillante plateado de la motocicleta reluce entre los coches mugrientos.

- No seas quisquilloso – se burla James y en lugar de encender la motocicleta, entra al bar.

Debí suponerlo. Entro detrás de él y suspiro al verlo nuevamente con Jennifer. Es una ninfa de la mente que conocimos hace algunos meses y que James ha frecuentado todos los días. Talvez sea bueno y él pueda amarla, aunque sea un poco, pero la verdad, ella nunca me ha generado confianza. Los veo conversar susurrándose cosas al oído cuando un presentimiento me invade desde el centro del pecho. Una visión se aproxima y James lo siente también. Nunca antes una predicción ha sido buena y mala al mismo tiempo.

Ambos salimos corriendo lo más rápido que podemos hasta cruzar los límites de la ciudad e internarnos en el bosque. La primera señal emerge de mi pecho, oscureciendo el cielo, sólo sobre nosotros. La siguiente señal, es una luz brillante que surge de James y que regresa a la normalidad el cielo. Sólo puedo ver destellos de cosas. Veo el coliseo Romano, un jardín extenso, y antes de que mi visión termine, el rostro de mi padre aparece. La visión de James es visible para mí también y me extraña. Veo primero el rostro de mi padre y luego el rostro de la Reina Asteria, aunque los rasgos son algo diferentes, seguido del rostro de una chica rubia de grandes ojos azules. Y luego, el rostro de Savannah aparece. La visión termina y nos miramos asustados antes de abrir un portal para ir con mamá a casa.

Al llegar, mamá está parada en la cocina, batiendo algo en un gran tazón de vidrio. No nos siente llegar, pero de repente se queda inmóvil y el tazón cae haciéndose añicos en el suelo. James corre hacia ella antes de que caiga al suelo y yo abro un portal hacia Roma en busca de papá. Llego al lugar de mi visión y veo a mi padre frente a mí. Corro hacia él, pero una figura lobuna me empuja lejos.

El animal me aprisiona contra el suelo y lucho con él, pero es demasiado fuerte y después la veo. Una mujer, de cabello largo y cuerpo esbelto se dirige hacia mi padre. Me intento liberar, apuñalando al lobo para quitármelo de encima, pero cuando empiezo a correr hacia mi padre, la maldita bruja frente a mí mueve su mano y me paraliza por completo. Regresa la vista y su rostro me da escalofríos. Sé que ella no tendrá piedad por más que suplique. Conjura un hechizo y en segundos, una flecha surge de la tierra y se entierra entre los ojos de mi padre. Una llamarada se enciende a su alrededor, consumiendo su cuerpo con una especial rapidez.

- Soy benevolente, así que te dejaré las cenizas – dice la mujer y se aleja en un segundo, dejándome con los restos de mi padre esparcidos por el suelo – Espero que su esperanza muera con él

Y así fue. La esperanza de encontrar una solución para la guerra se fue con mi padre esa tarde. Hasta meses después, cuando James tomó su lugar y juró encontrar a nuestra esperanza nuevamente y hacer que la muerte de nuestro padre haya valido la pena.

Tercera y última parte del maratón de hoy.

En la multimedia les dejo a Gael, padre de los bombones de James y Julian.

Espero que lo hayan disfrutado.

Y lo que se viene va a estar mejor.

Los quiero.

👑🌟👑🌟👑🌟